"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

miércoles, 19 de diciembre de 2012

TEXTOS RELIGIOSOS -CUENCO DE KAW EL-KEBIR Y CUENCO DE HU-


Cartas a los muertos
Cuenco de Kaw el-Kebir y Cuenco de Hu

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Este tipo de literatura epistolar va encaminada a pedir a los familiares muertos ayuda sobre los distintos problemas de la vida cotidiana egipcia.
La primera se halla inscrita en las dos caras de un cuenco [recipiente de Kaw] de 19, 5 cm de diámetro y 6 cm de profundidad. Esta inscripcion ha sido fechada a finales del Reino Antiguo.
La segunda carta, el cuenco de Hu, se encuentra inscrita en un recipiente de 21 cm. de diámetro y 6 cm. de profundidad. Fechada en el Primer Periodo Intermedio.

Cuenco de Kaw el-Kebir
(texto)

Interior
[1] Es Shepesi quien habla a su padre Iynejenmut:
[2] ‘Esto es un recordatorio de tu viaje a la prisión, al lugar en el que está el hijo de Sen, Hotepu, cuando trajiste [3] la pata trasera de un toro ka, cuando vino este hijo tuyo junto con Neuaf y cuando dijiste: ‘Bienvenido a mí, sentaros y podréis comer [4] carne’. ¿Se puede actuar contra mí en tu presencia, sin tener en cuenta aquello que este hijo tuyo ha dicho o que ha hecho, por mi hermano?. Lo he enterrado, lo he traído desde . . . [5] lo he colocado entre los propietarios de sus tumbas del desierto, aunque fueron cargados 30 heqats contra él como préstamo de un taparrabos, una maza, 6 heqats de cebada del Alto Egipto, [6] un fardo de lino, un pastel ‘shenes’, una copa ‘mehet’, aunque hizo lo que no debía haber hecho, pues actuó contra este hijo tuyo muy injustamente. [7] Viendo que tu dijiste que ‘Se hace entrega de todas mis propiedades a este hijo mío Shepesi’, atiende, los campos han sido tomados por [8] el hijo de Ser, Henu. Mira, ahora está contigo en la ciudad única. [9] Litiga con él ya que tus escribas también están contigo en la ciudad única. Alegre está el hombre que maneja la jabalina, mientras sus gobernadores son reprimidos.

Exterior
[1] Es Shepesi quien habla a su madre Iy:
[2] ‘Esto es un recordatorio de cuando dijiste a este hijo tuyo:
‘Debes traer para mí codornices para que las coma, y cuando te traje yo, este hijo tuyo, [3] codornices y las comiste. ¿Puedo ser injuriado en tu presencia y que los niños estén descontentos a causa de este hijo tuyo afligido? [4] ¿Quién arrojará para ti el agua?.
Desearía que me juzgaras junto con Sobekhotep. Lo he traído desde otra ciudad siendo colocado en su ciudad [5] entre los propietarios de sus tumbas y se le ha dado el ropaje funerario.
¿Por qué actúa contra este hijo tuyo? En verdad, no es lo que le he dicho o lo que le he hecho muy injusto. [6] ¡La injusticia es dolorosa a los dioses!.


Cuenco de Hu
(texto)

[1] Es una hermana quien dice a su hermano, el amigo único Nefersefeji:
[2] ‘Presta mucha atención, es importante que se preste atención a aquel que cuida de ti en relación con esto que se hace contra una hermana muy injustamente, [3] pues no lo he realizado contra él. No he consumido sus posesiones, ni él ha dado ninguna cosa a mi hermana que hace las invocaciones de ofrendas al espíritu [4] en recompensa por interceder por el superviviente. Haz tu rabajo [5] con aquel que me hace daño ya que estoy legitimada contra cualquier muerto o muerta [6] que hace esto contra mi hermana’.

lunes, 17 de diciembre de 2012

TEXTOS RELIGIOSOS -CARTAS A LOS MUERTOS (LINO DEL CAIRO)-


Cartas a los muertos
Lino del Cairo 
por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Este tipo de literatura epistolar va encaminada a pedir a los familiares muertos ayuda sobre los distintos problemas de la vida cotidiana egipcia.
Esta inscripcion se encuentra en hierático sobre un paño de lino de 25 cm. de anchura y 39 cm. de longitud 

Lino del Cairo
(texto)

[1] Es una hermana quien habla a su hermano muerto y un hijo quien habla a su padre muerto:
‘Tu estado es como el de aquel que ha vivido un millón de veces.
Que te beneficie Ha, el señor del occidente, e Inpu [Anubis], señor del enterramiento, según ellos deseen.
[2] Esto es un recordatorio de que vino un mensajero de Behesti a la piel curtida estando sentada bajo tu cabeza, cuando se hizo que se avisara al hijo de Irty, Iy, [3] para acreditarse al mensajero de Behesti, porque habías dicho ‘Protégelo por temor a Iy, el mayor. Que se pudra la madera [4] de esta cama si transporta a un hombre que aparta al hijo de su mobiliario familiar’.
Pero ahora mira, en verdad Uabut ha venido [5] junto con Isesi.
Devastaron tu casa y tomaron posesión de todos las cosas que estaban en ella para enriquecer a Isesi. [6] Desean empobrecer a tu hijo enriqueciendo al hijo de Isesi. Ella ha apartado a Iaset, Iti y Ananjy [7] de ti, ha tomado a todos los lacayos de tu majestad después de tomar posesión de todo lo que estaba en tu casa. [8] ¿Vas a tolerarlo?. Desería que te llevaras a aquel que está aquí en tu presencia más que a aquel que desea ver a tu hijo sometido por el hijo [9] de Isesi.
Despierta a tu padre Iy contra Behesti, álzate, apresúrate contra ellos. [10] Has conocido a quien viene a ti aquí litigando6 con Behesti y el hijo de Aai, Ananji. Álzate contra ellos [11] junto con tus padres, tus hermanos y tus amigos. Debes derribar a Behesti y al hijo de Aai, Ananeji. [12] Recuerda esto que dijiste al hijo de Ireti, Iy: ‘Las casas de tus padres fueron sostenidas’ y así que dijiste ‘la casa del hijo, oh la casa del hijo’. Tu hijo fundó tu casa del mismo modo que tú fundaste la casa de tu padre’.
[13] ¡Oh Sajenptah, mi padre! Que esto pueda serte agradable para hacer que Iy sea llamado por ti para retomar la casa de Ananeji a quien engendró Uabut’.

sábado, 8 de diciembre de 2012

HIMNO A LOS DIOSES -HIMNO A MIN-


HIMNO A LOS DIOSES
Himno a Min de la estela de Sobekiry

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Este himno al dios itifálico Min de Coptos se localizó en el verso de la estela de Sobekiry, catalogada con el número C30 en el Museo del Louvre [París]. La parte anterior de la estela nos muestra un himno a Osiris.

Himno a Min 
(texto)

[1] Palabras dichas por el sustituto del supervisor del tesoro Sobekiry, a quien dio a luz la señora de la casa Senu, justificada.
Dice estando puro y limpio:
‘Quiero adorar a Min y ensalzar al Horus que alza el brazo [diciendo]:
¡Te saludo, oh Min, en sus procesiones, el de elevadas plumas, el hijo de Osiris, a quien dio a luz la divina Isis, el más grande en Senut , el más poderoso en Ipu, el coptita, el Horus [5] fuertemente armado, el señor del respeto que silencia el resplandor, el soberano de todos los dioses, aquel cuya fragancia es grande cuando desciende desde Medya, quien inspira respeto en Nubia, el habitante de Utenet, adorado y alabado!.

sábado, 1 de diciembre de 2012

HIMNO A LOS DIOSES -HIMNO A RA-


HIMNO A LOS DIOSES
Himno a Ra

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Son composiciones de carácter poético escritas con la intención de ensalzar a las divinidades. Los dioses en el país del Nilo eran parte esencial del devenir diario ya que la religión estaba íntimamente unida a la vida cotidiana de los pobladores del Egipto Antiguo

Himno a Ra
(texto)

El himno al dios solar Ra escogido pertenece a la placa I del papiro de Ani y se corresponde con el capítulo XV del Libro de los Muertos, un conjunto de plegarias y sortilegios mágicos encaminados a sortear los peligros que conlleva el viaje mortuorio del difunto a través del Más Allá. La aparición de estos textos se ha fechado en el Reino Nuevo.
El dios Ra es una divinidad muy antigua en el panteón egipcio y su adoración está documentada desde el Reino Antiguo, siendo la ciudad de Heliópolis, cercana, a El Cairo, su principal centro de adoración y de difusión.

[1] LA ADORACIÓN A RA CUANDO SE ELEVA EN EL HORIZONTE ORIENTAL DEL CIELO POR EL OSIRIS, ESCRIBA DE LAS OFRENDAS DIVINAS DE TODOS LOS DIOSES ANI. [2] ÉL DICE:
‘Te saludo, has venido como Jepri, Jepri como creador de los dioses. Cuando apareces y te elevas, [3] tu madre Nut brilla siendo coronado como rey de los dioses.
¡Que tu madre Nut, cuyas manos te hacen un saludo, te engendre!.
[4] ¡Que te reciba Manu en paz y Maat te abrace en las dos estaciones!’.
Que dé la gloria y el poder como justificado, [5] y permita salir como un alma viviente para ver a Horajety, al ka del Osiris, el escriba Ani, justificado ante Osiris. Él dice:
[6] ‘Oh todos los dioses del templo del alma, quienes pesan el cielo y la tierra en la balanza, quienes dan alimento y provisiones.
Oh Tatunen, el único, [7] quien creó la humanidad, la enéada divina, el sur, el norte, el este y el oeste.
Dad una adoración a Ra, señor del cielo, [8] soberano [v.p.s.], quien creó los dioses.
Adoradlo en su bella forma en su ascensión en la barca de la mañana.
[9] Te adoran los que están arriba, te adoran también los que están abajo.
Para ti, escriben Thot y Maat cada día; cuando tu enemigo fue dado [10] al fuego, cayó el maligno y sus manos quedaron atadas después que Ra eliminó sus huellas; los hijos [11] de la revolución no existen.
La Mansión del príncipe está en fiesta, la voz de los que se regocijan está en el trono y [12] los dioses se sienten regocijados porque pueden ver a Ra cuando aparece con sus rayos inundando las tierras.
Avanza [13] la majestad de este noble dios y tras reunirse con la tierra de Manu, de nuevo iluminará la tierra con su nacimiento cada día después de alcanzar su límite de ayer.
[14] Debes ser benévolo conmigo para que pueda ver tus bellezas, ser próspero sobre la tierra, golpear a los asnos y ahuyentar [15] al maligno después de destruir a la serpiente Apep en su momento de actuación y ver al pez ‘abdyu’ transformado en su tiempo y al pez ‘inet’, [16] . . . . estando el barco inet en su lago.
Que pueda ver a Horus como timonero con Dyehuty [Thot] y Maat próximos a él, recibir el remo de proa [17] en la barca ‘seketet’ y el remo de popa en la barca ‘mandyet’.
Que me permita ver el disco solar y observar la luna sin cesar cada día, [18] que pueda salir mi alma para que se pasee [19] hacia el lugar que desee; [20] que se invoque mi nombre [21] cuando sea encontrado después de la [22] reversión de las ofrendas y se coloquen [23] ofrendas para mí en mi presencia como se hace a los seguidores [24] de Horus.
Que se me haga [25] un lugar en la barca sagrada el día del tránsito [26] del dios y sea recibido [27] en presencia de Osiris en la tierra [28] del justificado, para el ka del Osiris Ani

sábado, 24 de noviembre de 2012

HIMNOS A LOS DIOSES -HIMNO A OSIRIS-


HIMNOS A LOS DIOSES
Himno a Osiris de la Estela de Upuathotep

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Son composiciones de carácter poético escritas con la intención de ensalzar a las divinidades. Los dioses en el país del Nilo eran parte esencial del devenir diario ya que la religión estaba íntimamente unida a la vida cotidiana de los pobladores del Egipto Antiguo.

Himno a Osiris de la estela de Upuauthotep
(texto)

Estela de procedencia incierta, quizá de Abidos, con unas dimensiones de 48 x 30 cm. está fechada en la XIII Dinastía. Actualmente se custodia en el Museo de Berlín, catalogada con el nº1.367.

[1] La adoración de Osiris por el noble, príncipe, canciller del Bajo Egipto y supervisor del distrito administrativo [2] Upuauthotep, justificado, engendrado por el príncipe y canciller del dios, Jnumhotep justificado. Dice:
[3] ‘¡Te saludo, Osiris, quien está al frente de los occidentales!, el hijo de Nut, el heredero de Geb, rey [4] de los dioses, quien salió poderoso desde el vientre de su madre y después de haber recibido la corona blanca de su padre, [5] el cetro está en su mano y el cetro ‘dyam’ en su puño; después de haber recibido el flagelo, sus formas son más ensalzadas que las de cualquier otro dios.
[6] ¡Oh señor del temor, aquel cuyo respeto es grande!, ¡Oh señor del resplandor, quien es grande en Nenines [Heracleópolis Magna] cuyos lugares son ocultos en Resetau!.
[7] A quien Dyehuty [Thot] desea ver en su trono [8] de justificado, por cuyo deseo Ra se eleva para ver sus bellezas [9] sobre la tierra y se oculta en vida, del mismo modo, para poder verlo en sus formas de la duat, [10] a quien le colocó sus diademas sobre su gran corona ‘atefu’, las que están en su cabeza, [11] para hacer que el maligno lo tema [12] y que sus camaradas caigan sobre sus caras para él [13] en tanto en cuanto lo ama más que a cualquier dios, este dios, el primogénito de los dioses, el rey del Alto y Bajo Egipto [14] Osiris, justificado.
Que reciba las ofrendas de su templo, tanto las que son colocadas en el suelo como sobre sus altares.
Que respire el aire que viene del exterior mezclado con mirra e incienso.
Que el olor de lo que está asado entre en mi nariz.

sábado, 17 de noviembre de 2012

LA ESTELA POETICA DE THUTMOSE III


Estela Poética de Thutmose III
(poema)
por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Es un bloque de granito negro de 1,80 m de altura que procede del templo de Karnak. Actualmente está custodiada en el museo de El Cairo con el número de serie 34.010.

Estela Poética de Thutmose III
(texto)

[1] Dicho por Amón, el señor de los tronos de las Dos Tierras: ‘Bienvenido a mí. Te sientes alegre de ver mi belleza, ¡oh mi hijo, mi protector, Menjeperra, que viva eternamente!
Me elevo a través de tu amor con mi corazón [2] contento por tus hermosas venidas a mi templo y mis manos se unen a tu cuerpo con la protección y vida.
¡Que dulces son tus encantos en mi pecho!, por eso te ennoblezco [3] en mi santuario y me maravillo de ti.
Te doy el valor y la victoria contra todos los países extranjeros y coloco tu poder y tu temor en todas las tierras, y tu pavor en el límite [4] de los cuatro pilares del cielo.
Engrandezco tu respeto en todos los cuerpos, instalo el grito de tu majestad a través de los nueve arcos y los grandes de todos los países extranjeros están en tu puño.
[5] Extiendo mis propias manos y te los junto, después de reunir como cautivos a las tribus de Nubia por decenas de miles y millares y a las del norte por centenares de miles.
[6] Hago que tus oponentes caigan bajo tus sandaliasy que pises a los adversarios y a los descontentos igual que he gobernado la tierra para ti en toda su longitud y toda su anchura con los orientales y los occidentales bajo tu supervisión.
[7] Pisas a todos los países con tu corazón contento pues no existe quien se revuelva en las cercanías de tu majestad cuando siendo tu guía, los alcanzaste y después de cruzar las aguas del río Eúfrates de [8] Naharina envuelto con la fuerza y el poder que te había mandado, escuchan tu grito de guerra metidos en hoyos.
Despojo sus narices del aliento de vida [9], cuando instalo el terror de tu majestad en sus corazones y mi serpiente uraeus, la que está en tu cabeza, los destruye pues provoca la ruina en los que tienen mal carácter, [10] consume a los que están en sus islas mediante su fuego y derriba de un tajo las cabezas de los asiáticos sin que puedan escapar cayendo tambaleados por tu poder.
[11] Hago que tus victorias vuelvan en todas las tierras y que mi uraeus se ilumine en tus siervos sin que exista quien se te rebele en el círculo del cielo y vendrán inclinados portando los tributos sobre sus espaldas [12] para tu majestad como yo he ordenado.
Hago que se debiliten los agresores en tu cercanía después que sus corazones hayan ardido y sus cuerpos queden temblando.
[13] He venido para hacer que pisotees a los grandes de Dyahy, los extiendo bajo tus pies a través de sus países; hago que vean a tu majestad como el señor de los rayos y que brilles en sus caras como mi imagen.
[14] He venido para hacer que pisotees a los que están en Asia, que golpees las cabezas de los asiáticos de Rechenu; hago que vean a tu majestad equipada con tus insignias cuando recibes las armas de combate sobre el carro.
[15] He venido para hacer que pisotees la tierra oriental, que pises a los que están en las regiones de Tanecher y para hacer que vean a tu majestad como la estrella ‘shed’ cuya llama siembra con fuego cuando deja el rescoldo.
[16] He venido para hacer que pisotees la tierra occidental; Keftiu [Creta] e Isy están respetándote y para hacer que vean a tu majestad como un toro joven de firme corazón y afilados cuernos que nunca es embestido.
[17] He venido para hacer que pisotees a los que están en sus islas, - por tu temor están temblando las tierras de Mitanni - y para hacer que vean a tu majestad como un cocodrilo, el señor del terror en las aguas que nunca es atacado.
[18] He venido para hacer que pisotees a los que están en las islas del Mediterráneo; bajo tu grito de guerra está todo el mar y para hacer que vean a tu majestad como un protector que aparece sobre las espaldas de sus toros.
[19] He venido para hacer que pisotees a Chechenu [Libia] - las islas de los uchentiu pertenecen a la potencia de tu poder - y para hacer que vean a tu majestad como un león que los hace postrarse como cadáveres a lo largo de sus valles.
[20] He venido para hacer que pisotees a los confines de la tierra, - el circuito del océano queda encerrado en tu puño - y para hacer que vean a tu majestad como el señor del ala, un halcón, que atrapa lo que ve según desea.
[21] He venido para hacer que pisotees a los que están en el principio de la tierra y ates a los beduinos del desierto como cautivos, y para hacer que vean a tu majestad como un chacal del Alto Egipto, señor de lo que es traído y corredor que atraviesa las Dos Tierras. [22] He venido para hacer que pisotees a las tribus de Nubia; Nubia desde tan lejos como Shat está en tu puño, y para hacer que vean a tu majestad como tus dos hermanos cuyas manos reuní para ti mediante la victoria.
[23] A tus dos hermanas, las he colocado protegiendo tu nuca y las manos de mi majestad están alzadas derribando a los malvados.
Te doy la protección, oh mi hijo, a quien amo, el Horus ‘toro poderoso que se eleva en Uaset’, a quien he creado de mi cuerpo, [24] Thutmose ¡que viva eternamente!, quien hace para mí todo lo que desea mi ka.
Como una obra eterna, erigiste mi santuario, más largo y ancho que lo que había existido antes, y una gran puerta . . . . . [25] ‘cuya belleza festeja Amón-Ra’.
Es más grande tu monumento que el de cualquier otro rey que haya existido antes.
Te ordené hacer esto y estoy satisfecho por ello.
Así que te establezco en el trono de Horus de los millones de años y guiarás a los vivientes eternamente.

sábado, 10 de noviembre de 2012

HIMNOS A SENUSERE III


Himnos a Senuseret III en Illahun
(Himno)

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Este conjunto de himnos fueron encontrados en la parte anterior de una lámina de papiro que mide 114 x 30 cm, fechada en el Reino Medio.

Himnos a Senuseret III en Illahun
(texto)

[1] El Horus ‘el de divinas transformaciones’; las Dos Señoras ‘el de linaje divino’; Horus de oro ‘quien ha venido a la existencia’, rey del Alto y Bajo Egipto Jakaura, el hijo de Ra, Senuseret [Sesostris]- tomó posesión de las Dos Tierras con legitimidad.

I
[2] Te saludo, oh Jakaura, nuestro Horus, el de divinas transformaciones,
el protector de la tierra, quien ensancha sus fronteras,
[3] quien somete a los países extranjeros con su corona blanca,
quien mantiene unidas las Dos Tierras por las acción de sus manos,
[4] . . . . . los países extranjeros mediante sus brazos,
quien mata a los extranjeros [5] sin batir una estaca,
quien arroja la flecha sin tensar la cuerda,
cuyo terror ha golpeado a las tribus en sus tierras,
[6] cuyo temor ha destruido los nueve arcos,
cuya masacre ha provocado la muerte de miles de extranjeros,
. . . . . que alcanzaron sus fronteras,
[7] quien arroja la flecha del mismo modo que hace Sejmet y derriba a miles de aquellos que ignoraron su poder.
Es la lengua de su majestad [8] la que reprimió Nubia y sus palabras las que hicieron huir a los asiáticos.
Es el único joven [9] que combate en sus fronteras,
que no permite que sus siervos desfallezcan,
quien permite que [10] los patricios duerman al amanecer y que sus tropas repongan sus sueños porque su corazón está protegiéndolos,
cuyas órdenes han creado sus fronteras y sus palabras han dignificado los dos bancos de arena.

II
[1] ¡Que alegres están los dioses después que has perpetuado sus ofrendas!.
[2] ¡Que alegres están . . . . . después que has creado sus fronteras!.
[3] ¡Que alegres están tus antepasados que vivieron antes, después que has incrementado sus divisiones!.
[4] ¡Que alegres están los egipcios por tu poderoso brazo después que has protegido las viejas tradiciones!.
[5] ¡Que alegres están los patricios con tu gobierno después que tus poderes han tomado posesión de las riquezas!.
[6] ¡Que alegres están los dos bancos de arena con tus terrores después que has aumentado sus pertenencias!.
[7] ¡Que alegres están tus jóvenes batallones de tropas después que has hecho que prosperen!.
[8] ¡Que alegres están tus venerables después que has hecho que rejuvenezcan!.
[9] ¡Que alegres están las Dos Tierras con tus fuerzas físicas después que has protegido sus muros!.
[10] Su estribillo: ‘¡oh Horus, tú que ensanchas su frontera, que puedas repetir la eternidad!.

III
[11] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Vale por un millón, mientras que otros miles de personas valen poco.
[12] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es un dique que retiene el río contra sus inundaciones de agua.
[13] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es un lugar fresco que permite que todos duerman hasta el amanecer.
[14] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es un baluarte de los muros de cobre de Shesem.
[15] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es un refugio cuya ayuda no se desdeña.
[16] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es un cobijo que salva al temeroso de la mano de su enemigo.
[17] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es una sombra en la estación de ‘ajet’ y el frescor en la estación de ‘shemu’.
[18] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es una esquina seca y sombreada en la estación de ‘peret’.
[19] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es una montaña que impide el paso del vendaval en las épocas de cielo tormentoso.
[20] ¡Que grande es el señor de su ciudad! Es Sejmet contra los enemigos que pisan su frontera.

IV
[1] Es a nosotros que ha venido después de conquistar la tierra del Alto Egipto y de reunir la doble corona en su cabeza.
[2] Es a nosotros que ha venido después de reunir las Dos Tierras y entremezclar el junco y la abeja.
[3] Es a nosotros que ha venido después de gobernar a los habitantes de la Tierra negra [Egipto] y colocar la Tierra roja [Desierto] de su parte.
[4] Es a nosotros que ha venido después de proteger las Dos Tierras y pacificar los dos bancales de arena.
[5] Es a nosotros que ha venido después de alimentar a los egipcios y disipar sus necesidades.
[6] Es a nosotros que ha venido después de alimentar a los patricios y hacer respirar las gargantas de los rejit.
[7] Es a nosotros que ha venido después de aplastar a los países extranjeros y golpear a las tribus que desconocían su temor.
[8] Es a nosotros que ha venido después de combatir en su frontera y rescatar a aquel que había sido robado.
[9] Es a nosotros que ha venido después de mostrar el poder de su brazo glorificado por aquello que su poder ha traído.
[10] Es a nosotros que ha venido después de hacer que rescatáramos a nuestros jóvenes y enterráramos a nuestros ancianos por su deseo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

MITOS HEBREOS -JUDA Y TAMAR-


MITOS HEBREOS
JUDÁ Y TAMAR

POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI



Judá se separó de sus once hermanos y se dirigió hacia el sur para residir con el adulamita Jira. Allí conoció y se casó con la cananea Sué, que le dio tres hijos en la ciudad de Quizib: Er, Onán y Sela. Tomó Judá para Er, su primogénito, una mujer, también cananea, llamada Tamar, pero Er fue malo a los ojos de Yahvéh y Yahvéh lo mató. Entonces dijo Judá a Onán: "Entra a la mujer de tu hermano y tómala, como cuñado que eres, para suscitar prole a tu hermano"- Pero Onán, sabiendo que la prole no sería suya, cuando se acostaba con la mujer de su hermano se derramaba en tierra para no darle prole, pecado que Dios castigó con la muerte de Onán. Entonces Judá le dijo a Tamar: "Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que sea grande mi hijo Sela". Pero temiendo que Sela pudiera morir de pronto, como sus hermanos, Judá aplazó la boda un año tras otro.
Cuando murió la hija de Sué, Judá, para ahogar su pena, fue con su amigo Jira, el adulamita, al esquileo de su ganado en Tamna. Y Tamar, que ya se daba cuenta de que la habían engañado, y enterada del viaje de Judá, se despojó de sus vestidos de viuda, se cubrió con un velo y se sentó a la entrada de Enaím.
Judá, al verla, la tomó por una meretriz, pues tenía tapada la cara, y le d i j o:
"Déjame entrar a t i " . Ella le respondió: "¿Qué vas a darme por entrar a mí?" y él contestó: "Te mandaré un cabrito del rebaño". Ella le dijo: "Si me das una prenda hasta que lo mandes. - . " "¿Qué prenda quieres que te dé?", le preguntó é l . Ella contestó: "Tu sello, el cordón de que cuelga y el báculo que llevas en la mano". Él se los dio y se acostó con ella.
Luego Tamar se levantó, se fue, se quitó el velo y volvió a vestirse sus ropas de viuda.
A pedido de Judá, su amigo Jira llevó a Enaím el cabrito prometido, pero no halló a Tamar. Preguntó a las gentes del lugar: "¿Dónde está la meretriz que se sienta en Enaím a la vera del camino?" Y ellos le respondieron: "No ha habido ahí nunca ninguna meretriz".
Tres meses después Judá se enteró de que Tamar había infringido claramente su contrato matrimonial, pues estaba encinta por algún hombre que no era Sela. Obedeciendo a la costumbre de esa época, la condenó a la hoguera.
Cuando se la llevaban mandó ella decir a su suegro: "Del hombre cuyas son estas cosas estoy yo encinta. Mira a ver de quién son ese anillo, ese cordón y ese báculo".
Judá reconoció sus prendas y d i j o : "Mejor que yo es ella, pues no se la he dado a Sela, mi hijo". En consecuencia, no la castigó, y Tamar quedó en libertad, pero Judá no volvió a tocarla ni ella se pudo casar con Sela.
Cuando llegó el tiempo del parto, Tamar tenía en el seno dos mellizos. Al darlos a luz sacó uno de ellos una mano y la partera la tomó y ató a ella un hilo rojo y dijo: "Este ha sido el primero en salir", pero él retiró la mano y salió su hermano.
"¡Vaya rotura que has hecho!", exclamó ella y le llamó Fares.
Luego salió su hermano, que tenía el hilo atado a la mano, y le llamó Zaraj.
Como todas las madres nobles de Israel, Tamar poseía el don de la profecía. Preveía que el Mesías descendería de ella, y fue esta presciencia la que la impulsó a obedecer la antigua ley amorrea según la cual toda muchacha, antes de casarse, debe pasar siete días fuera de las puertas de la ciudad vendiéndose a los forasteros.
Algunos dicen que Judá, a causa de su virtud, se abstuvo de tomar a Tamar al principio y siguió adelante. Pero rogó a Dios, por orden de quien el Ángel del Deseo Carnal descendió y dijo a Judá: "¡Vuélvete, Judá! Si desprecias a esta mujer, ¿cómo nacerán los reyes y los salvadores de Israel?" Judá volvió y se acostó con Tamar, pero no sin asegurarse antes de que era soltera, huérfana, físicamente pura y servidora del Dios Vivo. Luego Tamar, más bien que decir a los mensajeros quién era el que le había dado las prendas, prefirió que hiciera la revelación el mismo Judá. Y algunos dicen que a causa de su prudencia en este asunto —pues una persona honrada se quemará antes que avergonzar públicamente a un pariente— Judá no sólo reconoció a los mellizos como suyos, sino que siguió consolando a Tamar en su viudez.

EL DIALOGO DE UN DESESPERADO CON SU ALMA


El Diálodo de un Desesperado con su Alma
(Texto poético)

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


La expresión literaria de los pobladores del Nilo no fue exclusiva del ámbito de la prosa, sino que realizaron incursiones poéticas en todos los campos, desde las canciones de los arpistas del Reino Medio hasta himnos reales pasando por composiciones poéticas en textos prosaicos. 

El diálogo de un desesperado con su alma
El texto1 se encuentra en un manuscrito, el papiro de Berlín 3.024, que ha sido fechado en la dinastía XII. La primera parte del documento ha desaparecido y el texto que ha llegado a nosotros está escrito en 155 columnas verticales inscritas de derecha a izquierda.

El diálogo de un desesperado con su alma
(texto)

[1] . . . . . para decir . . . . . [2] sus lenguas no pueden preguntar . .
. . . [3] sus pagos, sus lenguas no pueden preguntar.
Abrí [4] mi boca a mi alma y respondí a lo que dijo:
[5] ‘Esto es demasiado duro para mí hoy.
Mi alma no quiera hablarme.
[6] Es, incluso, mayor que una exageración.
Es como ignorarme.
[7] Que mi alma no se vaya
y me preste atención con respecto a ello.
[8] . . . . . esto . . . . .
[9] . . . . . en mi cuerpo como una red de cuerdas.
No [10] será capaz de huir el día de los problemas.
[11] Mirad, mi alma me extravía , - no la escucho [12] -,
arrastrándome a la muerte antes de que yo vaya a ella
y [13] arrojándome al fuego para consumirme.
[14] . . . . .
[15] debe estar cerca de mí el día de los problemas
y [16] situarse a ese lado como hace alguien que es suplicado.
[17] Quien escapa es ella
después que él la ha atraído.
Oh mi alma [18] ignorante, para aliviar la miseria en la vida
[19] empújame a la muerte antes de que tenga que ir a ella
y [20] hazme agradable el occidente.
¿Es esto es un problema?.
La vida es [21] un estado transitorio; los árboles caen.
Pisotea [22] sobre el mal; sofoca mi miseria.
[23] Que me juzgue Dyehuty [Thot], el pacificador [24] de los dioses.
Que me defienda Jonsu, [25] el escriba de la justicia.
Que escuche mis palabras Ra, [26] el comandante de la barca sagrada.
Que me defienda [27] Isdes en la cámara sagrada,
[28] puesto que el necesitado está cargado de . . . . .
[29] Ella me ha agobiado
y es agradable que [30] los dioses rechacen los secretos de mi cuerpo.
Lo que me respondió [31] mi alma:
‘Que tú no eres un hombre, eres, en verdad, [32] un viviente.
¿Cuál es tu provecho: que estés preocupado por la vida [33]
como un rico?.
Digo que no me voy a marchar [34] mientras ésta permanezca en la tierra. Seguramente si escapas no [35] se temerá por ti.
Cualquier criminal dice: [36] Voy a capturarte, pero tú estás muerto aunque tu nombre [37] está vivo. Ella es un lugar atractivo de reposo [38] del corazón . El occidente es una morada de remar . . . . . [39] . . . . . cara’.
Si mi alma, que no es maliciosa, me escucha [40] y su pensamiento está de acuerdo conmigo, [41] será afortunada. Haré que alcance el occidente como [42] aquel que está en su pirámide y [43] a cuyo entierro atendió un superviviente.
Voy a hacer un cobijo sobre [44] tus restos para que otra alma te envidie [45] el estado inerte. Voy a hacer un cobijo, entonces [46] no tendrás frío y causarás envidia a otra alma [47] lo que está caliente. Beberé agua en los remolinos de la orilla [48] y haré mi sombra, así que [49] hagas
envidiar a cualquier otra alma que esté hambrienta.
Si me empujas [50] a la muerte en esta forma no [51] encontrarás sobre lo que posarte en el occidente. Se paciente [52] alma mía, mi hermano, hasta que exista mi heredero [53] quien hará ofrendas y las colocará en la tumba [54] el día del entierro y él preparará el féretro [55] de la necrópolis.
Me abrió mi alma su boca y [56] respondió a lo que había dicho:
‘Si piensas en el entierro, [57] es una tristeza, es lo que trae el llanto [58] haciendo miserable a un hombre, es lo que aparta a un hombre de su casa siendo arrojado sobre [59] la colina. No ascenderás a las alturas ni podrás ver [60] a Ra. ¡Oh aquellos que edifican en piedra [61] de granito y construyen capillas en las bellas pirámides mediante [62] hermosos trabajos, cuando los
constructores se convierten en [63] dioses, sus piedras de ofrendas son destruidas del mismo modo que los débiles [64] que mueren en la orilla por carecer de sucesor; [65] la inundación capturó sus restos al igual que el sol y sólo [66] los peces de los márgenes del agua les hablan. [67] Escúchame, mira, es bueno escuchar para la gente. [68] Sigue el día felizmente, olvida la preocupación’.

[El alma cuenta una primera historia]
Mira, un ciudadano [69] labra su parcela, carga su recolección [70] hacia el interior del barco y arrastra el remolque; [71] habiéndose aproximado su día de fiesta, ha visto salir la oscuridad [72] del viento del norte despierto en el barco [73] cuando el sol se pone, habiendo escapado con su mujer [74] y sus hijos zozobrando en el lago infestado [75] por la noche con cocodrilos.
Al final terminó sentado [76] e irrumpió en el silencio diciendo:
No he llorado [77] por esta mujer para quien no es más difícil escapar del horizonte [78] que para otra que está sobre la tierra. Es por sus hijos [79] que fueron destrozados  de el huevo y quienes vieron la cara del dios cocodrilo [80] antes de que vivieran, que estoy preocupado.

[El alma cuenta una segunda historia]
Un ciudadano pide la comida de la noche temprano [81] y su mujer le dice. ‘Es para la cena’. Sale [82] al exterior [. . . . .] un momento. [83] cuando vuelve a su casa es como otra persona.
Su mujer [84] conversa con él, pero no le escucha [. . . . .] [85] ha descuidado el deseo de los mensajeros.
Abrí [86] mi boca a mi alma y respondí a lo que había dicho:

[Primer poema]
Mira, [87] mi nombre apesta,
mira, más que el olor de los buitres calvos
[88] en los días de la estación de ‘shemu’ cuando el cielo está caliente.
Mira, [89] mi nombre apesta,
mira, [más que el olor] de quien recoge peces
[90] un día de pesca cuando el cielo está caliente.
[91] Mira, mi nombre apesta,
más que el olor [92] de los patos,
más que un refugio de cañas [93] que contiene aves acuáticas.
Mira, mi nombre apesta,
[94] mira, más que el olor de los pescadores,
más que las ensenadas [95] de los pantanos después que han pescado.
Mira, [96] mi nombre apesta,
mira, más que el olor de los cocodrilos,
[97] más que sentarse bajo los márgenes de un cultivo que tiene
cocodrilos.
Mira, [98] mi nombre apesta,
mira, más que el de una mujer esclava
contra quien se dicen mentiras [99] al marido.
Mira, mi nombre apesta,
[100] mira, más que el del niño robusto contra quien se dice
[101] que pertenece al rival.
Mira, mi nombre apesta,
[102] mira, más que una ciudad del soberano
que desencadena una rebelión [103] cuando se ha marchado.

[Segundo poema]
¿A quién hablaré hoy?
Los hermanos se han vuelto malvados
y [104] los amigos de hoy no aman.
¿A quién hablaré [105] hoy?
Los corazones son avaros
y cualquiera toma posesión de [106] los bienes de su prójimo.
¿[A quién hablaré hoy]?
[107] la clemencia desapareció
y la violencia se transmite a todos.
[108] ¿ A quién hablaré hoy?
Se encuentra satisfacción en el mal
y [109] se abandona lo bueno en cualquier lugar.
¿A quién hablaré [110] hoy?
Quien hacía encolerizar a un hombre por sus malas acciones,
ahora [111] hace reír a todos cuando su maldad es perniciosa.
¿A quien hablaré [112] hoy?
Se desvalija
y cualquiera toma posesión de lo de su prójimo.
[113] ¿A quién hablaré hoy?
El malhechor es [114] un íntimo
y el hermano con quien se actuaba se ha convertido [115] en un
enemigo.
¿A quien hablaré hoy?
Nadie quiere recordar el pasado
[116] y nadie quiere ayudar a quien actúa ahora.
¿A quien hablaré hoy?
[117] Los hermanos se han vuelto malvados
y se recurre a los extranjeros [118] para el afecto.
¿A quién hablaré hoy?
Los rostros [119] se ocultaron
y todos están más abatidos que su [120] su prójimo.
¿A quién hablaré hoy?
Los corazones se han vuelto avariciosos
[121] y no existe corazón humano en el se pueda confiar.
¿A quién hablaré [122] hoy?
No hay hombres justos
y la tierra quedó abandonada a [123] los que hicieron el mal.
¿A quién hablaré hoy?
Se carece [124] de amigo íntimo
y se recurre a quien se desconoce [125] para lamentarse.
¿A quién hablaré hoy?
No hay quien [126] esté satisfecho
y ese con quien se iba, no existe.
[127] ¿A quién hablaré hoy?
Estoy agobiado [128] cargando penurias
por carecer de un íntimo amigo.
[129] ¿A quién hablaré hoy?
La maldad vagó por la tierra
[130] y no tiene fin.

[Tercer poema]
La muerte está ante mí hoy
igual que de la curación, [131] un enfermo,
del mismo modo que salir al exterior después de una reclusión.
[132] La muerte está ante mí hoy
como del aroma, la mirra,
[133] del mismo modo que sentarse bajo un toldo [134] un día de
viento.
La muerte está ante mí hoy
[135] como de la fragancia, los lotos,
del mismo modo que sentarse en los bancos de arena [136] de la
tierra de la embriaguez.
La muerte está ante mí hoy
como [137] un camino trillado [?],
del mismo modo que la vuelta de un hombre desde una expedición
[138] a su casa.
La muerte está ante mí hoy
como [139] de la claridad, el cielo,
del mismo modo que un descubridor [140] quien está a la entrada
de lo que había ignorado.
Esta la muerte ante mí hoy
[141] del mismo modo que un hombre desea ver su casa
después que pasó numerosos años capturado [142] en reclusión.

[Cuarto poema]
Será, ciertamente, quien está allí un dios vivo
[143] castigando el crimen del malhechor.
Será, ciertamente, [144] quien está allí colocado en la barca sagrada
permitiendo que se den alimentos escogidos [145] de allí a los templos.
Será, ciertamente, quien esté allí un sabio
[146] y no es rechazado en la apelación [147] a Ra cuando hable.
Lo que me respondió [148] mi alma:
‘Coloca las lamentaciones en un colgador, oh mi camarada,
[149] mi hermano. Debes ofrecer sobre el incensario, [150] así
que rompas con la vida y del mismo modo digas -Deséame
[151] aquí- después de haber rechazado el occidente. Cuando
se desee, en verdad, [152] que alcances el occidente, que tus
miembros alcancen la tierra, [153] me posaré después que te
hayas cansado y [154] entonces haremos una morada juntos.

Esto es que llegó [el final]. [155] Desde su comienzo hasta su final es como fue encontrado en el libro.

sábado, 27 de octubre de 2012

LAS LAMENTACIONES DE JAJEPERRASENEB


Las Lamentaciones de Jajeperraseneb
(Texto sapiencial) 

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Este documento, fechado por A.H. GARDINER en la Dinastía XVIII, se encuentra actualmente custodiado en el Museo Británico con el número 5.645.

Las Lamentaciones de Jajeperraseneb
(texto)

[1 recto] Recopilación de palabras, colección de proverbios, búsqueda de las frases como quien busca con intención, que realizó el sacerdote purificador de Iunu [Heliópolis], el hijo de Seny, Jajeperraseneb, a quien se llama Aneju.
[2] Dice:
‘Ojalá tuviera frases desconocidas, proverbios extraños con palabras nuevas que no hubieran existido, que carecieran de repeticiones, sin dichos de los que son transmitidos y [3] que los ancestros dijeron.
He exprimido mi cuerpo de lo que estaba en él, liberándolo de todo mi lenguaje porque lo que ha sido dicho se repite.
Se dice solamente lo que ha sido dicho y no serán exageradas las palabras de los antepasados [4] cuando las generaciones venideras las encuentren.
[5]No habló el orador, habla aquel que hablará si alguien puede encontrar aquello que él pudo decir.
No hay un narrador de cuentos después que ellos, pues se han creado para ellos antes.
Cuando no hay palabras que, entonces, ellos puedan relatar, [6] es buscar en vano, son mentiras.
No habrá nadie que recuerde su nombre a otros.
He dicho esto de acuerdo a lo que he visto:
‘Desde la primera generación hasta [7] aquellos que vinieron después de ellos, imitaron las cosas que han pasado.
Ojalá hubiera conocido lo que otros ignoraron, lo que no se ha relatado; lo diría, mi corazón me respondería; [8] le daría una explicación por mi sufrimiento, le transferiría la carga que está sobre mi espalda y las frases que causan aflicción y que me pertenecen, le expresaría mi sufrimiento por ello [9] y le diría ¡ah! con genio.
[10] Esto significa que estoy meditando sobre lo que ocurre y los acontecimientos que suceden a lo largo y ancho de la tierra:
se producen transformaciones que no son las de antaño.
Un año es más duro que el siguiente.
La tierra convertida en algo baldío está confundida desde mi punto de vista.
Se ha actuado como . . . . .
[11] La justicia es despreciada y el mal está en el interior de la cámara conciliar.
Se han violado los planes de los dioses y sus provisiones son descuidadas.
En un tumulto está la tierra:
la pena aparece9 en todos los rincones; las ciudades [12] y los distritos están en llanto.
Todos, los semejantes, están sujetos al mal; la dignidad ha sido anulada.
Los señores del silencio son molestados, pero los amaneceres ocurren cada día y la cara se aparta de lo que ocurre.
Pondría mi discurso en ellos, [13] pero mi cuerpo está pesado y me ahogo a causa de mi corazón.
Guardar silencio por ello es padecerlo, pero el corazón de otro es el que debe inclinarse.
Un corazón fuerte en un mal pleito, es el compañero de su señor.
Desearía tener un corazón [14] con capacidad de sufrimiento, entonces podría hacer un descanso en él, lo cargaría con palabras de duelo y le evitaría mi dolor.
[I verso] Habla a su corazón:
‘Ven, corazón, voy a hablarte; debes responderme a mis palabras y explicarme lo que pasa a través de la tierra, y cómo aquellos que brillaban son abatidos.
Ocurre que estoy meditando sobre las cosas que suceden:
la miseria se ha presentado [2] en el día de hoy; mañana, los extranjeros no dejarán de venir; todos callaron con respecto a ello; la tierra entera está en una gran agitación; no hay ningún cuerpo que carezca de maldad; todos se agradan haciéndolo; los corazones son codiciosos; aquel que da órdenes es [3] aquel a quien se daba órdenes; el corazón de ambos está feliz.
Uno se levanta temprano por ello cada día y los corazones no lo rechazan; la situación de ayer allí es como la del día de hoy; la cara que sobrepasa [?] por ello a la abundancia es la cara que permanece imperturbable [?].
No hay sabio que comprenda, [4] ni colérico que dé un grito, pero uno se levanta temprano para sufrir cada día.
Mi sufrimiento es largo y pesado; la fuerza física de la miseria no es capaz de rescatarlo de la acción de alguien más poderoso que él.
Es una pena guardar silencio en relación con lo que se ha escuchado y vano responder al [5] ignorante.
El rechazar un asunto genera enemistad; el corazón no acepta la verdad.
Se soportan las noticias corrientes, y cualquiera desea sus propias frases; todos ponen confianza en la perversidad y la precisión del lenguaje es abandonada.
Te hablo, [6] oh corazón y debes responderme; un corazón requerido no calla.
Mira los asuntos de un sirviente son como los de un señor y es grande la carga sobre ti.

domingo, 21 de octubre de 2012

EL CAMPESINO ELOCUENTE


El Campesino Elocuente
(Texto sapiencial) 

por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Los avatares de un campesino del Uadi Natrum [Campos de la Sal] ha llegado hasta nosotros a través de varios textos: los fragmentos Amherst I y II [A] identificados por Newberry en 1.891, los papiros 3.023 [B1] y 3.025 [B2] del Museo de Berlín adquiridos junto con otros papiros literarios de la colección Anastasi en 1.843, el custodiado en el Museo Británico con el número BM 10.274, también llamado Papiro Butler [Bt], y el papiro del
Ramesseum [R-Berlín 10.499], encontrado en 1.896 en una tumba del Reino Medio situada bajo los almacenes del Ramesseum por Quibell.
El papiro 3.023 [B1] tiene unas dimensiones de 390 x 16 cm. [326 líneas careciendo del principio y del final]; el 3.025 [B2], 295 x 15 cm. [142 líneas]; el pequeño Papiro Butler, 72 x 13,7 cm. [40 líneas]; mientras que la porción más extensa del papiro del Ramesseum alcanza los 240 cm. [138 líneas].

El Campesino Elocuente
(texto)

[R1] Había una vez un hombre, cuyo nombre era Juninpu. Era un campesino del Uadi Natrum [Campos de la Sal]. [2] Por entonces tenía una mujer de nombre Meret.
Entonces dijo este campesino a su mujer:
‘Mira, voy a bajar [3] a Egipto para traer provisiones de allí para mis hijos. Ve, pues, y pésame la cebada [4] que está en el granero como excedente de la cebada del año anterior’.
Así que le pesó 26 heqats de grano. [5] Luego dijo el campesino a su mujer:
‘Mira, deja para ti 20 heqats de grano para tus provisiones y tus hijos. [6] Hazme, pues, los 6 heqats de grano en pan y cerveza para cada día. Así que pueda vivir de ello’.
[7] Tras lo cual descendió este campesino a Egipto después de haber cargado sus asnos [8] con cañas, [9] plantas redemit, [10] natrón, [11] sal, [12] madera de . . . . . , [13] barrotes del oasis de Farâfrah, [14] pieles de leopardo, [15] pellejos de chacal, [16] plantas neshau, [17] caliza, [18] plantas medicinales tenemu, [19] plantas jeperur, [20] sahut, [21] semilla saskut, [22] plantas misut, [23] mineral senet, [24] mineral abau, [25] plantas ibsa, [26] planta inbi, [27] palomas, [28] pájaros naru, [29] ánsares, [30] plantas uben, [31] plantas tebesu, [32] semillas gengenet, [33] fenogreco/alholva, [34] semillas inset, [35] llenos con todos los buenos productos del Uadi Natrum.
[36] Así marchó el campesino viajando al sur [37] hacia Neninesu [Heracleópolis Magna] y arribó al distrito de Perfefi [38] al norte de Medenit en donde encontró un hombre [39] de pie sobre la orilla, cuyo nombre era Nemtynajt. Era hijo de un hombre [40] de nombre Isery; ambos eran siervos del camarero mayor, [41] el hijo de Meru, Renesy.
Entonces dijo el tal Nemtynajt cuando vio que [42] los asnos del campesino eran los deseados en su corazón:
[43] ‘Ojalá tuviera cualquier amuleto benéfico con el que poder robar los enseres a [44] este campesino’.
Por aquella época, la casa del tal Nemtynajt estaba al borde [45] del camino, que era estrecho, que ciertamente, no era ancho, [46] alcanzaba la anchura de un taparrabos; uno de sus lados estaba bajo el agua [47] y el otro bajo la cebada del Alto Egipto.
Así que dijo el tal Nemtynajt a un asistente suyo:
‘Ve [48] y tráeme una estera de mi casa’.
Inmediatamente le fue traída. [49] La extendió a la entrada del camino [Bt34] de tal forma que [Bt35] uno de sus extremos quedó sobre el agua y su dobladillo sobre la cebada del Alto Egipto.
Entonces el campesino fue, pues, por el camino público [B1,1] y le dijo el tal Nemtynajt:
‘Ten cuidado, campesino, [2] no vayas a pisar sobre mis ropas’.
A lo que respondió el campesino:
[3] ‘Voy hacer lo que deseas, aunque mi camino es bueno’.
[4] Tras lo cual salió hacia la parte superior. Entonces le dijo el tal Nemtynajt:
‘[5] ¿Es qué mi cebada del Alto Egipto es para ti el camino, campesino?’.
A lo que contestó este campesino:
‘[6] Mi camino es bueno, la ribera alta [7] del camino está bajo la cebada del Alto Egipto y es con tus ropas que ocupas nuestro camino. [8] ¿No vas a permitir que pasemos [9] por el camino?’.
Después de terminar de decir estas palabras, uno de los asnos llenó [10] su boca con un puñado de cebada del Alto Egipto. Entonces dijo el tal Nemtynajt:
[11] ‘Mira voy a tomar tu asno, campesino, porque [12] se ha comido mi cebada del Alto Egipto. Atiende, trabajará para mí porque ha obrado mal’.
[13] Respondió el campesino:
‘Mi camino es bueno, [14] estando un lado inutilizado. Por su valor podría comprar mi asno si tú lo tomas [15] por haber llenado su boca con un puñado de cebada del Alto Egipto, pero, [16] conozco al señor de este distrito: pertenece al camarero mayor, el hijo de Meru, [17] Renesy. Es él, ahora, quien castiga a todo el que roba en toda esta tierra. [18] ¿Voy a ser robado, pues, en su distrito?’.
Entonces dijo el tal Nemtynajt:
[19] ‘Es esto un proverbio que dice la gente: [20] ‘Se pronuncia el nombre del pobre relacionado con el de su señor’. [21] Resulta que te hablo yo y a quien recuerdas es al camarero mayor’.
[22] Entonces tomó para sí una vara de tamarisco verde [23] contra él y le zurró todo su cuerpo con ella, apropiándose sus asnos [24] que fueron introducidos en su dominio.
El campesino se puso a [25] llorar muy amargamente de pena a causa de lo que se había hecho contra él, pero [26] dijo el tal Nemtynajt:
‘No alces tu voz, campesino. [27] Mira, estás en el domicilio del Señor del silencio’.
A lo que respondió el campesino:
[28] ‘Me golpeas, robas mis bienes y provocas [29] el lamento de mi boca. ¡Oh señor del silencio!, podrías, por favor, devolverme [30] mis cosas y entonces no propagaré tu terror’.
[31] Así pasó el campesino el tiempo durante 10 días, suplicando al [32] tal Nemtynajt, quien no quiso poner atención a ello.
Tras lo cual fue [33] el campesino al sur hacia Neninesu [Heracleópolis Magna] para reclamar al camarero mayor, [34] el hijo de Meru, Renesy, y lo encontró saliendo por la puerta [35] de su casa para descender hacia su barcaza de servicio. [36] Entonces dijo el campesino:
‘Desearía que se me permitiera informarte [37] sobre un asunto.
Es un caso [38] para que hagas que un seguidor tuyo de tu confianza pueda venir conmigo y te lo enviaré de vuelta [39] con ello’.
Así que el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, hizo que [40] fuera un asistente suyo de su confianza delante de él para que el campesino lo enviara de vuelta [41] en relación a todos los detalles de este asunto.
[42] El camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, pidió información sobre [43] el tal Nemtynajt a los magistrados que estaban a su lado y le respondieron:
[44] ‘Mi señor, probablemente era un campesino suyo que se ha ido con algún otro que no es él. [45] Mira, esto es lo que suelen hacer contra los campesinos suyos que se fueron [46] con otros que no son ellos. Mira, esto es lo que suelen hacer. ¿Es un caso para que [47] se castigue al tal Nemtynajt por un poco de natrón [48] y un poco de sal?. Que se le ordene restablecerlo [49] y lo restablecerá’.
Sin embargo, [50] el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, calló y no dio respuesta [51] a los magistrados ni al campesino.

Primera petición
[52] Entonces fue, pues, el campesino a reclamar al camarero mayor, el hijo de Meru, [53] Renesy, la primera vez, y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor, el más grande, [54] el gobernador de lo que no es y de lo que es!.
Si desciendes a la fuente de [55] la Justicia por la que navegas mediante la brisa, [56] no será desguarnecida la hinchazón de tus velas, ni andará a la deriva [57] tu barco; no vendrán contratiempos en tu mástil, ni [58] se romperán tus vergas; no zozobrarás cuando toques tierra, [59] ni te capturarán las aguas; no experimentarás los peligros [60] del río, ni verás la cara del miedo; vendrán a ti [61] los peces precipitados y alcanzarás el bienestar como las aves [62] gordas, ya que eres el padre del huérfano, [63] el esposo de la viuda, el hermano de la repudiada, el delantal [64] del que no tiene madre.
Permite que te afame en [65] esta tierra más que cualquiera de las buenas leyes:
oh gobernador carente [66] de rapacidad, oh grande vacío de ruindad, [67] destructor de las mentiras, creador de la Justicia.
Atiende [68] la voz que da mi boca.
Cuando hablo, debes escuchar.
Haz Justicia, ¡oh favorito [69] a quien alaban los que son favorecidos!.
Elimina la necesidad. [70] Mira, estoy cargado de penalidades.
Mira, estoy debilitado por su causa.
Examíname. [71] Mira, soy un pobre’.
Así fue que [72] el campesino dijo estas palabras en el tiempo de la majestad del rey del Alto y Bajo Egipto [73] Nebkaura, justificado.
Después de esto, el camarero mayor, el hijo de [74] Meru, Renesy, fue ante su majestad y dijo:
‘Mi señor, [75] he encontrado a uno de esos campesinos elocuente [76] en verdad, cuyos bienes han sido robados por un hombre que está en mi jurisdicción y, mira, [77] ha venido a reclamarme por ello’.
[78] Entonces respondió su majestad:
‘Si deseas verme saludable, lo harás permanecer [79] aquí sin responder a nada de lo que dice y en orden a que siga [80] hablando, calla. Luego nos serán traídas sus palabras por escrito y las escucharemos. [81] No obstante, suministra a su mujer y sus hijos. Mira, solamente viene uno de esos [82] campesinos hacia nuestra tierra por la indigencia de su casa. Además, suministra a este campesino [83] según sus necesidades. Para él harás que se le otorguen provisiones sin permitir que conozca [84] que eres tú quien se las da’.
Entonces se procedió a darle 10 panes y dos jarras de cerveza des [85] cada día. ‘El camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy lo donaba; lo entregaba a un amigo suyo y era él [86] quien lo daba’.
Luego, el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, envió mensajeros al gobernador del [87] Uadi Natrum [Campos de la Sal] con el encargo de aprovisionar a la mujer del campesino con 3 heqats cada día.

Segunda petición
[88] Entonces vino, pues, el campesino a reclamarle por segunda vez y lo encontró saliendo . . . . . y dijo:
‘Oh camarero mayor, mi señor, el más grande, [89] el más rico, quien es grande para sus grandes y rico para [90] sus ricos, timón del cielo, [91] viga de la tierra, plomada que soporta el peso, ¡oh timón! no te desvíes, [92] ¡oh viga! no te inclines, ¡oh plomada! no osciles.
¿Un gran señor [93] toma de lo que no tiene dueño y roba a un hombre solo?. En tu casa están tus bienes: [94] un henu de cerveza y tres panes. ¿Qué has gastado satisfaciendo a tus inferiores? [95] Un mortal es aquel que muere y, también, sus subordinados. ¿Serás un hombre eternamente?.
¿No es, ciertamente, un delito, [96] una balanza inclinada, un contrapeso que comete error y un hombre recto [97] de sesera convertido en un cimarrero?.
Mira, la justicia huye por debajo de ti, expulsada de [98] su lugar; los oficiales crean el mal, la norma de las palabras toma partido y [99] los jueces ocultan lo que ha sido robado.
Esto define a un tergiversador del lenguaje en su estricto sentido [100] haciendo para sí una parodia [?] por medio de él.
Quien debe dar el aliento languidece sobre la tierra, quien debe aliviar [101] hace que se jadee, quien debe compartir es un avaro, quien debe eliminar la necesidad [102] es aquel que ordena crearla cuando la ciudad está en su inundación, quien debe oponerse a la injusticia, [103] crea los problemas’.
A continuación dijo el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy:
‘¿Es más importante en tu corazón lo que tienes [104] que un asistente te aprese?’.
A lo que respondió el campesino:
‘El medidor de [105] un montón de grano sisa para sí; quien debe llenar a los demás, oculta sus pertenencias; quien debe conducir de acuerdo a [106] las leyes, ordena robar.
¿Quién, pues, se opondrá al mal?
Quién debe destruir [107] la debilidad, provoca la perversión, quien debe llevar recto a los demás, pervierte, y [108] gana reputación otro que crea problemas.
¿Qué encuentras, pues, para ti?
Es pequeña la oposición y voluminoso [109] el daño.
Una buena acción es recordada.
Es el precepto: ‘Haz al que hace [110] de acuerdo a lo que se le permitió que hiciera’.
Esto significa darle gracias por aquello que hace; es parar una cosa antes de [111] lanzar, es ordenar una cosa a un trabajador.
Ojalá hubiera, ciertamente, un momento que te destruyera: [112] destrozar en tus viñedos, reducir el número de tus aves, asolar [113] entre tus aves salvajes.
¡Aquel que ve sale ciego, el que oye sordo [114] y el gobernador se ha convertido en un conductor descarriado!
[115] . . . . . [116] Mira, eres fuerte y poderoso, tu mano es activa [117] y tu corazón avaro. La piedad pasa sobre ti. ¡Que miserable [118] es el pobre a quien has destruido! A un mensajero de Jenety igualas. [119] Mira sobrepasas a [120] la Señora de la pestilencia. Si no hay para ti, no hay para ella, si no hay nada contra ella, no hay nada contra ti. [121] Si no actúas, ella no actúa.
Quien posee pan es misericordioso mientras la violencia es para [122] el criminal. Los robos son naturales para aquel que no tiene nada suyo. [123] La sustracción de cosas por un criminal es una mala acción de alguien que es indigente. [124] Nadie debe enfadarse con él, es alguien que busca para sí mismo. Sin embargo, tú estás saciado [125] con tu pan, embriagado con tu cerveza y te has enriquecido con toda clase de linos.
[126] Aunque la cara del timonero está al frente, el barco vaga según [127] desea; aunque el rey está en la corte y el timón en tu mano, [128] se generan problemas en tu proximidad. Mi petición es prolongada, pero es duro [129] cortarla. ¿Cuál es la solución? -uno piensa.
Actúa como los refugios, [130] sana tu orilla.
Mira, tu ciudad está infestada de cocodrilos.
[131] Precisa tu lengua, no debes errar, pues la lombriz [132] de un hombre es un miembro de él.
No digas mentiras, cuídate de los oficiales.
[133] Una cesta es lo que engorda a los jueces; el decir mentiras es su hierba y [134] en sus corazones brillan.
¡Oh el más sabio [135] de todos los hombres!
¿Vas a ignorar mis circunstancias?
[136] Elimina la necesidad.
Mira estoy en el camino del que carece de barco; amarra a todo el que se ahoga.
[R185] Estoy cargado de agradecimientos.
Mírame, atiende, hago [R186] recuento y soy un pobre miserable.
[B138] Rescata al náufrago.
Estoy sumido en la completa [?] miseria’.

Tercera petición
[139] Entonces vino, pues, el campesino a reclamarle por tercera vez y dijo:
[140] ‘¡Oh camarero mayor, mi señor!.
Eres Ra, el señor del cielo, junto con tus cortesanos.
[141] El sustento de todos es por ti del mismo modo que por [142] la inundación.
Eres Hapy [el Nilo], que hace reverdecer las tierras, y surte [143] las regiones que han sido devastadas.
Oponte al ladrón, [144] presta atención al pobre, no vayas a llegar a ser como una inundación [145] para el peticionario.
Guárdate de aproximarte la eternidad [146] y desea perdurar de acuerdo al dicho:
‘Practicar la justicia es el viento de las narices’.
[147] Impón un castigo contra aquel a quien debe castigarse y no se manifestará nadie contra tu correcto método.
[148] ¿Es qué la balanza yerra?
¿Es qué [149] el platillo de la balanza se pone en un lado?
¿Es qué Dyehuty [Thot] [150] muestra preferencias?
Actuando mal te colocas de forma semejante a los tres.
[151] Si los tres te son agradables, entonces te mostrarás complaciente.
No [152] respondas al bien con el mal, ni coloques una cosa en el lugar de otra.
[153] Las palabras crecen más que la planta ‘senemyt’ para presionar [154] al que olfatea en su respuesta. El mal riega [155] para hacer que prosperen los ropajes. Con ésta son tres veces [156] para hacer que él actúe.
Por la hinchazón de las velas, actúas con el remo.
[157] Evita la inundación para dar justicia.
Cuídate de [158] embarrancar por la soga del timón.
El equilibrio de la tierra es [159] hacer justicia.
No digas mentiras, siendo grande.
No actúes con ligereza, [160] siendo hombre de peso.
No digas mentiras, eres la balanza.
[161] No te achiques, eres el correcto modelo.
Mira, eres un único cuerpo [162] con la balanza.
Si se inclina, entonces [163] te inclinarás.
No vagues, maneja el remo y tira [164] de la soga del timón.
No tomes, actúa, pues, contra el ladrón.
[165] No es, ciertamente, un grande, el grande que es avaricioso.
Tu lengua es el fiel, [166] tu corazón el contrapeso, y tus labios, sus brazos.
[167] Si te cubres la cara contra el agresor, [168] ¿quién se opondrá al mal?.
Mira, eres [169] uno de los miserables limpiadores, un avaro lastimando [170] a un amigo, que abandona de la mano a su compañero por un cliente.
[171] Es su hermano quien vino y trajo algo para él.
Mira eres [172] un barquero que cruza solamente al señor que puede pagar la tarifa, un hombre recto [173] de rectitud cortada.
Mira, eres como un jefe de granero [174] que no ha permitido que el necesitado pase a por el sobrante.
Mira, eres como [175] un ave de rapiña para los hombres que vive de las más insignificantes [176] aves.
Mira, eres un carnicero cuya alegría es sacrificar [177] y no va su mutilación con él.
Mira, eres un vaquero, aunque no es, ciertamente, malo [178] para mí.
No haces recuento y entonces tendrás pérdidas por medio de un cocodrilo [179] codicioso, habiendo desaparecido los refugios de las ciudades de toda la tierra.
[180] ¡Oh juez!, ciertamente, no escuchas. ¿Por qué no quieres escuchar? Hoy, [181] ciertamente, me he opuesto al agresor y el cocodrilo se retira. ¿Cuál es, pues, [182] el resultado de esto para ti? Cuando se encuentre el secreto de la verdad, se volcará [183] la mentira sobre la tierra. No confíes en el mañana antes de que venga, [184] pues no se conocen los males que hay en él’.
Cuando el campesino dijo estas palabras, [185] el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy estaba a la entrada de la gran sala de audiencias. [186]
Entonces hizo que dos sirvientes se levantaran hacia él llevando látigos y zurraron [187] todo su cuerpo con ellos.
A continuación el campesino dijo:
‘El hijo de Mery [188] se descarriará; su cara está ciega a lo que ve, sorda a lo que escucha, [189] habiendo olvidado aquello que se le recordó.
Mira, eres como una ciudad [190] que no tiene gobernador de distrito, como una compañía que no tiene líder, como un barco [191] en el que no hay capitán, como una banda que no tiene jefe.
[192] Mira, eres un policía que roba, un gobernador de distrito que cobra, [193] un supervisor de distrito que debe castigar el delito convertido en un modelo para quien actúa mal’.

Cuarta petición
[194] Entonces vino, pues, el campesino a reclamarle por cuarta vez; lo encontró [195] saliendo por la puerta del templo de Herishef y [196] dijo:
¡Oh favorito, que te favorezca Herishef desde cuya casa has venido!.
[197] Cuando el bien perece, no existe quien pueda adherirse a él, quien pueda derribar [198] las mentiras a la tierra.
Si el transbordador embarranca, [199] ¿se puede cruzar en él?
Se debe realizar la acción, pero de mala gana. ¿Cruzar [200] el río llevando sandalias es cruzar bien? No. [201] ¿Quién puede dormir al alba? Está prohibido pasear por [202] la noche, viajar durante el día y hacer que un hombre se levante para defender [203] sus derechos. Mira, no existe buen fin para aquel que te lo ha dicho; [204] la misericordia huyó de ti. ¡Que miserable es el infeliz [205] a quien quieres destruir!.
Mira, eres un cazador [206] que calma su ardor; decidido a hacer lo que desea, que atraviesa a los hipopótamos, [207] dispara a los toros salvajes, arponea a los peces y atrapa [208] a las aves.
No debe ser rápido el discurso de un hombre que carece de prisa, [209] ni ligero el corazón un hombre cuyo sentimiento es pesado.
Se paciente [210] y conocerás la verdad.
Controla tu elección para [211] hacer el bien a quien se presentó humildemente.
No existe ningún impetuoso [212] que practique la virtud ni ningún impaciente [213] a quien se eche una mano.
Deja ver a los ojos. Infórmate.
No seas arrogante [214] en proporción a tu poder para que no llegue el mal contra ti.
[215] Pasa del asunto y será doble.
Es quien come el que degusta y [216] quien es preguntado, responde.
Es el durmiente quien ve [217] los sueños.
En cuanto al juez [218] a quien se debe castigar, es un modelo para el que actúa mal.
¡Tonto, [219] mira, has sido atrapado.
Ignorante, has sido [220] cuestionado.
Achicador de agua, has sido pillado!.
[221] ¡Oh timonero, no desvíes tu barco!;
¡oh hacedor de vida, [222] no permitas que alguien muera!;
¡oh destructor, no permitas [223] que nadie destruya!;
¡oh sombra, no actúes en el día!;
¡oh refugio [224] no permitas que el cocodrilo capture!.
Ciertamente, es la cuarta vez que estoy reclamándote. [225]
¿Voy a pasar el tiempo así?

Quinta petición
Entonces vino el campesino a [226] reclamarle la quinta vez y dijo:’
¡Oh camarero mayor, mi señor!, el pescador . . . . . [228] mata al pez ‘iy’, el cazador de peces [229] arponea al pez ‘aubebu’, el pescador ‘dyabehu’ [230] va contra el pez ‘paqeru’ y el pescador de red asola el río. [231] Mira, eres semejante a ellos.
No despojes a un pobre [232] de sus cosas, debilitado después que lo has conocido. El aliento del [233] pobre son sus cosas y quien las quita es el que obstruye su nariz. [234] Para escuchar las palabras tú has sido colocado, para juzgar a las dos partes y [235] castigar al bandido. Mira, lo que quieres hacer es sostener al ladrón. [236] Uno pone confianza en ti y [237] te conviertes en un transgresor. Para dique del depauperado tú has sido colocado. [238] Guárdate de que se ahogue. Mira, eres [239] un lago corriente’.

Sexta petición
Entonces vino, pues, el campesino [240] a reclamarle la sexta vez y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor!:
[241] Un señor [?] disminuye la mentira, cuando crece la verdad, crece [242] la bondad y se destruye el mal, del mismo modo que cuando viene la saciedad, [243] termina con el hambre y las ropas acaban con la desnudez, [244] del mismo modo que el cielo se calma después de una tormenta [245] violenta y calienta todo lo que estaba frío, [246] del mismo modo que el fuego es el que cocina las cosas crudas y del mismo modo [247] que al agua es la que apaga la sed.
Visto con [248] tu forma de ver:
el árbitro es un saqueador, [249] el pacificador es quien provoca pena, quien debe allanar [250] es quien incita al sufrimiento, el mutilador [251] empequeñece la justicia.
Rinde buena cuenta, no se debe sisar ni [252] desbordar la justicia.
Haz lo natural. Si compras, da a tu compañero; [253] quien engulle carece de honestidad. [254] Mi miseria conduce a la separación, [255] mi acusación me trae la partida. [256] Nadie conoce lo que está en el corazón. [257] No seas perezoso, debes actuar contra el cargo. Si divides, ¿quién unirá? [258] En tu
mano está el palo de sondear como una madera libre de movimiento cuando la ocasión de sondear llegó. [259] Si el barco entra, encallará y se perderá su carga por la tierra [260] sobre cualquier banco de arena.
Eres sabio, instruido, listo y [261] justo, pero no por robar.
Debes aplicar la igualdad a todos los hombres y [262] tus asuntos se inclinan.
Quien debe ser honrado para todos es el mutilador [263] de toda la tierra.
El vendimiador del mal [264] riega su jardín con maldades para hacer crecer su jardín [265] en mentiras y así regar las maldades eternamente.

Séptima petición
[266] Entonces fue, pues, este campesino a reclamarle la séptima vez y dijo:
[267] ‘Oh camarero mayor, mi señor!:
Eres el remo de toda la tierra y [268] cuando ordenas, la tierra navega.
Eres la réplica de Dyehuty [Thot] [269] quien juzga sin tomar partido.
¡Oh señor! tú debes ser clemente cuando te requiere un hombre [270] en relación a sus derechos. No seas vengativo, ello no es para ti. [271] Quien ve demasiado lejos se transforma en aprehensivo. No urdas sobre las cosas antes de que vengan [272] ni te regocijes de algo antes de que ocurra. La indulgencia se prolonga en la amistad; [273] quien destruye un asunto se transforma en alguien que no conoce lo que está en el corazón.
[274] Quien transgrede la ley, destruye la norma y no existirá un pobre [275] vivo a quien haya robado. La justicia no se dirigirá a él.
Ahora, [276] mi cuerpo está lleno y mi corazón cargado salió, ciertamente, desde mi cuerpo a causa de su estado. [277] Es una fisura en un dique cuya agua fluyó. Así se ha abierto [278] mi boca para hablar. Entonces, es cierto, yo maniobré mi palo de sondear, achiqué [279] mi agua, descargué lo que estaba en mi cuerpo y lavé los linos sucios. Mi discurso se ha concretado y toda mi miseria está en tu presencia. ¿Qué [281] deseas?.
Tu pereza te descarriará, tu avaricia [282] te enloquecerá y tu codicia te creará enemigos. [283] ¿Encontrarás a otro campesino semejante a mí? [284] ¿Existirá un indolente, a la entrada de cuya casa un peticionario se quiera levantar?.
[285] No hay un hombre callado a quien has hecho que hable; ni un hombre dormido a quien has hecho que despierte; [286] ni un abatido a quien has animado; ni aquel cuya boca cerrada [287] has abierto; ni ignorante a quien has permitido que conozca; ni tonto a quien has enseñado.
[288] Los oficiales son quienes disipan el mal; son los señores del bien; [289] son los artesanos capaces de crear lo que es y los que unen las cabezas cortadas.

Octava petición
Así que fue, pues, [290] el campesino para reclamarle por octava vez y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor!. [291] Los hombres caen bajo por la codicia. Un avaricioso carece de éxito [292] y siempre tiene una ocasión para fracasar. Eres un avaro y no te aprovecha. Robas [293] y no hay beneficio para ti. Permite, ciertamente, que un hombre atienda a sus derechos.
[294] Están las posesiones en tu casa y tu vientre lleno. Los heqats de grano se desbordan, se derraman67 [295] y su exceso se pierde para la tierra. [296] ¡Ratero, ladrón, estafador!.
Es para oponerse a las maldades que fueron nombrados los oficiales y [297] son los refugios del agresor.
Es para oponerse a las mentiras que fueron nombrados los oficiales.
[298] El temor hacia ti no permite que te reclame. No percibes mi sentimiento. Un hombre silencioso [299] que se vuelve una y otra vez para presentarte quejas, no teme a aquel a quien reclama esto [300] y alguien similar a él no puede serte traído desde la calle.
Con seguridad, tus parcelas están en el campo; [301] tu dotación en el dominio y tus provisiones en el almacén, pero los magistrados te dan [302] y tomas. ¿Eres un ladrón? ¿Se trae para ti [303] y para las tropas que están junto a ti para la división de las parcelas?.
Haz justicia al [304] señor de la justicia cuya justicia encierra su justicia.
[305] ¡Oh lápiz rojo, rollo de papiro, paleta de escriba de Dyehuty [Thot],
[306] cuídate de hacer maldades.
Es hermoso lo que está bien, pues, es bueno.
[307] Será, sin embargo, la justicia para siempre, y desciende [308] con el que la practica a la necrópolis cuando es enterrado y [309] le cubre la tierra.
Su nombre no será borrado [310] sobre la tierra y será recordado por su bondad.
[311] Ésta es la norma de la palabra divina.
La balanza [312] no se inclina, el fiel de la balanza [313] no se desplaza hacia un lado. Mira, [314] yo vendré, y atiende, otro vendrá a quien debas responder. [315] No respondas como aquel que se dirige a un silencioso o [316] como quien ataca a aquel que no te ataca. No eres clemente, [317] no sufres, no escapas, no destruyes el mal. [318] Ni siquiera me das una recompensa por estas hermosas palabras [319] que salen de la boca del propio Ra.
[320] Di la verdad, haz justicia, ya que ella es importante, [321] grande y permanente; puede ser encontrada su fiabilidad [?]
[322] y puede conducir al estado de venerable.
¿Oscila [323] la balanza? Lo que da el peso de las cosas es la escala. [324] si no se produce un exceso [325] de la norma, un acto vil no llega [326] a la ciudad y lo útil alcanzará la tierra’.

Novena petición
[B2,91] Entonces vino, pues, el campesino para reclamarle la novena vez [92] y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor!: El fiel de la balanza de [93] los hombres es su lengua. Es la balanza quien investiga [94] las deficiencias. Aplica el castigo a quien se le opone. Será igual la norma contra ti [95] . . . . . cuando la mentira llegó a convertirse en su negocio, [96] retorna lo que pone orden enfrentándosela.
La justicia es la cosa opuesta de [97] la mentira. Esto significa que aquella florece y no puede retroceder. [98] Si las mentiras vienen, él se descarría, no [99] cruza en el transbordador y no se viaja. [100] En cuanto a aquel que se hace rico por ella, no tendrá hijos [101] y no existirán sus herederos en la tierra. En cuanto a quien viaja [102] llevándola, no alcanza la tierra ni amarran [103] sus barcos a su ciudad.
No seas pesado aunque no puedas ser ligero.
[104] No te retardes aunque no puedas ser veloz.
No seas parcial ni escuches al [105] corazón.
No cubras tu cara al que has conocido, ni ciegues tu vista a aquel a [106] quien tú has mirado, ni rechaces a quien te llama.
Debes descender [107] de la pereza.
Se proclama la máxima:
[108] ‘Haz a quien te hace’. No escuches a nadie contra él cuando un hombre reclama [109] por sus derechos.
El perezoso no tiene ayer. [110] No hay amigo para quien está sordo a la verdad. No hay un día [111] bueno para el avaricioso.
Cuando quien acusa se convierte en [112] un miserable, el miserable será un peticionario y [113] el enemigo se transforma en asesino. Mira, te estoy reclamando [114] y no lo escuchas. Iré y reclamaré [115] sobre ti a Inpu [Anubis]’.

Conclusión
Entonces hizo el camarero mayor, [116] el hijo de Meru, Renesy, que fueran dos asistentes para traerlo de vuelta. [117] Así que el campesino tuvo miedo porque imaginó que se hacía [118] para castigarlo por las palabras que había dicho.
En consecuencia dijo el campesino:
‘[119] Como el encuentro para un sediento con el agua o el alcanzar la boca [120] de un niño a la mujer que lo amamanta con leche, [121] así es la muerte la que deseó mostrarse porque viene, [122] pero su muerte le llega tardía’.
Entonces dijo el camarero mayor, [123] el hijo de Meru, Renesy:
‘No temas, campesino. Mira, [124] se ha actuado contra ti para hacer que estuvieras conmigo’.
A lo que respondió el campesino:
‘[125] Por mi vida’ y continuó diciendo: ‘¿Con certeza, voy a comer de tu pan y beber de tu cerveza [126] siempre?’.
[127] Dijo el hijo de Meru, Renesy:
‘Aguarda, ahora, aquí, [128] que puedas escuchar tus peticiones’.
Entonces hizo que se leyeran en [129] un rollo de papiro nuevo todas las peticiones de acuerdo a sus requerimientos. [130] Luego lo hizo enviar el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, [131] a la majestad del rey del Alto y Bajo Egipto Nebkaura, justificado. Esto fue más agradable en el corazón [132] del soberano que todas las cosas que están en toda la tierra.
Así que dijo su majestad:
‘[133] Juzga tú mismo, hijo de Meru’.
Entonces hizo el camarero mayor [134], el hijo de Meru, Renesy, que fueran dos asistentes para traer al tal Nemtynajt. [135] Así que fue traído, se hizo un inventario de las propiedades. [136] Luego encontró 6 sirvientes además de . . . . . [137] más su cebada del Alto Egipto, más su trigo, más sus asnos, [138] más sus cerdos, más sus cabras, . . . . . Se le dio la casa del [139] tal Nemtynajt al campesino junto con [140] todas sus pertenencias. Entonces dijo el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy [141] al tal Nemtynajt . . . .
[142] Esto significa que acabó. Es desde el comienzo hasta el final como fue encontrado en el libro.