MITOLOGIA
LOS TRABAJOS DE HERCULES
LOS TRABAJOS DE HERCULES
Muy lejos, en el inmenso Océano, queda la isla de Eritea. Allí mora Gerión, con su triple cuerpo de gigante y sus tres horrendas cabezas.
Gerión tiene un rebaño de bueyes que confía a los cuidados de Euritión, pastor mortal, y de Ortro, temible can de múltiples cabezas y dorso de serpiente.
El rey Euristeo envía a Hércules a Eritea, que versiones posteriores situaron en Iberia. Su misión: transportar a Micenas los rojos vacunos del gigante.
El viaje es largo y peligroso. Por el desierto misterioso, por el mar lleno de peligros, por las desconocidas tierras pobladas de monstruos.
Confiando en los dioses y en la propia fuerza, el héroe consigue, sin embargo, vender todos los obstáculos y llegar a la isla de Gerión. Tan pronto cono llega repara en Ortro. El can lo ataca ferozmente. Hércules blande la maza y descarga un golpe certero, que arroja al monstruo al suelo, sin vida.
El ruido de la lucha atrae a Euritión, que se aproxima dispuesto a someter el extranjero. Pero, en vez de la victoria, encuentra también la muerte.
Eliminados los guardianes del rebaño, Hércules se recupera de la fatiga. Se apodera de las reses y se prepara para el regreso.
No sabe que Menete, un pastor de los alrededores, había asistido al combate y había corrido a contarle todo a Gerión.
El gigante, inflamado de cólera, acude en defensa de sus animales. Y muere traspasado por las flechas del héroe.
Sin nadie que lo detenga, Hércules puede, por fin, partir para Micenas. Al llegar a la costa griega del mar Jonio, un enjambre de moscardones –gigantescos insectos enviados por Juno- dispersa el rebaño por los montes. A cuesta de arduos esfuerzos, el héroe consigue reunir a los animales, que entrega a Euristeo.
En honor de Juno, el rey de Micenas sacrifica parte de los bovinos del cruel gigante Gerión.
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