"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

domingo, 31 de mayo de 2009

ORACION DE MANASES (ODA XII) - (apócrifo pseudoepigráfico)

ORACIÓN DE MANASÉS (Oda XII)
(apócrifo pseudoepigráfico)

por L. Vegas Montaner

1 Señor Todopoderoso, Dios de nuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob y de su justa descendencia,
2 que has hecho el cielo y la tierra con todo su universo,
3 que has encadenado el mar con tu imperiosa palabra, que has cerrado y sellado el abismo con tu temible y glorioso nombre,
4 ante quien todo se estremece y tiembla por tu poderosa presencia,
5 porque insoportable es la majestad de tu gloria e irresistible la cólera de tu amenaza contra los pecadores,
6 pero inmensa e insondable la piedad de tu promesa;
7 porque tú eres Señor Altísimo, compasivo, paciente y rico en misericordia, y te lamentas de las maldades de los hombres.
7b [. . .]Pues, Tú, Señor, conforme a la generosidad de tu bondad has prometido arrepentimiento y perdón a los que han pecado, y por la abundancia de tu misericordia has fijado penitencia a los pecadores para que se salven;
8 Tú, en efecto, Señor Dios de los justos, no estableciste penitencia para los justos, para Abrahán, Isaac y Jacob, que no pecaron contra Ti, sino que estableciste penitencia para mí, el pecador;
9 porque he cometido pecados más numerosos que las arenas del mar; se han multiplicado mis faltas, Señor, se han multiplicado y no soy digno de tender la mirada y ver la altura del cielo a causa de la multitud de mis faltas.
9b [. . .]Y ahora, Señor, me encuentro justamente castigado y merecidamente afligido, pues heme aquí cautivo,
10 doblegado por cadena de hierro demasiado fuerte para poder erguir la cabeza a causa de mis pecados, y no hay alivio para mí porque he irritado tu cólera y el mal ante Ti he obrado al haber establecido abominaciones y multiplicado ultrajes.
11 Y ahora inclino la rodilla de mi corazón suplicando tu generosidad.
12 He pecado, Señor, he pecado y mis faltas yo conozco,
13 pero te pido suplicante: ¡Aparta de mí tu enojo, Señor, aparta de mí tu enojo y no me hagas perecer junto a mis faltas ni, eternamente resentido, me prestes atención a las maldades ni me condenes a los abismos de la tierra! Porque Tú eres, Señor, el Dios de los que se arrepienten,
14 y en mí mostrarás tu bondad ya que, aun siendo indigno, me salvarás conforme a tu mucha misericordia,
15 y te alabaré por siempre en los días de mi vida, pues himnos te entona todo el ejército de los cielos y tuya es la gloria por los siglos. Amén.

sábado, 30 de mayo de 2009

LAS ODAS DE SALOMON - (apócrifo pseudoepigráfico)

Las Odas de Salomón
(apócrifo pseudoepigráfico)

Versión al español realizada por M. Andrea Barrios tomando como base la traducción inglesa de J. Rendel Harris

Oda 1
1 El Amo* está sobre mi cabeza como una corona, y nunca estaré sin Él.
2 Ha trenzado para mí una corona de Verdad, y sus ramas dan brotes en mí.
3 Pues no es como una corona muerta que no puede germinar,porque Tú vives en mi cabeza y has florecido sobre ella,
4 Y Tus frutos están maduros y son perfectos, están llenos de Tu salvación.

* Siguiendo el ejemplo de Paterson Brown se ha traducido la palabra "Lord" como "Amo" pues ue refleja más claramente el sentido de Supremacía y pertenencia que la palabra " Señor " que se utiliza normalmente.

Oda 2
Ningún verso de esta Oda ha sido encontrado.


Oda 3
Las primeras palabras de esta Oda han desaparecido.
1...Me puse la Vestidura.
2 Y sus miembros están con Él. y sobre ellos estoy de pie, y Él me ama:
3 Porque no hubiera conocido el Amor del Amo si Él no me amase,
4 ¿ Pues quién es capaz de distinguir su Amor excepto uno que es amado por Él?
5 Yo Amo al Amado, y mi alma le Ama:
6 Y donde está Su descanso ahí estoy Yo también,
7 Y nunca seré un extraño frente al Altísimo Amo pues en su gran misericordia no hay reparos.
8 He sido unido a Él, y el Amante ha encontrado al Amado,
9 Y porque Amo al que es el Hijo llegaré a ser un hijo,
10 Y porque me uní al Inmortal llegaré a ser inmortal,
11 Y aquel que se deleita en el Viviente obtendrá la Vida.
12 He aquí la Espíritu del Amo, que no miente, y quién enseña a los hijos de los hombres a conocer Sus caminos.
13 Sé sabio, entendedor y permanece despierto y vigilante. Aleluya.

Oda 4
1 Ningún hombre, Oh mi Dios, puede cambiar tu Santuario,
2 Ni tampoco le es posible cambiarlo de lugar, porque no tiene poder sobre él: (el hombre)
3 Porque Tu Santuario lo creaste antes de que hicieras los otros lugares:
4 Y Aquello que es Mayor no puede ser alterado por esos que nacieron después.
5 Tú has entregado tu corazón, Oh Amo, a Tus creyentes: nunca fallarás ni negarás tus frutos,
6 Pues una hora de Tu Fe equivale a días y años.
7 ¿ Quién hay revestido de tu Gracia que pueda ser herido?
8 Porque tu sello es reconocido: y Tus criaturas lo reconocen, Tus huestes celestiales lo poseen, y los arcángeles elegidos están marcados con él.
9 Nos has dado tu comunión, y no es que necesites de nosotros sino que nosotros necesitamos de ti.
10 Destila tu rocío suavemente sobre nosotros, abre Tus abundantes fuentes de las que manan leche y miel:
11 Pues no hay arrepentimiento contigo, nunca te arrepentirías de darnos nada de lo que nos has prometido,
12 Porque el fin se ha Revelado delante de ti, todo lo que das, lo das generosamente,
13 Así que no quitas nada ni lo tomas de vuelta,
14 Porque todas las cosas fueron reveladas ante ti como Dios y ordenadas desde el principio delante de Ti, y Tú, Oh Dios, hiciste todas las cosas.
Aleluya.

Oda 5
1 Daré gracias a Ti, oh Amo, porque te amo,
2 Oh, Altísimo, Tú nunca me desampararas, pues eres mi esperanza:
3 Libremente he recibido de ti la Gracia, y por eso Viviré,
4 Mis perseguidores vendrán y no podrán encontrarme:
5 Una nube de oscuridad caerá sobre sus ojos; y una espesa penumbra los oscurecerá,
6 No tendrán luz para verme, y no podrán atraparme.
7 Sus consejeros estarán a oscuras, y cuánto ellos han malignamente ideado contra mí se volverá contra ellos,
8 Porque ellos han hecho un consejo pero no tuvieron éxito,
9 Pues mi esperanza esta en el Amo y no tendré miedo, y porque el Amo es mi Salvación, no temeré:
10 Él es una guirnalda (de luz) sobre mi cabeza y no seré conmovido; incluso si todo se sacude a mi alrededor yo estaré firme;
11 Y aunque todas las cosas visibles perezcan, yo no moriré, porque el Amo esta conmigo y yo estoy con Él. Aleluya.

Oda 6
1 Así como las manos se mueven sobre el arpa y hacen resonar las cuerdas,
2 Así hace hablar mi cuerpo la Espíritu del Amo, y yo hablo gracias a su Amor,
3 Que hace desaparecer todo lo es extraño y amargo.
4 Así era desde el Principio y será hasta el fin: nada puede ser Su adversario ni levantarse contra Él.
5 El Amo ha multiplicado el Conocimiento de Si mismo, y se afana en que estas cosas sean conocidas, las cuales por su Gracia nos han sido concedidas.
6 Porque Él nos ha dado la alabanza de Su Nombre nuestras Espíritus alaban su Santa Espíritu.
7 Aquello que fue un arroyo ha llegado a ser un río grande y ancho,
8 Que Inundó y disolvió todo a su paso y trajo Aguas al Templo,
9 Y las barreras de los hijos de los hombres no fueron capaces de detenerlas, ni los artificios de aquellos cuya ocupación es contener las Aguas. (de sabiduría)
10 Y (las aguas) se han extendido sobre toda la faz de la tierra, y lo han llenado todo, y a todos los sedientos se les ha dado de beber,
11 Toda sed fue aliviada y extinguida: Desde lo más alto se nos brindó la copa.
12 Benditos son aquellos a quienes se les dió de esa Agua (viva)
13 Calmaron sus labios secos, los desfallecidos fueron levantados,
14 Las almas que estaban a punto de morir fueron salvadas de la muerte:
15 Las ramas caídas fueron enderezadas y levantadas:
16 Fortalecieron su debilidad y la luz llegó a sus ojos:
17 Todos se conocieron en el Amo, y vivieron por las Aguas de la Vida para siempre. Aleluya.

Oda 7
1 Como el ímpetu de la ira se dirige al mal; igualmente el impulso de la alegría lleva hacia lo amable, y atrae sus dulces frutos sin medida.
2 Mi alegría es el Amo y mi impulso es hacia Él, y la ruta es bella,
3 Porque tengo quien me auxilia, el Amo.
4 Él me ha dejado conocerlo por completo, sin reparos, sencillamente, y con bondad se ha despojado de Grandeza.
5 Él se ha vuelto como yo a fin de que yo pudiera recibirlo:
6 Y fue considerado como uno semejante a mí para que así yo pudiera vestirme de Él.
7 Y por eso no temblé cuando lo ví, porque Él fue bondadoso conmigo.
8 Se volvió según mi naturaleza para que yo pudiera aprender de Él, Y tomó una forma semejante a la mía con tal de que no me alejara de Él.
9 El Padre de todo Conocimiento es también la Palabra de Conocimiento,
10 Quien creó toda Sabiduría es más sabio que sus obras.
11 Él me creó cuando todavía yo no sabía qué haría cuando entrara en el ser,
12 Por eso se apiadó de mí, y en su inmensa gracia me concedió pedirle y beneficiarme de su sacrificio,
13 Porque Él permanece incorruptible por todas las generaciones.
14 Él se ha entregado a sí mismo para ser visto por aquellos que son suyos, para que ellos puedan reconocer a Aquel que los Creó, y no imaginaran que venían de ellos mismos.
15 Para alcanzar su Conocimiento Él nos ha señalado un camino, y lo ha extendido y ensanchado para traer a todos Perfección,
16 Y ha puesto en el señales de Su Luz, y yo he caminado en este camino desde el principio y lo haré hasta el fin.
17 Por Él fue forjado, y Él descansaba en el Hijo, y para Su Salvación proveerá de todo,
18 Y el Altísimo será reconocido a través de Sus Santos, para anunciar a los que le hacen canciones la venida del Amo:
19 Para que ellos vayan delante a reunirse con Él, y puedan cantarle con alegría y con el arpa de muchos tonos:
20 Los profetas vendrán antes de Él y serán vistos primero,
21 Ellos alabarán al Amo por Su Amor: porque Él está cerca y es posible de contemplar,
22 Y el odio será arrancado de la tierra, y será ahogado junto con la envidia,
23 Pues la ignorancia ha sido destruida, gracias al Conocimiento del Amo que ha llegado.
24 Aquellos quienes hacen melodías cantarán la Gracia del Amo Altísimo,
25 Y traerán sus voces, y sus corazones serán como el día, y bella como la excelsa belleza del Amo será su cantar,
26 Y nadie ni nada que respire carecerá de conocerle y nadie será privado de voz,
27 Porque Él ha dado una boca a su Creación, para que sus voces se dirijan a Él y lo alaben.
28 Confiesen vosotros Su Poder, y declaren Su Gracia.(que Él les ha otorgado) Aleluya.

Oda 8
1 Abran, abran vuestros corazones a la exaltación del Amo!
2 Y dejen que su Amor se multiplique (y se extienda ) desde el corazón y alcance los labios,
3 Para que den a luz (se manifiesten) vuestros frutos al Amo, frutos vivientes y Santos, para que así puedan hablar con Él despiertos en medio de Su luz.
4 Elévense y párense derechos, Ustedes que alguna vez estuvieron abatidos:
5 Proclamen, ustedes que estaban en silencio, pues ahora vuestras bocas han sido abiertas.
6 Ustedes, que fueron despreciados serán de aquí en adelante alzados, porque vuestra Justicia ha sido exaltada,
7 Ya que la mano derecha del Amo está con ustedes: y Él los auxilia.
8 Pues la paz estaba lista (preparada) para ustedes desde antes que vuestra guerra comenzara.
9 Escuchen la Palabra de la Verdad, y reciban en su ser el conocimiento del Altísimo.
10 Vuestra carne nunca antes ha percibido lo yo les estoy diciendo: ni sus corazones han conocido lo que les estoy mostrando.
11 Mantengan mi secreto, Ustedes quienes son guardados por él,
12 Mantengan mi Fe, Ustedes quienes son protegidos por ella,
13 Entiendan mi conocimiento, Ustedes que me conocen en verdad,
14 Ámenme intensamente, aquellos que me aman,
15 Porque no esconderé mi rostro a aquellos que son míos,
16 Porque los conozco y aún desde antes que entraran en el ser tuve conocimiento de ellos, y en sus rostros puse mi Sello:
17 Yo modelé sus miembros, y mis propios pechos preparé para ellos, para que pudieran beber mi Santa leche y así vivir.
18 En ellos me complazco y nunca me avergonzaré de ellos,
19 Son obra de mis manos y del poder de mis pensamientos:
20 ¿ Quién podrá levantarse contra el fruto de mis manos o quién hay que no se someta ellos?
21 Yo concebí y formé en ellos mente y corazón, y son míos, y por mi propia mano derecha fueron elegidos:
22 Y mi Justicia va delante de ellos y los guía. Nunca serán despojados de (el conocimiento de) mi Nombre, porque reposa siempre en ellos.
23 Pidan, y abundará el Amor del Amo y permanecerán en Él,
24 Y serán los amados elegidos del Amado, los que son guardados en el Viviente:
25 Y serán Salvados por el que estaba salvado,
26 Y serán incorruptibles en todas las generaciones por el nombre de vuestro Padre. Aleluya.

Oda 9
1 Abran vuestros oídos y les hablaré. Denme sus almas que yo también les daré la mía,
2 La Palabra del Amo y sus deleites, los Santos pensamientos que Él ha pensado respecto a Su Mesías.
3 Por cuanto la voluntad del Amo es vuestra Salvación, y Sus pensamientos vida eterna, y vuestro fin la inmortalidad.
4 Enriquézcanse en Dios el Padre, reciban los pensamientos del Altísimo.
5 Sean fuertes y los redimirá su Gracia.
6 Porque Yo les anuncio la Paz, a ustedes sus Santos;
7 Y ninguno de los que me oyen puede caer en guerra, y los que han conocido al Amo no pueden perecer, y aquellos que le reciben no pueden ser avergonzados.
8 Una corona imperecedera es por siempre la Verdad. Benditos son aquellos que la han puesto en sus cabezas:
9 Es una gema invaluable; y han habido grandes guerras por obtenerla.
10 Y la Justicia la ha tomado y la ofrece a vosotros,
11 Vistan la corona de la verdadera Alianza del Amo,
12 Y todos los que la han conquistado estarán inscritos en Su libro,
13 Pues su libro es la victoria que les pertenece. Y ella (la Victoria) los verá en su presencia porque desea que sean salvados. Aleluya.

Oda 10
1 El Amo ha dirigido mi boca con Su Palabra, y ha abierto mi corazón con Su Luz, y ha hecho morar en mí Su Vida inmortal;
2 Y me concedió que yo pudiera pronunciar el fruto de la Paz,
3 Para convertir las almas de aquellos que están anhelantes de venir a Él y para guiar a los cautivos a un buen cautiverio de Libertad;
4 Yo fui fortalecido y hecho poderoso y tomé al mundo en mis manos;
5 Porque fue hecho para mí y para alabanza del Altísimo, de Dios mi Padre.
6,Y los Gentiles fueron reunidos, aquellos que habían sido dispersados en el destierro,
7 Y no fui contaminado por ellos porque los amaba, y ellos me reconocieron en las alturas: y la señal de la luz fue puesta en sus corazones,
8 Y ellos entraron en mi vida y fueron salvados y serán mi pueblo para siempre. Aleluya.

Oda 11
1 Mi corazón fue rasgado y su flor apareció, y la Gracia brotó de el, y dio a luz fruto agradable al Amo,
2 Porque el Altísimo circuncidó mi corazón con su Santa Espíritu y halló mi cariño hacia Él; y entonces me llenó con Su Amor.
3 Y la abertura que hizo en mi se convirtió en mi Salvación, y pude fluir en Su senda plácidamente por el camino de la Verdad:
4 Desde el principio y hasta el fin yo adquirí Su conocimiento.
5 Fui asentado sobre la roca de la Verdad, donde Él me ha situado,
6 Y las Aguas que hablan tocaron mis labios abundantemente desde la fuente del Amo,
7 Y bebí y me embriagué con el agua viviente que no muere,
8 Y mi embriaguez no fue una embriaguez sin Conocimiento, pero sí me hizo olvidar la fatuidad y me volví al Altísimo mi Dios.
9 Y fui enriquecido generosamente, y dejé de lado la falsedad que se expande sobre la tierra, me despojé de ella y la lancé lejos de mí,
10 Y el Amo me renovó con Su Vestidura, y me poseyó con su Luz, y desde arriba me concedió el reposo incorruptible.
11 Y llegué a ser como la tierra que florece y se regocija en sus frutos,
12 Y el Amo era como el Sol resplandeciendo sobre la faz de la tierra,
13 Él alumbró mis ojos y mi faz recibió el rocío y la placentera fragancia del Amo,
14 Y me llevó a Su Paraíso, donde esta la abundancia de los placeres del Amo,
15 Y entonces adoré al Amo al ver Su Gloria, y dije: Benditos, oh Amo, son aquellos que están plantados en tu tierra y tienen un lugar en Tu Paraíso,
16 Y que pueden tomar los frutos de Tus árboles. Ellos han pasado de las tinieblas a la Luz.
17 ¡Mira! Todos Tus siervos son justos, hacen el bien y se alejaron desde la maldad hasta Tu Bondad, Y han eliminado la amargura que había en sus raíces cuando fueron sembrados en tu tierra;
18 Y todo se hizo semejante a una reliquia de Ti mismo, monumento eterno de tus fieles trabajos.
19 Hay abundante espacio en tu Paraíso, y ningún lugar es improductivo allí dentro,
20 Sino que todo está lleno de frutos, gloria a ti, Oh Dios, y a la delicia del Paraíso eterno. Aleluya.

Oda 12
1 Él me ha llenado mi boca con palabras de Verdad para que yo pueda comunicarlas:
2 Como caudal de aguas fluye la Verdad de mi boca, y mis labios declaran Su fruto.
3 Él ha hecho que su Conocimiento abunde en mi, porque la boca del Amo es la Palabra verdadera y la puerta que conduce a Su Luz.
4 El Altísimo ha estipulado Sus palabras, las cuáles expresan Su propia Belleza; repiten sus alabanzas y son informadoras de Sus consejos; heraldos de sus pensamientos y correctoras de Sus siervos.
5 Porque lo sutil de la Palabra es inexpresable, y como lo que expresa es su rapidez y fuerza.
6 Su rumbo no conoce limites. Nunca falla, pues es siempre certera, no se ve donde desciende ni hacia donde se dirige.
7 Así es su labor y su propósito: es la luz y el amanecer de los pensamientos.
8 Por ella los mundos hablan uno al otro; y en la Palabra estuvieron aquellos que fueron silenciados;
9 De ella vienen el Amor y la Armonía que comunica a los suyos; a los que han sido traspasados por la Palabra;
10 Y así ellos pudieron conocer a quién los creo, porque estuvieron en comunión y la boca del Altísimo les habló, y Su explicación corría por Su cuenta:
11 Porque la morada de la Palabra es el hombre: y su Verdad es Amor.
12 Benditos son los que por medio de ella han entendido todo, y han percibido al Amo en Su Verdad. Aleluya.

Oda 13
1 He aquí! El Amo es nuestro espejo: abre tus ojos y velos en Él: y aprende la manera de tu rostro:
2 Y proclama en adelante alabanzas a Su Espíritu: y limpia la inmundicia (falsedad) de tu rostro: ama su Santidad, y vístete con ella:
3 Y permanecerás sin mancha todo el tiempo delante de Él. Aleluya.

Oda 14
1 Como los ojos de un hijo están en su padre, así están mis ojos, oh Amo, todo el tiempo puestos en Ti.
2 En Ti está mi consuelo y mi deleite.
3 No me quites Tu misericordia, oh Amo, ni me retires Tu bondad.
4 Extiéndeme todo el tiempo Tu diestra: y sé mi guía hasta el fin, según Tu complacencia.
5 Déjame ser de tu agrado ante Ti, por Tu gloria y por Tu Nombre,
6 Presérvame del mal, y permite que Tu humildad, oh Amo, more en mi, con los frutos de Tu Amor.
7 Enséñame los Salmos de Tu Verdad, para que pueda dar a luz frutos en Ti:
8 Abre para mí el arpa de tu Santa Espíritu, para que con todas sus notas pueda alabarte, oh Amo,
9 Conforme a la abundancia de dulces favores que me darás, concédenos pronto nuestras súplicas, Porque Tú eres capaz de velar por todas nuestras necesidades. Aleluya.

Oda 15
1 Como el sol es la alegría de quienes esperan el alba, así me alegra el Amo;
2 Porque Él es mi Sol y Sus rayos me han exaltado, y Su luz ha disipado toda oscuridad (falsedad)de mi rostro.
3 En Él he adquirido ojos y he visto Su Santo día:
4 Y he obtenido oídos y escuchado Su Verdad.
5 Los conceptos de Su Conocimiento han sido míos, y he sido complacido por Él.
6 Dejé el camino errado y tomé el camino hacia Él para recibir Su Salvación sin reparos.
7 Salvación que con generosidad me ha otorgado, y conforme a Su excelsa Belleza me ha formado.
8 Me vestí de incorrupción por medio de Su Nombre, me despojé de corrupción por Su Gracia.
9 La muerte ha sido destruida delante de mi rostro, y "Seol" fue removido de mi vocabulario,
10 Se ha puesto de pie la inmortalidad en la tierra del Amo,
11 Se ha dado a conocer a Sus fieles elegidos, y ha sido otorgada sin restricciones a todos aquellos que creen en Él. Aleluya.

Oda 16
1 Como el trabajo del labrador es la reja del arado: y el trabajo del timonel es guiar la embarcación,
2 Así los Salmos del Amo son mi trabajo, mi arte y alabanzas:
3 Porque Su Amor nutre mi corazón, y hasta mis labios Sus frutos se derraman.
4 Porque mi amado es el Amo, a Él le cantaré:
5 Porque Su Alabanza me hizo fuerte y tengo Fe en Él.
6 Abriré mi boca y Su Espíritu aclamará en mi la gloria del Amo y Su belleza;
el trabajo de Sus manos y la acción de Sus dedos:
7 La abundancia de su misericordia y el poder de Su Palabra.
8 Porque la Palabra del Amo escudriña en todas las cosas, tanto en las invisibles como en las que revelan Sus Pensamientos,
9 Para que los ojos vean Sus trabajos y los oídos escuchen sus pensamientos.
10 Él extendió la tierra y asentó las aguas en el mar,
11 Él midió los cielos, fijó las estrellas y estableció la creación,
12 Y Él descansó de Sus trabajos,
13 Y las cosas creadas siguieron sus cursos e hicieron su trabajo,
14 Sin saber como detenerse o desocuparse, Y Sus huestes celestiales están sujetas a Su Palabra.
15 El lugar secreto del tesoro de la luz es el sol, y el tesoro de la oscuridad es la noche:
16 Y Él hizo el sol para que el día brillara, pero la noche trae oscuridad sobre la faz de la tierra,
17 Y sus sucesiones cuentan la belleza de Dios,
18 Y no hay nada que exista sin el Amo, porque Él existía antes que cualquier otra cosa llegara a existir,
19 Y los mundos fueron hechos mediante su Palabra, y mediante los designios de Su corazón. Gloria y honor a Su nombre. Aleluya.

Oda 17
1 Fui coronado por mi Dios: mi corona es Viviente:
2 Y fui justificado en mi Amo, Él es mi incorruptible salvación.
3 Fui liberado de lo que es falso, y no fui condenado,
4 Las sofocantes ataduras fueron cortadas por Sus manos: y recibí la faz y la forma de una nueva persona. entré en ellas y fui salvado;
5 Los conceptos de la Verdad me guiaron, la seguí y caminé sin deambular.
6 Todos los que me vieron se sorprendieron, y fui considerado por ellos como un desconocido,
7 Pero quien me conoció y trajo es el Altísimo en toda Su Perfección. Él me glorificó con Su bondad, y alzó mis pensamientos a la altura de Su Verdad.
8 Y desde entonces me dio el sendero de Sus preceptos y abrí todas las puertas que estaban cerradas.
9 Rompí en pedazos los barrotes de hierro: mis propios grilletes se fundieron y disolvieron delante de mí, 10 Nada se me cerraba: porque yo era la puerta de todo,
11 Registré todas mis ataduras humanas para soltarlas; Porque no podía permitir ningún lazo humano o atadura:
12 E impartí mi sabiduría sin reparos: y mi oración nacía de mi Amor:
13 Y sembré mis frutos en los corazones y los transformé dentro de mi mismo: y ellos recibieron mi bendición y vivieron;
14 Y fueron congregados ante mí y fueron salvados; porque ellos eran míos como mis propios miembros y yo era su cabeza. Gloria a ti, nuestra cabeza, el Amo Mesías. Aleluya.

Oda 18
1 Mi corazón fue alzado en el Amor del Altísimo y fue engrandecido: Para que yo pudiera alabarlo por Su Nombre.
2 Mis miembros fueron fortalecidos para que no cayeran desde Su fuerza.
3 La enfermedad fue removida desde mi cuerpo, que pudo estar de pie y firme delante del Amo por Su Voluntad, Pues Su reino es Verdadero.
4 ¡Oh Amo! ¡Por el bien de aquellos que carecen de Ti no quites tu Palabra de mi boca!
5 ¡ Y por el bien de sus obras no reprimas en mí Tu perfección!
6 Que la Luz no sea conquistada por la oscuridad, ni que la Verdad sea ahuyentada por el engaño,
7 Tu me has destinado a ganar; nuestra salvación es Tu diestra, y vendrán a ti gentes de todos los lugares.
8 Y Tú resguardarás a cualquiera de las ataduras del mal.
9 Tú eres mi Dios. El engaño y la muerte no están en Tu boca:
10 Porque Tú eres Perfección, y no conoces la falsedad,
11 Ni ella te conoce a Ti.
12 Y no has conocido el error,
13 Ni él te ha conocido a Ti.
14 Y la ignorancia se parece a un hombre ciego; y a la espuma del mar,
15 Y muchos supusieron que el engaño era algo grande;
16 Y entraron en la semejanza de lo falso y se convirtieron en eso, excepto aquellos que Te han comprendido, Conocido y Te han meditado,
17 Esos son los que no han sido corrompidos en sus imágenes, y de tal modo estaban en la mente del Amo.
18 Ellos no hicieron caso a los que caminaban en la senda del error,
19 Sino que les hablaron la Verdad con la inspiración que el Altísimo inspiró dentro de ellos. Alabanza y gran gracia a Su Nombre. Aleluya.

Oda 19
1 Una copa de leche me fue brindada: y bebí en la dulzura de la delicia del Amo.
2 El Hijo es la copa y la leche provino del Padre,
3 Y la Santa Espíritu extrajo la leche: Porque Sus pechos estaban llenos y era necesario para Él que Su leche fuera liberada,
4 Y la Santa Espíritu destapó su seno y mezclo la leche de los dos pechos del Padre y brindó la preparación al mundo sin que el mundo lo supiera,
5 Y quienes la recibieron son los elegidos de Su diestra.
6 La Espíritu abrió la matriz de la Virgen y ella recibió concepción y dio a luz, y la Virgen llegó a ser una Madre con muchas misericordias,
7 Y entró en labor de parto y dio a luz un Hijo, sin incurrir en dolor,
8 Y porque Ella no estaba suficientemente preparada, y no buscó una partera (porque Él la trajo a dar a luz así) Ella por su propia voluntad dio a luz como los humanos,
9 Y lo parió abiertamente, y lo hizo con gran dignidad,
10 Y lo amó en sus pañales y lo cuidó tiernamente, y lo presentó con Majestuosidad. Aleluya.

Oda 20
1 Soy un sacerdote del Amo, para Él hago oficio sacerdotal, y a Él ofrezco el sacrificio de Su Pensamiento.
2 Porque Sus Pensamientos no son como los del mundo ni los de la carne, ni como los de aquellos que sirven carnalmente.
3 El sacrificio del Amo es Justicia, y pureza de labios y corazón.
4 Presenta tu interior intachable ante Él: y que tu corazón no cause violencia a otro corazón ni tu alma a otra alma.
5 Tú no adquieras a un extraño por el precio de unas monedas de plata ni busques despojar a tu vecino,
6 Ni prives a nadie del cubrimiento de su desnudez,
7 Sino que revístete con la gracia del Amo sin restricciones, entra en Su Paraíso y hazte una guirnalda con hojas de sus árboles;
8 Ponla en tu cabeza, alégrate y recuéstate en Su descanso, y la gloria irá delante de ti,
9 Y recibirás de Su bondad y de Su gracia, y florecerás en la verdad por la Alabanza de Su santidad. Gloria y honor a Su Nombre. Aleluya.

Oda 21
1 Alcé mis brazos al Altísimo, hasta Su gracia, porque quitó de mí las ataduras: fue Él quién me auxilió y me levantó hasta Su gracia y Su Salvación,
2 Y me quité las tinieblas y me vestí con Su luz,
3 Y mi alma adquirió un cuerpo libre de pesares o aflicciones o dolores,
4 Y ayudarme cada vez mas era la intención del Amo, pues Su comunión es incorrupción,
5 Y yo fui exaltado en Su luz; y serví ante Él,
6 Y estuve cerca Suyo alabándolo y confesándolo,
11 Mi corazón se escapó y llegó a mi boca, y ascendió a mis labios, y el regocijo del Amo se multiplicó en mi rostro, igual que Su Alabanza. Aleluya.

Oda 22
1 Él, quien me bajó de lo alto, también me subió desde las regiones inferiores,
2 Y Él, quien junta las cosas que están en medio, es también quien me lanza abajo:
3 Él es quien dispersó a mis enemigos y adversarios desde la antigüedad:
4 Él es quien me dio potestad sobre las ataduras para que pudiera soltarlas,
5 Él derribó al dragón de siete cabezas usando mis manos: y me asentó sobre sus raíces para que pudiera destruir su simiente.
6 Tú estuviste ahí y me ayudaste, y en todos lados tu nombre era un baluarte para mí.
7 Tu diestra destruyó su malvado veneno, y Tu mano allanó el camino para esos que creen en Ti.
8 Tú los elegiste desde los sepulcros y los apartaste de la muerte,
9 Tú tomaste huesos muertos y los cubriste con cuerpos.
10 Ellos estaban inertes, y Tú les diste energía para vivir.
11 Tu camino y tu rostro estaban sin corrupción, pero Tú trajiste el mundo a corrupción (de muerte) para que todo pudiera ser disuelto y entonces renovado,
12 Para que la fundación de todo pudiera ser Tu roca: porque sobre ella construiste tu reino; y llegó a ser el lugar donde moran los Santos. Aleluya.

Oda 23
1 ¡Regocijo de los Santos! ¿ Quiénes lo disfrutarán sino Ellos?
2 ¡Gracia dada a los elegidos! ¿ Quiénes la recibirán excepto aquellos que han creído en ella desde el principio?
3 ¡El Amor de los elegidos! ¿ Quiénes se revestirán de el excepto aquellos que lo han disfrutado desde el principio?
4 Caminen ustedes en el Conocimiento del Altísimo sin resistirse a Su alborozo y a la perfección de su Sabiduría.
5 Su pensamiento vino como una carta, Su voluntad descendió de las alturas, y fue enviada como una flecha desde un arco,
6 Y muchas manos se precipitaron a la carta para apresarla, tomarla y leerla:
7 Pero escapó de sus dedos y ellos se aterraron de eso y del sello que estaba sobre ella.
8 Porque no les fue permitido a ellos soltar su sello: pues el poder que estaba sobre el sello era superior a ellos,
9 Pero otros la vieron y fueron detrás de ella porque podían saber donde descendería, y quién la leería y quién la escucharía.
10 Pero una rueda la recibió y se posó sobre ella.
11 Y se halló en ella una señal del Reino y de su Potestad:
12 Y todo el que trató de detener la rueda fue segado y desechado.
13 Y congregó a la muchedumbre de sus adversarios, y cruzó los ríos sacó de raíz muchos bosques e hizo un ancho sendero.
14 Las cabezas se inclinaron a los pies de hacia quien corría la rueda, y que tenía una señal sobre ella.
15 La carta era de mandato, y abarcaba a todas las regiones;
16 Y fue vista a la cabeza de quién fue revelado como el Hijo de Verdad del Altísimo Padre,
17 Y Él heredó y tomó posesión de todo. Y los pensamientos de muchos fueron reducidos a nada.
18 Y todos los traidores se apresuraron a huir. Y esos quienes enfurecidos la persiguieron fueron extinguidos.
19 La carta era un gran libro, escrito enteramente por el dedo de Dios:
20 Y el Nombre del Padre, el del Hijo y el de la Santa Espíritu estaba en el, para regir para siempre. Aleluya.

Oda 24
1 La paloma revoloteó sobre el Mesías, y cantó sobre Él y se oyó su voz:
2 Y los habitantes se asustaron y los viajeros se perturbaron:
3 Las aves bajaron sus alas y todas las cosas reptantes murieron en sus madrigueras: Y los abismos que habían estado ocultos fueron abiertos, y ellos clamaron al Amo simulando a una mujer pariendo:
4 pero no se les dio alimento porque no era para ellos.
5 Y fueron encerrados en los abismos con el sello del Amo. Y perecieron en los pensamientos de esos que han existido desde tiempos antiguos;
6 Porque eran corruptos desde el principio, y el fin de su corrupción era la vida,
7 Y los que eran imperfectos perecieron: porque no era posible darles una Palabra que pudieran retener:
8 Y el Amo destruyó las imágenes de todos los que no tenían la Verdad consigo.
9 Porque ellos, quienes fueron elevados en sus corazones pero estaban deficientes de Sabiduría fueron rechazados porque la Verdad no estaba en ellos.
10 Pero el Amo reveló Su Camino y derramó Su Gracia: y aquellos que la entendieron, conocen su Santidad. Aleluya.

Oda 25
1 Fui rescatado desde mis ataduras y hacia Ti, mi Dios, Yo corro:
2 porque Tú eres la mano derecha de mi Salvación y quién me auxilia.
3 Tú has sujetado a aquellos que se levantan contra mí,
4 Y ya no los veré más: porque Tu rostro estaba conmigo, y me salvó Tu gracia.
5 Aunque fui despreciado y rechazado a los ojos de muchos: porque estaba ante sus ojos como caudillo,
6 Pero la fuerza y el auxilio vinieron a mí desde Ti mismo.
7 Tú pusiste una lámpara en mi mano derecha y en mi izquierda: en mí no habrá ningún lugar que no brille:
8 Y fui vestido con el cubrimiento de tu Espíritu, y me quitaste mi vestidura de piel,
9 Porque tu mano derecha me levantó y quitó la enfermedad de mí,
10 Y me volví poderoso en la Verdad, y santo por Tu justicia; y todos mis adversarios tuvieron miedo;
11 Y me volví admirable por el nombre del Amo, y fui justificado por Su bondad, y Su descanso es para siempre. Aleluya.

Oda 26
1 Derramaré alabanzas al Amo, porque le pertenezco:
2 Y deseo pronunciar santas canciones porque mi corazón está con Él.
3 Porque su arpa está en mis manos, y las Odas de Su descanso nunca serán silenciadas.
4 Yo clamaré hacia Él con todo mi corazón: lo alabaré y exaltaré con todos mis miembros.
5 Desde el este hasta el oeste está Su alabanza:
6 Y desde el sur hasta el norte está Su confesión:
7 Y desde la cima de las colinas hasta sus extremos se extiende Su perfección.
8 ¿ Quién puede escribir los Salmos del Amo, o quién puede leerlos?
9 ¿ Quién puede instruir su propia alma en la Vida para que pueda ser salvada,
10 O quién puede descansar sobre el Altísimo a fin de que su boca pueda hablar?
11 ¿ Quién es capaz de interpretar las maravillas del Amo?
12 Pues quien pudiera interpretarlo se disolvería para llegar a ser como el interpretado.
13 Es suficiente entonces Conocer y reposar: pues los Odistas están de pie en el descanso
14 Como sobre un río de abundante manantial, que fluye al auxilio de aquellos que le buscan. Aleluya.

Oda 27
1 Extendí mis manos para santificar a mi Amo,
2 Pues la extensión de mis manos es su signo:
3 Y mi expansión es como el árbol recto(o cruz).

Oda 28
1 Como las alas de las palomas sobre sus polluelos; y la boca de los polluelos hacia sus bocas,
2 Así son las alas de la Espíritu sobre mi corazón:
3 Mi corazón es complacido y regocijado: como el bebé que se regocija en el vientre de su madre.
4 Yo creí, y por eso estuve en reposo; pues fiable es aquel en quién he creído:
5 Me ha bendecido generosamente y mi cabeza está con Él: y ni la espada ni la cimitarra me apartarán de Él;
6 Porque estoy preparado para cuando venga la destrucción, y he sido puesto en Sus inmortales alas:
7 Y Él me mostró Su signo y me dio de beber, y desde entonces la Vida es la Espíritu dentro de mí y no puede morir.
8 Aquellos que me vieron se maravillaron, porque fui perseguido, y ellos suponían que había sido devorado, y les parecía que estaba perdido;
9 Y mi opresión se transformó en mi salvación; y recibí desaprobación de ellos,
10 Porque hice el bien a todos los hombres fui odiado,
11 Y se acercaron rodeándome como perros rabiosos, que ignorantemente atacan a sus dueños,
12 Porque sus pensamientos están corrompidos y su entendimiento pervertido.
13 Pero yo estaba trayendo agua en mi mano derecha y la amargura de ellos resistí con mi dulzura:
14 Y no perecí, pues yo no era su hermano ni fue mi nacimiento como el de ellos.
15 Y ellos buscaron mi muerte pero no lo consiguieron: pues yo era más antiguo que sus recuerdos,
16 Y en vano me atacaron y fueron tras de mí sin recompensa,
17 Pues inútilmente buscaban destruir el recuerdo de quién existía desde antes que ellos.
18 Porque los pensamientos del Altísimo no pueden ser anticipados; y Su corazón es superior a toda Sabiduría. Aleluya.

Oda 29
1 El Amo es mi esperanza: en Él no seré confundido.
2 De acuerdo a Su alabanza Él me formó, y de acuerdo a su bondad me dió,
3 Y conforme a Su misericordia me exaltó: y de acuerdo a Su perfecta belleza me puso en lo alto
4 Y me extrajo de las profundidades del Seol, desde las fauces de la muerte me sacó.
5 Tú, Amo, derribaste a mis enemigos y me justificaste por tu gracia.
6 Porque creí en el Mesías, y creí que Él es el Amo;
7 Él me mostró Su señal: y me guió con Su luz, y me dio el cetro de Su poder,
8 Para que yo pudiera dominar las imágenes de las gentes; y humillar la potestad de los poderosos,
9 Y hacer la guerra con Su Palabra, y tomar victoria con Su poder.
10 El Amo derrocó a mi enemigo con Su Palabra: y este llegó a ser como el rastrojo que el viento se lleva;
11 Y yo alabé al Altísimo porque exaltó a Su siervo y al hijo de Su criada. Aleluya.

Oda 30
1 Llénense de las aguas de la fuente viviente del Amo, porque esta abierta a Ustedes,
2 Vengan todos los sedientos y tomen un sorbo; descansen cerca de las fuentes del Amo.
3 Porque su agua es buena y pura y da reposo al alma, y es más dulce que la miel,
4 Los panales de abejas no pueden comparársele,
5 Porque emerge desde los labios del Amo y es nombrada desde Su corazón.
6 Viene sin limites e invisible: y hasta que llega al centro ellos no la perciben:
7 Benditos son los que han bebido y que por eso han encontrado el descanso. Aleluya.

Oda 31
1 Los abismos fueron disueltos delante del Amo: y la oscuridad destruida ante Su presencia:
2 El error fue desviado y pereció en Su mano: La falsedad no encontró sendero por donde ir, y fue hundida por la Verdad del Amo.
3 Él abrió Su boca y anunció gracia y alegría, y entonó una nueva canción de alabanza a Su Nombre:
4 Alzó Su voz al Altísimo y presentó a los hijos que estaban con Él.
5 Y su rostro fue justificado, pues de esta manera Su Santo Padre se lo había dado.
6 Acérquense, Ustedes que han sido atribulados y reciban dicha, sean dueños de sus almas por Su gracia; y adquieran para ustedes vida inmortal.
7 Ellos me hicieron un deudor cuando fui alzado, cuando ellos me debían: y se repartieron mi botín, aunque nada se les adeudaba.
8 Pero yo resistí y mantuve mi paz y estuve en silencio como si no me perturbaran.
9 Pues permanecí inconmovible como una roca firme que es azotada por las olas y resiste.
10 Y soporté su amargura en favor de la humildad:
11 Para poder así redimir mi gente, y heredarles y que no fueran en vano mis promesas a los padres a quienes les prometí la salvación de su simiente. Aleluya.

Oda 32
1 A los Benditos: que haya alegría en sus corazones, y que la luz de Él more en ellos:
2 Y también las Palabras de la Verdad de quién se originó a Sí Mismo: porque Él es fortalecido por el Santo poder del Altísimo: y permanece inmutable para siempre. Aleluya.

Oda 33
1 Nuevamente fluyó la Gracia y despidió a la corrupción y descendió en Él para hacerla desaparecer;
2 Porque Él destruyó la perdición que tenía delante y a Su orden todo fue demolido,
3 Se puso de pie sobre una elevada colina y pronunció Su Voz desde un extremo al otro de la tierra:
4 Y atrajo a Sí a todos aquellos que le obedecen; y no se manifestó como si fuera una persona de mal.
5 Sino que allí de pie estaba una Virgen perfecta, quien estaba proclamando y llamando y diciendo:
6 " Regresen, vosotros hijos de hombres, y vengan, vosotras hijas de hombres,
7 Abandonen los caminos de la corrupción y alléguense a mí, y entraré en ustedes, y los haré emerger desde la perdición,
8 Y los haré sabios en los caminos de la verdad, para que no sean destruidos ni perezcan
9 Escúchenme y sean redimidos. Porque la Gracia de Dios estoy anunciando en medio de ustedes, y por medio de mí serán redimidos y llegarán a ser benditos.
10 Yo soy vuestro juez, y aquellos que se vistan de mi no serán dañados, pues poseerán el nuevo mundo que es incorruptible
11 Mis elegidos caminaran en mí, y mis senderos daré a conocer a aquellos que me buscan, y haré que confíen en mi nombre". Aleluya.

Oda 34
1 Ningún camino es duro cuando hay un corazón sencillo,
2 Ni hay heridas donde los pensamientos son rectos:
3 Ni tampoco hay tormentas en las profundidades de la razón iluminada:
4 Cuando se está rodeado por todos lados de belleza no hay nada que esté dividido.
5 La Semejanza de lo de abajo es lo de arriba; pues todo es de arriba: lo de abajo no es nada más que el engaño de aquellos que carecen de conocimiento.
6 La gracia ha sido revelada para vuestra salvación. Crean, vivan y serán salvados. Aleluya.

Oda35
1 El Amo suavemente destiló Su rocío sobre mí,
2 E hizo que una nube de paz ascendiera encima de mi cabeza, la cuál me protege continuamente;
3 Esto era para mi salvación: pues todo fue sacudido y mis perseguidores estaban aterrados:
4 Y emergió desde ellos humo y juicio; pero yo estaba tranquilo por causa del Amo:
5 Más que un refugio fue Él para mí, y más que un cimiento.
6 Yo era llevado como un niño por su madre, y me dio por leche el rocío del Amo:
7 Y crecí muy grande gracias a Su generosidad, y descansé en Su perfección,
8 Y extendí mis manos en la elevación de mi alma: y fui hecho justo y redimido gracias al Altísimo. Aleluya.

Oda 36
1 Descansé en la Espíritu del Amo, que me llevó a las alturas:
2 Me puso de pie en las alturas del Amo, delante de Su perfección y Su gloria, mientras lo alababa componiendo Sus Odas.
3 La Espíritu me trajo adelante frente al rostro del Amo: y, a pesar de ser un hijo de hombre, fui llamado el Iluminado, el Hijo de Dios:
4 Mientras lo alababa entre sus elegidos que también lo adoraban grande era yo entre los poderosos.
5 De acuerdo a la grandeza del Altísimo, así me formó: con Su renovación me revivió, y me ungió con Su propia Perfección:
6 Y llegué a ser uno de Sus allegados; y mi boca fue abierta como una nube de rocío;
7 Y de mi corazón manó a raudales un diluvio de justicia,
8 Y llegué a Él en paz; y fui establecido por la Espíritu de Su autoridad. Aleluya.

Oda 37
1 Extendí mis manos hacia mi Amo: y hasta el Altísimo elevé mi voz:
2 Y hablé con los labios de mi corazón; y Él me escuchó cuando mi voz le alcanzó:
3 Su respuesta vino a mí y me brindó los frutos de mi trabajo;
4 Y me concedió el descanso por la gracia del Amo. Aleluya.

Oda 38
1 Ascendí a la luz de la Verdad como si fuera dentro de un carruaje:
2 La Verdad me llevó y guío a través de abismos y trampas; y en medio de las rocas y olas me resguardó;
3 Se convirtió en mi refugio de Salvación y me posó en los brazos de la vida inmortal,
4 Marchó conmigo y me hizo descansar, y no me hizo sufrir con un vagabundeo incierto porque era la Verdad.
5 Yo no corría ningún riesgo, porque caminaba con Él,
6 Ni cometí ningún error porque Le obedecía.
7 Porque el error huye de la Verdad y no la conoce, y la Verdad prosigue por el camino correcto,
8 Y lo que nunca antes percibí se hizo evidente para mí: todos esos venenos del engaño, y las plagas de la muerte que ellos piensan que es dulzura:
9 Y ví al destructor y su destrucción, en el momento en que la novia corrompida se engalanaba y vi al novio corruptor;
10 Y le pregunté a la Verdad: ¿ quiénes son estos? Y me dijo: 'Este es el engañador y la mentira:
11 Ellos imitan al Amado y Su Novia: Y conducen al descarrío y corrompen al mundo entero:
12 E invitan a muchos a su banquete de bodas,
13 Y les dan del vino de su borrachera, y les sustraen así sabiduría y entendimiento, y los dejan sin inteligencia,
14; Y cuando ya están contaminados y sin razón entonces los abandonan; puesto que se han quedado sin corazón ni tampoco lo buscan'.
15 Pero Yo fui hecho sabio para no caer en las manos del embaucador; y me felicité de que la Verdad viniera conmigo,
16 Y fui implantado y viví y fui redimido,
17 Porque mis cimientos fueron arraigados sobre la mano del Amo: Él me puso ahí.
18 Él plantó la raíz, la regó, afirmó y bendijo, y sus frutos son eternos.
19 Y penetró profundamente, brotó y se extendió y estuvo completa y grandiosa,
20 Y el Amo fue glorificado en Su siembra y labranza: por Sus cuidados y la bendición de Sus labios,
21 Por la bella plantación de Su mano derecha: y por el descubrimiento de Su siembra, y por los pensamientos de Su mente. Aleluya.

Oda 39
1 El poder del Amo es como grandes ríos:
2 Que llevan de cabeza a aquellos que Le desprecian y enreda sus caminos:
3 Y destruye sus travesías, y captura sus cuerpos y disuelve sus vidas.
4 Porque son más veloces que el relámpago y más rápidos, pero aquellos que los atraviesan con Fe no son conmovidos;
5 Y aquellos que los transitan sin manchas nada deben temer.
6 Porque en ellos está la señal del Amo, y la señal es un rumbo para aquellos que lo atraviesan en Su nombre.
7 Vístanse entonces con el nombre del Altísimo, conózcanlo y podrán cruzar sin daño, porque los ríos te obedecerán.
8 El Amo los ha atravesado por el poder de Su Palabra; los ha cruzado y recorrido a pie:
9 Y Sus huellas se mantienen firmes sobre el agua, sin ningún problema, pues son tan firmes como un árbol que está verdaderamente levantado.
10 Y las olas se levantan a Su lado, pero las huellas de nuestro Amo Mesías permanecen firmes y no son borradas ni desfiguradas.
11 Un sendero así Él ha señalado para aquellos que lo atraviesan después de Él, para aquellos que se adhieren a la ruta de Su fe y veneran Su nombre. Aleluya.

Oda 40
1 Como la miel emana de los panales de abejas,
2 Y la leche fluye desde la mujer que ama a su niño,
3 Así también fluye mi esperanza hacia Ti, mi Dios.
4 Como el agua que brota de la fuente
5 Así de mi corazón brotan las alabanzas del Amo, mis labios pronuncian alabanzas a Él y mi lengua dice Sus Salmos,
6 Y mi rostro se exalta con Su felicidad y mi Espíritu se regocija en Su Amor y mi alma resplandece en Él:
7 Y al venerarlo confío en Él; y mi redención en Él está asegurada:
8 Y Su herencia es vida inmortal, y aquellos que toman parte en ella son incorruptibles. Aleluya.

Oda 41
1 Todos los niños del Amo lo alabarán, y cosecharán la Verdad de Su fe.
2 Y Sus niños seremos conocidos para Él, por eso cantaremos en Su Amor:
3 Pues vivimos en el Amo por Su gracia: y recibimos vida en Su Mesías:
4 Porque un gran día ha brillado sobre nosotros, y maravilloso es el que nos ha dado de su gloria.
5 Vamos entonces, todos nosotros unidos en el nombre del Amo, y rindámosle honores a Su bondad,
6 Y que nuestros rostros brillen en su luz: y que nuestros corazones mediten en Su Amor noche y día,
7 Seamos exaltados con la alegría del Amo.
8 Todos estarán asombrados al verme, pues soy de otra raza ahora,
9 Pero el Padre de la Verdad se acordó de mí, pues Él me poseía desde el principio:
10 Y por Su generosidad me concibió, y por los pensamientos de Su corazón:
11 Y Su Palabra esta con nosotros a lo largo de todo nuestro camino;
12 El Salvador que hace vivir no rechazará nuestras almas.
13 El es el hombre que fue humillado y exaltado por Su propia justicia,
14 El es el Hijo del Altísimo que apareció en la perfección de Su Padre,
15 Y la luz amaneció desde la Palabra que estaba en Él antes del tiempo,
16 El Mesías es verdaderamente uno; y era conocido desde antes de la fundación del mundo,
17 Y porque Él podría salvar almas para siempre por la Verdad de Su nombre, un nuevo cántico se levanta desde aquellos que Le aman. Aleluya.

Oda 42
1 Extendí mis manos y las acerqué a mi Amo,
2 Porque la extensión de mis manos es Su signo:
3 Mi expansión es el árbol extendido, el cuál estaba levantado en el camino del Justo.
4 Me volví pequeño ante aquellos que no me recibieron, pero siempre estaré con los que me aman.
5 Todos mis perseguidores están muertos; y los que me buscaron después tuvieron esperanza en mí, porque yo estaba vivo:
6 Y ascendí y estoy con ellos, y hablaré por sus bocas.
7 Porque ellos desprecian a quienes los persiguen;
8 Yo levantare sobre ellos el yugo de mi Amor;
9 Como el brazo del novio sobre la novia
10 Así es mi yugo por encima de aquellos que me conocen,
11 Y como la cama preparada en la casa del novio y la novia,
12 Así es mi Amor sobre aquellos que creen en mí.
13 No fui rechazado aunque pareció ser así,
14 No perecí aunque ellos planearon eso contra mí.
15 El Seól me vio y trató de destruírme,
16 Pero la muerte me lanzó fuera y a muchos junto conmigo.
17 Fui hiel y amargura para ella, y descendí al extremo de sus profundidades:
18 Y los pies y las manos tuvo que soltarme, porque no fue capaz de resistir mi rostro:
19 Y entonces hice una congregación de vivientes de entre sus muertos, y hablé con ellos por medio de labios vivientes,
20 Para que mi Palabra no fuera infructuosa,
21 Y esos que habían muerto corrieron hacia mí: y clamaron y dijeron: 'Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, y haz con nosotros de acuerdo a Tu bondad,
22 Sácanos de las ataduras de la oscuridad, y ábrenos la puerta para poder emerger hacia Ti,
23 Porque hemos visto que nuestra muerte no te ha tocado,
24 Déjanos ser redimidos contigo, porque Tú eres nuestro Redentor'.
25 Y atendí sus voces; y mi nombre fue sellado sobre sus cabezas,
26 Porque ellos ahora son libres y son míos para siempre. Aleluya.

sábado, 23 de mayo de 2009

SALMOS DE SALOMON - (apócrifo pseudoepigráfico)

SALMOS DE SALOMÓN
(apócrifo pseudoepigráfico)

por A. Piñero Sáenz

1
1 Clamé al Señor en mi angustia extremada, a Dios cuando me asaltaron los pecadores.
2 De repente oí fragor de guerra ante mí. [Me dije:] el Señor me escuchará porque soy justo de verdad.
3 Pensaba en mi corazón que era justo de verdad, porque me veía floreciente y era rico en hijos.
4 Su riqueza se repartía por toda la tierra, y su gloria hasta los confines de la tierra.
5 Se elevaron hasta los astros; dijeron: No caeremos.
6 Rodeados de riquezas se comportaron arrogantemente, y nada soportaron.
7 Pecaban a escondidas, pero yo no lo sabía.
8 Sus iniquidades superaban las de los gentiles que les precedieron, profanaron repetidamente el santuario del Señor.

2
Salmo de Salomón. Acerca de Jerusalén
1 Henchido de orgullo, el pecador derribó con su ariete los sólidos muros, y Tú no lo has impedido.
2 Subieron a tu altar pueblos extranjeros, lo pisotearon orgullosamente con sus sandalias.
3 Porque los hijos de Jerusalén han mancillado el culto del Señor, profanaron con sus impurezas las ofrendas a la divinidad.
4 Por ello ha dicho Dios: Arrojadlas lejos de mí; en ellas no me complazco.
5 La hermosura de su gloria nada fue ante Dios, Él la despreció totalmente.
6 Sus hijos e hijas son arrastrados en penosa esclavitud, sellado está su cuello, marcado entre los gentiles.
7 Según sus pecados les retribuyó Dios, por eso los entregó en manos de los vencedores.
8 Apartó su rostro para no apiadarse de ellos, del joven, del anciano, de los hijos... de todos a la vez, para no escucharlos, porque todos a una obraron mal.
9 El cielo se irritó, y la tierra los aborreció, porque ningún hombre había procedido como ellos.
10 Entonces reconoció la tierra que tus sentencias son justas, oh Dios.
11 Expusieron a los hijos de Jerusalén al ludibrio por sus fornicaciones; todos los caminantes entraban allí a la luz del día.
12 Bromeaban con sus iniquidades según las iban perpetrando, a la luz del día exhibían sus impiedades.
13 Las hijas de Jerusalén son impuras según tu sentencia, porque se mancillaron en promiscuas uniones;
14 mi corazón y mis entrañas sufren por ello.
15 Yo reconozco tu justicia, oh Dios, con sencillo corazón, porque tu gracia, oh Dios, se muestra en tus sentencias.
16 Porque retribuiste a los pecadores según sus obras, según sus pecados, graves en extremo.
17 Desvelaste sus pecados para que resplandeciera tu sentencia, borraste su memoria de la tierra.
18 Dios es juez justo y no hace distinción de personas.
19 Afrentaron los gentiles a Jerusalén con sus pisadas, afearon la belleza de su trono glorioso.
20 Se cubrió de saco en vez de atuendo esplendoroso, puso una cuerda en torno a su cabeza en vez de una corona.
21 Se despojó de la mitra gloriosa con la que Dios le había tocado, deshonrados yacen sus adornos, arrojados a tierra.
22 Lo vi e imploré al Señor con estas palabras: Basta, Señor, de hacer pesar tu mano sobre Jerusalén, conduciendo contra ella a los gentiles.
23 Porque la han maltratado y no escatimaron su rabia ni su ira furibunda. Acabarán con ella, si Tú, Señor, no los rechazas airado.
24 Porque no obraron por celo, sino por pasión; para verter su ira contra nosotros, expoliándonos.
25 No tardes, oh Dios, en devolver el mal sobre sus cabezas, para trocar en deshonra el orgullo del dragón.
26 No esperé mucho tiempo a que Dios mostrara su insolencia degollada en las colinas de Egipto,
despreciada como lo más baladí del mar y de la tierra.
27 Su cadáver era mecido por las olas con gran ignominia, no había quien lo enterrase, porque Él lo aniquiló vergonzosamente.
28 No reflexionó que era sólo un hombre, no había pensado en el final.
29 Habló así: Soy el dueño del mar y de la tierra; pero no cayó en la cuenta de que Dios es el Grande, el Fuerte, por su tremendo poderío.
30 Él es el rey de los cielos, el que juzga a reyes y príncipes.
31 Él me eleva a la gloria y sume a los orgullosos en eterna y deshonrosa perdición, porque no le conocieron.
32 Mas ahora, grandes de la tierra, considerad la sentencia del Señor, porque es un rey grande y justo quien juzga lo que hay bajo el cielo.
33 Alabad a Dios los que, sabiamente, sois fieles al Señor, porque su misericordia se pronuncia a favor de los que son fieles,
34 para distinguir entre el justo y el pecador, y para retribuir a los inicuos por siempre según sus obras,
35 para liberar misericordiosamente al justo de su humillación ante el pecador, y devolver a éste lo que hizo con el justo.
36 Porque bueno es el Señor para los que le invocan con paciencia, para obrar con sus santos según su misericordia, para que permanezcan siempre ante Él llenos de fuerza.
37 Reciba el Señor por siempre las bendiciones de sus servidores.

3
Salmo de Salomón sobre los justos.
1 ¿Por qué duermes, alma mía, y no alabas al Señor? Entonad un himno nuevo al Dios digno de alabanza.
2 Canta y mantente vigilante en su servicio, porque agradable a Dios es el himno nacido de un buen corazón.
3 Los justos conservan siempre vivo el recuerdo del Señor y reconocen la rectitud de sus sentencias.
4 El justo no se enoja por la reprensión del Señor; su complacencia está siempre en Él.
5 El piadoso ha tropezado, pero confiesa que el Señor es justo; cayó, pero considera lo que Dios hará por él, y otea de dónde le vendrá su salvación.
6 La seguridad de los justos procede de Dios su salvador; no se amontonarán en la casa del justo pecados sobre pecados.
7 El justo vigila siempre su casa para erradicar la injusticia que brotó de su caída.
8 Expía su ignorancia con el ayuno y la humildad de su espíritu; entonces el Señor justifica al varón justo y a su casa.
9 Tropezó el pecador y maldijo su existencia, el día de su nacimiento y los dolores de su madre.
10 Acumuló pecado sobre pecado durante su vida; cayó, no se levantará, pues su caída es mala.
11 La perdición del pecador es para siempre, de él no se acordará Dios cuando visite a los justos,
12 ésta es la suerte del pecador para siempre. Mas los que son fieles al Señor resucitarán para la vida eterna; su vida, en la luz del Señor, no cesará nunca.

4
Apóstrofe de Salomón contra los hipócritas.
1 ¿Por qué tú, profano, te sientas en el consejo de los piadosos, si tu corazón está lejos del Señor, si exasperas al Dios de Israel con tus iniquidades?
2 Descomedido en palabras, abundante en gestos más que todos, severo en sus discursos al condenar a los pecadores en el juicio.
3 Su mano, como llena de celo, se levanta la primera contra ellos. Pero él mismo es reo de múltiples pecados y excesos.
4 Sus ojos se posan sobre toda mujer sin distinción; su lengua es mentirosa en los contratos bajo juramento.
5 Por la noche y en lo oculto peca como si Dios no le viera, con sus ojos propone a todas las mujeres perversos contactos; es rápido en entrar en cualquier casa con inocente sonrisa.
6 Castigue Dios a quienes viven hipócritamente entre los justos con la corrupción de su cuerpo y la pobreza en su vida.
7 Desvele Dios la obra de los aduladores; sean objeto de irrisión y ludibrio sus acciones.
8 Proclamen justa los santos la sentencia de su Dios, cuando arranque a los pecadores de la presencia del justo, a los aduladores, que hablan de la Ley con engaño.
9 Sus ojos se fijan en cualquier casa firmemente establecida, como una serpiente, para confundir la sabiduría de su prójimo con impíos discursos.
10 Sus palabras son sofismas para realizar sus perversos deseos, no se retira hasta que logra dispersar a los justos como huérfanos.
11 Deja desierta la casa por su ilícita apetencia, siembra el engaño con sus palabras, porque no hay quien vea y juzgue.
12 Cuando queda allí ahíto de injusticia, sus ojos se dirigen a otra casa, para corromperla con palabras zalameras;
13 su alma, como el Hades, no se sacia con ello.
14 Señor, sea la deshonra la suerte de los tales, sus idas, entre sollozos, y entre maldiciones sus venidas.
15 Transcurra su vida, Señor, entre dolores, pobreza y estrechez; su sueño, entre penas, y su despertar, en angustias.
16 Huya el sueño de sus sienes por la noche, todas las obras de sus manos fracasen en la deshonra;
17 entre en su casa con las manos vacías, falte en su casa todo lo que le daría satisfacción;
18 transcurra su vejez solitaria, sin hijos, hasta la muerte;
19 desgarren las fieras las carnes de los aduladores y los huesos de los impíos queden al sol, deshonrados.
20 Arranquen los cuervos los ojos de los hipócritas, porque asolaron deshonrosamente muchas mansiones y las han reducido a la nada con sus deseos.
21 No se acordaron de Dios, ni le temieron al obrar de ese modo, irritaron a Dios y lo exasperaron.
22 Que Él los borre de la tierra, porque engañaron con sus sofismas las almas inocentes.
23 Felices los que son fieles al Señor en su inocencia. El Señor los salvará de hombres dolosos y pecadores y nos librará a nosotros de todo escándalo impío.
24 Elimine Dios a los que cometen, orgullosos, toda clase de desafueros, porque juez supremo y poderoso es el Señor nuestro Dios por su justicia.
25 Venga, Señor, tu misericordia sobre todos los que te aman.

5
Salmo de Salomón.
1 Señor Dios, alabaré tu nombre con júbilo entre los que conocen la rectitud de tus sentencias.
2 Porque Tú eres bueno y misericordioso, refugio de pobres; cuando clame hacia Ti no te apartes en silencio.
3 Nadie puede despojar al poderoso; ¿quién tomará algo de lo que creaste si Tú no se lo das?
4 Porque el hombre y su suerte ante Ti están en la balanza; nada puede añadirse a lo que decidiste, oh Dios.
5 En nuestra angustia invocaremos tu socorro, y Tú no rechazarás nuestra súplica porque eres nuestro Dios.
6 No hagas pesar tu mano sobre nosotros, para que no delincamos bajo su agobio.
7 Aunque Tú no nos tornes a Ti, no nos alejaremos sino que iremos hacia Ti.
8 Si siento hambre, a Ti clamaré, oh Dios, y me darás alimento.
9 A las aves y peces Tú alimentas, dispensando lluvia a los páramos para que brote la hierba.
10 Preparaste el alimento en el páramo a todo viviente, si sienten hambre hacia Ti elevan su rostro.
11 Tú nutres, oh Dios, a los reyes, príncipes y pueblo; la esperanza del pobre e indigente, ¿cuál es sino Tú, Señor?
12 Tú les prestarás oídos, porque ¿quién es indulgente y bueno sino Tú, que alegras el alma del pobre abriendo tu mano misericordiosa?
13 La bondad del hombre es escasa e interesada, si da dos veces sin protestar es maravilla.
14 Pero tu don es abundante, lleno de bondad y riqueza, y el que en Ti pone su esperanza no andará falto de bienes.
15 Sobre toda la tierra se extiende tu misericordia y tu bondad.
16 Feliz aquel de quien Dios se acuerda otorgándole comedida suficiencia, pues si abunda en riquezas el hombre peca.
17 Es suficiente un bienestar moderado con justicia; la bendición del Señor a eso conduce: a la satisfacción dentro de la justicia.
18 Alégrense en sus bienes los que son fieles al Señor, y venga su bondad sobre Israel junto con su reino.
19 Bendita sea la gloria del Señor porque Él es nuestro Rey.

6
Con esperanza. (Salmo) de Salomón.
1 Feliz el hombre cuyo corazón está presto a invocar el nombre del Señor; al recordar el nombre del Señor se salvará.
2 Sus caminos están encauzados por el Señor, y protegidas las obras de sus manos por el Señor su Dios.
3 La visión de malos ensueños no perturbará su alma, el vadear ríos o el oleaje del mar no le asustarán.
4 Al levantarse de su descanso bendice el nombre del Señor; entona un himno al Nombre de su Dios agradeciéndole la firmeza de su corazón,
5 e implora el favor del Señor sobre toda su casa; el Señor escucha la súplica de todos los que le son fieles.
6 Cualquier ruego de un alma que en Él confía lo cumple el Señor. Bendito el Señor que derrama su misericordia sobre los que le aman de verdad.

7
(Salmo) de Salomón. Sobre la conversión.
1 No plantes tu tienda lejos de nosotros, oh Dios, no sea que nos asalten quienes nos odian sin motivo.
2 Los has rechazado, oh Dios, no posen, pues, su pie en tu santa heredad.
3 Corrígenos según tu voluntad, pero no nos entregues a los gentiles.
4 Aunque envíes la muerte, a ella le darás Tú ordenes sobre nosotros.
5 Eres misericordioso, por eso tu irritación no llegará al punto de acabar con nosotros.
6 Si tu Nombre habita entre nosotros, obtendremos misericordia y no prevalecerán sobre nosotros los gentiles.
7 Tú eres nuestro protector, te invocaremos y Tú nos escucharás.
8 Tendrás piedad del pueblo de Israel para siempre y no lo rechazarás.
9 Nos someteremos a tu yugo por siempre y a tu férula correctora.
10 Nos dirigirás a la vez que nos socorres, para apiadarte de la casa de Jacob el día que les prometiste.

8
(Salmo) de Salomón. Epinicio.
1 Aflicción y clamor de guerra ha escuchado mi oído, la voz de la trompeta que convoca a matanza y destrucción.
2 Voz de gran gentío como viento huracanado, como torbellino de fuego que avanza por el desierto.
3 Me preguntaba: ¿cuándo lo juzgará Dios?
4 Un griterío oí en Jerusalén, ciudad santa.
5 Se quebrantaron mis riñones al escucharlo; se paralizaron mis rodillas, temió mi corazón, se agitaron mis huesos como el lino.
6 Me dije: ¡Orientan sus caminos en la justicia!
7 He reflexionado sobre los juicios de Dios desde la creación del cielo y de la tierra; reconocí la justicia de Dios en sus sentencias desde siempre.
8 Desveló el Señor sus pecados a la luz del día, reconoció toda la tierra que los juicios de Dios son justos.
9 En ocultas cavernas perpetraban sus iniquidades provocadoras, se revolvían el hijo con la madre y el padre con la hija.
10 Fornicaba cada uno con la mujer de su prójimo, hacían pactos con juramentos sobre ello.
11 Se apoderaron del santuario de Dios como si no existiera heredero que lo reivindicara.
12 Se acercaban al altar del Señor tras toda clase de impurezas; durante el flujo menstrual mancillaban las víctimas como si de carnes profanas se tratara.
13 ¡No hubo pecado que no cometieran más que los gentiles!
14 Por ello les infundió Dios un espíritu de confusión, les dio a beber una copa de vino puro hasta embriagarlos.
15 Condujo desde los confines del orbe al que golpea terriblemente; decretó la guerra contra Jerusalén y su tierra.
16 Salieron a su encuentro los próceres del país con alegría; le dijeron: Bendita sea tu venida; ven, entra en paz.
17 Allanaron los caminos escabrosos antes de su entrada; abrieron las puertas de Jerusalén, cubrieron de coronas sus murallas.
18 Entró en paz, como padre en casa de sus hijos, posó sus pies con gran seguridad.
19 Tomó los torreones y la muralla de Jerusalén, porque Dios lo condujo con seguridad, por el desvarío de aquéllos.
20 Hizo perecer a sus magnates y a los sabios del Consejo, vertió la sangre de los habitantes de Jerusalén como agua sucia.
21 Deportó a su hijos e hijas, que habían engendrado en la profanación.
22 Habían perpetrado iniquidades como sus padres, mancillaron a Jerusalén y el culto al Nombre del Señor.
23 Los pueblos de la tierra reconocieron que Dios había dictado justa sentencia; mas sus santos son como corderos inocentes en medio de los malvados.
24 Alabado sea el Señor que juzga toda la tierra con justicia.
25 Ahora, oh Dios, nos has mostrado tu sentencia enteramente justa; han visto nuestros ojos tus juicios, oh Dios.
26 Hemos proclamado y honrado eternamente la justicia de tu Nombre, porque Tú eres un Dios justo que juzga a Israel para corregirle.
27 Dirige de nuevo, oh Dios, tu misericordia hacia nosotros, y ten piedad.
28 Reúne a la diáspora de Israel con misericordia y bondad, porque tu fidelidad mora entre nosotros.
29 Hemos endurecido nuestra cerviz, pero Tú eres nuestro corrector.
30 No nos mires desdeñosamente, Dios nuestro, no sea que nos devoren las gentes como si no hubiera salvador.
31 Mas Tú eres nuestro Dios desde el principio, y en Ti está nuestra esperanza, Señor.
32 No nos alejaremos de Ti, porque son benévolas tus sentencias sobre nosotros.
33 Permanezca tu complacencia sobre nosotros y nuestros hijos por siempre, Señor, salvador nuestro, y jamás sufriremos turbación.
34 Alabado sea el Señor por sus sentencias en boca de sus santos, y repose la bendición de Dios sobre Israel por siempre.

9
(Salmo) de Salomón. Como refutación.
1 Cuando Israel fue conducido al exilio, a tierra extraña, tras abandonar al Señor su salvador, se vio arrojado de la heredad que le otorgó Dios;
2 Israel quedó disperso entre los pueblos, según la palabra del Señor. Para que se reconozca que actuaste justamente, oh Dios, con nuestras impiedades, porque Tú eres juez justo con todos los pueblos de la tierra.
3 No escapará a tu conocimiento nadie que obre injustamente; las obras rectas de los santos ante Ti están, Señor. ¿Dónde podrá sustraerse el hombre a tu conocimiento?
4 Según la elección y capacidad de nuestras almas, así son nuestras acciones, que proceden justa o injustamente con las obras de nuestras manos. Y Tú, por tu parte, examinarás a los hijos de los hombres con justicia.
5 El que obra justamente atesora su vida ante el Señor, pero el injusto provoca la perdición de su alma, pues las sentencias del Señor son justas, sobre cada hombre o casa.
6 ¿Con quiénes te mostrarás bondadoso, oh Dios, sino con los que invocan al Señor? Tú purificarás de sus pecados al alma convicta y confesa, porque por ello la vergüenza ha caído sobre nosotros.
7 ¿A quiénes perdonarás los pecados sino a los pecadores? Bendecirás a los justos y no les exigirás cuenta de sus transgresiones, pues tu bondad reposa sobre los pecadores arrepentidos.
8 Tú eres el Dios y nosotros el pueblo que amas; mira y apiádate, Dios de Israel, porque tuyos somos; no apartes tu misericordia de nosotros para que no nos asalten.
9 Tú escogiste la descendencia de Abrahán entre todos los pueblos, e impusiste tu Nombre sobre nosotros, Señor, no nos rechaces por siempre.
10 Estableciste una alianza con nuestros padres sobre nosotros, y en Ti esperamos con nuestras almas convertidas.
11 Permanezca la misericordia del Señor sobre la casa de Israel por siempre jamás.

10
Himno. De Salomón.
1 Feliz el hombre de quien se acuerda el Señor para corregirle y al que ha apartado del mal camino con su férula, para purificarle de sus pecados y evitar que sigan aumentando.
2 El que ofrece su espalda a los latigazos quedará purificado, pues el Señor es benevolente con quienes soportan la corrección.
3 Él rectificará los caminos de los justos y no los desviará con su corrección. La misericordia del Señor permanece sobre los que le aman de verdad.
4 Se acordará el Señor de sus siervos con misericordia; la prueba del Testamento eterno está en la Ley, testimonio del Señor sobre los caminos de los hombres, a quienes vigila.
5 Justo y santo es siempre nuestro Señor en sus sentencias; Israel alabará el nombre del Señor con gozo.
6 Los santos proclamarán su alabanza en las reuniones del pueblo; de los pobres se apiadará Dios entre la alegría de Israel.
7 Porque bueno y misericordioso es el Señor por siempre y las asambleas de Israel glorificarán el nombre del Señor.
8 La salvación del Señor sea sobre la casa de Israel para eterno regocijo.

11
Salmo de Salomón. Para la espera.
1 Tocad en Sión la trompeta para señal de los santos, proclamad en Jerusalén las palabras del gozoso mensajero, porque Dios se ha apiadado de Israel, visitándolo.
2 Sube a un altozano, Jerusalén, y contempla a tus hijos, de Oriente y Occidente llegan, congregados por el Señor.
3 Desde el Norte vienen llenos de la alegría de su Dios, de las lejanas islas los ha congregado Dios.
4 Rebajó las altas montañas para allanarles el camino, las colinas huyeron ante su presencia.
5 Los bosques les dieron sombra a su paso; Dios hizo brotar para ellos árboles aromáticos,
6 para que pase Israel cuando lo visite la gloria divina.
7 Revístete, Jerusalén, de tus gloriosos atavíos, prepara tu santo atuendo, porque Dios ha prometido bienes a Israel para siempre jamás.
8 Cumpla Dios lo que ha prometido a Israel y Jerusalén, levante el Señor a Israel por su glorioso Nombre.
9 Permanezca la misericordia del Señor sobre Israel por siempre.

12
Salmo de Salomón. Contra la lengua de los impíos.
1 Señor, sálvame del impío y del malvado, de la lengua del inicuo y maldiciente, del que profiere engaños y mentiras.
2 De arteros circunloquios están llenas las palabras que profiere la lengua del malvado, son como el fuego, que hace brillar su hermosura en medio del pueblo.
3 Cuando está presente prende fuego a las casas con lengua mentirosa; abate los frondosos árboles con llama impía, enreda a las familias en rencillas por obra de labios calumniosos.
4 Oh Dios, aleja de los inocentes los labios de los impíos condenándolos a la miseria; dispérsense los huesos de los maldicientes lejos de los que permanecen fieles al Señor; perezca en el fuego lejos de los santos la lengua calumniadora.
5 Proteja el Señor al alma pacífica que odia la injusticia, y dirija los pasos del varón que pone paz en su casa.
6 Sea la salvación del Señor sobre Israel, su siervo, para siempre; perezcan de una vez los pecadores lejos del rostro del Señor, pero hereden sus promesas los santos del Señor.

13
Salmo de Salomón. Consuelo de los justos.
1 La diestra del Señor me ha protegido, la diestra del Señor me ha salvado.
2 El brazo del Señor nos libró de la espada ya blandida, del hambre y de la muerte de los pecadores.
3 Fieras terribles se lanzaron contra ellos, con sus dientes desgarraron sus carnes, con sus molares quebrantaron sus huesos;
4 mas de todo nos salvó el Señor.
5 Quedó turbado el piadoso por sus transgresiones, temiendo ser atrapado con los pecadores.
6 Porque terrible es la ruina del pecador, pero no alcanzan al justo sus consecuencias.
7 No es semejante la corrección del justo, por su ignorancia, a la ruina del pecador.
8 Con moderación corrige Dios a los justos, para que no se regocijen los malvados con ellos.
9 Reprenderá al justo como a un hijo amado; su corrección, como la de un primogénito.
10 Perdonará el Señor a sus santos, y con el castigo borrará sus transgresiones.
11 La vida de los justos es eterna, pero los pecadores serán arrebatados para la destrucción, y no se conservará su memoria.
12 Mas sobre los santos permanece la misericordia del Señor, y sobre los que le son fieles, su misericordia.

14
Himno de Salomón.
1 Fiel es el Señor con los que le aman de verdad, con los que aceptan su corrección,
2 con los que caminan cumpliendo sus mandatos en la Ley con que ha ordenado nuestra vida.
3 Los santos del Señor vivirán por ella para siempre, el paraíso del Señor y el árbol de la vida son sus santos.
4 Su tronco tiene firmes raíces para siempre, no serán arrancadas mientras dure el cielo,
5 porque el lote y la heredad de Dios es Israel.
6 Pero no es así para los pecadores e impíos, que prefieren lo pasajero de un día junto con sus pecados.
7 Circunscriben sus deseos a la brevedad de la corrupción, sin acordarse de Dios.
8 Pues los caminos de los hombres siempre están patentes ante Él, y conoce los arcanos del corazón antes de que se hagan realidad.
9 Por ello la herencia de los pecadores es el Hades, la tiniebla y la perdición; no se les encontrará en el día de la misericordia sobre los justos.
10 Mas los santos del Señor heredarán una vida llena de alegría.

15
Salmo de Salomón, con canto.
1 En mi aflicción invoqué el nombre del Señor; confié en el auxilio del Dios de Jacob y quedé a salvo, porque Tú, oh Dios, eres la esperanza y el refugio de los pobres.
2 Pues ¿quién es fuerte, oh Dios, si no proclama tus grandezas con verdad? ¿Qué puede el ser humano si no alaba tu Nombre?
3 Un salmo nuevo, entonado con gozo del corazón, fruto de los labios, del órgano armonioso de la lengua, primicia de los labios, de un corazón santo y justo...
4 El que obra así no se verá nunca agitado por el mal; el llameante fuego y la ira contra los injustos no le tocarán,
5 cuando salgan de la presencia del Señor contra los pecadores, para aniquilar la sustancia misma de los impíos.
6 Porque la señal de Dios reposa sobre los justos para su salvación.
7 Hambre, espada y muerte están lejos de los justos; huirán de ellos como los perseguidos en la batalla.
8 Mas perseguirán a los pecadores y les darán alcance, no escaparán del juicio de Dios los ejecutores de la iniquidad.
9 Serán apresados como por aguerridos enemigos, pues el signo de la perdición está marcado sobre su frente.
10 La herencia de los pecadores es perdición y tinieblas, sus iniquidades los perseguirán hasta lo profundo del Hades.
11 Su herencia no pasará a sus hijos, pues las transgresiones arrasan las casas de los pecadores.
12 Perecerán para siempre el día del juicio del Señor, cuando visite Dios la tierra para juzgarla.
13 Pero los fieles al Señor hallaran misericordia y vivirán por la benevolencia de su Dios; mas los pecadores perecerán para siempre.

16
Himno de Salomón. Para socorro de los santos.
1 Cuando mi alma dormitaba, apartada del Señor, poco faltó para que resbalara hacia la perdición de los que duermen lejos de él.
2 Poco faltó para que desembocara mi alma en la muerte, cerca de las puertas del Hades en compañía del pecador,
3 cuando me veía arrastrado lejos del Dios de Israel. Así habría sucedido si el Señor no me hubiera socorrido con su eterna misericordia.
4 Me espoleó, como el aguijón al caballo, para despertarme a su servicio; mi redentor y protector me salvó en todo momento.
5 Proclamaré tu alabanza, oh Dios, porque me ayudaste para salvarme, no me incluiste entre los pecadores destinados a la perdición.
6 No apartes tu misericordia de mí, oh Dios, ni tu recuerdo de mi corazón hasta la muerte.
7 Apártame por la fuerza, oh Dios, del inicuo pecado, de la mala mujer que hace tropezar a los necios.
8 No me seduzca la hermosura de la mujer impía, ni nada de lo que me presente el inútil pecado.
9 Dirige hacia Ti mis acciones y vigila mi conducta para que proceda siempre acordándome de Ti.
10 Reviste mi lengua y mis labios de palabras verdaderas; aparta lejos de mí la ira y el furor irracional.
11 Si pecare, lejos de mí la murmuración y el decaimiento de la aflicción, cuando me incites a la vuelta con tu castigo.
12 Conforta mi alma con una alegría complaciente; cuando fortalezcas mi alma me bastarán tus dones.
13 Porque si no me robusteces, ¿quién soportará el castigo de la miseria,
14 cuando reproches a mi alma su error, por medio del castigo de su corrupción, cuando la pruebes en su carne y con la aflicción de la pobreza?
15 Pero si el justo se mantiene firme en esas pruebas obtendrá la misericordia del Señor.

17
Salmo de Salomón, con canto. Para el Rey.
1 Señor, Tú eres nuestro rey por siempre jamás; en Ti, oh Dios, se gloriará nuestra alma.
2 ¿Cuánto se extiende la vida del hombre sobre la tierra? Mientras dura, en ella pone su esperanza.
3 Pero nosotros esperamos en Dios nuestro salvador, porque el poder de nuestro Dios es eterno y misericordioso; su reinado y sus sentencias se mantienen siempre sobre los pueblos.
4 Tú, Señor, escogiste a David como rey sobre Israel; Tú le hiciste juramento sobre su posteridad, de que nunca dejaría de existir ante Ti su casa real.
5 Por nuestras transgresiones se alzaron contra nosotros los pecadores; aquellos a quienes nada prometiste nos asaltaron y expulsaron, nos despojaron por la fuerza y no glorificaron tu honroso Nombre.
6 Dispusieron su casa real con fausto cual corresponde a su excelencia, dejaron desierto el trono de David con la soberbia de cambiarlo.
7 Pero Tú, oh Dios, los derribas y borras su posteridad de la tierra, suscitando contra ellos un extraño a nuestra raza.
8 Según sus pecados los retribuyes, oh Dios, se encuentran con lo que sus obras merecen.
9 Dios no se apiadó de ellos; buscó su descendencia y no dejó ni uno solo.
10 Justo es el Señor en las sentencias que dicta sobre la tierra.
11 Desierta de habitantes ha dejado el impío nuestra tierra; hicieron desaparecer al joven, al anciano, a los niños.
12 En el calor de su ira los envió hasta Occidente, a los magnates de la tierra los entregó para ludibrio y no los perdonó.
13 El enemigo obró orgullosamente en su barbarie, pues su corazón es ajeno a nuestro Dios.
14 Cuanto hizo en Jerusalén, lo hizo como los gentiles en las ciudades de sus dominios.
15 Pero los herederos de la alianza dominaron sobre ellos, en medio de la mezcolanza de gentiles; no había entre ellos en Jerusalén quien practicara la misericordia y la verdad.
16 Los rehuyeron quienes aman la comunidad de los santos, como gorriones volaron de sus nidos.
17 Erraron por los desiertos para proteger sus almas del mal; preciosa era a los ojos de los refugiados una vida libre de su contacto.
18 A toda la tierra alcanzó su dispersión por obra de los impíos, porque rehusó el cielo derramar la lluvia sobre la tierra.
19 Se habían detenido las fuentes que siempre fluyen desde las simas de las altas montañas, porque no había entre ellos quien practicara la justicia y la equidad.
20 Desde el prócer al villano, todos viven en pecado, el rey en impiedades, el juez en la infidelidad y el pueblo en la iniquidad.
21 Míralo, Señor, y suscítales un rey, un hijo de David, en el momento que tú elijas, oh Dios, para que reine en Israel tu siervo.
22 Rodéale de fuerza, para quebrantar a los príncipes injustos, para purificar a Jerusalén de los gentiles que la pisotean, destruyéndola,
23 para expulsar con tu justa sabiduría a los pecadores de tu heredad, para quebrar el orgullo del pecador como vaso de alfarero,
24 para machacar con vara de hierro todo su ser, para aniquilar a las naciones impías con la palabra de su boca,
25 para que ante su amenaza huyan los gentiles de su presencia y para dejar convictos a los pecadores con el testimonio de sus corazones.
26 Reunirá (el Rey) un pueblo santo al que conducirá con justicia; gobernará las tribus del pueblo santificado por el Señor su Dios.
27 No permitirá en adelante que la injusticia se asiente entre ellos, ni que habite allí hombre alguno que cometa maldad, pues sabrá que todos son hijos de Dios.
28 Los dividirá en sus tribus sobre la tierra; el emigrante y el extranjero no habitará más entre ellos;
29 juzgará a los pueblos y a las naciones con justa sabiduría. (Pausa.)
30 Obligará a los pueblos gentiles a servir bajo su yugo; glorificará al Señor a la vista de toda la tierra, y purificará a Jerusalén con su santificación, como al principio,
31 para que vengan las gentes desde los confines de la tierra a contemplar su gloria, trayendo como dones a sus hijos, privados de su fuerza, para contemplar la gloria del Señor, con la que Dios la adornó.
32 Él será sobre ellos un Rey justo, instruido por Dios; no existe injusticia durante su reinado sobre ellos, porque todos son santos y su Rey es el ungido del Señor.
33 No confiará en caballos, jinetes ni arcos; ni atesorará oro y plata para la guerra, ni el día de la batalla acrecentará sus esperanzas la multitud de sus guerreros.
34 El Señor es su Rey. Su esperanza es la del fuerte que espera en Dios. Se apiadará de todas las naciones que vivan ante Él con religioso temor.
35 Golpeará la tierra continuamente con la palabra de su boca, pero bendecirá al pueblo del Señor con sabiduría y gozo.
36 El Rey mismo estará limpio de pecado para gobernar un gran pueblo, para dejar convictos a los príncipes y eliminar a los pecadores con la fuerza de su palabra.
37 No se debilitará durante toda su vida, apoyado en su Dios, porque el Señor lo ha hecho poderoso por el espíritu santo, lleno de sabias decisiones, acompañadas de fuerza y justicia.
38 La bendición del Señor está sobre él en la fuerza, no sentirá debilidad.
39 Su esperanza está puesta en el Señor, ¿quién podrá contra él?
40 Es fuerte en sus actos y poderoso en su fidelidad a Dios, apacentando el rebaño del Señor con justicia y fidelidad. No le permitirá a ninguno flaquear mientras es apacentado.
41 Conducirá a todos en la rectitud, y no habrá en ellos orgullo para oprimir a los demás.
42 Tal es la majestad del Rey de Israel, la que dispuso Dios suscitar sobre la casa de Israel para corregirla.
43 Sus palabras son más acrisoladas que el oro apreciadísimo; en las asambleas juzgará las tribus del pueblo santificado; sus palabras son como palabras de santos en un pueblo santificado.
44 Felices los que nazcan en aquellos días, para contemplar la felicidad de Israel cuando Dios congregue sus tribus.
45 Apresure Dios sobre Israel su misericordia, líbrenos de la inmundicia de enemigos impuros.
46 El Señor es nuestro Rey para siempre jamás.

18
Salmo de Salomón. De nuevo sobre el Ungido del Señor.
1 Señor, tu misericordia permanece por siempre sobre las obras de tus manos; tu bondad con grandes dones está sobre Israel.
2 Tus ojos los contemplan y nada les faltará; tus oídos escuchan la esperanzada súplica del pobre.
3 Tus sentencias se ejecutan en toda la tierra con misericordia, y tu amor reposa en la descendencia de Abrahán, los hijos de Israel.
4 Tu corrección nos llega como a hijo primogénito y único, para apartar al alma dócil de la necia ignorancia.
5 Purifique Dios a Israel para el día de la misericordia y la bendición, para el día de la elección, cuando suscite a su Ungido.
6 Felices los que nazcan en aquellos días, para contemplar los bienes que el Señor procurará a la generación futura,
7 bajo la férula correctora del Ungido del Señor, en la fidelidad a su Dios; con la sabiduría, la justicia y la fuerza del Espíritu,
8 para dirigir al hombre hacia obras justas en la fidelidad a su Dios, para ponerlos a todos en presencia del Señor,
9 como una generación santa que vive en la fidelidad a su Dios en momentos de misericordia. (Pausa.)
10 Grande es nuestro Dios y glorioso el que habita en los cielos, que ordenó su camino a las luminarias para la determinación de las horas, de día en día, y no se apartan del camino que les has señalado.
11 Fieles a Dios, recorren cada día su camino, desde el día en que Dios las creó, perpetuamente.
12 No se desviaron desde el día de su creación, desde las antiguas generaciones no se apartaron de sus caminos, salvo cuando Dios se lo mandó por orden de sus servidores.