Cartas de el-Amarna
Cobre, Plata, Madera. Intérprete de
presagios a través de las águilas
(Tablilla 35)
Prof. Dr. Julio López Saco
Departamento de Formación Histórica Especial
Escuela de Historia, UCV, Caracas
Las cartas de el-Amarna (antigua ciudad-capital Ajetatón, en el Alto Egipto, fundada por el faraón Amenhotep IV o Ajenatón), se encontraron en tablillas cuneiformes, escritas principalmente en acadio, la lengua franca y diplomática internacional en este periodo histórico. Descubiertas por campesinos egipcios de la zona a fines del siglo XIX, durante excavaciones clandestinas realizadas en la ciudad en ruinas, fueron inicialmente depositadas en una antigua edificación que los arqueólogos han bautizado como la Oficina de Correspondencia del faraón y posteriormente vendidas en los mercados de antigüedades. Estamos entonces, en consecuencia, ante un archivo de correspondencia, en su mayor parte diplomática, llevada a cabo entre la administración egipcia y sus representantes en regiones como el corredor levantino. El archivo completo incluye correspondencia del reinado precedente, es decir, de Amenhotep III, con más de trescientas cartas de tenor diplomático, aunque existen algunas que son de carácter literario y didáctico. Desde un punto de vista histórico y cronológico, las tablillas arrojaron luz sobre las relaciones de Egipto con Mitanni, Asiria, los Hititas de Anatolia, Siria, el Levante y hasta la isla de Chipre (Alashiya). En términos generales, el periodo que abarca la correspondencia comprende los reinados de los citados Amenhotep III, Ajenatón (Amenofis IV), Semenejkara y Tutankamón. Aunque las misivas no contienen fechas ni referencia cronológica alguna, quizás porque en el sistema diplomático vigente en ese época no había un único calendario genérico para todos y no era necesario fecharlas, existen, sin embargo, muy contados casos donde los trabajadores de la cancillería egipcia anotaban en escritura hierática las indicaciones del tiempo conforme a la costumbre de los escribas egipcios. En cualquier caso, es muy complicado establecer algún tipo de línea cronológica, con el agravante de que muchas de ellas están fragmentadas. En otras ocasiones, no figura ni el emisor ni el destinatario en el texto y, por lo tanto, tampoco una fecha.
No debemos olvidar que el archivo de Amarna está incompleto. Las cartas allí halladas son únicamente las que dejaron porque ya no eran útiles, necesarias para la administración. Es significativo, en este sentido, que no se encuentran referencias al mundo de los hititas, a los reinos y poblaciones del Egeo o que las menciones al imperio Asirio, que renace en esta época para conformar el reino medio, sean notablemente escasas. La correspondencia sería trasladada nuevamente a Menfis una vez abandonada la capital de Ajenatón.
Las cartas que aquí vamos a trabajar corresponden a una pequeña selección caracterizada por la presencia en ellas de personalidades, particularmente gobernantes, de ciudades de la región levantina del Mediterráneo oriental, así como de localidades mayormente ubicadas en la región sirio-palestina y en islas del Egeo, como Chipre. El contexto cananeo-fenicio y, especialmente, el bíblico, con referencias habituales en algunas notas, en relación al mundo egipcio del siglo XIV a.n.e., incluyendo el período “herético” amarniense, es el ámbito que vincula la correspondencia escogida.
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Cobre, Plata, Madera. Intérprete de
presagios a través de las águilas
(Tablilla 35)
Descripción técnica
Carta en una tablilla de arcilla escrita en acadio con cincuenta y cinco líneas de texto. La misiva es enviada por el rey de Alasiya 1, cuya identificación personal se desconoce, al faraón egipcio, Amenonhotep III o, quizá Ajenatón (Amenhotep IV). Datada en el siglo XIV a.n.e., fue hallada en 1887 en el-Amarna, por campesinos. Adquirida por el famoso, y muchas veces criticado, E.A. Wallis Budge, se encuentra en el British Museum con el número de inventario BM 29788. La tablilla, según distintos autores, tiene la asignación EA 35 y BB 5.
Texto
Mensaje al rey de Egipto, mi hermano. Así habla el soberano de Alashiya,2 tu hermano: todo va bien conmigo. Con mis casas, mi esposa, mis hijos, hombres principales, caballos, mis carros, y todo en mi tierra está bien. Que mi hermano pueda estar bien.
Con sus casas, esposas, hijos, sus hombres principales, caballos, sus carros, y todo en sus tierras, pueda estar adecuadamente. Mi hermano, observa, he enviado a mi mensajero con tu heraldo hacia ti en Egipto.
Ahora te he mandado 500 talentos de cobre;3 los he remitido como un regalo para mi hermano. No debes preocuparte, mi hermano, porque la cantidad de cobre sea muy pequeña, es porque en mi tierra la mano de Nergal, mi señor, ha matado a todos los hombres de mi territorio y, por lo tanto, no hay trabajadores del cobre. En consecuencia, mi hermano, no te preocupes. Envía tu mensajero con celeridad junto con el mío y te mandaré todo el cobre que desea mi hermano. Tú eres mi hermano; debes enviarme plata, mi hermano, una gran cantidad. Concédeme la mejor plata y entonces te enviaré, mi hermano, todo lo que me pidas. Además, mi hermano, dame el buey que mi mensajero te ha pedido, mi hermano. Y también el aceite dulce, mi hermano, envíamelo, mi hermano: dos envases; y consígname un especialista en presagios a través del águila.4 Además, mi hermano, la gente de mi tierra me habla sobre la madera de construcción que el rey de Egipto recibe de mí. Así pues, mi hermano, págame. Por otra parte, un hombre de Alashiya murió en Egipto, y sus posesiones están en tu tierra, pero su hijo y su esposa están aquí conmigo. Por lo tanto deja, mi hermano, de atender los asuntos del hombre de Alashiya y déjalo en manos de mi mensajero, mi hermano.
No te preocupes, mi hermano, de que tu mensajero se haya quedado tres años en mi tierra, porque la mano de Nergal se encuentra sobre mi tierra y sobre mi casa. Mi esposa dio a luz un hijo que ahora está muerto, mi hermano. Envía a tu mensajero con el mío sin demora, y luego te mandaré un regalo para mi hermano. Además, mi hermano, la plata que te he solicitado, mi hermano, envíala en gran cantidad. Y, mi hermano, los regalos que te he solicitado remítemelos para cumplir con todos mis deseos, mi hermano, y cualquier deseo me menciones yo lo cumpliré. Has sido puesto para nosotros al mismo nivel 5 que el rey de Hatti y el soberano de Shanhar.6 En cuanto a mí, cualquier presente que mi hermano me haya enviado, le será devuelto el doble.7 Tu mensajero ha venido a mí sin demora y mi heraldo llegará a ti sin retraso.
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1- Alasiya o Alashiya corresponde a Nicosia, en la isla de Chpre. Allí se desarrolló una cultura en el II Milenio a.n.e. en la que el comercio fue su principal actividad, en especial de minerales como el cobre. Posiblemente su desaparición de la historia se debió a la presencia de los denominados Pueblos del Mar, hacia 1200 a.n.e. (J.L.)
2- Alashiya es el nombre antiguo de Chipre. Véase McRay, 1992.
3- El cobre es el más importante producto de la antigua isla de Chipre.
4- Los presagios que surgen de las águilas fueron una forma de lectura de señales o adivinación practicada en el antiguo mundo mediterráneo. Véase Grabbe, 1995: 119-151.
En todo el mundo indoeuropeo, el vuelo del ave, y en concreto del águila, sus ruta, altura o dirección era tenido en cuenta como señal de presagio favorable o no a la hora de emprender algún tipo de actividad, por ejemplo bélica. En general, el vuelo de las aves se relaciona con el vuelo chamánico, con símbolos de filiación clánica y con el poder político, como ocurre, sin ir más lejos, en las culturas prehispánicas colombianas (J.L.)
5- “No has sido ubicado al mismo nivel”. Esta es la lectura de Moran. Algunos traductores anteriores traducen “no hizo un tratado con…”. Moran apunta que esto último podría conferirle poco sentido en el contexto de los regalos o dones que se discuten más arriba.
6- Sanhar o Shanhar es un término que pudiera corresponderse con Babilonia, localizada en el Iraq actual.
7- Otorgar doblemente, tanto positiva como negativamente, es un motivo antiguo. En la Biblia se puede ver, en este sentido Génesis 43: 12-15; 2 Reyes 2: 9; Isaías 40: 2; Zacarías 9: 12; Eclesiástico 26: 1; Timoteo 5: 17; Revelaciones 18: 6.
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