"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

lunes, 30 de abril de 2012

MITOLOGIA BABILONIA -HIMNO A SHAMASH (II)-


MITOLOGIA BABILONIA
HIMNO A SHAMASH (II)

por Federico Lara Peinado






[¡Señor, resplan]dor de los grandes dioses, luz de la tierra, que iluminas las regiones!
¡Shamash, juez eminente, creador del mundo de arriba y del mundo de abajo!
Tu escrutas, como (se escruta) del picoteado cuño, todos los países con tu luz.
[Para aquel que] no se cansa de la adivinación, tu pronuncias cada día decisiones (relativas) a los cielos y a la tierra.
5- Tu [salida] es Girra (tan) flameante (que) las estrellas de los cielos quedan cubiertas todo el día.
Únicamente tu eres [resplan]deciente; nadie entre los dioses es comparable a ti.
Te pones de acuerdo con Sin, tu padre, y das instrucciones;
sin ti, Anu y Enlil no mantienen deliberación;
Ea, que dictamina juicios en el seno del Apsu, contempla tu rostro,
10- Los dioses, en su totalidad, están atentos a tu salida brillante.
[Te queman perfumes], incienso, y te entregan ofrendas alimentarias puras,
Los conjuradores [están arrodillados] a tus pies para apartar los presagios del mal,
Los adivinos [están delante de] ti para asegurarse (sus) manos e interpretar los presagios.
[En cuanto a] tu [esclavo], Assurbanipal, a quien has ordenado por oráculo ejercer la realeza,
15- [Que (adora) la luz] brillante de tu [divini]dad, que provee espléndidamente lo que conviene a tu majestad,
[Que celebra] tus [altos he]chos, que proclama tu alabanza a la multitud de las gentes,
[¡Mírale fielmente], dictamina un juicio para él, pronuncia una decisión favorable para el!
[¡Hazle don de vida], que el viva sano y salvo a (cobijo de) tu brillante resplandor!
[¡Perpetuamente, con alegría], que haga apacentar con justicia a tus súbditos que les has confiado!
20- [Puesto que te] ha construido [un santuario], en donde te ha instalado en medio de la alegría,
[Que] su corazón exulte [para siempre jamás], que su humor sea alegre, que quede saciado de vida!
[Un príncipe futuro] que cantará este [canto de Sha]mash, que pronunciará el nombre de Assurbanipal,
Ojalá haga apacentar [durante todos] sus días a los súbditos de Enlil en la abundancia y la justicia.
[Todo el que, de corazón], aprenda este texto, que magnifique al juez de los dioses, Shamash,
25- Que su [di]os lo aprecie, que las palabras de su boca sean agradables a las gentes.
(Pero) aquel que haga caer este canto en el olvido, (que) no magnifique a Shamash, luz de los grandes dioses,
(Que) cambie el nombre de Assurbanipal, a quien Shamash ordenó por oráculo ejercer la realeza,
Y pronuncie el nombre de otro rey,
¡Que su tañido con el instrumento de cuerdas desagrada a sus gentes!
30- ¡Que su canto de alegría sea un pinchazo de espina! 

sábado, 28 de abril de 2012

MITOLOGIA MAYA -LA LEYENDA DE QUETZALCOATL-


MITOLOGIA MAYA
LEYENDAS Y CUENTOS MAYAS

LA LEYENDA DE QUETZALCOATL

Una iniciativa de la Universidad de Guadalajara y Fielding Graduate University




Se cree que Quetzalcóatl fue el único dios que tuvo un historial humano, ya que fue un hombre viviente antes de convertirse en dios o divinidad. 

Al pasar de los tiempos, los soles y las lunas Quetzalcóatl llego al reino del Tollan, se presentó como un hombre blanco de cabellos rubios, ojos grandes y barba, inteligente y entendido de muchas artes y ciencias y los habitantes del Tollan, los toltecas lo tuvieron en gran estima.
Quetzalcóatl, enseño a los Toltecas las artes y los oficios de la Orfebrería, Alfarería, la Agricultura, el ayuno y no aceptaba de los sacrificios humanos, apenas si, consentía que mataran en el altar de los dioses a culebras y mariposas, el decía que la mejor ofrenda a la divinidad consistía en el pan, las flores y los perfumes.
Como se opuso a los sacrificios humanos, los dioses antiguos, vieron en el a un enemigo así que, procuraron perturbarlo y hacerlo pecar, se congregaron en el cielo, y discutieron, su plan:
- Tú, Tecaztlipoca, -dijeron Huitzilopochtli y Xipe Tótec-, te encargaras de mortificar, burlar y engañar a Quetzalcóatl.
- Hermanos cumpliré fielmente su deseo- contestó el poderoso dios de cutis negro.
- Tecaztlipoca bajo entonces a la tierra por el hilo de una araña y se presento ante Quetzalcóatl disfrazado de forastero.
- Comenzaré por burlarme de él- se dijo el Dios, y se anunció pidiendo audiencia.
- Decid a Quetzalcóatl que aquí esta un forastero que desea conocerlo y que traigo un obsequio para el.
Después de dos recados, logró ser introducido por los sirvientes a al lugar en donde estaba Quetzalcóatl.
- ¿De dónde vienes forastero?- Pregunto Quetzalcóatl.
- Vengo de Nonalco- Contesto el forastero.
- ¡Estarás muy cansado entonces! ¿Por qué no te sientas?, se bienvenido y por favor muestra que es lo que traes para mí.
Tecaztlipoca sacó un espejo y se lo presentó diciendo;
- ¡Aquí esta!, ¡ve!, ¡Reconócete Señor!
Quetzalcóatl se contempló un instante y arrojó con espanto el espejo. ¡Se había visto la cara toda llena de arrugas y llagas!.
- ¿Cómo es posible que me vean los toltecas con calma? ¿No deberán con razón huir de mi? ¡Mi figura es espantosa! ¡Ya nadie me verá: aquí permaneceré encerrado para siempre!
Tecaztlipoca, al oír esto ultimo, se desconcertó un poco, pues comprendió que no lograría que en esa forma se presentará en Tollan, que era su propósito principal para ridiculizarlo.
- Yo te arreglaré y compondré para que te vean- le dijo Tecaztlipoca.
Llamo a unos artistas muy hábiles y en un momento lo transformaron. Concluido el trabajo le volvieron a presentar el espejo y Quetzalcóatl sonrío de satisfacción. Así volvió a presentarse con los Toltecas.
En tanto Tecaztlipoca fue a un pueblo cercano y convenció a los habitantes para que se sacrificaran en honor a Quetzalcóatl. Los habitantes que se sacrificaron fueron convertidos en alimento, mientras que los que quedaron recibieron la orden de traer pulque, animales, pan y flores de hermosos aromas y colores.
Terminado eso Tecaztlipoca regreso a Tollan acompañado de los otros dioses.
Llegados los 3 dioses suplicaron les permitieran ver y hablar a Quetzalcóatl, así es como lograron entrar.
Lo saludaron y le ofrecieron, deleitarlo con los manjares que llevaban. Quetzalcóatl comió con gran contento.
- Bebe pulque Señor.
- Me siento enfermo- replico- Quetzalcóatl, ¿Que me han dado de comer?.
- Bebe un poco más mi Señor, te sentirás mejor, replicaron.
- ¡No, no!, siento una gran tristeza.
- Señor no temas, bebe un poco mas es muy rico y saludable.
Quetzalcóatl, replico repetidamente que no. Al fin de tanta insistencia acepto y continúo bebiendo.
Tomo y volvió a tomar, y así hasta por cinco veces mas. Se sintió lleno de vigor y alegría.
- Sirvan mas amigos míos – volvió a decir- Pero también tomen ustedes.
Ellos también tomaron, pero no se embriagaron. Perdida la razón se cayó al suelo sin sentido y se durmió.
Pero al día siguiente, al despertar recordó lo que había pasado, Quetzalcóatl se había dado cuenta del engaño. ¡Había comido carne de sus hermanos sacrificados y había bebido hasta embriagarse!!!!, con tristeza en su corazón y se sintió lleno de vergüenza y de pesar.
Quetzalcóatl dijo:
- “Me he embriagado, he comido carne humana y me he vuelto como mis hermanos, nada podrá borrar la mancha que ha oscurecido mi nombre y mi divinidad.
Sus remordimientos fueron tan grandes, su angustia no tenia limites. Nadie se atrevía a consolarlo ni alentarlo. Entonces lloro amargamente.
- Es preciso que me vaya del Tollan- dijo un día – aquí no puedo vivir más.
Salió y dispuso su viaje. Tecaztlipoca y sus hermanos habían vencido.
Quetzalcóatl en sus viajes realizaba prodigios. Pasando varios años en un poblado y en otro, no podía olvidar su pena y continuo triste y desalentado. Después de un tiempo se detuvo a la orilla del mar donde contempló su imagen, todavía era hermosa. Encendió una gran hoguera.
Se vistió lujosamente y se adorno con oro y piedras preciosas. Contempló el mar donde había llegado, y suspiro hondamente.
Una vez que la hoguera estaba en toda su fuerza con las llamas muy altas, se arrojó en ella para morir valerosamente.
Aves de hermosos plumajes, rojos, azules, tornasoles, esmeralda y oro acudieron a presenciar su sacrificio, lloraron de tristeza y se sacrificaron con él.
Luego en la hoguera no quedaron más que llamas, cuando todo quedo completamente consumido las cenizas de su corazón se removieron con un temblor y se abrieron para dar salida a un resplandor sin igual, las plumas de las aves le rodearon.
Aquella luz emplumada, cual flecha atravesó el firmamento y ahí dio inicio a la creación de la estrella de la mañana, (Venus Matutino), con la que Quetzalcóatl regreso a la morada de los dioses, convertido en un astro.

viernes, 27 de abril de 2012

MITOS HEBREOS -EL SACRIFICIO DE ISAAC-


MITOS HEBREOS 
EL SACRIFICIO DE ISAAC

POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI





Dios se le apareció a Abraham en Berseba y le d i j o : "Toma a tu hijo y subid juntos a una montaña que yo te indicaré en la tierra de Moriá". Abraham preguntó: —Señor, tengo dos hijos. ¿Cuál de ellos tiene que ir conmigo? —Tu único hijo- —Señor, cada uno es el hijo único de su madre.
—Lleva al hijo que amas.
—Señor, amo a los dos.
—Lleva al hijo que amas más.
—Señor, ¿qué debo hacer en la tierra de Moriá? —Ofrece un holocausto en mi altar, —¿Soy un sacerdote para ofrecer sacrificios? —Yo te consagraré mi Sumo Sacerdote y tu hijo Isaac será el sacrificio.
Abraham se levantó temprano, aparejó su asno y, tomando consigo dos mozos y a Isaac su hijo, partió la leña para el holocausto y se puso en camino para el lugar que le había dicho Dios.
Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio de lejos el lugar. Y dijo a sus sirvientes: "Quedaos aquí con el asno; yo y el niño iremos hasta allí, y después de haber adorado, volveremos a vosotros".
Y tomando Abraham la leña para el holocausto, se la cargó a Isaac, su hijo; tomó él en su mano el fuego y el cuchillo y siguieron ambos juntos.
Isaac d i j o : "Llevamos el fuego y la leña, pero la res para el holocausto, ¿dónde está?" Y Abraham le contestó: "Dios se proveerá de res para el holocausto, hijo mío". En la cima de la montaña Abraham erigió un altar de piedra y dispuso sobre él la leña, ató a su hijo y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Pero cuando tomó el cuchillo una voz le gritó desde el cielo: "¡Abraham, Abraham!" Y él contestó: "Heme aquí, señor". La voz volvió a gritarle: "No extiendas tu brazo sobre el niño y no le hagas nada, porque ahora he visto que en verdad temes a Dios, pues por mí no has perdonado a tu hijo, tu unigénito".
Alzó Abraham los ojos y vio tras sí un carnero enredado por los cuernos en la espesura; los sacrificó en vez de Isaac y llamó al lugar Yahvé-yiré, que quiere decir Yahvéh me ve.
Dios juró por Su Nombre que multiplicaría su descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de las orillas del mar, porque le había obedecido sin vacilar. Abraham e Isaac volvieron adonde estaban sus sirvientes y todos juntos fueron a Berseba.
Algunos dicen que esos sirvientes eran Ismael, el hijo de Agar, y Eliézer de Damasco, y que Ismael le dijo a Eliézer cuando estaban solos: "A mi padre le han ordenado que sacrifique a Isaac. ¡Ahora seré su heredero!" Eliézer le replicó:
"¿Tu padre no expulsó a Agar a pedido de Sara y así te desheredó? Seguramente me legará todos sus bienes a mí, que le he servido fielmente día y noche desde que me convertí en su siervo".
Cuando Abraham subía al monte Moriá el ángel caído Samael se le apareció en la forma de un hombre entrado en años y humilde y le dijo: "¿Puede la orden de que mates al hijo de tu ancianidad provenir de un Dios de misericordia y justicia? ¡Te han engañado!" Abraham conoció a Samael a pesar de su disfraz y lo ahuyentó; pero reapareció en la forma de un joven hermoso que dijo en voz baja a Isaac: "¡Hijo desdichado de una madre desdichada! ¿Fue para esto para lo que ella esperó tu nacimiento durante tanto tiempo y tan pacientemente? ¿Por qué tu estúpido padre ha de matarte sin motivo? ¡Huye mientras estás todavía a tiempo!"
Isaac repitió esas palabras a Abraham, quien maldijo a Samael y lo envió a paseo.
En la cumbre del monte Moriá, Isaac consintió voluntariamente en morir y dijo: "¡Bendito sea el Dios Vivo que me ha elegido hoy en holocausto ante Él!"
Además entregó a Abraham piedras para que reconstruyera el altar roto que se alzaba allí; lo había erigido Adán y utilizado sucesivamente Abel, Noé y Sem.
Luego dijo: "Átame fuertemente, padre, para que no rehuya el cuchillo y haga tu ofrenda inaceptable para Dios. Luego lleva las cenizas y díle a mi madre Sara: Esto atestigua el sabor dulce de la carne sacrificial de Isaac”.
Después de sacrificar al carnero, Abraham rogó: "Cuando Tú exigiste la vida de mi amado hijo, ¡oh Señor!, yo podía haber exclamado airado: 'Ayer mismo me prometiste que él me daría una gran descendencia; ¿debo ahora quemar su cuerpo exangüe en Tu altar?' Sin embargo, permanecí como sordo y mudo. En consecuencia, te ruego que si mis descendientes obran mal alguna vez Tú también
reprimas tu ira, y que cada año, cuando se arrepientan de sus pecados y el cuerno del carnero suene en el primer día del séptimo mes, recuerdes como até a mi hijo y, levantándote del Trono del Juicio, te sientes en el Trono de la Misericordia".
Isaac pasó los tres años siguientes en el Paraíso; o, según dicen algunos, en la casa de Sem y Éber, donde estudió la Ley de Dios. Pero antes asistió al entierro de su madre Sara, quien, cuando se dirigía a Hebrón para tener noticias de él, oyó que se había salvado y murió de alegría, pues Samael le había asegurado que su hijo ya había sido sacrificado.
Sara murió a la edad de ciento veintisiete años. Abraham compró a Efrón, el hitita, la caverna de Macpela, por la que pagó cuatrocientos siclos de plata, enterró en ella a Sara y la lloró durante siete días.

domingo, 22 de abril de 2012

TESTAMENTO DE JOB


Testamento de Job
(fragmento)(1) 


Por Antonio Piñero





Esta obra, denominada también según los manuscritos Libro de Job, llamado Johab, relata cómo Job, un pagano hijo de Esaú, se convierte a la religión verdadera, la judía, tras una revelación angélica.  Luego narra como actúa Job de acuerdo con su nueva fe y confianza en Dios único, en medio de múltiples pruebas y sufrimientos.
El origen de los males de Job es la oposición de Satán, pues al convertirse ordenó Job derribar un templo consagrado al Demonio. Este mata a los hijos de Job, le arrebata sus propiedades, hostiga contra él a sus conciudadanos y lo deja sumido en la miseria y aquejado de múltiples enfermedades. A pesar de estas pruebas, Job sigue fiel a Dios. Aparecen en escena más tarde tres personajes, antiguos amigos de Job, que dialogan con él sobre el origen de estos males. Durante la visita de los amigos aparece también Sítidos, mujer de Job, suplicando a los amigos que le ayuden a rescatar y dar sepultura a los cadáveres de sus hijos. Job lo impide, asegurando que sus cuerpos han resucitado y se hallan en los cielos. Confortada por esta noticia, muere Sítidos. Más tarde, en una aparición divina, Dios justifica a Job, lo declara inocente de toda culpa y hace que recobre la salud, otorgándole de nuevo todas sus riquezas.
Antes de morir, Job reparte entre sus hijos todos sus bienes. A sus hijas les entrega solo unos cinturones maravillosos que las convierten en profetisas y conocedoras de los bienes celestiales, lo cual vale más que cualquier tesoro terrenal. El libro concluye con la muerte de Job, la asunción de su alma al cielo (parte escatológica-apocalíptica aquí reproducida) y la proclamación de la grandeza del personaje.

El libro de Job/Johab es una obra plenamente judía, cercana a la piedad de los autores de los manuscritos del Mar Muerto, sin retoques cristianos claros. Fue escrita originalmente en griego, aunque el autor refleja en su manera de escribir que es un judío de lengua materna hebrea o aramea. Fue compuesta entre el siglo I a. de C.  y el siglo I d. de C., ya que, por un lado, el autor conoce obras judías anteriores a esa fecha, como el Testamento de los Doce Patriarcas (también publicado en este Blog), y, por otro lado, la Carta de Santiago, del Nuevo Testamento.
La intención del desconocido autor es resaltar la fidelidad a Dios por parte del héroe del relato y exhortar a los lectores a tener confianza en ese Dios a veces incomprensible en sus actuaciones, pero que al final premia siempre al justo. Insiste también en que los bienes espirituales son superiores a los materiales. La resurrección y el estado paradisiaco de los justos tras la muerte son los que fundamentan la paciencia del justo en esta vida.
La imagen de Job en este apócrifo, un hombre verdaderamente paciente ante las desdichas, ha influido mas en el imaginario cristiano que la del Job canónico, un personaje mucho mas protestón y casi blasfemo.

(1) Lamentablemente por el momento me es imposible publicar el texto completo como siempre fue mi proceder, pero dado la importancia de esta obra, juzgue conveniente hacerlo así. 
Espero que el lector sepa comprender y valorizar el texto ofrecido. – Sergio (Nuestros Antepasados)


Tres amigos visitan a Job, enfermo y pobre

Tras recibir información, salieron de la ciudad junto con mis conciudadanos. Estos les mostraron donde estaba yo, Job, pero ellos se empeñaban en afirmar que no era yo (a causa de mi lastimoso estado).
Mientras estaban dudando, se volvió Elifaz y dijo:
-¿Eres tú, Job, el que es rey como nosotros?
Yo, llorando, eché tierra sobre mi cabeza y, moviéndola, les respondí:
-Si, soy yo […]
Pero ellos se levantaron y dijeron: “No creemos que sea él” […].
Tras siete días de deliberaciones, dijo Elihú a los reyes:
-Acerquémonos e investiguemos detenidamente si es él o no[…].
Elihú me dijo:
¿Eres tú aquel cuya gloria era  en otro tiempo tan grande? ¿Eres tú aquel que, como el sol durante el día, brillaba sobre toda la tierra? […].
Ante mi respuesta (positiva), rompió a llorar con grandes gemidos y entonó un lamento real:
-Tú eres el que había apartado siete mil ovejas para el vestido de los pobres, ¿Dónde está ahora la gloria de tu trono?[…]. Tu eres el que escarnecía a los injustos y pecadores, y ahora te has convertido en objeto de irrisión, ¿Dónde está ahora la gloria de tu trono?

Respuesta de Job: El final de las almas justas está en el paraíso junto a Dios

Elihú se extendía tanto en su lamentación, mientras los otros reyes lo acompañaban entonando el estribillo, que se produjo una gran confusión. Cuando se apagó el griterío, les dijo:
-Guardad silencio, que voy a mostraros
Mi trono y mi gloria esplendorosa,
Que se halla entre los santos.
Mi trono se halla en el reino supraterrestre,
Y su gloria y su esplendor están a la derecha del Padre de los cielos.
Mi trono es eterno;
El mundo entero pasará y su gloria perecerá,
Y los que dé él se preocupan lo acompañaran en su ruina.
Pero mi trono se halla en la tierra santa,
Y su gloria en el mundo inmarcesible.
Los ríos se secarán,
Y el orgullo de sus ondas descenderá a las profundidades del abismo.
Pero lo ríos de mi tierra, donde se encuentra mi trono,
No se secarán ni desaparecerán,
Sino que existirán para siempre.
Su gloria y su jactancia serán como la imagen de un espejo.
Pero mi reino permanecerá para siempre;
Su gloria y su esplendor se hallan en los carros (tronos) de mi Padre.

Muerte de Job y ascensión de su alma al cielo

(Pasado el tiempo) Job se acostó en su cama, pero sin dolores ni molestias, ya que el sufrimiento no podía alcanzarlo a causa del cinturón con el que iba ceñido. Tres días después vio a los que venían por su alma. Se levanto enseguida, tomó una lira y se la dio a su hija Hermera.
A otra hija, Casia; dio un incensario, y a la tercera, Cuerno de Almatea, un tambor para que todos bendijeran a los que venían por su alma.
Entonces bendijeron y alabaron al Señor, cada una en su lengua (angelical) especial.
Tras esto vino El que está sentado en el gran carro y saludó a Job. Las tres hijas y su padre veían la escena, pero los demás no. Tomó Aquel el alma de Job, se marchó volando teniéndola en sus brazos, la hizo subir a (su) carro y se encaminó hacia el oriente. Pero su cuerpo, envuelto, fue conducido a la tumba, precedido por sus tres hijas, ceñidas con los cinturones y entonando himnos a Dios.

Traducción del griego de Antonio Piñero.

sábado, 21 de abril de 2012

MITOS HEBREOS -LOT EN SEGOR-


MITOS HEBREOS 
LOT EN SEGOR

POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI



Lot y sus hijas se refugiaron en una cueva cerca de Segor.
Como las dos muchachas creían que Dios había destruido a toda la humanidad menos a ellos, la mayor le dijo a la menor: "Nuestro padre es ya viejo y no hay aquí hombres que entren a nosotras, como en todas partes se acostumbra.
Vamos a embriagar a nuestro padre y a acostarnos con é l , a ver si tenemos de él descendencia".
Esa noche hicieron que Lot bebiera mucho vino y la hija mayor se acostó con é l , sin que él recordara nada al día siguiente. Volvieron a emborracharlo y esa noche se acostó con él la hermana menor. Ambas concibieron. La mayor llamó a su hijo Moab, diciendo: "Es de mi padre". Y la menor llamó al suyo Ben Ammi, diciendo: "Es el hijo de mi pariente". Moab se convirtió en el antepasado de los moabitas, y Ben Ammi en el de los ammonitas.
Algunos ven la mano de Dios en esto, porque cuando la familia huyó de Sodoma no llevaba vino. Si Dios no hubiera provisto la cueva con bebida abundante las hijas de Lot no habrían podido inducir a un hombre tan justo a acostarse con ellas.
Los hijos de Moab fueron 'Ar, Ma'yun, Tarsion y Qanvil, a quienes los moabitas honran hasta el presente. Los hijos de Ben Ammi fueron Gerim, 'Ishon, Rabbot, Sillón, 'Aynon y Mayum, cada uno de los cuales edificó una ciudad que llevaba su nombre.

MITOS HEBREOS -LOT EN SODOMA-


MITOS HEBREOS 
LOT EN SODOMA

POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI


Dios vaciló antes de comunicar a Abraham su propósito de destruir a Sodoma, pero lo hizo después de haber sido acogido hospitalariamente en Mambré.
Le dijo: "El clamor de Sodoma y Gomorra ha crecido mucho y su pecado se ha agravado en extremo; voy a bajar, a ver si sus obras han llegado a ser como el clamor que ha venido hasta mí". Abraham se le acercó y preguntó: "¿Pero vas a exterminar juntamente al justo con el malvado? ¿Los exterminarías acaso y no perdonarías al lugar por los cincuenta justos?" Dios respondió: "Si hallare en Sodoma cincuenta justos perdonaría por ellos a todo el lugar". Abraham regateó con Dios y le preguntó: "Si de los cincuenta justos faltaran cinco, ¿destruirías por los cinco a toda la ciudad? ¿Y si se hallasen allí cuarenta? ¿Y si se hallasen allí treinta justos? ¿Y si se hallasen allí veinte justos?" A cada pregunta respondió Dios:
"Por ellos no destruiría la ciudad". Por fin accedió a no castigar a la ciudad si encontraba solamente a diez justos. Y se apresuró a alejarse.
Dos de los ángeles cuya forma había tomado Dios llegaron a Sodoma ya de tarde. Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad y al verlos se levantó y les salió al encuentro, inclinó su rostro a tierra y les d i j o : "Mirad, señores, os ruego que vengáis a la casa de vuestro siervo, para pernoctar en ella y lavaros los pies.
Cuando os levantéis por la mañana seguiréis vuestro camino". Ellos contestaron:
"No, pasaremos la noche en la plaza". Pero Lot los convenció para que entraran en su casa, donde coció panes ácimos y ellos comieron en su compañía.
Entretanto, una multitud de sodomitas rodeó la casa de Lot y le dijeron:
"¿Dónde están los hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que los conozcamos". Lot salió a la puerta y cerrándola tras sí les d i j o : "Por favor, hermanos míos, no hagáis semejante maldad. Mirad, dos hijas tengo que no han conocido varón; os las sacaré para que hagáis con ellas como bien os parezca; pero a esos hombres no les hagáis nada, pues para eso se han acogido a la sombra de mi techo". Ellos le respondieron: "Quítate allá. Quien ha venido como extranjero, ¿va a querer gobernarnos ahora? Te trataremos a ti peor todavía que a ellos".
Empujaron a Lot a un lado, y trataron de entrar por la fuerza, pero los ángeles los cegaron, abrieron la puerta desde dentro, introdujeron a Lot y la cerraron de nuevo. Los sodomitas, después de buscar a tientas la puerta inútilmente, se retiraron maldiciendo.
Los ángeles preguntaron a Lot: "¿Tienes aquí alguno, yerno, hijo o hija?
Todo cuanto tengas en esta ciudad sácalo de aquí, porque vamos a destruir este lugar, pues es grande su clamor en la presencia de Yahvéh, y éste nos ha mandado para destruirla".
Lot salió en busca de sus yernos y les instó a que huyeran con é l , pero ellos tomaron a broma su profecía de destrucción inmediata.
En cuanto salió la autora, dieron prisa los ángeles a Lot, diciéndole:
"Levántate, toma a tu mujer y las dos hijas que tienes, no sea que perezcas tú también por las iniquidades de la ciudad".
Como se retardaba, los ángeles tomaron de la mano a Lot, su mujer y sus dos hijas y los pusieron fuera de la ciudad. Una vez fuera, le dijeron: "Sálvate. No mires atrás y no te detengas en parte alguna del valle; huye al monte, si no quieres perecer". Lot replicó: "No, por favor, señor mío; vuestro siervo ha hallado gracia a vuestros ojos, pues me habéis hecho el gran beneficio de salvarme la vida, pero yo no podré salvarme en el monte sin riesgo de que me alcance la destrucción y perezca. Ahí cerca está esa ciudad en que podré refugiarme; es bien pequeña; permitid que me salve en ella". Ellos le dijeron: "Te concedo también la gracia de no destruir esta ciudad de que hablas. Pero apresúrate a refugiarte en ella, pues no
puedo hacer nada mientras en ella no hayas entrado t ú " .
Cuando salió el sol Lot y su familia entraron en esa pequeña ciudad que luego se llamó Segor o Zoar en recuerdo de su súplica.
Luego Dios hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra y destruyó todas las ciudades de la llanura con excepción de Segor, juntamente con sus habitantes, animales y plantas. Pero la mujer de Lot miró atrás y se convirtió en un bloque de sal.
Abraham vio que de Sodoma y Gomorra ascendía el humo como de un horno.
Los sodomitas figuraban entre las naciones más ricas, pues si un hombre necesitaba hortalizas le decía a un esclavo: "¡Ve a traérmelas!" El esclavo iba al campo y descubría oro bajo las raíces. Igualmente, cuando se cosechaba el cereal se encontraba plata, perlas y piedras preciosas bajo el rastrojo. Pero las grandes riquezas descarrían a los hombres. Un sodomita nunca daba ni siquiera una corteza de pan a un forastero; e inclusive podaba las higueras para que las aves no pudieran comer los frutos que colgaban fuera del alcance.
Sodoma estaba asegurada contra los ataques, pero para desalentar a sus visitantes los ciudadanos aprobaron una ley de acuerdo con la cual el que ofreciera a un forastero alimento sería quemado vivo. En cambio, se debía robar al forastero todo lo que poseía y expulsarlo de la ciudad completamente desnudo.
Una vez al año realizaban un banquete y bailaban en el césped junto a manantiales de agua al son de tambores. Después de beber en abundancia, cada hombre se apoderaba de la esposa de su vecino, o de su hija virgen, y la gozaba. A nadie le importaba que su esposa o su hija holgase con su vecino, pero todos se divertían juntos desde la aurora hasta el crepúsculo durante los cuatro días de
fiesta, y volvían a sus casas sin vergüenza.
En las calles de Sodoma ponían camas para medir a los forasteros. Si uno de ellos era más corto que la cama en la que lo habían acostado, tres sodomitas le asían las piernas y otros tres la cabeza y los brazos y lo estiraban hasta que se ajustaba a la cama. Pero si era más largo que ésta, le forzaban la cabeza hacia
abajo y las piernas hacia arriba. Cuando el pobre desdichado gritaba en su agonía mortal, los sodomitas le decían: "¡Silencio! Ésta es aquí una costumbre antigua".
En la ciudad de Adama, cerca de Sodoma, vivía la hija de un hombre rico.
Un día un viajero se sentó a la puerta de su casa y ella le dio pan y agua. Los jueces de la ciudad, enterados de su acto criminal, la desnudaron, la untaron con miel y la dejaron junto a un nido de abejas silvestres, las que se arrojaron sobre ella y la mataron a picaduras. Fueron sus gritos los que indujeron a Dios a destruir Sodoma, Gomorra, Adama y Seboyim, y también los que dio la hija mayor de Lot,
Paltit, la que había dado agua a un anciano necesitado y fue arrastrada a la hoguera por su contumacia en el delito.
Se dice que I d i t , la esposa de Lot, afligida por la suerte de sus otras hijas, miró hacia atrás para ver si la seguían. Su cuerpo, convertido en un alto bloque de sal, se alza todavía en Sodoma. Aunque cada día el ganado lame la sal hasta que no quedan más que los pies, por la noche el bloque de sal se restablece
milagrosamente.

domingo, 15 de abril de 2012

MITOLOGIA BABILONIA -HIMNO A SHAMASH (I)-


MITOLOGIA BABILONIA
HIMNO A SHAMASH (I)

Por Federico Lara Peinado


¡Oh iluminador [de la tierra, oh juez] de los cielos,
Que iluminas las ti[nieblas, pastor de] arriba y de abajo,
Shamash, iluminador [de la tierra, juez] de los cielos,
Que iluminas las ti[nieblas, pastor de] arriba y de abajo!
5 – Tu resplandor, como una red, está [extendido sobre el mundo],
Haces brillar la oscuridad de las montañas lejanas.
A tu aparición se alegran dioses y príncipes,
(y) todos los Igigu son dichosos por poder verte.
Tus rayos, sin cesar, dan a conocer lo que está secreto:
10 – A la claridad de tu luz su traza se vuelve invisible.
Tu esplendor, por todos lados, busca [disipar las sombras],
Como Girra [flameas sobre] las cuatro regiones.
Abres generosamente las puertas de todos los [santuarios],
[ves] las ofrendas (que se han hecho) a todos los Igigu.
15 - ¡Oh Shamash, a tu salida los pueblos se arrodillan
(y) los países, en su totalidad, [a tu vista se arrodillan]!
¡Oh iluminador de la oscuridad, que abres la tira de los cielos,
Que recalientas la brisa del amanecer, el campo de grano, vida del país!
Tu gloria recubre las más lejanas montañas,
20 – Tu resplandor ha llenado toda la extensión del mundo.
Tú te recuestas sobre las montañas, observas la tierra,
Tienes en equilibrio el orbe del mundo en mitad de los cielos,
Tú te preocupas de las gentes de todos los países,
Se te ha confiado enteramente lo que creó Easharru, el príncipe.
25 – Tú haces apacentar, todos juntos, a los seres (dotados) de aliento,
Eres tu quien es su pastor, allá arriba y aquí abajo.
Tú, puntualmente, no cesas de atravesar los cielos,
Recorres, cada día, la tierra en su inmensidad.
La alta mar, las montañas, la tierra, los cielos
30 – Los recorres puntualmente, cada día, como un […].
En el mundo de abajo te ocupas de los mal-ku (príncipes infernales), del kubu (feto/persona muerta convertida en espíritu maligno/ser infernal de nefasta influencia), de los Anunnaku;
En el mundo de arriba, tienes en orden todos los lugares habitados.
¡El pastor del mundo de abajo, el pastor del mundo de arriba,
Regulador de la luz del universo, eres tú, Shamash!
35 – Tú no cesas de atravesar el ancho y vasto mar,
Del cual (incluso) los Igigu ignoran su profundidad.
[Oh Shama]sh, tus rayos descienden hasta el Apsu,
(y) [los mons]truos marinos (por ello) contemplan tu luz.
Oh Shamash, tu atas como una cuerda, cubres como una niebla,
40 – Tu palio protector se extiende generosamente sobre todos los países.
Tú estás, cada día, sin inquietud, tú cara no se ensombrece,
Continuas, incluso de noche, en iluminar [la luz].
Hacia remotas regiones desconocidas, a numerosos lugares,
Si dormir, oh Shamash, vas de día y regresas de noche.
45 – No hay nadie de los Igigu que se esfuerce si no eres tú,
Ni de los dioses del universo (hay ninguno) tan eminente como tú.
A tu orto los dioses del país se han reunido
Y tu terrible resplandor se extiende sobre el país.
De las gentes de todos los países, cuya lengua es diferente,
50 – Conoces los pensamientos, escrutas su conducta.
Ante ti la humanidad entera [está arrodilla]da, [oh Sha]mash, el orden universal aspira a tu luz.
[En] el plato de adivinación, gracias al aderezo del cedro,
[Tu informas] a los interrogadores, interpretes de los sueños.
55 – [Los que lanzan las suertes] ante ti se prosternan,
Ante ti se prosternan malvados y justos.
[No hay nadie que] descienda al Apsu, si no eres tú,
Proclamas la sentencia de los malvados y de los malhechores.

Siguen dos versos rotos en gran parte, por lo que se hace difícil su traducción.

Tú rechazas al improbo que se rodea [de astucias],
Haces salir del Khubur (rio del infierno) a aquel (a quien) retenía una (injusta) sentencia,
Lo que tú declaras en un justo juicio, oh Shamash, [no tiene apelación],
Tus órdenes son notorias, son inmutables [y no cambian de aspecto].
65 – Tu asistes al viajero, cuya ru[ta] es peligrosa,
Tu le das [ayuda] a quien atraviesa el mar y teme mucho a las olas.
Tú guías al que anda errante por caminos jamás vistos,
Acompañas [en los cami]nos al que se presenta a Shamash.
Tú salvas de la alta ola al mercader que lleva el capital,
70 – Dotas de alas al que está descendiendo a las aguas profundas.
A los fugitivos y a los errantes tú les indicas lugares de refugio,
(y) tú revelas al cautivo las rutas que solo Shamash conoce.
Al que en […]
(y) preservas al deportado que [ha sido] apresado.
75 – Tu reconcilias rápidamente al dios [que estaba irritado] contra alguien
[…] al mirar.
Tú te mantienes cerca del en[fermo (…)],
Tú examinas el caso […].
Tú traes […],
80 – Tu […] al país sin retorno.
A las diosas irri[tadas (…)],
Tú eres eminente […],
¡Oh Shamash, en [tu] red […],
En tu lazo […].
85 – El que en un juramento […]
Al que no teme […]
Se hallan tendidas tus redes, tu […] es am[plio].
El que ha levantado [los ojos] sobre la mujer de su amigo
Está abocado prematuramente [por ti a la muerte].
90 – A él se le prepara un lazo peligroso […],
Tu arma va derecha contra él [sin que tenga] salvador;
En su proceso su padre no estará presente.
A la llamada del juez sus propios hermanos no responderán.
¡El está preso en una trampa de bronce sin saberlo!
95 – Al que trama una fechoría tú le despuntas sus astas,
Al negociante que intriga se le cambian los bienes raíces.
Tú haces ver la prisión al juez ímprobo;
Al que acepta un regalo, si juzga injustamente, tú le castigas.
El que no acepta un regalo defiende la causa del débil,
100 – (esa persona) es agradable a Shamash (y) el prolongará su vida.
El juez prudente que pronuncia una justa sentencia
Controla el palacio; su casa es la casa de los príncipes.
El que invierte en negocios y presuras, ¿qué ganará?;
Disminuirá en ganancias y arruinará el capital.
105 – El que invierte en negocios lejanos, el que cambia un siclo por dos,
(Ése) es agradable a Shamash (y) él le prolongará su vida.
El que teniendo la balan[za] comete un fraude,
Cambia las pesas y [la] hace [bajar de este modo],
Disminuirá en ganancias y arruinará [el capital].
110 – El que teniendo la balanza es honesto [y da] mucho [mas que el peso],
Todo le será abundante, [mucho mas será] lo que se le dará.
El que pone la mano en la medida comete un fraude,
El que presta con la (medida) media (pero) se hace restituir según la grande,
Antes de su tiempo (antes de la muerte) la maldición pública le alcanzará,
115 – Antes del vencimiento se le reclamará y será gravado.
Su hijo heredero no dispondrá de su bien;
En posesión de herencia no entraran ni siquiera sus hermanos.
El negociante honesto que, entregando el grano con la medida grande hace crecer el bienestar,
(ése) es agradable a Shamash (y) el prolongará su vida;
120 – Agrandará su familia, adquirirá riqueza,
(y), como el agua de una fuente perenne, su descendencia será perpetua.
El que obra bien, el que ignora el fraude,
El que procede siempre con sinceridad, está [allí, ante ti].
Los que han causado el mal, (para ellos) su descendencia no será [perpetua],
125 – Los que niegan, (muy a su pesar), su boca está presente ante ti.
Tu aclaras bien pronto lo que sale de su boca,
Tú escuchas, tú lo examinas, identificas el caso del malo.
Todos, quienesquieran que sean, están confiados a tu mano,
Tú regulas los presagios para ellos, resuelves lo que está confuso,
130 – Tú atiendes, oh Shamash, la petición, la súplica, la plegaria,
La sumisión, la prosternación, el rezo murmurado y la adoración.
Desde la abertura de su boca, el débil te llama,
El humilde, el indefenso, el afligido, el pobre hombre;
La madre del cautivo, sin descanso, constantemente, recurren a ti.
135 – Aquel, cuya familia está lejos y de quien la ciudad está distante,
[con] el producto de la estepa el pastor se presenta ante ti,
El pastorcillo en tiempos de peligro, el guardián en mitad de los enemigos.
Oh Shamash, bajo tus ojos está la caravana de los que pasan (llenos) de temor,
El mercader viajero, el viajante portador del capital.
140 – Oh Shamash, bajo tus ojos está el pecador (con su) nasa,
El cazador (que caza) con trampas, el arquero que da la batida al ganado
(y) el pajarero con su red están (también) bajo tus ojos,
El ladrón que se esconde, enemigo de Shamash,
El merodeador por el sendero de la estepa están bajo sus ojos.
145 – El muerto errante, el espectro fugitivo,
Oh Shamash, están bajo tus ojos, tu lo has oído todo.
No rechaces a los que se han presentado ante ti […]
Por causa mía, oh Shamash, no los aborrezcas.
Oh Shamash, tú abres el entendimiento de los humanos,
150 – Ellos te buscan a ti, que les das tu furiosa y violenta luz.
[Tú] les [regu]las los presagios, tú asistes a los sacrificios,
Examinas su caso a los cuatro vientos,
Les abres su entendimiento bajo toda la extensión de los lugares habitados.
Como copa donde miran tus ojos no bastan los cielos,
155 – Como plato de adivinación no son suficientes todos los países.
El vigésimo día (del mes) te alegras con alborozo y alegría,
Comes, bebes su puro kurunnu, la cerveza del tabernero del puerto;
Ellos te vierten la cerveza del tabernero y tú la aceptas.
Habiendo salvado a los que encerraban las olas potentes,
160 – Has recibido sin cesar, (a su vuelta), sus ofrendas puras inmaculadas.
Tú bebes su mizu y el kurunnu (que te ofrecen los hombres),
Tú, (que) les haces realizar los deseos que ellos han concebido.
Tú absuelves los pecados de los que se han arrodillado,
Tú has aceptado siempre las plegarias de los que siempre te han rezado.
165 – Ellos, los hombres, temiéndote, glorifican tu nombre
Y, para siempre jamás, alaban tu majestad.
Aquellos, cuya lengua es necia, que pronuncian men[tiras],
Que, como las nubes, no tienen ni rostro ni puerta,
Los que han recorrido la vasta tierra,
170 – Los que han hollado las altas montañas,
Los monstruos del océano, llenos de terrible aspecto,
La conexión del mar, que atraviesa el Apsu,
El producto del rio que discurre, oh Shamash, están ante ti.
¿Cuáles son las montañas que no están revestidas de tu resplandor?
175 - ¿Cuáles las regiones que no se calientan en tu brillante ascensión?
(Tú) que haces brillar la oscuridad, que iluminas las tinieblas, que disipas las sombras, que iluminas la vasta tierra,
Que hacer brillar el día, que haces descender, a mediodía, el ardiente calor,
Que, como una llama, inflamas la vasta tierra,
180 - Que acortas los días, que alargas las noches,
[que provocas] el frio, la helada, el hielo, la nieve,
[Portero de la gran puerta] del cerrojo de los cielos, que abres ampliamente los batientes de los lugares habitados,
[que regulas] el pestillo, el pasador, la llave, el cerrojo,
[que (…)] al cautivo en el torbellino de un combate a muerte.
[…] razón, consejo, deliberación, opinión,
[…] a la mu[chedumbre] de gentes.
[…] trono, reino […]
[…] fuerza […]

Siguen tres versos prácticamente intraducibles, dado su estado.

[…] brillante, tu mansión de magnificencia,
[…] el banquete para las regiones,
195 – [(…) gober]nador, pontífice y príncipe,
[…] que ellos te aporten su tributo,
[…] en la ofrenda de lo producido por todos los países.
[…] que tu capilla sea restaurada,
[…] cuya orden es inescrutable.
200 – [Que Aya, la espo]sa [que tú amas], te diga en
(vuestra) cámara: “¡Que estés en paz!”.

domingo, 1 de abril de 2012

MITOS HEBREOS -EL NACIMIENTO DE ISAAC-


MITOS HEBREOS
EL NACIMIENTO DE ISAAC

POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI


Cuando Abram tenía noventa y nueve años, Dios le cambió ese nombre por el de Abraham, que significa "Padre de muchas naciones"; le anunció una vez más que sus descendientes gobernarían toda la tierra de Canaán, pero en esta ocasión condicionó esa donación a que fueran circuncisos todos los niños varones a la edad de ocho días. Inmediatamente Abraham se circuncidó a sí mismo y lo hizo con toda su familia. Dios cambió también el nombre de Sarai por el de Sara, que significa "princesa", y le prometió: "Te daré de ella un hijo, a quien bendeciré, y engendrará pueblos, y saldrán de él reyes de pueblos".
Cayó Abraham sobre su rostro, y se reía, diciéndose en su corazón:
"¿Conque a un centenario le va a nacer un hijo, y Sara, ya nonagenaria, va a parir?" Y dijo a Yahvéh: "Ojalá que viva a tus ojos Ismael". Pero le respondió Dios:
"De cierto que Sara, tu mujer, te parirá un hijo, a quien llamarás Isaac, con quien estableceré yo mi pacto sempiterno, y con su descendencia después de é l . También te he escuchado en cuanto a Ismael. Yo le bendeciré y le acrecentaré, y multiplicaré muy grandemente. Doce jefes engendrará, y le haré un gran pueblo; pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el que te parirá Sara el año que viene por este tiempo".
Dicho eso, Dios desapareció.
No mucho tiempo después, cuando Abraham estaba sentado a la puerta de su tienda en el encinar de Mambré, vio que se acercaban tres desconocidos. Les invitó a lavarse los pies y a tomar un refrigerio. Mientras Sara amasaba tres seas de flor de harina y cocía en el rescoldo unos panes, Abraham corrió en busca de un ternero muy tierno y muy gordo, y se lo dio a un mozo, que se apresuró a prepararlo; y tomando leche cuajada y leche recién ordeñada, se lo puso todo delante, y él se quedó junto a ellos debajo del árbol mientras comían. Poco después le preguntaron dónde estaba Sara y Abraham contestó: "En esa tienda". Ellos le dijeron: "Dentro de un año ella te dará un hijo".
Sara rió cuando oyó desde dentro esa profecía, pues hacía tiempo le había cesado la menstruación. Ellos preguntaron: "¿Por qué se ha reído Sara diciéndose:
De veras voy a parir, siendo tan vieja? ¿Hay algo imposible para Yahvéh?"
Temerosa Sara, negó haberse reído, pero ellos insistieron: "Sí, te has reído".
Los visitantes de Abraham se levantaron para irse, y él los acompañó durante parte del camino. Se dirigieron hacia Sodoma.
Al año siguiente Sara dio a luz un hijo, al que Abraham llamó Isaac y circuncidó a los ocho días. Sara d i j o : "Me ha hecho reír Dios y cuantos lo sepan reirán conmigo. ¿Quién habría de decir a Abraham que amamantará hijos Sara?"
Pero Abraham dio un gran banquete el día del destete de Isaac.
Algunos dicen que unos astrólogos habían hecho el horóscopo de Abraham y le dijeron: "Nunca engendrarás un hijo".
Pero Dios le tranquilizó: "Ese horóscopo fue hecho para Abram, pero yo te he cambiado el nombre, y como Abraham engendrarás un hijo. También he cambiado el nombre de Sarai a causa de su horóscopo".
Otros dicen que el nacimiento de Isaac fue anunciado tres días después de haber circunciso Abraham a toda su familia, y que Dios ordenó a Miguel, Gabriel y Rafael que consolaran a Abraham, quien sufría mucho dolor, como sucede siempre el tercer día. Los arcángeles protestaron: "¿Quieres enviarnos a un lugar impuro, lleno de sangre?" Dios contestó: "El olor del sacrificio de Abraham me agrada más que la mirra y el incienso.
¿Tengo que ir Yo mismo?" Los ángeles le acompañaron disfrazados como viajeros árabes. Miguel iba a anunciar el nacimiento de Isaac; Rafael a curar a Abraham y Gabriel a destruir la malvada ciudad de Sodoma.