MITOLOGIA
La diosa del amor castiga al Sol
La diosa del amor castiga al Sol
La hermosa Venus (Afrodita) traicionaba desde hacía tiempo a su marido Vulcano (Hefesto), el herrero divino, con el belicoso Marte (Ares).
Helios, el Sol, no aprobaba el adulterio. En cuanto supo el hecho fue a avisar al dios traicionado, quien castigó a su esposa sometiéndola a la burla de todo el Olimpo.
Para vengarse, Afrodita inspiró a Helios una irrefrenable pasión por Leucotoe, hija de Eurínome y Orcamo, rey de Babilonia.
Pero la joven Clitia ama a Helios. Y ello acarrea la tragedia.
Celosa la muchacha corre a contar a Orcamo los amores de su hija. La reacción del rey es inmediata: condena a Leucotoe a ser enterrada viva. (Una mortal jamás debía enamorarse o dejarse enamorar por un dios).
Cuando el Sol descubre la desgracia, ya es tarde. Leucotoe yace bajo tierra y, siendo humana, su sombra ha bajado al reino de Hades.
Poco puede hacer Helios por la amada. La transforma en árbol de incienso. Y se despide de su preciada amiga, tratando en toda forma de olvidar su gran pasión.
También Clitia es castigada con el eterno repudio del dios. Consumida por el abandono y por el remordimiento, sabiendo que su corazón no encontrará sosiego, se debilita lentamente. Hasta que convierte en heliotropo o girasol, la flor que muestra siempre su cara al Sol, en un gesto de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario