"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

sábado, 21 de junio de 2014

DE COMO LOS CEREALES FUERON INTRODUCIDOS EN SUMER

DE CÓMO LOS CEREALES FUERON INTRODUCIDOS EN SUMER
por Jean Bottero y Samuel Noah Kramer


Este breve relato escrito en sumerio –y que, posiblemente, continuaba en una o varias tablillas hoy perdidas-, es un unicum cuyo texto cuneiforme solo ha sido publicado por Samuel N. Kramer.

An hace descender los cereales a la Tierra

1- En esa época, los hombres sólo comían hierba
Como hacen los corderos:
Fue entonces, en época muy antigua,
Cuando An hizo descender del cielo
(A los) Cereales (Asnan), (a la) Cebada y (al) Lino.

Pero Enlil los relega a la Montaña

Enlil, disponiéndose, como un íbice,
A descender la Montaña escarpada
Mira hacia abajo: ¡no había más que Mar!
5 – Entonces, mira hacia arriba:
Allí estaba la Montaña de perfumes de cedro.
El, entonces, amontonó la Cebada
Y la almaceno en esa Montaña-
Amontonó la riqueza del país
Y almacenó en la Montaña […].
Después él cierra las laderas de la región Montañosa,
Hasta entonces ampliamente abiertas,
10 - Con pasadores que unían el Cielo y la Tierra,
Con cerrojos que […]
[…]

Un dios de segunda fila propone a su hermano que lleve los cereales a Sumer

Un día, Ninazu […]
Dijo a Ninmada, su hermano:
15 – “¡Vayamos a la Montaña,
La Montaña en que nacen (la) Cebada y (el) Lino;
Y, a través del Río tumultuoso,
Cuya agua brota del suelo,
Hagamos descender la Cebada de la Montaña,
Y llevemos hasta Sumer esta Cebada innuba.
20 – Así, nosotros daremos a conocer la Cebada a Sumer, que la desconoce!”

Su hermano duda

Pero Ninmada, súbdito de An, [le respondió]:
“Dado que nuestro padre no nos ha dado dicha orden-
Dado que Enlil no nos ha ordenado,
¿Por qué tenemos que ir a la Montaña,
25 – Hacer descender la Cebada,
Llevar hasta Sumer esta Cebada-innuba,
Y dar a conocer, así, la Cebada a Sumer, que la desconoce?

Y proponen que vayan a consultar a Utu

¡Primero, ven! ¡Vayamos a consultar (?) al celeste Utu:
A aquel que duerme, a aquel que duerme y que descansa,
30 – Al valiente Utu, el hijo de Ningal,
Que duerme y descansa!”
Ellos, entonces, alzaron sus manos
Hacia Utu de las Setenta Puertas.

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