"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

domingo, 3 de enero de 2010

MITOLOGIA -ALCMEON, ETERNA PRESA DE LAS FURIAS-

MITOLOGIA
Alcmeón, eterna presa de las Furias



Presintiendo desastres, el adivino Alcmeón se negó a partir. La muerte lo estaba esperando en el camino de Tebas, se lo declaró a su hermano Adrasto.
Pero la sed de gloria era muy grande. Ni Adrasto ni sus poderosos compañeros querían desistir de la expedición. Y necesitaban el apoyo del adivino.
Tiempo atrás Anfiarao y Adrasto habían echo un pacto: en caso de disputa entre ambos, la decisión estaría a cargo de Erifila, mujer de Anfiarao. Entonces Polinice, uno de los comandantes de la planeada marcha, resolvió persuadir al adivino por medio del soborno de Erifila.
Lo intentó ofreciéndole un regalo valioso: el collar de Harmonía. Y, a cambio del presente, le pidió que convenciese a su esposo para que marchara con ellos contra Tebas.
Anfiarao, llevose consigo todos sus presentimientos, se preparó para esa lucha sin gloria. Pero antes de partir llamo a su hijo Alcmeón y le hizo jurar que vengaría su muerte.
Pasaron los años. Adrasto envejeció, pero todavía quería conquistar Tebas. El oráculo reveló que conseguiría su intento si Alcmeón se sumaba a su ejército.
Nuevo rechazo: el hijo de Anfiarao, pensando en su padre, se negó a luchar. Nuevo soborno al hijo de Polinice, acordándose del suyo, compró la colaboración de Erfila: le regaló la vestimenta de Harmonía. Y Alcmeón partió para la guerra.
Grandes fiestas celebraron la victoria. Alcmeón ausente de las alegrías, pensaba solo en la venganza. Durante la noche penetró en los aposentos de Erfila y, mientras ella dormía, la mató a hachazos.
En los Infiernos, las Erinias se estremecían de furia. Ávidas de venganza, subieron a la Tierra con sus antorchas y sus serpientes, y se dieron a la caza del matricida.
Durante largo tiempo, Alcmeón recorrió Grecia en busca de purificación. La halló en Arcadia, donde el rey Fegeo lo limpió de su crimen y le dio en casamiento a su hija Arsinoe. Como regalo de bodas, Alcmeón le entregó el collar y la vestimenta de Harmonía.
Las Erinias no aprobaron el gesto de Fegeo. Y castigaron su reino con una gran esterilidad. Solo quedaba una salvación: el rio Aqueloo debía purificar a Alcmeón.
Pero Aqueloo tenía una hija, Calirroe, y deseaba para ella un buen esposo. El precio de la purificación era el casamiento. Y la dote, el collar y la vestimenta de Harmonía.
Alcmeón estuvo de acuerdo, pero aclaró que antes necesitaba volver a Arcadia para deshacer su primer matrimonio y recobrar los objetos que la reciente novia reclamaba. Sin embargo, al volver a Arcadia, Alcmeón sólo encontró la muerte, y la halló por el rencor de Arsinoe, la esposa abandonada.
Con sus culpas descendió al Tártaro, y allí Alcmeón atraviesa los tiempos atormentado por las fuerzas infernales.

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