LOS EVANGELIOS
SINOPTICOS
COMENTARIO SOBRE SAN
MARCOS
Extracto del
libro de Horacio E. Lona: “Evangelios Sinópticos, Introducción. Exégesis.
Práctica”
Realizado por
Sergio Omar Marco
INTRODUCCION
EVANGELIO
La palabra “evangelio” deriva de un término griego compuesto:
“eu” y “angélion”, de la raíz “angelia”, que significa “buena noticia”
El Antiguo Testamento fue escrito en su mayor parte en lengua
hebrea. La palabra griega “euangélion” corresponde al término hebreo “b´sorah”.
Es curioso que los que vertieron el texto hebreo al griego en la traducción de
la así llamada “Setenta” nunca usen “euangélion” en los pocos pasajes donde
aparece “b´sorah”, aunque utilicen con frecuencia el verbo correspondiente:
“euangelizo”, evangelizar, anunciar una buena noticia.
Esto significa que el uso de “euangélion” en el Nuevo
Testamento no puede ser derivado del vocabulario de la LXX, parece también
improbable que el Antiguo Testamento, que la utiliza en tan pocas ocasiones,
haya influenciado el vocabulario cristiano.
SINOPTICO
“Sinopsis” es un término de origen griego que significa
literalmente “visión de conjunto”, “mirada en común”. Los evangelios
“sinópticos” han sido llamados así porque se pueden leer en una lectura
“paralela”.
Un exégeta alemán, Johann Jacob Griesbach, fue el primero que
utilizó el término “synopsis” en un libro con los textos paralelos de los tres
primeros evangelios; desde entonces la palabra se ha convertido en un término
técnico del lenguaje exegético.
COMENTARIO SOBRE SAN
MARCOS
LAS FUENTES
La determinación de las fuentes de las que dispuso en
evangelista y que asumió en el texto que presenta, se enfrenta con la
dificultad de que no hay un documento anterior que pueda ser tomado como punto
de referencia.
¿Qué pasajes
pueden considerarse como propios del evangelista? ¿Cuáles son los criterios
para distinguir entre una y otra clase de textos?
Frente a
estas dificultades los resultados de la investigación están lejos de cualquier
forma de consenso. Damos cuenta de dos enfoques.
*El evangelista
ha asumido muchas tradiciones. En la terminología clásica, habría que decir que
predomina claramente la “tradición” sobre a “redacción” del autor.
*Una
posición más radical es la que sostiene que el evangelista ha asumido un
“escrito base”.
El problema
común a ambos enfoques es que el evangelio en su forma actual es el único texto
del que disponemos. Muy poco es lo que se dice sobre el origen y el proceso de
formación de la “tradición”. Otros autores prefieren tomar una posición
intermedia al problema, en cuanto otorgamos al evangelista un rol moderado en
su labor de “redactor”, y adjudican al material tradicional una magnitud
apreciable.
Consideramos
a los evangelistas como escritores de bajo perfil literario. Sus textos no
surgen de ninguna ambición literaria; basta afirmar que ninguno de los
evangelistas es testigo directo de los hechos acaecidos durante la vida de Jesús.
Los dos
criterios que se han aplicado no dan cuenta del proceso de formación del
evangelio.
FECHA Y LUGAR DE ORIGEN
La determinación de la fecha de origen del evangelio depende
básicamente de la interpretación de Mc
13. La palabra de Jesús de que no quedará piedra sobre piedra de la
grandiosa construcción del templo de Jerusalén (13.2), alude, sin duda, a la
destrucción del templo al final de la guerra de los judíos en contra de la
dominación romana (66-70).
Si es que el trasfondo histórico del drama apocalíptico
descripto en Mc 13 son los acontecimiento en torno a esta confrontación,
entonces el evangelio fue escrito poco tiempo después, aunque no se pueda
descartar que el texto haga referencia a un fin previsible, pero que todavía no
era realidad. En ese caso, habría que contar con un origen en los últimos años
de la década del 60. Esta opinión es compartida por muchos autores modernos.
Con respecto al lugar de origen, los pocos indicios al
respecto se prestan a distintas interpretaciones, Algunos autores ponen en
relación la tradición que atribuye a la obra a Juan Marcos, un colaborador de
Pedro. El lenguaje y estilo que son entendidos como la señal lingüística de un origen
en Roma o en una región influenciada por la lengua latina. Otros autores
suponen a Antioquía o algún otro lugar de Siria, pero los argumentos no son
conclusivos. Por eso se ha inclinado a pensar que el lugar de origen fue un
lugar en el que se hablaba latín.
AUTOR Y DESTINATARIOS
Papías de Hierápolis es el primero que nombra a Marcos como
autor del evangelio. Marcos que fue intérprete de Pedro puso por escrito todo
lo que se acordaba, con exactitud. Él no había seguido a Jesús, había seguido a
Pedro.
Otra cuestión que no está clara es la identidad de la persona
denominada Marcos. ¿Se trata de Juan Marcos, el acompañante de Pablo y de Bernabé
en el primer viaje misionero que luego se separa de ellos? El personaje no
tiene ninguna relación con Pedro ni con Roma. Pablo nombra a un Marcos como su
colaborador. Solo en 1 Pedro 5,13 el autor –que se identifica con Pedro-
menciona a un Marcos a quien considera como su hijo, y la carta se presenta
como enviada dese Roma.
Al adjudicar el evangelio de Marcos compañero primero de
Pablo, y colaborador de Pedro en Roma después. Lo que se busca es unir al autor
del evangelio con los testigos más antiguo de la fe para dar al escrito el
valor de lo “apostólico”.
¿Se trata de un escrito que originariamente no contenía ningún
dato sobre el autor, o este se llamaba Marcos? La segunda posibilidad no se
puede descartar, porque el nombre “Marcos” esta testimoniado con frecuencia en inscripciones
y en la literatura de ese tiempo, pero esto no tendría valor para la
determinación precisa del autor.
Dejando abierta la cuestión dl nombre del autor, es posible
reconstruir su perfil en base a los contenidos del texto. Aunque el evangelio
contiene muchas tradiciones de origen palestino el autor no pertenece a ese
ambiente cultural. La opinión del que el autor proviene del judaísmo helenista
es más probable que la de considerarlo como un pagano convertido. Los
destinatarios de su escrito son paganos que han llegado a la fe o que se
encuentran en un proceso de conversión.
EL FINAL DEL EVANGELIO
En el episodio final el relato de la ida de las mujeres a la
tumba en la gran mayoría de las ediciones del Nuevo Testamento se comprobará
que hay dos textos que siguen al pasaje citado. Se habla del “doble final de
Marcos”.
El “final largo” que es el más conocido y usado en la
liturgia católica, combina tradiciones de Mateo y Lucas.
La causa que da origen a estas dos conclusiones es fácil de
reconocer. El final que presenta Marcos 16,8 es
abrupto y no corresponde al contenido del pasaje.
El “final breve” soluciona el silencio de las mujeres, las
transforma en mensajeras de las palabras del ángel. El “final largo” no contradice la palabra de 16,8, pero el
Resucitado toma la iniciativa y se aparece primero a María Magdalena y luego a
dos que iban en camino.
Hay una cuestión que con esta explicación no queda resuelta.
Si los dos finales del evangelio son agregados posteriores por motivos comprensibles,
¿Por qué estos textos están impresos en
las ediciones de los evangelios, aunque se los considere apéndices tardíos y no
parte integral original del evangelio?
Después del v.14 algunos manuscritos agregan un pasaje que no
está presente en los otros testimonios.
Los manuscritos descubiertos en los dos últimos siglos
ofrecieron una base mucho más amplia y segura para la constitución del texto.
Con respecto al final “corto” y al final “largo” del evangelio de Marcos, el
testimonio manuscrito es evidente según los códigos del siglo IV, como el
Sinaitico y el Vaticano, junto con muchos otros códigos más tardíos, el
evangelio concluye en Marcos 16,8. En ambiente católico se sigue utilizando el
“final largo” y se lo incluye en las ediciones del Nuevo Testamento porque se
lo considera inspirado, aunque no pertenezca al contenido original del
evangelio de Marcos.
APENDICE
LA CRITICA TEXTUAL
Para practicar la crítica textual es necesario tomar como
base al texto griego. Se ha impuesto el uso de la edición de Nestle-Aland, esta
obra ofrece el resultado de la consideración y valoración crítica de miles de
manuscritos griegos y latinos, antiguas traducciones, testimonio de la
literatura cristiana de los primeros siglos y leccionarios, que contienen un
sinnúmero de variantes en la expresión textual. Ningún investigador podría
alcanzar una base de manuscritos tan amplia.
*Principios orientadores en el ejercicio de la crítica
textual:
*Antigüedad de los
manuscritos: Es comprensible que los manuscritos más antiguos, los fragmentos
del siglo II y III y los códices del siglo IV, posean gran autoridad en la
determinación del texto original, pero esa autoridad no es inapelable, porque
también ellos dependen de otras versiones anteriores cuya confiabilidad no es
segura. Por eso, a pesar de su autoridad, no son un criterio seguro.
*El testimonio de un
gran número de manuscritos: Se basa en un principio cuantitativo que debe tenerse
en cuenta. Una forma de lectura aislada es menos probable que una que se apoya
en muchos manuscritos de diversos tipos.
*La determinación de
la versión “más difícil”: Comparando dos lecturas de un texto, puede asumirse
que la de comprensión más difícil es la original, porque se entiende mejor que
alguien haya querido eliminar un pasaje oscuro, a que alguien exprese en forma
complicada lo que se entendía sin dificultades.
*La versión más breve:
Un texto breve puede llevar a un copista a intentar complicarlo para volverlo más
claro.
*La versión menos
semejante con sus paralelos: En el caso de los evangelios sinópticos hay que
preferir las versiones que se apartan de los pasajes paralelos, a aquellos que
armonizan con ellos.
*La versión más
extraña al contexto: Una versión que es extraña en el contexto en el que se
encuentra, puede estar más cerca del original que aquella que concuerda con él.
*La versión de
expresión deficiente: En este caso es fácil de explicar que un copista haya
corregido la deficiencia contenida en el texto original.
A continuación dos ejemplos en los que la aplicación de los
principios de crítica textual es relativamente fácil, sin tener que entrar
detalles de la tradición manuscrita:
*El comienzo del
Padrenuestro en la versión de Lucas 11,2, según algunos manuscritos es:
“Padre”, mientras que según otros es: “Padrenuestro que estas en los cielos”.
El texto más breve es el original, porque el otro es un intento de armonizar
con Mateo 6,9.
*En la versión de la
Bienaventuranza a los hambrientos en Lucas 6,21, de acuerdo a muchos
manuscritos se lee: “Bienaventurados los que tiene hambre ahora”, mientras que
unos pocos leen: “Bienaventurados los que tienen hambre”. Se elimina el “ahora”
para quitar al texto algo de su tono desafiante y paradójico.