"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

domingo, 28 de marzo de 2010

TIGLAT-PILESER I

Tiglat-Pileser I
(1115-1077 a C.)


El siguiente texto alude a la expansión de Asiria bajo la enérgica dirección de este rey, que llegó incluso a apoderarse de Babilonia (1085), restaurando así el imperio del gran Tukulti‑Ninurta. La gloria iba a ser, sin embargo, efímera, ante el peligro inminente de las invasiones arameas.

(Yo soy) Tiglat‑Pileser, rey legítimo, rey del mundo, rey de Asiria, rey de las cuatro partes del mundo, el héroe poderoso guiado por los oráculos de Assur y Ninurta, grandes dioses sus señores, el que ha derrotado a sus enemigos... Bajo el mando de mi señor Assur, mi mano ha extendido la conquista más allá del río Zaba meridional hasta el Mar Septentrional, que está al Occidente. Por tres veces he atacado las regiones de los nairi y he tomado rehenes entre ellos. He recibido como ofrenda suya caballos uncidos al yugo. Les he impuesto tributos y peajes. Después me he dirigido al Líbano. He cortado y traído troncos de cedros para el templo de Anu y Adad, los grandes dioses mis señores. He vuelto contra la región de Amurru. He conquistado toda la región de Amurru. He recibido el tributo de Biblos, de Sidón y de Arvad.


Campaña de Tiglatpileser I de Asiria contra los arameos
(ca. 1111 a.C.)


Prisma de arcilla procedente de Assur

En la confianza de Assur, mi señor, cogí mis carros y mis guerreros. Me dirigí al desierto. Marché hasta los Ahlamu Armayû [arameos], enemigos de Assur, mi señor. Saqueé en un solo día desde el extremo del país de Suhu hasta la ciudad de Karkemish, que (está en) el país de Hatti [Siria]. Hice una carnicería (entre) ellos; me llevé sus bienes y posesiones innumerables. El resto de sus tropas, que habían huido ante las furiosas (armas) de Assur, mi señor, atravesaron el Eufrates. Crucé el Eufrates tras ellos en balsas de cuero. Conquisté seis de sus ciudades, que están al pie del monte Bishri, (las) entregué al fuego, (las) destruí, (las) demolí. Traje a mi ciudad de Assur su botín, sus bienes y posesiones.

El soberano asirio Tiglatpileser I (1115‑1077) tiene que combatir en varias ocasiones con los nómadas Ahlamû que, por primera vez en los textos asirios, ven emparejado su nombre con el de los Armayu (arameos). Estos nómadas cruzan el Eufrates, como indica este texto que data del año 4 de Tiglatpileser I, y llegan en sus incursiones hasta las puertas de Asiria. Esta penetración de nómadas procedentes del desierto se acentuará a lo largo de todo el siglo XI. Tras las perturbaciones provocadas por los pueblos del mar, las invasiones arameas contribuirán a la inestabilidad del Próximo Oriente. Finalmente en el siglo X se encuentran en Siria estados arameos, entre los que tiene especial importancia el de Damasco, sometido a tributo por el rey David (2 sm 8, 3‑12).

Nota: 2 Sm 8,3-12
8:3 Asimismo derrotó David a Hadad=ezer hijo de Rehob, rey de Soba, al ir éste a recuperar su territorio al río Eufrates.
8:4 Y tomó David de ellos mil setecientos hombres de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, pero dejó suficientes para cien carros.
8:5 Y vinieron los sirios de Damasco para dar ayuda a Hadad-ezer rey de Soba; y David hirió de los sirios a veintidós mil hombres.
8:6 Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.
8:7 Y tomó David los escudos de oro que traían los siervos de Hadad-ezer, y los llevó a Jerusalén.
8:8 Asimismo de Beta y de Berotai, ciudades de Hadad-ezer, tomó el rey David gran cantidad de bronce.
8:9 Entonces oyendo Toi rey de Hamat, que David había derrotado a todo el ejército de Hadad-ezer,
8:10 envió Toi a Joram su hijo al rey David, para saludarle pacíficamente y para bendecirle, porque había peleado con Hadad-ezer y lo había vencido; porque Toi era enemigo de Hadad- ezer. Y Joram llevaba en su mano utensilios de plata, de oro y de bronce;
8:11 los cuales el rey David dedicó a Jehová, con la plata y el oro que había dedicado de todas las naciones que había sometido;
8:12 de los sirios, de los moabitas, de los amonitas, de los filisteos, de los amalecitas, y del botín de Hadad=ezer hijo de Rehob, rey de Soba.

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