"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

sábado, 21 de febrero de 2009

APUNTES: 15 - NUESTRA HISTORIA -ENIGMAS Y MISTERIOS- MISTERIOS EGIPCIOS CAPITULO I -

NUESTRA HISTORIA
ENIGMAS Y MISTERIOS

MISTERIOS EGIPCIOS
CAPITULO I
EL CAZADOR CELESTIAL Y LAS PIRAMIDES

En 1983 el escritor y egiptólogo Ing. Robert Bauval (coautor junto a Adrian Gilbert y Graham Hancock de El Misterio de Orión y Guardián del Génesis respectivamente, y autor del libro La Cámara Secreta) informaba sobre la Teoría de la Correlación de Orión y la Pirámide de Kheops. Ya los Drs Virginia Trimble y Alexander Badawi habían demostrado que el canal Sur de la Cámara del Rey había sido orientado hacia el Cinturón de Orión, el alma de Osiris. En 1986 R. Bauval descubre que el Canal Sur de la Cámara de la Reina estaba orientado hacia la estrella Sirio, identificada como la hermana y esposa de Osiris, la diosa Isis, quien hizo su aparición en los cielos de este lugar hacia el 10.500 a C, según los estudios astronómicos.
La relación entre las estrellas del Cinturón de Orión (Zeta, Epsilon y Delta Orionis) era evidente. Una conexión astronómica y estelar existía. Bauval encontró además características similares entre las tres estrellas del Cinturón de Orión y las tres Pirámides. Ateniéndonos a la correlación existente entre la Constelación de Orión (Celestial Handbook, Robert Burnham Jr., Dover Publications.) y la vista aérea de las Pirámides de Gizeh, el Ing. Robert Bauval insiste en la existencia de una relación de alineación astronómica entre ambas, entre la imagen del cielo y la imagen de la Tierra en Gizeh durante el año 10.500 a C. En detalle:
- Las tres estrellas están alineadas en dirección sudoeste mientras cruzan el meridiano.
- Las tres Pirámides están alineadas en dirección sudoeste orientados al meridión.
- La estrella más alta Delta Orionis, está ligeramente desviada hacia el este de la diagonal que proyectan las otras dos estrellas.
- La Pirámide del Sur, Micerinos está ligeramente separada hacia el este con respecto a la línea diagonal proyectado por las otras dos pirámides.
- Delta Orionis es también mucho menos brillante que las otras dos estrellas, las cuales son de una magnitud muy similar (magn. 2.20, comparado con 1.70 y 1.79).
- La Pirámide de Micerinos es también mucho más pequeña que las otras dos pirámides las cuales son de una altura muy parecida (65 metros comparado con 147 y 143 metros).
- La estrella del centro, Epsilon se encuentra casi equidistante a las otras dos estrellas.
- La Pirámide del medio, la de Kefrén, es casi equidistante a las otras dos pirámides.
En los Textos de las Pirámides la Vía de Agua Sinuosa era visto como el homólogo celeste del Nilo. La sinuosidad del Río Nilo describe perfectamente los movimientos de la Vía Láctea con respecto a la Tierra. Más aún, la alineación sudoeste de las tres estrellas relativo al eje de la Vía Láctea cuadra con el alineamiento sudoeste de las tres Pirámides relativo al eje del Nilo. También es sorprendente que la distancia de las estrellas con respecto al eje de la Vía Láctea cuadra -en igual escala- con la distancia de las pirámides con respecto al eje del Nilo. Para Robert Bauval estos son elementos sólidos que indican una relación directa entre el Cinturón de Orión y las Pirámides de Gizeh. La posición de estas estrellas con los canales de la Gran Pirámide apuntan directamente al año 10.500 a C, la misma fecha estimada de edad para la Esfinge, en la Era del León. La relación existe, no puede negarse que hay una correlación entre la imagen del cielo y la imagen de la Tierra en Gizeh para la época del 10.500 a C, fecha dada a través del software especialmente diseñado para el movimiento de las estrellas denominado SkyGlobe.
Diversos factores se interrelacionan en esa fecha para conmemorar el tiempo primigenio. En el 2.500 a C el canal Sur de la Cámara del Rey apuntaba a Zeta Orionis, la estrella más baja del Cinturón de Orión. Utilizando el software citado se comprobó que el punto bajo se alcanzó hacia el 10.500 a C cuando el Cinturón de Orión se encontraba a unos 10 grados por encima del horizonte. En el 2.500 a C el ángulo de las tres estrellas del Cinturón de Orión eran de unos 73 grados con el meridiano, sin embargo el ángulo de las tres pirámides era de 45 grados. Para el año 10.500 a C el ángulo de las estrellas de Orión eran muy próximos a los 45 grados. La relación se repetía. También en la Esfinge se comprobaba la relación de alineación astronómica. Entre sus patas existe una inscripción que dice el lugar del tiempo primigenio. La Esfinge mira al Este, lugar donde el Sol se levanta cada mañana.
La estrella Zeta Orionis del Cinturón de Orión cruzó el meridiano en el 10.500 a C, lo que significa que el punto vernal (lugar que ocupa el Sol en el cielo en los equinoccios) estaba sobre el horizonte justo en el Este, en perfecta alineación con la Esfinge. Asimismo, la constelación zodiacal de Leo estaba localizado hacia el este. Sin duda alguna, la Esfinge estaba apuntando hacia el Cinturón de Orión en el año 10.500 a C cuando se encontraba en su punto más bajo en el meridiano sur en plena Era del León. Para el escritor y egiptólogo Robert Bauval todos estos datos no pueden ser atribuidos a la casualidad. Son demasiados los factores que se interrelacionan entre sí. Nos dice en La Cámara Secreta: existe y sigo convencido de que los antiguos que diseñaron Gizeh intentaron fijar una fecha para conmemorar el tiempo primigenio o la Edad de Osiris y que esta fecha fue alrededor del 10.500 a C.
Hoy sabemos que todo lo que existe en la meseta de Gizeh, Pirámides y Esfinge nos describe el Universo tal y como lo vieron sus constructores. El año 10.500 a C y más atrás aún según otros estudios científicos, nos marcan el inicio de una civilización perdida que nos dejaron sus huellas a través de sus monumentos y escritos, certificando la relación estelar con el Hombre de aquellas épocas, verdaderos profesionales en Arquitectura, Astronomía y Tecnología. Protagonistas vivas, la Esfinge, las Pirámides de Kheops, Kefrén y Micerinos (o Khufu, Khafre y Menkaure) son testigos de varias civilizaciones, una perdida en la noche de los tiempos, junto a la faraónica, la griega, la romana y quizás también puedan ver la nuestra ... Hoy sabemos que todo lo que existe en la meseta de Gizeh, Pirámides y Esfinge nos describe el Universo tal y como lo vieron sus constructores.

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