"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

martes, 13 de marzo de 2018

LOS EVANELIOS SINOPTICOS - SAN MATEO -


LOS EVANGELIOS SINOPTICOS
COMENTARIO SOBRE SAN MATEO

Extracto del libro de Horacio E. Lona: “Evangelios Sinópticos, Introducción. Exégesis. Práctica”
Realizado por Sergio Omar Marco
INTRODUCCION
EVANGELIO
La palabra “evangelio” deriva de un término griego compuesto: “eu” y “angélion”, de la raíz “angelia”, que significa “buena noticia”
El Antiguo Testamento fue escrito en su mayor parte en lengua hebrea. La palabra griega “euangélion” corresponde al término hebreo “b´sorah”. Es curioso que los que vertieron el texto hebreo al griego en la traducción de la así llamada “Setenta” nunca usen “euangélion” en los pocos pasajes donde aparece “b´sorah”, aunque utilicen con frecuencia el verbo correspondiente: “euangelizo”, evangelizar, anunciar una buena noticia.
Esto significa que el uso de “euangélion” en el Nuevo Testamento no puede ser derivado del vocabulario de la LXX, parece también improbable que el Antiguo Testamento, que la utiliza en tan pocas ocasiones, haya influenciado el vocabulario cristiano.

SINOPTICO
“Sinopsis” es un término de origen griego que significa literalmente “visión de conjunto”, “mirada en común”. Los evangelios “sinópticos” han sido llamados así porque se pueden leer en una lectura “paralela”.
Un exégeta alemán, Johann Jacob Griesbach, fue el primero que utilizó el término “synopsis” en un libro con los textos paralelos de los tres primeros evangelios; desde entonces la palabra se ha convertido en un término técnico del lenguaje exegético.

COMENTARIO SOBRE SAN MATEO
LENGUAJE Y ESTILO
El dato transmitido por Papías de Hierápolis, de que Mateo redactó en dialecto hebreo los dichos (del Señor), y cada uno los interpretó de acuerdo a su capacidad fue considerada durante mucho tiempo como un indicio de que el lenguaje original del evangelio de Mateo había sido el arameo, y que la versión de los más antiguos manuscritos no contenía el texto original sino su traducción griega. El texto griego que poseemos no es ninguna traducción de un original arameo, sino que es su forma primigenia.
Hay un detalle que lo confirma, Si el texto de Mateo hubiera sido escrito en arameo, habría que esperar que el traductor hubiera conservado, como en Marcos, expresiones hebreas o arameas, añadiendo su traducción griega, lo que sobresale es la tendencia a evitar palabras no griegas. Lo mismo sucede con algunos vocablos latinos; es mejor explicar la tendencia a eliminar los temimos extraños a la lengua griega, que pensar que se trata de un traductor empeñado en depurar cuidadosamente su obra de restos de lengua original.
El evangelista escribe en un griego sencillo, pero correcto.

LAS FUENTES
·       La escritura
El autor de Mateo es el que cita con más frecuencia a la Escritura en su obra. Por “Escritura” entendemos el Antiguo Testamento. Por esta referencia explícita a la “Escritura”, se incluye entre las fuentes del evangelio.
·       Citas de cumplimiento
Están introducidas por la formula “así se cumplió…” o “para que se cumpliera…”
·       Citas argumentativas explicitas e implícitas
En las citas explicitas las palabras de las Escrituras están incorporadas al hilo argumentativo y son introducidas con un breve “está escrito…”, “fue dicho…”, “Dios dijo…”, “Moisés dijo…”aunque hay también formas más extensas, como en Mateo 15,7 “Bien profetizó sobre ustedes Isaías, diciendo…”.
En las citas implícitas el texto de la Escritura está simplemente asumido, sin indicar que es una cita, como si el autor contara con que el lector ya conoce su origen.
Es difícil distinguir entre las citas implícitas y las alusiones a las Escrituras. Si el autor no indica expresamente que cita a las Escrituras, esto se debe probablemente a que no solo conoce exhaustivamente la Escritura, sino también a que piensa con ella y la ha incorporado íntimamente a su lenguaje. Esta  es su manera de hacer teología.
·       El evangelio de Marcos
No sabemos nada acerca de las circunstancias en las que el autor conoció el texto del evangelio de Marcos, ni siquiera sabemos si ese texto es idéntico a la versión transmitida en los manuscritos más antiguos que han llegado a nuestras manos. Es seguro que el texto de Marcos fue altamente apreciado, como lo muestra el hecho de que el autor asumió materialmente gran parte de él en su obra.
Antes de narrar la aparición de Juan el Bautista y de Jesús, siguiendo a Marcos, el evangelista antepone material de sus fuente particulares. En las tres unidades narrativas que siguen: el sermón montano, los diez milagros y el sermón de la misión de los discípulos el autor se parta del texto base de Marcos. En los dos discursos emplea mucho material de “Q”.
·       La colección de dichos del Señor (“Q”)
Tampoco sabemos nada acerca del modo en que el autor conoció e incorporó los contenidos de “Q” en su evangelio.
El material transmitido en una colección de dichos se presta  bien a ser utilizados en la composición de textos en forma de discursos, como es la intensión del autor.
Lo observado a propósito del uso de Marcos en el evangelio de Mateo, puede aplicarse también en el uso de “Q”.
En el proceso de recepción de un texto como “Q” es muy poco limitarse a algunas observaciones sobre el orden de las perícopas (=unidades literarias). Mucho más importante es el problema de la recepción de los contenidos.
·       Las fuentes particulares
También aquí los orígenes plantean cuestiones a las que no podemos dar ninguna respuesta segura.
¿Cuál es el criterio para considerar un texto como “fuente particular”? El hecho de que no este presente ni en Marcos ni en Lucas es un indicio importante, pero no es decisivo en todos los casos.
El llamado “evangelio de la infancia” (Mateo 1-2) se apoya en las “fuentes particulares” de las que dispone el evangelista.

FECHA Y LUGAR DE ORIGEN
La determinación de la fecha de origen del evangelio se apoya en la fecha de origen del evangelio de Marcos y de la recepción de “Q”. La fecha de origen el evangelio de Mateo debe situarse entre los años 80 y 90. Se calcula por lo menos diez años para dar cuenta del conocimiento de Marcos y de “Q” por parte del evangelista. Una fecha posterior al año 90 no puede descartarse, aunque es improbable que se extienda a los comienzos del siglo II.
La opinión dominante acerca del lugar de origen se inclina por Siria, en razón del evangelio esta testimoniado en la Didaché o Doctrina de los Apóstoles, una regla de la comunidad de comienzos del siglo II, cuyo origen se sitúa en Siria.

AUTOR Y DESTINATARIOS
·       El autor  El evangelio es un texto que no nombra al autor en forma explícita. Una vieja tradición que está testimoniada por Papías de Hierápolis, lo adjudica a Mateo, el discípulo de Jesús. A partir del texto mismo es posible reconstruir el proceso que llevo a que Mateo haya sido considerado como el autor del evangelio y que, por lo menos dentro de la iglesia católica, esa opinión se haya mantenido oficialmente hasta comienzos del siglo XX.
Marcos 2,13-17 narra el encuentro de Jesús con Leví, el hijo de Alfeo, que se ganaba la vida como cobrador de impuestos en nombre del poder romano.  ¿Qué fue  de Leví en el tiempo siguiente? El evangelio de Marcos no habla más de él. ¿Cómo se explica este silencio si es que había seguido a Jesús? También el autor del evangelio de Mateo constató el problema y le dio una solución que tuvo muchas consecuencias. La lista de los doce apóstoles transmitida en Marcos 3,18 menciona un Mateo del que después no se dice nada. El evangelista tomó el nombre y sustituyo a Leví, el cobrador de impuestos, por Mateo (Mateo 9.9, y así lo denominó cuando lo citó en la lista de los apóstoles (Mateo 10,3).
¿Por qué hizo este cambio? La respuesta más probable es que, al reemplazar a Leví por Mateo como el cobrador de impuestos llamado por Jesús, el lector sabía que el llamado o había sido en vano. Mateo está en la lista de los doce apóstoles.
Los cuatro evangelios son escritos anónimos. A comienzos del siglo II comienzan los intentos de otorgar un nombre a los autores desconocidos.
De los cuatro nombres elegidos, dos se refieren a personas que siguieron directamente a Jesús: Juan y Mateo; dos se refieren a personas que estaban en estrecho contacto con los apóstoles: Marcos como intérprete de Pedro y Lucas como acompañante de Pablo.
El autor de Mateo conoce muy bien las Escrituras, es capaz de elaborar su mensaje teológico combinando citas bíblicas. Un autor con estas características y aptitudes, ¿pudo haber sido un simple “cobrador de impuestos” antes de ser llamado por Jesús? Todo indicaría que no. La formación teológica y literaria que evidencia el autor del evangelio, no es conciliable con la realidad de un judío que se había puesto al servicio de la ocupación romana. Si el autor del evangelio no es Mateo, el “cobrado de impuestos”, el autor real ¿ha dejado huellas en su obra como para trazar los rasgos básicos de su persona?
Algunos autores piensan que Mateo 13.51-52 no transmite ninguna tradición, sino que es obra del evangelista que, de este modo,  dice algo sobre sí mismo. Sus conocimientos de las Escrituras justifican que sea tenido por un escriba, es decir, un especialista en cuestiones de la Escritura. Si se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos esto quiere decir que en algún momento encontró el camino para integrarse a la comunidad cristiana desde donde escribe su obra. La comparación con el dueño de casa que saca de su arca sosas nuevas y viejas, bien puede aplicarse a su labor como receptor de tradiciones sobre Jesús.
·       Los destinatarios   Si hablamos de los destinarios del evangelio no hay que pensar que se trata de la misma relación de comunicación como la de Pablo con respecto a las comunidades a las que envía sus cartas. Por sus características literarias y teológicas el autor era un maestro dentro de la comunidad, ejerciendo una actividad compartida con otros creyentes del mismo nivel. No sabemos cuánto de lo que atribuimos a la redacción del evangelista es exclusivamente su propia contribución o es el fruto del intercambio en una escuela de reflexión cristiana.
La polémica del autor con el judaísmo no es una cuestión personal del evangelista, sino la postura de la comunidad a la representa en sus escrito.

APENDICE
LA CRITICA TEXTUAL
Para practicar la crítica textual es necesario tomar como base al texto griego. Se ha impuesto el uso de la edición de Nestle-Aland, esta obra ofrece el resultado de la consideración y valoración crítica de miles de manuscritos griegos y latinos, antiguas traducciones, testimonio de la literatura cristiana de los primeros siglos y leccionarios, que contienen un sinnúmero de variantes en la expresión textual. Ningún investigador podría alcanzar una base de manuscritos tan amplia.

*Principios orientadores en el ejercicio de la crítica textual:
 *Antigüedad de los manuscritos: Es comprensible que los manuscritos más antiguos, los fragmentos del siglo II y III y los códices del siglo IV, posean gran autoridad en la determinación del texto original, pero esa autoridad no es inapelable, porque también ellos dependen de otras versiones anteriores cuya confiabilidad no es segura. Por eso, a pesar de su autoridad, no son un criterio seguro.
 *El testimonio de un gran número de manuscritos: Se basa en un principio cuantitativo que debe tenerse en cuenta. Una forma de lectura aislada es menos probable que una que se apoya en muchos manuscritos de diversos tipos.
 *La determinación de la versión “más difícil”: Comparando dos lecturas de un texto, puede asumirse que la de comprensión más difícil es la original, porque se entiende mejor que alguien haya querido eliminar un pasaje oscuro, a que alguien exprese en forma complicada lo que se entendía sin dificultades.
 *La versión más breve: Un texto breve puede llevar a un copista a intentar complicarlo para volverlo más claro.
 *La versión menos semejante con sus paralelos: En el caso de los evangelios sinópticos hay que preferir las versiones que se apartan de los pasajes paralelos, a aquellos que armonizan con ellos.
 *La versión más extraña al contexto: Una versión que es extraña en el contexto en el que se encuentra, puede estar más cerca del original que aquella que concuerda con él.
 *La versión de expresión deficiente: En este caso es fácil de explicar que un copista haya corregido la deficiencia contenida en el texto original.
A continuación dos ejemplos en los que la aplicación de los principios de crítica textual es relativamente fácil, sin tener que entrar detalles de la tradición manuscrita:
 *El comienzo del Padrenuestro en la versión de Lucas 11,2, según algunos manuscritos es: “Padre”, mientras que según otros es: “Padrenuestro que estas en los cielos”. El texto más breve es el original, porque el otro es un intento de armonizar con Mateo 6,9.
 *En la versión de la Bienaventuranza a los hambrientos en Lucas 6,21, de acuerdo a muchos manuscritos se lee: “Bienaventurados los que tiene hambre ahora”, mientras que unos pocos leen: “Bienaventurados los que tienen hambre”. Se elimina el “ahora” para quitar al texto algo de su tono desafiante y paradójico.