MITOLOGIA
Saturno, señor del universo
Saturno, señor del universo
Más que a los Titanes y a las Titanias –cuenta Herodoto-, Urano (el Cielo) detesta a sus otros hijos, los Ciclopes y los Hecatónquiros. Son criaturas brutales.
Para no tener que encararse con ellos, el Cielo estrellado los obliga a vivir en el vientre oscuro de Gaia (la Tierra), sin ver jamás la luz del día.
A Gaia la hace sufrir esa reclusión de sus hijos. Sufre también con la continua fecundidad que le impone Urano (desde que se unió a él su vientre no a cesado de engendrar). Y empieza a odiar a su celeste esposo.
Decide vengarse de él. Llama a los Titanes y les pide que la ayuden a destronar a Urano.
Todos se niegan. Solo Cronos (Saturno) acepta el encargo de su madre, porque ya se había rebelado ante su sufrimiento.
El valiente guerrero del Tiempo promete a Gaia que la vengará. Y ella le entrega la afilada guadaña que, con terrible propósito, venia preparando hacía tiempo.
Cuando Urano se aproxima a la esposa para fecundarla nuevamente, Cronos se arroja sobre su padre. Lucha con él y lo vence.
Urano sangra y se retuerce. Un grito de dolor resuena en todo el mundo.
Los genitales de Urano vuelan por el espacio. La sangre corres sobre la tierra y sobre las aguas.
En el mar, los órganos con el semen expelido forman una espuma blanquecina, de la cual surge Afrodita (Venus), diosa de la belleza femenina y el amor.
En la tierra, la sangre da origen a las Meliadas. Ninfa de los bosques, y a las Erinias (las Furias) vengadoras de los crímenes semejantes al de Cronos.
Pero ellas no pueden hacer nada contra el vencedor de Urano, pues todo el poder del mundo le pertenece.
El titán soberano se une a Rea (Cibeles), su hermana, y en ella engendra una multitud de hijos. Sin embargo los devora a todos en cuanto nacen, para que no lo destronen.
Sólo una de estas criaturas escapó a su voracidad y lo destronó, quitándolo el cetro del mundo: Zeus (Júpiter) el poderoso olímpico.
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