"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

sábado, 24 de diciembre de 2011

MITOS Y LEYENDAS AZTECAS -LA RUINA DE TULA-


MITOS Y LEYENDAS
AZTECAS

LA RUINA DE TULA


ADAPTACIÓN MARKO CASTILLO



Tezcatlipoca, Ihuimécatl y Tlitacauan decidieron acabar con Quetzalcóatl cuando estaba enfermo de vejez. El problema entre ellos era la renuencia de Quetzalcóatl a hacer sacrificios humanos.
Tlitacauan convertido en anciano fue al palacio y pidió hablar con Quetzalcóatl. Los que cuidan la entrada no lo permitieron. Insistió hasta lograr que los guardias avisaran a Ce-Acatl de su presencia. Quetzalcóatl pidió que lo dejaran entrar. El anciano le dio una jarra llena de una bebida blanca y dijo: “Es buena y saludable, emborracha, pero es sana porque ablanda el corazón y prepara para el viaje.
Quetzalcóatl tienes que ir a Tlillan Tlapallan a hablar con otro sabio que te dará la salud. Regresarás sano, fuerte como un muchacho. Claro, primero hay que beber”. Quetzalcóatl probó el liquido, el sabor era dulce y fresco le gustó y siguió bebiendo, al hacerlo se convencía de que ya no estaba enfermo. La bebida era pulque hecho de los magueyes. Quetzalcóatl bebió tanto que se le ablandó el corazón y lloró de pesar por tener que abandonar Tula.
Al verlo borracho Tezcatlipoca con risa contenida le llevó un espejo para que conociera su cuerpo. Ante el reflejo de su propia imagen, descubrió un ser lleno de verrugas en los párpados, ojos hundidos, cara deforme y abultada. Quetzalcóatl se aterró al verse. Declaró mientras se escondía: “Nunca permitiré que mis vasallos me vean la cara”. Al salir se encontró con Ihuimécatl, oficial de las plumas. Prometió maquillarlo para que sus súbditos pudieran verlo.
Ihuimécatl realizó una insignia de plumas y careta verde jade, pintó los labios de rojo, la cara de amarillo, hizo una barba con plumas y agregó colmillos. Quetzalcóatl se puso la máscara. Al mirarse en el espejo se sintió dispuesto para mostrarse en público.
Se volvió a sentir sano y fuerte, volvió a ayunar y a hacer sacrificios. Ihuimécatl y Tlitacahuan regresaron a Tula a visitar a Quetzalcóatl con pulque, mazorcas tiernas, frijoles verdes, tomates, chiles y quelites. Su propósito era emborracharlo. Ante la resistencia de Quetzalcóatl, insistieron, dieron bebida a él, a sus pajes, y ya embriagado lo hicieron cantar.
Ihuimécatl puso ebria a Quetzaltepétl, hermana de Quetzalcóatl a quien mandó traer y se acostó con ella. Al amanecer cuando recobró la cordura, triste y derrotado se lamentó: Desdichado de mí. Lloró víctima del engaño, con la burla a cuestas salió de Tula. Quemó sus casas, enterró sus tesoros y convirtió las plantas de cacao en mezquites. En su huída fue seguido por sus pajes y sus pájaros de plumas preciosas. En Cuauhtitlán pidió el espejo. Al verse lo invadió el dolor y la furia al mirarse nuevamente viejo. Sentado en una piedra vio a Tula por última vez y se marchó rumbo a Tlapallan.
En su camino dejó huellas de su paso. Puso nombre a los lugares. En la orilla del mar ordenó hacer una balsa de serpientes. Se embarcó en ella y se perdió en el horizonte hasta llegar al crepúsculo. Encendió una hoguera en la que se arrojó como lo hicieron los antiguos dioses de Teotihuacan. No pereció en la hoguera. Subió al cielo convertido en la Estrella de la Mañana. Por ello se le llama: El Señor de la Aurora.

viernes, 23 de diciembre de 2011

APOCALIPSIS DE EZEQUIEL O APOCRIFO DE EZEQUIEL


Apocalipsis de Ezequiel
O Apócrifo de Ezequiel
(fragmento)(1)

Por Antonio Piñero



Este apocalipsis solo ha llegado hasta nosotros a través de citas hechas por antiguos escritores cristianos y por algunas alusiones en la literatura de los rabinos, en concreto del Talmud de Babilonia. De entre los testimonios cristianos el más importante es el del Padre de la Iglesia Epifanio de Salamina (siglo IV d. de C.) en su obra el Panarion.
Respecto a la fecha de composición, lengua original y procedencia de este apocalipsis, hay que atender a una indicación del historiador judío Flavio Josefo (finales del siglo I d. de C.) acerca de que el profeta Ezequiel había dejado dos libros, y a una cita de este apócrifo en una epístola del cristianismo primitivo que se conoce como Primera Carta de Clemente, escrita hacia el año 96 d. de C. Si los dos escritores se refieren a sus alusiones al mismo texto que el recogido por Epifanio, hay que pensar que el Apocalipsis de Ezequiel procede del siglo I d. de C., o probablemente antes.
Por otro lado, al estar citada esta obra de algún modo en el Talmud, hay que pensar que su autor –desconocido, desde luego- fue un judío. A pesar de ello, la lengua original del texto pudo ser tanto el griego como el hebreo y el arameo.

(1) Lamentablemente por el momento me es imposible publicar el texto completo como siempre fue mi proceder, pero dado la importancia de esta obra, juzgue conveniente hacerlo así.
Espero que el lector sepa comprender y valorizar el texto ofrecido. – Sergio (Nuestros Antepasados)

Introducción de Epifanio de Salamina a la cita de Ezequiel
Pues los muertos resucitarán, y los que están en los sepulcros se levantarán, dice el profeta. Y para no pasar en silencio lo dicho por el profeta Ezequiel en su propio apócrifo acerca de la resurrección, también lo consignaré aquí. Pues expresándose de manera enigmática habla acerca del justo juicio del que participarán juntos alma y cuerpo.

El ciego y el cojo, excluidos del banquete de bodas
Cierto rey tenía a todos en su reino alistado en el ejército. No tenía civiles, excepto dos solamente, un cojo y un ciego; y cada uno de ellos se sentaba por sí mismo y vivía por sí mismo. Cuando el rey dio un banquete a causa de las bodas de su hijo, invitó a todos los que había en su reino, pero desdeñó a los dos civiles, al cojo y al ciego. Estos se indignaron en su interior y decidieron realizar una conspiración contra el rey.
El monarca tenía un jardín. Entonces el ciego llamó desde lejos al cojo diciéndole:
-¿Cómo sería lo que comeríamos entre la multitud que ha sido invitada a la fiesta? Ven ahora aquí, y tal como nos ha tratado nos vengaremos de él.
El otro contestó:
-¿De qué forma?
El primero dijo:
-Vayamos a su jardín y destrocemos allí las cosas que hay en él.
El otro le contestó:
-¿Cómo voy a poder siendo cojo y no siendo capaz de arrastrarme?
El ciego le dijo:
-¿Qué puedo hacer yo mismo sin ver adónde voy? Pero actuemos con astucia.
Arrancó hierba que había junto a él y trenzó una cuerda. Luego se la arrojo al ciego y le dijo:
-Agarra y ven a lo largo de la cuerda hasta mí.
Aquel hizo lo que le mandó; cuando se aproximó, este le dijo:
-Acércate a mí, vas a ser mis pies; transpórtame y yo seré tus ojos guiándote desde encima a derecha e izquierda.
Haciendo esto llegaron al jardín. Después, ya fueran que hicieran o no algunos destrozos, lo cierto es que quedaron sus huellas allí.
Cuando los invitados a la fiesta dejaron el banquete y llegaron al jardín quedaron estupefactos al encontrar huellas allí. Y se lo contaron al rey diciendo:
-En tu reino todos son soldados y nadie es civil, ¿cómo, pues, ahora hay huellas de civiles en el jardín?
El monarca quedó admirado […]. Entonces convocó al cojo y al ciego, y preguntó al ciego:
-¿Acaso has entrado en el jardín?
El contestó:
-¿Yo señor? Estás viendo mi impotencia; sabes que no veo adónde ando.
Después, acercándose al cojo, le preguntó también:
-¿Has entrado tú a mi jardín?
El respondió y le dijo:
-Señor, ¿quieres amargar mi alma en lo que se refiere a mi impotencia?
Y el juicio quedó finalmente aplazado […].
¿Qué hará entonces el juez justo? Al conocer de qué forma ambos se unieron, pondrá al cojo sobre el ciego y se dirigirá a ambos con el látigo. No podrán negar y cada uno acusará al otro. El cojo dirá al ciego: “¿No me llevaste tú y me sacaste?”. Y el ciego al cojo: “¿No te hiciste tú mismo mis ojos?”. Así está unido el cuerpo al alma y el alma al cuerpo para acusarse de las obras comunes. Y el juicio final recaerá sobre ambos, cuerpo y alma, por las obras que hicieron, buenas o malas.

Traducción del griego de Gonzalo Aranda Pérez

Visión del Talmud de Babilonia
Antonino (el emperador Marco Aurelio) dijo al Rabino (Jehudá, el Príncipe):
-El cuerpo y el espíritu (alma) son capaces de escapar al castigo (del juicio final). ¿Cómo? El cuerpo dice: “El alma/espíritu pecó, porque desde el día en el que se separó de mi, he aquí que estoy yaciendo en la tumba como una piedra muda” Y por su parte, el alma/espíritu puede decir: “El cuerpo pecó, porque desde el día en el que me separé de él, he aquí que he estado andando por los aires como un pájaro”.
Y el Rabino le dijo:
-Te contaré una parábola (a modo de ilustración). ¿A qué pueden compararse? A un rey de carne y hueso que poseía un hermoso huerto que daba excelente fruta temprana (otra posible versión: higos), y puso en el dos guardianes: un cojo y un ciego. El cojo dijo al ciego: “Ven y llévame sobre tu espalda y tomaré la fruta para comerla”. Y el cojo cabalgó sobre el ciego, juntaron la fruta (higos) y se las comieron.
“Pocos días después vino el dueño del huerto. Y le dijo: “¿Dónde está esa excelente fruta temprana (higos) que aquí había?. El cojo le respondió: “¿Acaso tengo piernas como para caminar?”. Y el ciego le dijo: “¿Acaso tengo ojos para ver?”.
“¿Qué hizo entonces el dueño (rey)? Hizo que el cojo cabalgara sobre el ciego y los juzgó (castigó) como si fueran una sola persona. Del mismo modo, el Santísimo, bendito sea, toma el espíritu/alma, lo coloca en el cuerpo y los juzga como si fueran uno. Porque dice: “Convoca a los cielos de arriba, y a la tierra para juzgar a su pueblo”. La frase “Convoca desde arriba a los cielos” significa el espíritu/alma. “Y a la tierra para juzgar a su pueblo” significa el cuerpo.

Traducción del arameo de Abraham J. Weiss

domingo, 11 de diciembre de 2011

MITOS Y LEYENDAS AZTECAS -NACIMIENTO DE LOS MACEHUALES-


MITOS Y LEYENDAS
AZTECAS

NACIMIENTO DE LOS MACEHUALES

ADAPTACIÓN MARKO CASTILLO



Después de que los dioses crearon el quinto sol. Falta en la tierra la invención de las criaturas que los adorarán por siempre. ¿De qué van a estar hechos los hombres? Necesitan los huesos de las generaciones pasadas, que al ser destruidas o transformadas, fueron a dar al Mictlán en donde reinan de manera absoluta, Mictlantecuhtli y Mictlantecíhuatl el señor y la señora de la muerte.
Citlalinicue, Citlaltónac, Apantecuhtli, Tepanquizqui y Tezcatlipoca designan a Quetzalcóatl como el encargado de rescatar los despojos del reino de la muerte. Para que lo ayude echa mano de su gemelo precioso, su nahual, se interna en el oscuro y frío averno de donde no se vuelve. Frente al señor oscuro Quetzalcóatl pide los huesos. Mictlantecuhtli le pone una condición. Podrá sacar los huesos del Mictlán si es capaz de tocar su caracol y dar cuatro vueltas a su círculo precioso.
La dificultad con el caracol que le dieron, es que no tenía agujero, llama a los gusanos que barrenan el caracol y a las abejas silvestres y abejorros para que lo hagan sonar.
Mictlantecuhtli al oir el nítido sonido de la caracola acepta que se lleve los huesos. Pero a sus espaldas dice a sus servidores que le digan que no puede salir con ellos. Cuando el emperador de la muerte se retira a descansar. Quetzalcóatl aprovecha el momento para apoderarse de su tesoro. Los huesos de hombres estaban en un montón, los de mujeres en otro, los toma y en silencio trata de salir. Es descubierto debido a los graznidos de las codornices y perseguido por el señor de los muertos que hace un pozo donde cae Quetzalcóatl y muere. Cuando su nahual o su gemelos precioso lo despierta del sueño eterno le dice: hay que recoger los huesos que se han revuelto y hecho polvo.
Llega con su carga a Tamoanchán, en donde moran los dioses. Quilaztli o Cihuacóatl recibe los despojos, los muele y deposita en un barreño precioso. Quetzalcóatl sangra su miembro viril para hacer la pasta de donde brota el hombre gracias a su penitencia.
La raza resultante recibe el nombre de “macehuales” que quiere decir “los merecidos por la penitencia”.

viernes, 9 de diciembre de 2011

MITOS HEBREOS -LOS HIJOS DE DIOS Y LAS HIJAS DE LOS HOMBRES-


MITOS HEBREOS
LOS HIJOS DE DIOS Y LAS HIJAS DE LOS HOMBRES


POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI


En la décima generación la raza de Adán había aumentado mucho. Como faltaba la compañía femenina, los ángeles llamados "Hijos de Dios" encontraron esposas entre las bellas Hijas de los Hombres. Los hijos de estas uniones habrían heredado la vida eterna de sus padres, pero Dios decretó: "No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días".
Estas nuevas criaturas eran gigantes, llamados "los caídos", y sus maldades decidieron a Dios a exterminar de sobre la haz de la tierra a todos los hombres y mujeres, con sus corruptores gigantescos.
Los hijos de Dios fueron enviados para que enseñasen a la humanidad la verdad y la justicia; y durante trescientos años enseñaron ciertamente al hijo de Caín, Enoc, todos los secretos del cielo y de la tierra. Más tarde, sin embargo, codiciaron a las mujeres mortales y se corrompieron mediante el trato sexual. Enoc registró no sólo sus instrucciones divinas, sino también su subsiguiente pérdida de la gracia; antes del final gozaban ya indistintamente con vírgenes, matronas, hombres y animales.
Algunos dicen que Shemhazai y Azael, dos ángeles que gozaban de la confianza de Dios, preguntaron: "Señor del Universo, ¿no te advertimos el Día de la Creación que el hombre demostraría que es indigno de Tu mundo?" Dios replicó:
"Pero si destruyo al hombre, ¿qué será de Mi mundo?" Ellos respondieron:
"Nosotros habitaremos en é l " . Dios preguntó: "¿Pero si descendéis a la tierra, no pecaréis más que el hombre?" Ellos suplicaron: "Permítenos vivir allí durante un tiempo y santificaremos Tu nombre".
Dios permitió que descendieran, pero inmediatamente los subyugó la belleza de las hijas de Eva, y Shemhazai engendró con ellas dos hijos monstruosos llamados Hiwa e Hiya, cada uno de los cuales comía diariamente mil camellos, mil caballos y mil bueyes. Azael inventó además los adornos y cosméticos que se ponen las mujeres para descarriar a los hombres. Dios les advirtió, en consecuencia, que dejaría en libertad las Aguas de Arriba y así destruiría a todos los hombres y animales. Shemhazai lloró amargamente, temiendo por sus hijos, los que, aunque eran bastante altos para no ahogarse, morirían de hambre.
Esa noche Hiwa soñó con una gran roca sobre la tierra parecida a una tabla de mesa y en la que había inscrita una leyenda que un ángel raspaba con un cuchillo, dejando solamente cuatro letras. Hiya soñó también con un huerto de árboles frutales y con otros ángeles que lo talaban hasta que sólo quedaba un árbol de tres ramas. Relataron sus sueños a Shemhazai, quien les explicó: "Tu sueño, Hiya, significa que el Diluvio de Dios destruirá a toda la humanidad menos a Noé y sus tres hijos. Sin embargo, consolaos, pues el sueño de Hiwa significa que vuestra
fama, por lo menos, nunca puede morir, pues siempre que los descendientes de Noé labren piedras, saquen rocas de las canteras o halen embarcaciones gritarán:
'¡Hiwa, Hiya!' en vuestro honor" .
Posteriormente Shemhazai se arrepintió y se colocó en el firmamento meridional, entre el Cielo y la Tierra, cabeza abajo y los pies arriba y allí cuelga hasta el presente; es la constelación llamada Orion por los griegos.
Pero Azael, lejos de arrepentirse, sigue ofreciendo a las mujeres adornos y ropas multicolores con los que descarrían a los hombres. Por esta razón, en el Día de la Expiación los pecados de Israel son amontonados en el chivo emisario anual, y luego lo arrojan por un risco a Azazel, como algunos llaman a Azael.
Otros dicen que ciertos ángeles pidieron a Dios permiso para recoger pruebas seguras de la iniquidad del hombre y asegurar así su castigo. Cuando Dios accedió, se transformaron en piedras preciosas, perlas, tinte purpúreo, oro y otros tesoros, que inmediatamente robaron hombres codiciosos. Entonces tomaron la forma humana, con la esperanza de enseñar la rectitud a la humanidad.
Pero esta asunción de la carne humana los sometió a la lujuria humana: al ser seducidos por las Hijas de los Hombres se encontraron encadenados a la Tierra e incapaces de reasumir sus formas espirituales.
Los Caídos tenían apetitos tan grandes que Dios hizo llover sobre ellos maná de muchos sabores diferentes, para que no sintieran la tentación de comer carne, la que les estaba prohibida, y excusaran su culpa alegando la escasez de cereal y hortalizas.
Pero los Caídos rechazaron el maná de Dios, mataron animales para comerlos y hasta probaron la carne humana, viciando así el aire con vapores nauseabundos. Fue entonces cuando Dios decidió purificar la Tierra.
Otros dicen que Shemhazai y Azael fueron seducidos por las mujeres diabólicas Naamá, Agrat hija de Mahlat, y Lilit, que había sido esposa de Adán.
En esa época sólo una virgen, llamada Istahar, permanecía casta. Cuando los Hijos de Dios le hicieron solicitaciones lascivas, ella exclamó: "¡Antes prestadme vuestras alas!" Ellos accedieron, y ella voló al Cielo y se acogió a sagrado en el Trono de Dios, quien la transformó en la constelación Virgo, o, según dicen algunos, en las Pléyades. Los ángeles caídos, habiendo perdido sus alas, quedaron varados en la tierra hasta que, muchas generaciones después, subieron por la escala de Jacob y así volvieron a su lugar de origenf.
El sabio y virtuoso Enoc subió también al Cielo, donde se convirtió en el principal consejero de Dios, y desde entonces se le llamó "Metatron". Dios puso Su corona en la cabeza de Enoc y le dio setenta y dos alas así como numerosos ojos.
Su carne se transformó en una llama, sus nervios en fuego, sus huesos en ascuas, sus ojos en antorchas y su cabello en rayos de luz, y lo rodearon la tormenta, el torbellino, el trueno y el rayo.
Algunos dicen que los Hijos de Dios se llamaban así porque la luz divina con la que Dios había creado a su antepasado Samael, el padre de Caín, brillaba en sus rostros. Dicen que las Hijas de los Hombres eran hijas de Set, cuyo padre era Adán y no un ángel, y que, por consiguiente, sus rostros se parecían a los nuestros.
Pero otros dicen que los Hijos de Dios eran piadosos descendientes de Set, y las Hijas de los Hombres pecadoras descendientes de Caín, y explican que cuando Abel murió sin hijos, la humanidad no tardó en dividirse en dos tribus: los cainitas, quienes, aparte de Enoc, eran completamente malos, y los setitas, que eran completamente justos. Estos setitas vivían en una montaña sagrada en el lejano norte, cerca de la Cueva del Tesoro, a la que algunos toman por el monte Hermón. Los cainitas vivían aparte en un valle situado al oeste. Adán, en su lecho de muerte, ordenó a Set que separara su tribu de la de los cainitas; y cada patriarca setita repetía públicamente esa orden de generación en generación. Los setitas eran extraordinariamente altos, como su antepasado, y como vivían tan cerca de la Puerta del Paraíso, recibieron el nombre de "Hijos de Dios".
Muchos setitas hacían voto de celibato, siguiendo el ejemplo de Enoc, y vivían como anacoretas. En contraste, los cainitas practicaban un libertinaje desenfrenado y cada uno tenía por lo menos dos esposas: la primera para que le diera hijos y la segunda para satisfacer su lujuria. La que paría hijos vivía en la pobreza y el abandono, como una viuda; a la otra se le obligaba a beber una pócima que la hacía estéril, después de lo cual, ataviada como una ramera, entretenía a su marido lujuriosamente.
El castigo de los cainitas consistía en que les nacían cien hijas por cada hijo, lo que tenía como consecuencia tal deseo de marido que las mujeres comenzaron a irrumpir en las casas y llevarse a los hombres. Un día se decidieron a seducir a los setitas, para lo cual se embadurnaron los rostros con colorete y polvo, los ojos con antimonio y las plantas de los pies con escarlata; se tiñeron el cabello y se pusieron pendientes y ajorcas de oro, collares de joyas, brazaletes y vestidos multicolores. Mientras ascendían a la montaña sagrada punteaban arpas, tocaban
trompetas, redoblaban tambores, cantaban, bailaban y aplaudían. Luego llamaron a los quinientos veinte anacoretas con voces alegres y cada una se apoderó de su víctima y la sedujo. Esos setitas, después de ceder a los requiebros de las mujeres cainitas, se hicieron más obscenos que los perros y olvidaron por completo las leyes divinas.
En adelante hasta los "Hijos de Jueces" corrompían a las hijas de los pobres. Siempre que una novia se embellecía para el novio, uno de ellos entraba en la cámara nupcial y la gozaba el primero.
El cananeo Genun, hijo del ciego Lamec, vivía en la región de los Pozos de Limo, gobernada por Azael desde su más tierna infancia, e inventó toda clase de instrumentos musicales.
Cuando los tocaba, Azael se introducía en ellos, haciendo que produjeran sonidos seductores que embelesaban los corazones de todos los oyentes. Genun solía reunir grupos de músicos que se inflamaban mutuamente con la música hasta que su lujuria ardía como el fuego y luego se acostaban promiscuamente. También elaboraba cerveza, reunía a mucha gente en las tabernas, les daba de beber y les enseñaba a forjar espadas de hierro y puntas de lanza, para que matasen al azar cuando estaban borrachos.
Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel le dijeron a Dios que una perversidad como aquella nunca se había dado en la tierra. En vista de ello, Dios envió a Rafael para que atase a Azael las manos y los pies y amontonase sobre él rocas melladas en la oscura Cueva de Dudael, donde se halla hasta el Día del Juicio.
Gabriel destruyó a los Caídos incitándolos a la guerra civil. Miguel encadenó a Shemhazai y sus compañeros en otras cuevas oscuras durante setenta generaciones, Uriel se convirtió en el mensajero de salvación que visitó a Noé.

MITOLOGIA CANANEA -LOS AMORES DE BAAL Y ANAT-


MITOLOGIA CANANEA
Los amores de Baal y Anat


Traducción de G. del Olmo Lete



KTU 1.10

La primera columna, muy fragmentada sólo permite una reconstrucción hipotética que deja entrever los preparativos de Anat antes de lanzarse en busca de su “hermano” Baal.

(Laguna de unas 20 líneas)

[Se lavó] la Virgen Anat,
[...se maqui]lló con polvos,
[con esen]cia que los dioses no conocen,
[que ignora] la asamblea de las estrellas,
[que no comprende] la familia de los cielos.
[Pretendió seducir a] Baal, el Todopoderoso,
[encandilar] al Auriga de las nubes,
[para que Baal no] acose a los pueblos,
[para que Hadad] vuelva a la tierra.
[¡Que su poder reviva] a los muertos,
[que haga florecer] la mano del Héroe el erial!
[Que Baal benevolen]cia muestre,
[que Hadad gracia] otorgue!
[Se lavó] la Virgen Anat,
[se maquilló la « Pretendida] de los pueblos »
[para que Baal no acose] a los pueblos,
[para que Hadad] vuelva a la tierra.
[De ese modo se regocijará to]da carne,
[se llenará de gozo toda alma (?)].

(Laguna de unas 13 líneas)

KTU 1.10 II

Una vez convenientemente adobada, Anat se dirige al encuentro de Baal, ocupado en sus propios ejercicios venatorios. La descripción del viaje se ha perdido; es probable que viniese dada según el consabido formulario de marcha de que el mito baálico nos ha ofrecido cumplidos ejemplos.

(Laguna de unas 20 líneas)

-[¿Está Baal en su casa],
[el dios Hadad] en su palacio?
Y respondieron los pajes de Baal:
-No está Baal en casa,
el dios Hadad en su palacio.
Su arco tomó en su mano,
Y sus flechas en su diestra.
Luego puso cara
Hacia las riberas de Shamak,
Llenas de toros salvajes.
Ahuecó el ala la Virgen Anat,
Ahuecó el ala y escapó volando
Hacia las riberas de Shamak,
llena de toros salvajes.
Entonces alzó sus ojos Baal, el Todopoderoso,
alzó, sí, sus ojos y vio;
vio, sí, a la Virgen Anat,
la más graciosa entre las hermanas de Baal.
Ante ella se apresuró a alzarse,
a sus pies se prosternó y cayó.
Alzó su voz y dijo:
- ¡Que vivas, hermana, largamente!
Tus vigorosos cuernos, Virgen Anat,
tus vigorosos cuernos Baal los ungirá,
Baal los ungirá con (poder de) vuelo.
Así atravesaremos en la “tierra” a mis enemigos,
y en el “polvo” a los adversarios de tu hermano.
Entonces alzó sus ojos la Virgen Anat,
alzó, sí, sus ojos y vio;
vio a una novilla y escapó corriendo,
escapó corriendo y (que) escapó chozpando
con la gracia, con el donaire de la bandada de los Kotharot.
[En voz alta] a Baal gritó Anat:
-[¡Mira], Baal, lo que he visto,
[dios] Hadad, lo que nuestros ojos [vieron]! (?).
[Miró] Baal, el victorioso, [a la Virgen] Anat contempló.

(Texto irreconstruible de 5 líneas)

KTU 1.11

Es posible que este pequeño fragmento forme parte del texto perdido entre la II y III columna. En el mismo se describiría la relación sexual entre Baal y Anat.
[Baal (?)] apretó y agarró su vulva,
[Anat (?)] apretó y agarró sus testículos.
[Y Ba]al desfalleció (?) por el becerro (?),
[por el morlaco de] la Virgen Anat.
[Al abrazarse/besarse (?) hubo] concepción y parto
[con la ayuda (?)] de la banda de las Kotharot:
[un hijo nació (?) a] la Virgen Anat,
[progenie a] Baal el Todopoderoso.

(Texto de 13 líneas irreconstruible)

KTU 1.10 III

Parece ser que la relación no ha dado el apetecido resultado y se ha de recurrir a un sistema sustitutorio, una especie de vientre de alquiler, ya que la Virgen Anat no responde a las expectativas. Recuérdese cómo ya en el mito (KTU 1.5 V 18 ss.), antes de ir al encuentro de Mot, Baal copula con una novilla que le pare su sustituto. De nuevo aquí será una vaca la encargada de engendrar para Baal. Pero una vaca de alguna manera elegida por Anat, que así se identifica con ella (cf. KTU 1.13: 29-30, donde Anat es denominada la “novilla de Baal”). La diosa del furor y la guerra, para funcionar como diosa de la vida y la procreación, tiene que metamorfosearse. Esta simbología teromórfica es propia de la religión cananea y resulta la formulación mítica del celebre becerro que la simboliza en el pensamiento bíblico.(Tanto Baal como El son denominados el “Toro” en el mito ugarítico).

(Laguna de unas veinte líneas)

-[Un ternero] la novilla parirá:
un becerro a la Virgen Anat,
una becerra a la “Pretendida de los Pueblos”.
Y respondió Baal, el Todopoderoso:
-¿Para qué como nuestro Creador excelso [soy yo],
como la ancestral estirpe que nos constituyó?
Se abalanzó Baal, llena [su “mano” (?)],
el dios Hadad, llenó su [“dedo” (?)].
Desflorada fue la vulva de la Virgen Anat,
la vulva, sí, de la más graciosa de las hermanas de Baal.
Ascendió Baal a la montaña,
el hijo, sí, de Dagón al [terreno (de su posesión) (?)].
Se sentó Baal en su trono [regio],
el hijo de Dagón en el solio [de su poder].
Por el becerro el grito [alzó Baal],
por el becerro el grito lanzó [Hadad].
Marchó y escapó chozpando [Anat],
con gracia, con don[naire y exclamó]:
-La novilla, la novilla [que vi]
un morlaco parió [a Baal],
un toro salvaje, sí, al [Auriga de las nubes].
Abrazó la novilla [a su morlaco],
abrazó la novilla [a su toro salvaje],
y le cubrió con su ubre,
(mientras) él chupaba (?) sus pezones (?), sí, y su calostro,
el calostro de su infancia.
La ladera ascendió (Anat) por la montaña,
la cuesta por el monte del triunfo.
Ascendió así al (monte) Arat,
al Arar y al Safón,
a la delicia, al monte del triunfo.
En voz alta a Baal gritó:
-¡La buena nueva de El recibe, Baal,
recíbela, sí, progenie de Dagón!
Pues un morlaco a Baal ha nacido,
un toro salvaje, sí, al Auriga de las nubes.
Se alegró Baal el Victorioso.

viernes, 2 de diciembre de 2011

MITOS HEBREOS -EL NACIMIENTO DE SET-


MITOS HEBREOS
EL NACIMIENTO DE SET


POR ROBERT GRAVES y RAPHAEL PATAI


Adán, temiendo que otro hijo de Eva y él pudiera compartir el destino de Abel, se abstuvo del trato sexual con ella durante no menos de ciento treinta años.
En todo ese tiempo los súcubos llevaban con frecuencia demonios a Adán mientras dormía, causándole sueños pecaminosos e involuntarias emisiones de semen.
Además, los íncubos violaban a Eva dormida y engendraban demonios con ella.
Como los súcubos, estos íncubos, o Meri'im, eran los espíritus.
tenebrosos creados por Dios en el Sexto Día al anochecer.
Antes que pudiera completar sus cuerpos el sol se puso, comenzó el primer Sabbat y se vio obligado a desistir.
Como Dios decidió poblar la Tierra con hombres y no con demonios, inculcó en el corazón de Adán un ardiente deseo por Eva. Hasta entonces Adán podía reprimir ese deseo sólo mediante la ausencia; pero ahora, inclusive a gran distancia de Eva, ese deseo se hizo en él tan fuerte que, recordando la orden de Dios "¡Creced y multiplicaos!", volvió a buscarla, se acostaron juntos y ella le dio a Set.
Algunos dicen que el ángel de Dios ordenó a Adán que se acostase con Eva, pero él se abstuvo hasta que se le prometió un hijo llamado Set —que significa "consuelo"—, el que aliviaría su aflicción por Abel. Según otros, Eva d i j o : "Dios me ha asignado (shath) otro hijo en lugar de Abel".
Cuando, después del nacimiento de Set, Adán volvió a la abstinencia, Samael, otra vez disfrazado de mujer hermosa, se presentó fingiendo que era hermana de Eva y exigió que se casase con ella- Adán rogó a Dios que lo guiase y Él inmediatamente puso de manifiesto la figura perversa de Samael. Siete años después Dios volvió a decirle a Adán que se acostase con Eva, prometiéndole que impediría que los tentase la lujuria desenfrenada e indecente. Y mantuvo su promesa.
Antes de morir Eva le dio a Adán treinta parejas de mellizos, un hijo y una hija cada vez, como resultado de ritos maritales realizados con la santidad y el decoro máximos. Adán vivió ochocientos años después del nacimiento de Set.

martes, 29 de noviembre de 2011

APOCALIPSIS DE SEDRAC


Apocalipsis de Sedrac
(fragmento)(1)

Por Antonio Piñero



El presunto autor de este apocalipsis, Sedrac o Sadrak, nos es conocido solamente por el capítulo 3 del Libro de Daniel. Ese texto nos cuenta como el rey babilonio Nabucodonosor, tras conquistar Judea, había deportado a los mejores judíos a Babilonia. Allí algunos de estos exiliados se habían adaptado bien a la nueva situación, tanto que el rey encargó el gobierno de la provincia de Babilonia a tres judíos: Sadrak, Mesak y Abed Negó. Pero estos se negaron a adorar una estatua de oro erigida por el rey, por lo que fueron acusados de desobediencia e impiedad. El rey aceptó la denuncia y arrojó a los tres judíos a un horno de fuego, del que fueron milagrosamente librados por Dios. Al observar el milagro, el rey Nabucodonosor cree de algún modo en el Dios de Israel y publica un edicto para que al menos de le respete.
Pero todo esto es ficticio y del tal Sadrak/Sedrac nada se sabe, pues no se conserva dato histórico alguno de él. Se duda, por tanto, que existiera en realidad.
El presente apocalipsis, atribuido a este personaje, es en su forma actual una reelaboración cristiana de época bizantina (hacia el siglo V o VI) de un producto literario anterior fuertemente judío, probablemente del siglo II d. de C.

(1) Lamentablemente por el momento me es imposible publicar el texto completo como siempre fue mi proceder, pero dado la importancia de esta obra, juzgue conveniente hacerlo así.
Espero que el lector sepa comprender y valorizar el texto ofrecido. – Sergio (Nuestros Antepasados)


Apocalipsis de Sedrac

Sedrac elevado al tercer cielo. Diálogo con Dios.

Y oyó Sedrac en sus oídos una voz invisible:
-Atiende, Sedrac, puesto que quieres y deseas conversar con Dios y pedirle que revele lo que quieres preguntar.
Dijo Sedrac:
-¿Qué, mi Señor?
Le respondió la voz:
-He sido enviado hasta ti para elevarte al cielo.
El dijo:
-Yo deseaba hablar cara a cara con Dios, pero no soy capaz, Señor, de subir hasta los cielos.
Entonces, extendiendo sus alas, lo tomó y lo subió hasta los cielos, hasta el mismo resplandor; lo dejó en el tercer cielo y puso en él el resplandor de la divinidad.
Y el Señor le dijo:
-Bienvenido seas, mi amado Sedrac. ¿Qué acusación tienes contra el Dios que te ha creado, puesto que decías: Yo quería hablar a Dios a la cara?
Respondió Sedrac:
-Si. Ciertamente el hijo tiene una acusación contra el padre. Mi Señor, ¿Por qué creaste la tierra?
Le dijo el Señor:
-Por el hombre.
Replicó Sedrac:
-Y ¿Por qué hiciste el mar? ¿Por qué sembraste todo bien sobre la tierra?
Respondió el Señor:
-Por el hombre.
Le dijo Sedrac:
-Si hiciste todas estas cosas, ¿Por qué lo destruyes? […]. Tu educación es castigo y fuego, y estos son amargos, mi Señor. Mejor le sería al hombre si no hubiese nacido […].

El tentador y el abandono del ser humano por parte del Creador.

Sedrac le dijo:
-Por tu voluntad fue desviado Adán, Señor mío. Tú ordenaste a tus ángeles adorar a Adán, pero aquel que era el primero de los ángeles desobedeció tu decreto y no lo adoró, y tú lo arrojaste porque desobedeció tu decreto y no se acercó a la hechura de tus manos. Si hubieras amado al hombre, ¿Por qué no diste muerte al diablo, el artífice de la iniquidad? […]. Ten piedad, Señor, y elimina los castigos; si no, recíbeme también a mí con los pecadores. Si no tienes piedad de los pecadores, ¿Dónde está tu piedad, dónde tus buenas entrañas, Señor?
Le respondió Dios:
-Sábete que todo lo que le ordené podía cumplirse bien […]. Pero él, habiendo recibido mis dones, se convirtió en extraño, adúltero y pecador. ¿Qué padre, dime, que ha dado la herencia a su hijo, y tomando este el dinero y abandonando al padre se marcha y se convierte en un extraño y se pone al servicio de un extraño, y el padre, al ver que el hijo lo ha abandonado no se ensombrece en su corazón, y saliendo el padre toma su dinero y aleja a aquel de su gloria porque ha abandonado a su padre? ¿Cómo es que yo, el Dios admirable y celoso, le he dado todo, y él tomándolo se ha convertido en adúltero y pecador? […].
Le respondió Sedrac:
-Es cierto que contra tu voluntad, Señor, pecó el hombre digno de lastima. Pero […] ¿Cómo dijiste, Señor, no devolváis mal por mal? Yo sé que la mula traicionera es irracional entre los cuadrúpedos; no hay otro como ella. Pero con la brida la dirigimos donde queremos. Tú tienes ángeles; envíalos para proteger, y cuando el hombre se dirija hacia el pecado, sujeta uno de sus pies y no caminará a donde quiere.

El ser humano es responsable del mal

Dios dijo a Sedrac:
-Si sujeto el pie del hombre, este dirá: “No me hiciste un regalo en el mundo”. Pero yo lo he dejado a su voluntad porque lo he amado. Por eso he enviado mis ángeles justos para que lo guarden noche y día.
Dijo Sedrac:
-Sé, Señor, que entre todas tus criaturas amaste al hombre el primero […]. Solo te pido que libres al hombre del castigo (pues de otra forma yo mismo estoy yendo al castigo), y que yo no me separe de nuestra raza.

Resistencia de Sedrac a entregar su alma. Antes de morir intercede por los
pecadores

Dijo Dios a su Hijo Unigénito:
-Ve, toma el alma de mi amado Sedrac y déjala en el paraíso.
El Hijo Unigénito dijo a Sedrac:
-Entrégame el depósito que colocó nuestro Padre en el seno de tu madre en tu santo lugar de morada desde el embrión.
Respondió Sedrac:
-No te daré mi alma.
Le dijo Dios:
-Entonces, ¿para qué he sido enviado yo y he venido aquí, y tú me pones excusas? Pues yo he recibido orden de mi Padre de que, sin dudar, tomo tu alma; por tanto, dame tu alma muy querida […].
Sedrac, tras oír todas estas cosas y afectarse por el recuerdo de la muerte, se sobresaltó mucho y dijo a Dios:
-Dame, Señor, un poco de salud para que clame, pues he oído que las lagrimas pueden mucho y se obtiene gran curación del pobre cuerpo de tu criatura.
Y clamando y lamentándose empezó a decir: “Oh extraordinaria cabeza, adorno celeste, oh luz solar del cielo y tierra […]. Oh manos bien suavizadas, bien amaestradas, cansadas por el esfuerzo, mediante las cuales se alimenta el cuerpo… Oh dedos embellecidos y adornados de cosas de oro y de plata. También grandes obras se llevan a cabo por los dedos” […].
Cristo le dijo:
-Detente, Sedrac, ¿hasta cuándo vas a estar llorando y quejándote? El paraíso se ha abierto para ti y, habiendo muerto, vivirás.
Le dijo Sedrac:
-Todavía te hablaré una vez más, Señor, mientras estoy vivo antes de morir, y no desoigáis mi petición […]. Si un hombre vive ochenta años, o noventa o cien, y los vive en pecado, y de nuevo se convierte y vive en penitencia, ¿con cuántos días perdonarás sus pecados?
Dios le dijo:
-Si se convierte tras vivir los cien u ochenta, haciendo penitencia tres años y da fruto de justicia y le llega la muerte, no me acordaré de todos sus pecados.
Sedrac le dijo:
-Muchos son tres años, mi Señor. Quizás llegue su muerte y no cumpla su penitencia. Ten piedad, Señor, de tu imagen y compadécete, porque tres años son muchos.
Dios le dijo:
-Si tras cien años vive un hombre y se acuerda de su muerte, y confiesa delante de los hombres y yo lo encuentro, después de un año perdono todos sus pecados.
Dijo de nuevo Sedrac:
-Por tu gran compasión, de nuevo ruego por tu criatura: mucho es el año para que no le llegue su muerte y lo lleve inmediatamente.
Le dijo el Salvador:
-Te propondré una cosa, Sedrac, mi amado; después me preguntarás tú: si el pecador hace penitencia cuarenta días, no recordaré yo todos los pecados que cometió.

Intercesión de Miguel

Y dijo Sedrac al arcángel Miguel, que estaba presente:
-Escúchame, poderoso protector, y ayúdame a interceder para que Dios tenga piedad del mundo.
Cayendo ambos sobre sus rostros rogaron a Dios y dijeron:
-Señor, enséñanos como es conveniente y con qué penitencia se salvará el hombre, o con que trabajo.
Dijo Dios:
-Con penitencia, súplicas, oficios litúrgicos, lagrimas a raudales y ardientes gemidos. ¿No sabes que mi profeta David se salvó por las lágrimas…? Sabes, Sedrac […], que hay algunos que han sido bautizados con mi bautismo y hechos partícipes de mi divino oficio, y llegan a estar desesperados de la última desesperación y no van a arrepentirse. Yo los aguardo con mucha compasión y mucha misericordia y bendición para que hagan penitencia. Pero algunos hacen lo que odia mi divinidad y no escucharon al sabio que afirmaba diciendo: “De ninguna manera justificamos al pecador”. ¿No sabes que está escrito que los que se hayan arrepentido no verán el castigo? Mas algunos no escuchan a los apóstoles, ni mi palabra en los Evangelios, y entristecen a mis ángeles. Ciertamente en mis asambleas y oficios litúrgicos no imploran a mi ángel, y no están en mis santas iglesias; y si están no adoran con temor y temblor, sino que repiten con grandilocuencia palabras que no acepto yo ni tampoco mis ángeles.

Compasión de Dios en el último momento

Sedrac dijo a Dios:
-Señor, solo Tú eres el que no tiene pecado y mucha compasión, el que se apiada y compadece de los pecadores; pero tu divinidad dijo: “No he venido a llamara a justos sino a pecadores a penitencia”.
Dijo el Señor a Sedrac:
-¿No sabes, Sedrac, que el ladrón en un instante fue salvado al convertirse? ¿No sabes que mi apóstol y evangelista en un instante fue salvado? Pero los pecadores no se salvan, porque sus corazones son como piedra quebradiza. Estos son los que caminan por caminos de impiedad y se pierden con el Anticristo.
Dijo Sedrac:
-Mi Señor, también dijiste: “Mi divino espíritu penetrará en los pueblos que no teniendo ley cumplen lo de la ley”. Lo mismo que el ladrón, el apóstol y evangelista, y los demás que entraron en tu reino, Señor mío, así también acoge a los que en lo último pecan contra ti, Señor, porque la vida está llena de penalidades y contradicciones.
Dijo el Señor a Sedrac:
-He hecho al hombre con tres etapas: Cuando es joven, por su juventud pasé por alto sus tropiezos; de nuevo, cuando es hombre, aguardé su conversión; y de nuevo, cuando envejece, lo espero para ver cómo hace penitencia.
Dijo Sedrac:
-Señor, tu sabes y conoces todo esto; solo compadécete de los pecadores.
Le dijo el Señor:
-Sedrac, amado mío, he prometido compadecerme incluso por debajo de cuarenta días, hasta veinte, y cualquiera que recuerde tu nombre no verá el lugar de castigo, sino que estará con los justos en un lugar de refrigerio y de descanso; y si alguien copia este libro admirable, no le será contado su pecado por los siglos de los siglos.

Muerte de Sedrac y ascensión al paraíso

Dijo Sedrac:
-Señor, y si alguien celebra un acto litúrgico en honor de tu siervo, líbralo, Señor, de todo mal.
Y luego añadió:
-Ahora toma mi alma, Señor.
Y el Señor tomó a Sedrac y lo puso en el paraíso con todos los santos. A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Traducción del griego de Gonzalo Aranda Pérez

sábado, 26 de noviembre de 2011

MITOLOGIA MAYA -NANAHUATZIN-



MITOLOGIA MAYA
LEYENDAS Y CUENTOS MAYAS

NANAHUATZIN

ADAPTACIÓN MARKO CASTILLO



Los dioses se reúnen para planear un nuevo día, deciden que uno de ellos debe sacrificarse para llevar el sol a cuestas. Designan a Tecucíztécatl, dios hermoso y rico, y a Nanahuatzin, el dios buboso para que sean los encargados de tan preciada misión. Los dos preparan sus ofrendas, ayunan mientras los otros dioses preparan el fuego de la “roca divina”. Tecuciztécatl ofrenda objetos preciosos, obsidiana, puntas de oro que simulan espinas del maguey, ramas de coral que simbolizan su sangre, incienso, jade y piedras. Nanahuatzin ofrenda cañas, plantas medicinales, ocote y sangre que saca de su cuerpo que hieren verdaderas puyas de maguey. Cada uno hace penitencia en el monte que les han construido (las pirámides del sol y de la luna). A media noche los dioses se reúnen alrededor del fuego divino y esperan. Tecuciztécatl se adorna con rica capa y penacho con las divinas plumas de quetzal. Piden a Tecuciztécatl que se lance al fuego, al intentarlo, tiene miedo. Tantea tres veces sin poder. Así que llaman a Nanahuatzin, le ordenan que se arroje a las llamas. Lo hace decidido, sin vacilar.
La actitud de Nanahuatzin hace reflexionar a Tecuciztécatl quien se avergüenza de ser cobarde y se tira al fuego. En esos momentos un águila baja a la hoguera y un ocelote brinca a las cenizas cuando casi se apagan. Es la razón por la que el águila tiene plumas negras y el ocelote manchas.
Los dioses esperan a que salga el sol en algún lugar del cielo. Llega de oriente, se pinta de rojo y da calor y luz. Este sol esplendoroso es Nanahuatzin. Después llega Tecuciztécatl. Los dioses se preguntan; ¿qué hacer con dos soles que brillan igual? Uno de ellos toma un conejo y lo arroja al rostro del segundo astro que queda opaco y se convierte en la Luna.

jueves, 24 de noviembre de 2011

EL POEMA DE ATRAHASIS O DEL MUY SABIO (texto completo)





EL POEMA DE ATRAHASIS O DEL MUY SABIO


(texto completo)


Por Jean Bottero y Samuel Noah Kramer





"Es para mí un orgullo y un gran honor presentar este poema, que se publica por primera vez en la Web en forma completa y en castellano. Un trabajo realizado con placer y con mucho esfuerzo.
Este texto fue tomado del libro que lleva como título el primer verso del Poema del Muy Sabio (Atrahasis): “Cuando los dioses hacían de hombre”, cuyos autores son los eruditos Jean Bottero y Samuel Noah Kramer."















Sergio Omar Marco




“Muy sabio” es una traducción del término acadio (que también aparece escrito como Atar-hasis y Atam-hasis).
El manuscrito más antiguo de esta obra está firmado y datado y su copista (su autor, evidentemente, se desconoce) respondía al nombre de Kasap-Aya (o Nur-Aya, pues el primer signo cuneiforme no es unívoco) y llevó a cabo su trabajo bajo el reinado del cuarto sucesor de Hammurabi, Ammi-saduqa (1646-1626 a. C.). Es muy probable que el poema haya sido creado durante el siglo anterior.
Dicho poema no es una traducción del sumerio, ni tampoco un nuevo arreglo de una obra pensada y redactada en dicha lengua; todo, en ella, pone de manifiesto que se trata de una composición original, típicamente paleobabilonia.
El poema fue dado a conocer a través de los restos de una de las copias descubierta entre los escombros de la Biblioteca de Assurbanipal (668-627 a. C.).
Pero sólo en 1956 el asiriólogo danés J. Laessoe al poner en orden los fragmentos encontrados, demostró que estábamos ante el “Génesis” más antiguo que se conoce y que, desde un punto de vista religioso, abarcaba toda la “historia” primitiva de la humanidad, desde el momento en que ésta salió de las manos de su creador hasta el final del Diluvio y el inicio del “tiempo histórico”.
Se pudieron reconstruir, aproximadamente, las dos terceras partes del poema, que en su versión más antigua contaba exactamente con “1245 líneas”, de acuerdo con el cómputo cuidadosamente señalado al final de su copia por el diligente Kasap-Aya.
Esta obra todavía presenta muchos pasajes que resultan terriblemente arduos y complejos o enigmáticos, tanto en sí mismos como por culpa de las lagunas que los rodean. Actualmente podemos dar por segura tanto la comprensión del conjunto de dicho texto como la de la mayoría de sus episodios.
Se ha perdido irremediablemente, al menos hasta hoy, pasajes enteros del poema. Esta dificultad, sin embargo, se puede superar en algunos casos: cuando se trata de una de esas numerosas y habituales repeticiones de tiradas enteras de versos o cuando se recurre a formulas estereotipadas que, si bien no permiten restituir los paralelos perdidos, si, al menos, tanto en lo que precede como en lo que sigue al texto conservado, nos permite adivinar bastante bien la trayectoria del mismo.
Conocemos al menos tres o cuatro reediciones que, en lo que respecta a la línea argumental del relato y a su contenido general e incluso, en más de una ocasión, con relación a su contenido puntual, no siempre coinciden en los detalles y que reflejan, cada una de ellas, el espíritu o el gusto de su autor y de su época. Se trata de una situación molesta y lamentable, mucho más si tenemos en cuenta que ninguna de ellas está completa y que no tenemos más que fragmentos.






EL POEMA DE ATRAHASIS O DEL MUY SABIO


(texto completo)







Antes de la creación del hombre


Las dos “clases” originales de dioses


I) – 1-Cuando los dioses (hacían) de hombres,
Tenían que trabajar y estaban atareados:
Su tarea era considerable,
Su trabajo pesado, su labor infinita.
5-¡Pues los grandes Anunnaku, a los Igigu,
Imponían una séptuple prestación de trabajos!
El padre de todos ellos, Anu, era su rey;
Enlil, el valiente, era su soberano;
Ninurta, su [encar]gado,
10-Y Ennugi, su capataz,
Tras llegar a un acuerdo (?),
Los grandes dioses habían echado a suertes lo que le correspondía a cada uno:
Anu subió al Cielo,
Enlil tomó, como dominio la Tierra (?),
15-[Y el cerrojo que enc]erraba (?) el mar
Se entregó a Enki, el Príncipe (?),
[Cuando Anu] subió al cielo,
[Los dioses (?) del] Apsu descendieron hasta allí:
[Fue entonces cuando los Anunnaku] celestes
20-[Impu]sieron a los Igigu [su prestación de trabajos]


El trabajo de los Igigu


[Y estos dioses] (tuvieron) que excavar [los cursos de agua]
[Y abrir los canales] que vivifican la tierra-
[Los Igigu] (tuvieron) que excavar [los cursos de agua]
[Y abrir los canales] que vivifican la tierra.
25-[Así, ellos abrieron] el curso del Tigris,
[Y des]pués, [el del Éufrates].


27-32: casi perdidos por completo; se conservan algunas palabras, al final del verso, que nos indican que a lo largo de estas líneas proseguían los grandes trabajos preliminares. Un fragmento de la edición asiria (K. 8562 del Museo Británico, cuya continuación se verá más adelante) parece añadir en este punto cuatro versos acumulativos destinados a reforzar el carácter penoso e infinito de dichas tareas:


(a) [Durante cien (?) años] se entregaron a la tarea –
[Durante quinientos (?) años] se entregaron a la tarea –
[Durante novecientos (?) años] se entregaron a la tarea –
[Durante mil (?) años] se entregaron a la tarea –
33- [Después de haber acumulado (?)] todas las montañas,
[Hicieron el recuento de los años] trabajados,
35- [Después de haber organizado (?)] el gran pantano meridional,
[Hicieron el recu]ento [de los años] trabajados,
[¡(Durante) dos mil q]uinientos años, y más,
Habían, día y noche,
Soportado [esta pesada car]ga!


Agotados, protestan por su excesivo trabajo


[Ellos, entonces, comenzaron a des]potricar y a quejarse,
40- [Lamentan]do[se] de sus labores de excavación (?):
“¡Vayamos a ver al encargado, [nuestro jefe],
Para que nos libre de nuestra [pesa]da tarea!
Al valiente soberano de los dioses,
[Ven]id, vayamos a sacarlo de su casa –
45- [A Enlil (el valiente), el so]berano de los dioses,
[Ven]id, vayamos a sacarlo de su casa!”
[Entonces…] abrió la boca
[Y se dirig]e a los dioses, sus hermanos:
“[…], el encargado de tiempos pasados (?)…


50-56: debían de contener la continuación de la arenga dirigida por este dios (cuyo nombre no conocemos) a los Igigu para hacer que dejasen de trabajar. Uno o dos fragmentos de inicios del I milenio, pertenecientes a los fondos del Museo Británico (K. 10082 y K. 6325), de 7 u 8 líneas, no aportan nada destacable a dicho pasaje:


II) – 57- “¡Al valiente sobera[no] de los dioses,
Venid, vayamos a sacarlo de su casa.
¡A Enlil [(el orgulloso), el so]berano de los dioses,
60- Ve[nid], vayamos a sacarlo de su casa!
¡Ea!, declarad la guerra:
Añadamos la batalla al combate (?).”
Los dioses escucharon su súplica
Y quemaron su utillaje,
65- Arrojaron sus azadas al fuego,
66s- Y a las llamas sus capazos.
Después, agrupados, marcharon
A la puerta del santuario de Enlil el valiente.


Planteo entre los Anunnaku


70- ¡De noche, en mitad de la vigilia
Y, a espaldas del dios, se cercó el palacio –
De noche, en mitad de la vigilia
Y, e espaldas del dios, se cercó el Ekur!
Pero Kalkal, sabiendo lo que sucedía, hizo que lo cerraran:
75- El maneja el cerrojo y vigila [la puerta].
Después, Kalkal, despierta a [Nuska],
Mientras se escuchaba el alboroto [de los Igigu];
Y Nuska despierta [a su se]ñor,
[Al que] saca de su lecho:
80- “¡[Tu pal]acio está rode[ado], mi Señor!
¡El camba[te se ha ex]tendido hasta tu puerta! –
¡Tu palacio está rodeado, oh Enlil!
¡El combate se ha extendido hasta tu puerta!”
Enlil ordenó que se trajesen las armas a su casa,
85- Después abrió la boca
Y se dirigió a Nuska, su paje:
“¡Nuska, levanta una barricada ante tu puerta!
90- ¡Toma tus armas y ponte a mis órdenes!”
¡Nuska levanta una barricada ante tu puerta,
Toma sus armas y se puso a las órdenes de Enlil!
Después, el abrió la boca
Y se dirigió a Enlil el valiente:
“¡Mi Señor, tu rostro está verdoso!
95- ¡Oh Enlil, tu rostro está verdoso!
Son tus propios hijos, ¿Qué temes?
Envía a buscar a Anu, que [se] le haga descender
Y que también se traiga a Enki [ante t]u presencia!”


Se reúnen en consejo de guerra


El, entonces, manda a buscar a Anu, al que [se] hace descender,
100- Y también se lleva a Enki [an]te su presencia.
Anu, el rey del [Ci]elo, presidia (la reunión),
Y el rey del Apsu, Enki, lo escuchaba [todo (?)],
Mientras se [sen]taban los grandes Anun[naku],
Enlil se puso de pie: se a[bría] el debate.
105- Enlil, habiendo abierto, entonces, la boca,
Se dirige a [los gra]ndes [dioses]:
“¿Ellos se ha[n rebela]do contra mí?
¡Pues bien, me batiré…!
¡Oh dioses!, ¿Qué es lo que han visto mis ojos?
110- ¡El combate se ha extendido hasta mi puerta!”
Anu abrió entonces la boca
Y se dirige a Enlil el valiente:
“(Si quieres saber) la razón (?) por la que los Igigu
Han asediado tu puerta,
III) – 115- Que Nuska salga [a preguntarla (?)]:
[Encárgale que cumpla esa] misión
Ante tus hijos!”


Misión conciliadora ante los Igigu


Enlil, [entonces], ab[rió] la boca
Y se dirige a [Nuska, su paje]:
120- “Nuska, descorre el cerrojo de [tu puerta],
Co[ge] tus armas,
Y vete, ante [todos esos dioses] agrupados,
A postrarte, levánta[te],
[Y repite] nuestras [palabras]
“¡Me envían Anu, [vuestro padre]
125- Y vuestro soberano, [Enl]il [el valiente];
[Ni]nurta, vuestro encargado,
Y vuestr[o] capataz, [En]nugi!
Ellos os quieren decir: ¿Quién [va],
Entonces, a combatir?
¿Quién saldrá a [batal]lar?
130- ¿Quién [osará] hacer la guerra?”


131-133: se han perdido y, con ellos, el final del discurso dictado a Nuska.


134- [Nuska, ante todos esos] dioses [agrupados],
Repite, entonces, literalmente, [las palabras de Enlil]:
“¡Me envían Anu, vuestro [pa]dre,
[Vuestro soberano]. Enlil [el valiente];
[Ni]nurta, [vuestro encargado],
Y [vuestro capataz, En]nugi!
140- [Ellos os quieren decir]: “¿Qu[ién va entonces a com]batir?
¿Qu[ién saldrá a batal]lar?
¿Qui[én osará hacer la gu]erra?”


143-146: destruidos, contenían el final del discurso de Nuska y las primeras palabras de la respuesta del portavoz de los Igigu (sin duda el mismo que, anteriormente, los había incitado a la revuelta), cuya respuesta prosigue del siguiente modo:


147- “Hemos puesto (todo) nuestro [esfuerzo (?)]
En esta ex[cavación (?)]:
¿[El] traba[jo excesivo] nos ha matado!
150- ¡[Nuestra] car[ga] era demasiado pesada, [el trabajo era infinito]!
Esta es la razón que (?) [a los dioses al] comp[leto]
Nos ha llevado [a quejarnos contra Enlil]!”
Nuska volvió [, entonces, a coger sus armas]
Y se march[ó a informar a Enlil (?) de estas palabras]:
155- “¡Mi señor, [tú] me [enviaste] a […].
Yo partí […]
Y repetí, literalmente, tus palabras!
[Y esto fue lo que ellos me respondieron (?)]:
“[Nosotros] to[dos, los di]oses [al completo],
160- [Hemos decidido (?)] batirnos.
Hemos puesto (todo) nuestro [esfuerzo (?)]
En esta excavación (?):
¡El t[rabajo] excesivo nos ha matado!
Nuestra [car]ga era [demasiado pesada], este trabajo era infernal!
Esta es la razón que (?) a los dioses [al c]ompleto


Desconcierto de Enlil y de los dioses ante el fracaso de Nuska


165- [No]s ha [llevad]o a quejarnos contra Enlil!”.
Al escuchar este discurso,
Enlil [de]rramó lagrimas
Y, tras ello,
Se diri[ge a] Anu, el v[aliente]:
170- “Alteza, contigo en el Cielo […”]


171-188: perdidos en la tablilla de Kasap-Aya. Sin embargo, (b), un fragmento de inicios del I milenio perteneciente a los fondos del Museo Británico (K. 7109 +), conserva probablemente, al menos ad sensum:


(b) 1´”Alteza (?), contigo en el Cielo
Conserva (?) tu autoridad y haz uso de ella (?):
¡Mientras los Anunnaku se sientan en tu presencia,
Haz comparecer a uno (de estos) dios(es)
Y que sea condenado al castigo supremo!”
5´Pero Anu abr[ió] la boca
[Y se di]rige a los dioses, sus hermanos:
“¿Por qué los [cul]pamos?
¡Su carga era pesada, su trabajo inf[inito]!
[Cada di]a […]
10´[Su grito de auxilio] era [cosa se]ria:
[Nosotros no (les) o]ímos dar voces…




La creación del Hombre


Ea propone un plan de salvación: crear sustitutos para los dioses desfallecidos


Otro fragmento, procedente, también, del Museo Británico, pero de fecha más antigua y casi contemporáneo del texto de Kasap-Aya: (c) (BM 78257), presenta una versión ligeramente diferente: la llamada a la indulgencia no la realiza Anu sino Ea, quien rápidamente propone un plan de salvación:


(c) 1´Ea, habiendo [abierto] la boca,
Se dirige a los dioses, [sus her]manos:
“¿Por qué los [culp]amos?
¡Su tarea era pesada, [su labor infinita]!
5´Cada día […]
Su grito de auxilio era cosa ser[ia…].
Pero existe [un remedio para esta situación (?)]:
Dado que [Belet-ili, la Matriz], está aquí,
Que fabrique un prot[otipo de hombre]:
10´¡Será él quien car[gue] con el yugo [de los dioses (?)]-
[Quien ca]rgue con el [y]ugo [de los Igigu (?)]:
[Será el Hombre quien cargue] con su [traba]jo!


La versión “asiria”, representada por (a), el fragmento ya citado anteriormente (I: 27-32): K 3339 +, nos permite conocer un episodio que puede ser introducido en este momento del relato: en él, los dioses supremos buscan al instigador de la revuelta.


(a) 5´”En presencia de los Anunnaku, reunidos en sesión,
Y de Belet-ili, la Matriz,
¡Hace comparecer a uno (de esos) dios(es)
[Y se le mata (?)]!”
Anu, habiendo entonces abierto la boca, se dirige a Nuska:
“¡Nuska, descorre el cerrojo de tu puerta! Toma tus armas […(?)]
10´(Una vez) llegado a la reunión de los grandes dioses (!),
Inclínate […después vuelve a ponerte de pie (?)]
Y diles: “[…]
Me envían Anu, vuestro padre,
Vuestro soberano, Enlil el valiente;
Ninurta, vuestro encargado,
[Y vuestro capataz Annugal (?)]
15´¿Quién es instigador del combate, [el jefe bélico],
El dios que ha empezado la [lucha],
Llevando [el conflicto] hasta mi casa,
Hasta tal punto que la gresca
Ha llegado a mi puerta?”.
Nuska, tras oír estas palabras, toma sus armas […]
20´(Una vez) llegado a la reunión de los grandes dioses (!),
[Se inclina…, luego se pone de pie (?)]
Y les dice: “[…]
[Me envían] Anu, [vuestro padre],
[Vuestro soberano, En]lil el valiente;
[Ninurta, vuestro encargado,
Y vuestro capataz (?)] Annugal.
25´¿Quién es el instigador del combate, [el je]fe bélico,
[El dios que ha em]pezado la lucha,
[Llevando el conflicto hasta la cas]a de Enlil…


En este punto se recupera el texto de Kasap-Aya:


188- […]
“Dado que Be[let-ili, la Mat]riz, está aquí,
190- ¡Ella será quien dé a luz (?) y produzca
Al Hombre para asegurar el trabajo de los dioses!”
Interpelando, entonces, a la diosa, ellos preguntaron
A la sabia mujer de los dioses, a la experta Mammi:
“¿Serás tú la matriz que produzca a los hombres?
195- ¡Pues bien! ¡Fabrica el prototipo humano:
Que él cargue con nuestro yugo!-
¡Que él cargue con nuestro yugo, impuesto por Enlil!-
¡Que el hombre asuma el trabajo asignado a los dioses!”
Pero Nintu, habiendo abierto la boca,
Replica a los grandes dioses:
200- “¡No puedo hacerlo sola, por mí misma;
Pero, con la ayuda de Enki,
La operación sí que es posible!
Solo él puede “puri[fi]carlo” todo:
Que él me entregue la arcilla y yo lo llevaré a cabo”


Pormenores del proyecto de Enki


Enki, entonces, abrió la boca
205- Y se dirige a los grandes dioses:
“El primero, el séptimo o el decimoquinto día del mes,
Decreto que se lleve a cabo una lustración con baño.
Entonces, se inmolará un dios,
Antes de que (?) los dioses sean purificados mediante la inmersión.
210- Con su carne y su sangre,
Nintu mezclará la arcilla:
De este modo el dios y el hombre estarán asociados,
Reunidos en la arcilla,
¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos (?)!
215- ¡Gracias a la carne del dios
Habrá en el Hombre un “alma”,
Que lo presentará siempre vivo después de su Muerte.
Esta “alma” estará allí para guardarlo del olvido!”
219- Y los grandes Anunnaku,
220- Que asignan los destinos,
218- Al unísono respondieron: “¡Sí!”.


Realización del modelo humano de acuerdo con el proyecto de Enki


221- El primero, el séptimo o el decimoquinto día del mes
Enki decreta, por tanto, una lustración con baño,
Y el dios We, que tenía el “alma”,
Es inmolado en plena asamblea.
225- Con su carne y con su sangre
226- Nintu mezcla la arcilla,
-Para que se uniesen el dios y el hombre,
Estuviesen reunidos en la arcilla-
(Estos dos versos fueron olvidados por el copista)
227- Y para que así, des[de este momento], (los dioses) [estuviesen ociosos] (?),
V) Gracias a la carne del dios
hubo también en el Hombre un “al[ma]”,
Que lo presentaría siempre vivo después de la muerte.
230- Esta “alma” [estaba allí] para guardarlo del olvido!
Después de que Enki hubiese amasado esta arcilla,
Llamó a los Anunnaku, los grandes dioses,
Y a los Igigu convertidos, ellos también,) en grandes dioses,
Que escupieron sobre la arcilla.
235- Después, [Ma]mmi abrió la boca
[Y se di]rige a los grandes dioses:
[“¡El tr]abajo que me habías encargado,
Ya lo he realizado!
Habéis inmolado a ese dios con su “alma”,
240- Y yo os he librado de vuestra pesada tarea,
Imponiendo vuestra labor al Hombre.
Cuando vosotros concedáis a los Hombres
El rumor de la pululación
¡Yo soltaré vuestra cadena y seréis “libres”!”
Una vez que ellos oyeron este discurso,
245- Corrieron a abrazarle los pies:
“Hasta ahora, decían, te llamábamos Mammi:
Que, a partir de este momento, tu [no]mbre
Sea Señora de Todos los Dioses (Belet-kala-ili)!”
Instrucción de la reproducción de los hombres
Entonces, entraron en la sala de los destinos
250- Enki el príncipe (?) y la experta Mammi


251-270: perdidos. Un fragmento de la Biblioteca de Assurbanipal, (d) (K. 7816 +, también del Museo Británico), describe así los acontecimientos:


(d) 8- Habiendo sido reunidas las matrices,
Ea amasa la arcilla ante la mirada de Nintu,
10- Quien repite la fórmula
Que Ea, sentado ante ella, le dictaba.
Cuando ella terminó dicha fórmula,
Separa catorce pedazos de pasta,
Coloca siete a su derecha
15- Y los otros siete a su izquierda:
Después levanta entre ellos una pared de ladrillo


El manuscrito neo-asirio (a), ya citado anteriormente, nos ofrece la continuación del relato:


(a) 10´[…] cortaba los cordones umbilicales.
De las catorce matrices
Reunidas por la sabia experta:
Siete produjeron machos
Y las otras siete hembras.
15´Ante la Matriz divina, hacedora de destinos,
Se las empareja
Y se las reúne dos a dos.
Y, así, Mammi traza
Las reglas (del parto) de los seres humanos:
“En la habitación en que se tiende,
Encamada, la parturienta,
Tendrá que estar durante siete días la pared de ladrillo.
20´Se deberá rendir honores a la Señora de los dioses,
A Mammi la experta.
La comadrona estará alegre
En la habitación de la encamada parturienta.
Y, cuando ella haya dado a luz,
La joven madre permanecerá en el lecho, de acuerdo con su voluntad…


271-278: tomamos, en este caso, estos ocho versos de un fragmento paleobabilonio del Museo Británico, (f) (BM 92608), que parece reproducir, con bastante fidelidad, el texto de Kasap-Aya.


(f) 271- […]
[…] los senos de (cada) mujer
[…] la barba
[…] las mejilla de (cada) hombre
275- […] y fuera,
Cada marido y cada esposa […]
Ahora bien, una vez reunidas [las mat]rices,
Nintu [se detuvo]:
[Ella co]ntaba los meses de embarazo
280- Hasta que en la sala de los destinos
Se anunciaba el décimo.
VI) Llegado el décimo mes,
Ella desenvainó el “bastón” (?) y descubrió (?) el bajo vientre (?):
¡Su rostro brillaba de alegría!
Después se cubrió la cabeza
285- Y se comportó como una comadrona:
Se ciñó los lomos,
Pronunció una bendición,
Trazó una línea de harina
Y levantó en el lugar una pared de ladrillo, (diciendo):
“¡Yo la produje, yo la hice con mis manos!
290- ¡Que en la casa de la “consagrada”
La comadrona esté alegre!
Allí donde una parturienta dé a luz,
O donde una joven madre aborte por sí misma,
La pared de ladrillo deberá permanecer durante nueve días,
Durante los cuales, en honor de Nintu la Matriz
295- Y de Mammi […], será mencionada
Es ella quien […] la matriz
Y quien dispondrá la estera
Y cuando se dirija al lecho para dar a luz,
Se separarán el mar[ido y la mu]jer.
300- Pero, cuando se vuelvan a –re-unir,
Istar estará alegre en la cámara [nupcial (?)].
El regocijo [dura]rá nueve días,
Y se invocará a Istar bajo el nombre de Ishara…


305-327: íntegramente perdidos y sin que se conozca ningún paralelo. Es evidente que, una vez iniciado el movimiento de las generaciones humanas, los hombres se dedicaban, con empeño, al trabajo y así comenzaba esta parte del texto:




La “Historia primitiva” de la humanidad:


a)- Las primeras plagas


328-336: sólo se conservan algunas palabras (la columna VII comienza en el verso 334) que nos dejan entrever que los primeros seres humanos se organizaban y comenzaban a realizar su tarea:


El trabajo y el éxito de los hombres


337- Ellos fabricaron picos y azadas nuevos,
Después construyeron grandes diques de riego
Para satisfacer el hambre de los hombres
Y el deseo [de los dioses]


340-351: nueva laguna. En estos versos, sin duda, se informaba sobre los logros y la prosperidad de los hombres.


Y sus inconvenientes


352- [No habían pasado] mil doscientos años
[Y el territorio se había ampliado]
Y la población multiplicado.
El pa[ís, como un to]ro, alzaba tanto la voz
355- Que [el ruido] molestó al dios soberano


Molesto por el ruido, Enlil quiere diezmarlos mediante una plaga


[Cuando Enlil escuchó] su rumor,
[Se dirigió a] los grandes dioses:
“El rumor de los humanos [ha llegado a ser demasiado fuerte]:
¡No consigo dormir [a causa de dicho alboroto]!
360- ¡[Ordenad, por tanto,] que sufran la epidemia!


361-363: perdidos, anunciaban el inicio de la plaga y sus primeros desastres.


Intervención del Muy Sabio


Hab[ía], sin embargo, [cierto individuo Muy Sabio],
Devoto de Enki y mu[y hábil,]
Que podía conversar co[n su dios],
Quien, gustosamente, lo tenía [como interlocutor.]
El Muy Sabio abrió, entonces, la boca
Y se dirigió a [su] señor:
370- “¿Cuánto tiempo [va a durar esta epidemia? (?)]
¿Por cuánto tiempo padeceremos esta peste?”


Respuesta e instrucciones de Enki


Enki abrió la boca
Y se dirigió a [su] servidor:
-”Convoca en tu casa a los ancianos y diles- (olvidado por el copista)
“¡Ancianos, escuchadme!
375- […] en el palacio (?) […]
[Orde]nad que los heraldos públicos pro[cla]men
Con gran estrépito por el país:
¡No rindáis mas honores a vuestros dioses!
¡Ni imploréis más a vuestras diosas!
380- Y sólo frecuentad a Namtar:
¡Sólo a él ofrecedle vuestros platos cocinados!
El aceptará gustoso esas ofrendas
Y, confuso por culpa de tantos presentes,
Suspenderá su acción maléfica!”.


Rápidamente llevadas a la práctica por el Muy Sabio


385- Siguiendo estas instrucciones, el Muy Sabio
Reunió en su casa a los ancianos
Y, [habiendo ab]ierto la boca,
Se dirigió a ellos:
“¡Ancianos, escuchadme!
VIII) 390- […] en el palacio (?) […]
[Ordenad] que los heraldos públicos proclamen
[Con gran es]trépito por el país:
[“¡No rindáis mas honores] a vuestros dioses!
[¡Ni imploréis má]s vuestras diosas!
395- Y sólo [frecuen]tad a Namtar:
¡Sólo [a] él [ofrecedle vuestros paltos cocinados]!
El aceptará gustoso esas ofr[endas]
Y, confuso por culpa de tantos presentes,
Suspenderá su acción maléfica!”
400- Obedeciendo esta or[den, los an]cianos
Construyeron en la ciudad
Un santuario para Namtar
Y ordenaron [que los heraldos públicos] proclamasen
[Con gran es]trépito [por todo el país]
405- “[¡No] rindáis [más] honores a [vuestros d]ioses!
[¡Ni] imploréis más [a vuestras diosas]!
Y sólo frecuen[tad a Namtar]:
¡Sólo a él [ofrecedle] vuestros paltos cocinados!”
El [acep]tó gustoso esas ofrendas
410- [Y, con]fuso por culpa de tatos presentes,
[Suspen]dió su acción maléfica:
Así [se pus]o [fin a la epidemia]
Y de nuevo [prosperaron (?)].


414-415: los dos últimos versos de esta tablilla se han perdido.


Con la prosperidad vuelve a comenzar el ruido


II/I) 1- No habían pasado mil doscientos años
Y el territorio se había ampliado
Y la población multiplicado.
El país, como un toro, alzaba tanto la voz
Que el ruido molestó al dios soberano.


Y, en esta ocasión, Enlil les envía la sequia y la hambruna


5- Cuando [Enl]il escuchó su rumor,
Se dirigió a los grandes dioses:
“El rumor de los humanos ha llegado a ser demasiado fuerte:
¡No consigo dormir a causa de dicho alboroto!
¡Cortadle, por tanto, los víveres
10- Y que escaseen las plantas alimenticias!
¡Que Adad reduzca las lluvias a la nada,
Y que, en la tierra, la crecida
No se llegue a originar!
¡Que el viento (cálido) llegue a
15- Tostar el suelo!
¡Que las nubes se amontonen,
Pero sin derramar la más mínima gota!
¡Que los campos disminuyan su producción!
¡Que Nisaba “cierre su pecho”!
20- ¡Que ellos no disfruten de más alegr[ía]
Y que […] reducido/a a humo!”


22s: el resto de la columna –alrededor de 30 versos- se ha perdido. A lo largo de estos versos se tenía que narrar: a) la sequía y la hambruna anteriormente señaladas; b) una nueva petición del Muy Sabio a Enki; c) las instrucciones de éste para poner fin a la plaga. El texto de Kasap-Aya, muy lleno de lagunas, se puede completar, en parte, gracias al fragmento (g), descubierto en Nippur, otra copia de la misma edición antigua, perteneciente al Museo de Estambul y que figura con la signatura Ni 2552+.


El Muy Sabio hace que se cumplan las órdenes de Enki


(g) II) 5- [“¡Ancianos, escuchadme!]
[… el palacio (?)…]
[Ordenad a los heraldos públicos que proclamen]
Con gr[an estrépito por todo el país]:
“¡No rind[áis más ho]nores a vuestros dioses!
10- ¡Ni imploréis más a vuestras [dio]sas!
Y sólo [honra]d a Adad:
¡[Só]lo [a él] ofrecedle vuestros platos cocinados!
El aceptará gustoso [esas ofrendas]
Y, confuso por culpa de tantos presentes,
15- Suspenderá su acción maléfica:
Por la mañana él hará que llovizne
Y por la noche, a escondidas,
Condensará el rocío,
De tal modo que los campos, en secreto,
20- Recuperen su producción!”
Se construye, entonces, en la ciudad, un santuario dedicado a Adad
Y se ordena a los heraldos públicos que proclamen
Con gran estrépito por todo el país:
“¡No rindáis más honores a vuestros dioses!
25- [¡Ni] imploréis más a vuestras diosas!
Y sólo honrad a [Adad]:
¡Sólo a él [ofrecedle] vuestros platos cocinados!”
El [acep]tó gustoso esas ofrendas
Y, [co]nfuso por culpa de tantos presentes,
30- [Sus]pendió su acción maléfica:
Por la mañana hizo que lloviznase
Y por la noche, a escondidas,
[Cond]ensó el rocío,
[¡De tal modo que los campos, en se]creto,
Recuperaron su producción!
35- Así se puso fin a [la sequía/la hambruna (?)]
Y, de nuevo, […] su […]


36s: el final de la columna –alrededor de quinde versos- ha desaparecido. La continuación, hasta la columna VII, sólo está atestiguada, de manera muy incompleta, por el fragmento paleobabilonio anteriormente citado ((g)/Ni 2552+). Gracias a la continuación del relato y a algunas de las palabras sueltas que se conservan podemos restituir la siguiente secuencia de acontecimientos: 1) la humanidad, liberada, recupera al mismo tiempo su prosperidad y su estrépito; 2) Enlil, irritado, como siempre, por dicho alboroto, decide en esta ocasión repetir, con más intensidad, la plaga anterior, la sequía/hambruna, en vez de dar paso a una nueva; 3) con esta finalidad, hace adoptar a los dioses una resolución y confía la estricta vigilancia de cada una de las dos partes del mundo interesadas en este conflicto a uno o dos dioses: el cielo a Anu y a Adad y la tierra al propio Enlil en persona, con el fin de que, a partir de este momento, se controle hasta la más mínima humedad capaz de poner fin a los efectos de la sequía; 4) ante dichas medidas nada se podía hacer. De ahí la continuación del relato:


Desesperación del Muy Sabio


III) 4- (El Muy Sabio) se pasaba los [dí]as llorando,
Tras haber traído, por la mañana,
(Material) para preparar fumigaciones […]
8+10- Prestaba [atención] a sus sueños
11- [Y, constantemente, en] el santuario de su dios,
12-14- Permanecía [postrado (?)], llorando…


15-35: los escasos restos de estas líneas que se conservan permiten deducir que el Muy Sabio, por si mismo o, sin duda, siguiendo los consejos de su dios, se entregaba a la realización de una serie de operaciones de exorcismo, contando, quizá, con “el Rio” para que se llevase las causas del mal que asolaba a los hombres. Enki escuchaba esta súplica y, al parecer, ordenaba participar a los Lahmu, unos monstruos acuáticos o marinos, de un modo que desconocemos. Este proyecto, sin embargo, se debía de ver interrumpido y no se llegaba a dar ningún remedio eficaz para la plaga: de tal modo que, en el momento en que se recupera el texto, al inicio de la columna IV, se ve cómo ésta dobla sus efectos.


La sequía empeora


IV) 1- Arriba […]
Mientras que, abajo, la crecida
No se o[riginaba]
Ya no nacía nada del seno de la tierra
5- Las plantas ya no nacían […];
Ya no se veía a nadie […].
Las para[deras] de hierba (?) se secaban;
¡La llanura se cubría de Sali[tre]!


Y la hambruna también


Durante el primer año se comieron las res[ervas];
10- Durante el segundo año se vaciaron los graneros;
Cuando lle[gó] el tercer año,
Todas los rasgos estaban alterados por causa de la inanición.
Era como si [las caras] estuviesen cubiertas de malta (¡?),
Y, a fuerza de tomar un color plomizo (?)[…],
15- Los ros[tros] parecían marchitos.
Todos caminaba, fatigados, po[r las calles],
Contrayendo sus largos hombros



18s: la continuación, en principio mutilada, ha perdido alrededor de treinta líneas. La parte conservada de los primeros versos de la columna V nos impide llegar a apreciar el curso de los acontecimientos. Sin embargo, parece que Enki, convencido quizá por las plegarias de su servidor, hace que intervengan una serie de agentes y de circunstancias sobre los que nada sabemos, atenuando asé, en cierta medida, el hambre. De ahí las críticas realizadas por Enlil:


Reproches de Enlil a Enki


V) 13´¡Lle[no] de cólera [contra los Igigu]!
“[Todos nosotros], dijo, los grandes Anun[naku],
15´Aceptamos, unánim[emente, un compromiso]:
¡Anu [y Adad] vigilarían [las regiones de arriba],
Y yo, yo, vigilaría la tier[ra, aquí abajo].
Después, Enki [intervino]
[Para liberar a los hombres], soltando sus cade[nas]
20´Y permitiéndoles [una rica producción]!”
[…]


Enlil convoca, para reñirles, a los cómplices de Enki


Y Enlil, habiendo [abierto una vez más] la boca
[Se dirige] a Nuska, su paje:
“¡Que sean traídos aquí los dos cómplices (?)
25´Y que sean pre[sentados] ante [mí]!”
Se les hizo entrar, entonces,
Y, dirigiéndose a ellos [Enlil] el valiente
Les dijo: “[To]dos [nosotros], los grandes Anunnaku,
Aceptamos unánimemente un compro[miso]:
30´¡Anu y Adad vigilarían las regiones d[e arriba],
Y yo, yo, vigilaría la tierra, a[quí abajo]!
Después, inter[viniste] tú,
[Para liberar a los hombres, soltando sus cadenas
Y permitiéndoles una rica producción]!


34´s: otra gran laguna; se han perdido las 15 últimas líneas de la columna V y las 35 primeras de la VI. La continuación del relato nos permite deducir que se habría reunido una asamblea plenaria de los dioses, sin duda convocada por Enlil, quien, harto de ver fracasar sus planes, quería, en esta ocasión, acabar definitivamente con los hombres, enviándoles el mayor de los cataclismos: el Diluvio. En el momento en que el texto se recupera, ante dicha asamblea y pensando, evidentemente, en Enki y en sus cómplices, Enlil recuerda sus órdenes, que, hasta el momento, habían sido vanas:


Enlil recuerda sus órdenes, ridiculizadas hasta el momento


36´¡Adad [hizo que] sus lluvias [volviesen a caer]
Y [el verdor] cubrió de nuevo las praderas,
Mientras [el cielo (?)] aparecía cubierto
De nubes cargadas de agua!
“¡No, no alimentéis más a los hombres!
40´¡No le proporcionéis más grano!”


Enki se ríe de las faenas que le gastó a Enlil o de las que le prepara


Pero, en su rincón (?),
En plena asamblea de los dioses, le entró la risa –
En su rincón,
[En plena as]amblea de los dioses, a Enki le entró la risa


45´-48´: prácticamente perdidos en su totalidad. Enlil reacciona ante esta falta de respeto:


Enlil reitera sus reproches a Enki


49´”Todos [nosotros], los gran[des Anunnaku],
[Aceptamos] unánimemente [un compromiso]:
51´¡Anu y Adad [vigi]larían las regiones de arriba,
[Y y]o, yo, vigilaría la tierra, a[quí abajo]!
Entonces, interviniste tú,
[Para lib]erar a los hombres, soltando sus cadenas
55´Y permitiéndoles una rica producción!
[…]


VII: 1-30: faltan. Aquí vuelve a comenzar el texto de Kasap-Aya, cuyo contenido aparece duplicado en el fragmento paleobabilonio (g) que nos ofreció el contenido de las últimas columnas. Entre tanto, Enlil debió de dar a conocer su decisión de provocar el Diluvio exterminador. Los dioses discuten esa medida en su presencia.


Enki, tras recordar que había creado a los hombres en beneficio de los dioses, se opone al Diluvio


30´[“De este modo yo os liberé de vuestra pesada carga,]
[Imponiendo] vuestra la[bor a los hombres].
Vosotros, entonces, [les conc]edistéis el rumor (de la pululación).
Después, incluso, de haber inmolado [a un dios]
(Para concederles) el “al[ma]”;
¿Y ahora, [reu]nidos, ord[enaís]
35´[Su eliminación (?)]?
¿Legaréis a dec[idir]
Su vuelta a la n[ada]?
(Vosotros habéis decidido). ¡Hagamos que, en este sentido, preste juramento (!)
Enki, el príncipe (?)!”
40´Y Enki, ab[riendo] de nuevo la boca,
Se dirige (otra vez) a los di[oses, sus hermanos]:
“¿Por qué me queréis ligar con un juramento?
¿Acaso puedo yo alzar la mano contra [mis] cri[aturas]?
Y ese Diluvio del que hab[láis],
45´¿Qué es? ¡Yo [lo ignoro]!
¿Soy yo quién [lo] tiene que producir?
¡No, ésa es tarea [de Enlil]!
¡Que se él, él, quien tome la decisión [y dé las órdenes]:
Y, entonces, que Sullat y [Hanis]
50´Partan [encabezando] (el fatal cortejo);
Que Ner[gal arranque] los soportes de las compuertas celestes;
Que [Ninurta] vaya
A hacer que se desbor[den las presas de aquí arriba]!


54´s: nueva fractura de una treintena de líneas, una o dos al final de la columna VII y el resto al inicio de la VIII. Final de la discusión, antes de la decisión final.


Se decide el Diluvio


VIII) 34- Los dioses tomaron, entonces, la decisión final:
¡Una faena bien malvada jugada por Enlil a los hombres!


b) – El Diluvio


El Muy Sabio recurre a Enki, que le responde por medio de un sueño que él, rápidamente, explica de manera indirecta


III) 1- [El Muy Sabio] abrió, entonces la boca
[y se dirige] a su señor:


3-10: se han perdido; en ellos estaban incluida la súplica del héroe. Enki, decidido a oponerse a los efectos aniquiladores del Diluvio, envía a su servidor un sueño premonitorio:


11- [El Muy Sabio] abrió [entonces] la boca
[Y se dirige] a su señor:
“¡Explícame el sentido [de este sueño],
Para que comprenda su contenido
Y acepte las consecuencias!”
15- Y [Enki], habiendo abierto la boca,
Se dirige a su servidor:
“Dices que quieres comprender [este sueño]
19- ¡Pues bien, recuerda exactamente
18- El mensaje que aquí te entrego!:
20- “¡Pared, escúchame bien!
¡Empalizada, recuerda todo lo que te voy a decir!
¡Derriba tu casa para construirte un barco!
¡Abandona tus bienes,
Para salvar tu vida!
25- El barco que tienes que construir
[…] con los lados iguales –
[…]
¡Téchalo, para que, al igual (que sucede con) el Apsu,
30- El sol no vea su interior!
¡Estará cerrado por todos los lados,
Y su equipación deberá ser sólida
Y su calafateado grueso y resistente!
Después, yo haré que lluevan


La espera del Diluvio


35- Profusión de pájaros y canastos de peces!”
¡Enki, entonces, abrió la clepsidra y la llenó,
Ajustándola para la llegada del Diluvio, siete días después!
Una vez que el Muy Sabio hubo recibido estas instrucciones,
Reunió a los ancianos
40- Y, habiendo abierto la boca,
Se dirige a ellos:
“Mi dios [ya] no está [de acuerdo] con el vuestro
¡Enki y Enlil están enfadados!
¡Ello me obliga a abandonar [vuestra ciudad (?)],
45- Pues soy dev[oto de Enki]!
Así, se ha deci[dido] lo siguiente:
Por ello, [no] permaneceré más tiempo en [vuestra ciudad],
[Mis pies] no pi[sarán por más tiempo]
El territorio de Enlil,
¡Pero yo […] con los dioses y […]!
50- [¡Así] se ha decidido!”


51s: el final de la columna I (5 líneas) y las 9 primeras de la II están totalmente destruidas. En ellas, sin duda, se describía la continuación de las órdenes de Enki.


Ejecución de las órdenes de Enki


II) 10´Los ancianos […]
Los carpint[eros con sus doladeras],
Los mimbre[ros provistos de sus mazas de piedra],
[Los más pequeños traían] betún,
Los más pobres [el equipamiento]


15´-29´: desconocemos la continuación de los preparativos, narrada en las tres líneas siguientes. Finalmente, se aprecia como el Muy Sabio comenzaba a cargar el barco:


30´Todo el [oro] que tenía,
Toda [la plata] que tenía,
[A los animales] “puros” (?) […]
A los más gordos (?) […],
Los captura y los embar[ca].
35´[Pájaros] emplumados del cielo,
Rebaños […]
Bi[chos…] de la estepa
[A todos,] él los emba[rca].
Y, […] cuando la luna [desapa]reció (?),
40´Invita a los suyos a un banquete […],
[…],
Después de haber embarcado a su familia.
[Se com]ió, entonces, copiosamente
[Y se bebi]ó abundantemente.
45´El, sin embargo, no dejaba de entra y de salir,
Sin llegar nunca a sentarse o a ponerse en cuclillas,
El estaba así de desesperado y de mareado.


El Diluvio


Después, el tiempo cambia de aspecto
Y Adad resonaba entre las nubes.
50´Tan pronto como se escuchó el gruñido del dios,
Se añadió betún para obturar la escotilla,
Y, apenas se había cerrado ésta,
Adad atronó entre las nubes,
Mientras un viento furioso, con un primer golpe,
55´Rompía las amarras y soltaba el barco.


56´s: al parecer, han desaparecido una o dos líneas del final de la columna II y las tres o cuatro primeras de la III.


III) 5- […] la tempestad
[…] enganchados (?) […]
[Anzu arañaba] el cielo,
[Con] sus [ga]rras.
[¡La tempestad golpeaba] la tierra,
10- Interrumpiendo su rumor [igual que (se rompe un cacharro)]!
¡Y, [desencadenado] el Diluvio,
Transcurre la maldición
[Al igual que la guer]ra sobre los hombres!
¡Nadie veía ya a nadie:
Nada resultaba discernible en esta carnicería!
15- [El Dil]uvio mugía como un toro,
E, [igual que] un águila [que ch]illa,
El viento [aullaba].
Las tinieblas eran [profundas],
El sol había desaparecido.
[Las personas (?) morían (?)] como moscas.
20-22 […]


Actitud de los dioses durante el Diluvio


23- […] el estruendo del Diluvio
Asustaba (?), incluso, a los dioses.
25- ¡E[nki] había perdido la razón,
[Al ver (?)] como eran arrancados sus hijos
[An]te sus ojos!
[Nin]tu, la gran señora,
Ponía de manifiesto [su ho]rror en sus labios,
30- Mientras los Anunnaku, los grandes dioses,
[Segu]ían débiles por culpa del hambre y la sed.
Ante este espectáculo, la diosa estalla en sollozos,
La comadrona divina. Ma[mmi], la experta:
“¡Que desaparezca este día (, gritaba,)
35- Que regrese a las tinieblas!
Pero, ¿Cómo yo, en la asamblea de los di[oses],
He podido, junto con ellos,
Enlil, mediante un discurso tan hábil
40- Como el de la famosa Tiruru,
Ha convertido mis palabras en vanas!
Sin embargo, yo, en persona,
He escuchado la llamada de socorro de los hombres:
¡Mi progenie, sin que yo haya podido hacer nada,
45- Ha ido cayendo como moscas!
¿Cómo voy a seguir quedándome aquí,
Ahogados mis gritos, en este lugar de luto?
Voy a subir al Cielo
Para no permanecer por más tiempo
50- En esta funesta residencia (?).
Allí arriba se ha trasladado Anu, nuestro jefe (?),
Y los dioses, sus hijos, que escucharon su llamada,
Después de haber decidido, de manera desconsiderada, el Diluvio
¡Y (haber) condenado a los humanos a esta hecatombe!”


55: perdido, al igual que las tres líneas siguientes, las primeras de la columna IV.


IV) 4- Así se lamentaba (también) Nin[tu…]:
“¡Cómo! ¿se ha producido, entonces, [este Diluvio (?)]?
Los hombres han llenado el mar
Igual que se llena el rio de pequeñas moscas.
¡Como trozos de madera, helos aquí amontonados sobre la playa! –
¡Como trozos de madera arrojados, helos aquí, apilados sobre la orilla!
10- Al verlos, yo derramaba lágrimas:
¡Ahora, ya acabé de lamentarme por ellos!”
¡El llanto calmó su corazón!
Así gemía Nintu,
Suspirando (?) sin emoción (?),
15- Y los dioses, con ella, se lamentaban por la tierra.
Harta de desesperación,
La diosa tenía ganas de beber cerveza:
Allí donde ella estaba, llorando,
Estaban también ellos, como corderos
20- Apretujados alrededor de un abrevadero,
Con sus labios secos por causa de la angustia,
23 + 22- Y titubeantes por causa de la inanición.


El Diluvio se prolonga


(Durante) siete días y siete no[ches]
Prosiguieron la borrasca, la batiente lluvia y [el Diluvio]
Allí donde […]
Fue abatido […]


29-53: se ha perdido el final de la columna, salvo algunos pocos signos ininteligibles.


V) 1-29: igual que en los versos anteriores. A lo largo de este pasaje tenían lugar los siguientes hechos: 1) el Diluvio termina; 2) el barco debió de abordar la cumbre en la que hace escala; y, quizás, 3) el Muy Sabio envía pájaros para saber dónde podía desembarcar (tal como lo veremos hacer más adelante. S25)


El Muy Sabio desembarca y, de inmediato, ofrece una comida a los dioses.


30- [El desperdiga] a los cuatro vientos
[Toda la carga del barco.]
Después sirve [una comida sacrificial (?)]
Para satisfacer la alimentación de los dioses,
¡[Aspirando] el buen olor, [los di]oses
35- Se agruparon alrededor del banquete, [como mosc]as!


Quejas de Nintu contra Enlil


[Pero, una vez que] lo habían consumido,
[Nin]tu se puso de pie
Y, ante todos, se quejó:
39s “Anu, jefe nuestro, ¿desde dónde llega (esto) hasta nosotros?
¿Y Enlil? ¿Ha participado, así pues, él en el banquete,
El, que desconsideradamente decidió el Diluvio
Y condeno a los hombres (a padecer) esta catástrofe,
Mientras vosotros tomabais, con él,
Esa decisión final?
45- ¡Actualmente, los rostros de los hombres
Han desaparecido entre las tinieblas!”
Después, acercando (la mano) al gran collar de “moscas”
Que Anu [le] había […], ella dijo:
“¡Mi destino era, así pues,
Estar desesperada por su culpa!
50- ¡Que Anu me saque de mi desamparo
Y me ilumine el rostro!
¡Hasta la mañana, yo quiero […]
VI) 1- En […]!
¡Que [estas] “moscas”
Formen un collar de lapislázuli en [mi] cuello,
Para recordarme, siempre, estos días [funestos (?)]!”


Enlil se enfurece al constatar que lo han engañado


5- Pero, cuando En[il el valiente] vio el barco,
Se encolerizó con los Ig[igu], (y exclama)
“Todos nosotros, los grandes Anunnaku,
Habíamos decidido, en conjunto, prestar un juramento (se trata del juramento secreto relacionado con el Diluvio S19).
¿Por qué, entonces, un ser vivo
Ha escapado a la destrucción?
10- ¿Cómo ha sobrevivido un hombre a la carnicería?”
Anu, entonces, abrió la boca
Y se dirige a Enlil el valiente:
“¿Quién, además de Enki,
Habrá podido hacer esto?
15- ¡Yo [por mi parte (?)], no he revelado nuestro propósito (?)!”


Enki se declara responsable


Pero [Enki] abrió la boca
[Y se dirige] a los grandes dioses:
“¡Si, yo lo hice en contra de la voluntad de todos vosotros!
[Yo s]alvé a un ser vivo […]
20-23: […]
¡Cálmate, [oh Enlil…],
La pena que tú decidas, [al (verdadero) culp]able
Le deberá ser infligida,
A cualquiera que haya desobedecido tus ordenes!”


27-38: perdidos. En ello Enki hacía hincapié en que quizás había tenido razón al salvar a la raza humana. Y, sin duda, los dioses (tras una intervención de Nintu (?)) decidían, entonces, conceder al Muy Sabio, superviviente del Diluvio, la inmortalidad, después de haber preservado, a partir de ese momento, el futuro de los humanos. Ignoramos si es Enki o Nintu quien expresa su satisfacción al final de la laguna.


39- “Ellos tuvieron a bien decidir […],
¡[Yo, yo he cal]mado mi ánimo!”


Ultimas medidas tomadas por Enki para evitar en el futuro la superpoblación


[Enlil] abrió la boca
[Y se di]rige a Enki el príncipe (?):
“¡Bien. Llama a Nintu, la Matriz,
Y reflexionad los dos en la asamblea!”
45- [Enki] abrió, entonces, la [bo]ca
[Y se dir]ige a Nintu, la Matriz:
“¡Oh divina [Mat]riz, tú que estableces los destinos,
Impón, entonces, a los hombres la muerte
49-51: […]
VII) 1- Además, la triple (?) ley que se aplicará a los hombres:
Entre ellos, además de mujeres fecundas,
También habrá (otras) infecundas;
Entre ellos actuará con rigor la funesta Demoniesa,
Para rapar a los bebés
5- De las rodillas de sus madres;
¡Instituye, igualmente, las mujeres consagradas:
Ugbabtu, entu e igisitu,
Con su veto particular
Que les prohíbe ser madres!


9-41: han desaparecido íntegramente, sin que se pueda, siquiera, llegar a imaginar su contenido.


VIII) 1-8: igual que en la laguna anterior.


9- ¡Cómo, a pesar [del Diluvio] deci[dido] por nosotros,
10- El Hombre ha sobrevi[vido a la carnicería]!
¡Por ti, oh soberano de los [grandes di]oses,
Siguiendo [tus] instrucciones,
Yo presenté este com[bate],
15- ¡Este can[to],
Que, tras haberlo escuchado, los Igi[gu]
Exaltan tu grandeza!
19- ¡Oídme, entonces, cantar
18- El Diluvio universal!


***A diferencia de los que sucede en las dos primeras partes del relato, del que sólo conservamos algunos fragmentos en los manuscritos más recientes, contamos, dentro de esta misma documentación, con grandes fragmentos que nos informan sobre los restantes episodios principales de nuestro mito: la historia antigua del hombre, las primeras plagas y, posteriormente, el Diluvio. Con el propósito de ver, de la mejor manera posible, cómo la obra “original”, de la que hemos dado cuenta hasta el momento, pudo posteriormente ser retomada, más o menos adaptada, vuelta a escribir, aumentada e incluso, en algún caso, cercenada, resulta mucho más conveniente, como ya indicamos más atrás, ofrecer a partir de ahora la traducción, continuada, de todos estos fragmentos.


(e)- Se trata del pasaje más extenso, perteneciente a la Biblioteca de Assurbanipal (668-627) y depositado en el Museo Británico con la signatura K.3339 + (con anterioridad hemos ofrecido ya la traducción de algunos pasajes).


Enlil desea diezmar a los hombres mediante la epidemia por culpa de los inconvenientes derivados de la prosperidad de aquéllos


IV) 1- [No habían transcurrido mil doscientos años]
Y el territorio ya había sido amplia[do]
[Y la población multiplicada].
Pero el rumor molesta a Enlil:
Con todo ese alboroto no conciliaba el sueño.
El, entonces, tocó a asamblea
5- [Y se di]rige a los dioses, sus hijos:
“El rumor de los humanos se ha hecho muy fuerte:
estoy molesto,
Y [con (todo) este alboroto] soy incapaz de conciliar el sueño.
¡[Ord]enad, por tanto, que sobre ellos caiga la epidemia,
10- [Para que] Namtar [dism]inuya su rumor!
¡Que soplen contra ellos, como una tempestad,
[Enf]ermedades, fiebres, epidemias y pestes!”
[Ellos], entonces, [ord]enan que cayese la epidemia,
Para que Namtar disminuyese el tumulto
De los hombres:
15- Y soplaron contra ellos, como una tempestad,
[Enf]ermedades, fiebres, epidemias y pestes.


El Muy Sabio y la intervención de Ea


[Pero el] destino de un hombre, llamado el Muy Sabio,
Era vigilado por Ea, [su señor]:
Pues si él no […] con él,
20- Su dios, Ea, (gustosamente) le tomaba por interlocutor.
El Muy Sabio abrió entonces la boca, toma la palabra
[Y se dirige] a Ea, su señor:
“Los hombres se quejan, mi señor Ea:
¡[El m]al enviado por vosotros consume la tierra!
25- Señor Ea, las gentes murmuran:
¡[El mal] enviado por los dioses consume la tierra!
Dado que vosotros nos habéis creado,
¡[Alej]ad, por tanto, de nosotros enfermedades, fiebres, epidemias y pestes!”
[Ea abrió la boca, to]ma la palabra
Y se dirige al Muy Sabio:
30- “[Ordenad] que los heraldos públicos [proclamen]
Con gran estrépito por todo el país:
“[No rindáis más honores a vuestros dioses,]
Ni imploréis más a vuestras diosas,
Simplemente, practicad el culto de [Namtar]:
[Sólo a él presentadle] vuestras ofrendas alimenticias,
Sólo a él [llevadle vuestros platos cocinados (?)],
35- [Y bendecidlo sólo a él (?)].”
¡[Entonces, confuso (?) a causa de tantos] presentes,
El suspenderá su acción maléfica!”
[Enlil], entonces, tocó a asamblea
Y se dirige a los dioses, sus hijos:


La plaga se detiene, pero Enlil, todavía molesto, envía la sequia


“Así pues, no les causéis más […]
¡Y, sin embargo, lejos de disminuir,
[Los hombres] son más numerosos que antes!
40- ¡Su rumor me molesta
Y con (todo) ese alboroto no puedo conciliar el sueño!
¡Cortad, entonces, los víveres a los hombres
Y que escaseen sus plantas alimenticias!
¡Que Adad, arriba, modere sus lluvias;
45- Que, abajo, bloquee los cursos de agua,
Y que no se origine la crecida!
¡Que los campos disminuyan su producción:
Que Nisaba “cierre su pecho”,
Que se sequen las verdes (?) praderas
Y que la extensa llanura se cubra de salitre!
¡Que la tierra “dé vuelta” a su seno,
Para que de él no salgan más verduras,
Ni crezcan los cereales!
50- ¡Así sobre los hombres caerá una maldición,
Las matrices, trabadas, no portarán más niños!”
Los dioses, entonces, cortaron los víveres a los hombres
Y sus plantas alimenticias escasearon.
Adad, arriba, moderó sus lluvias;
55- Y bloqueó, abajo, los cursos de agua,
Y la crecida no se originó.
Los campos disminuyeron su producción: Nisaba “cerro su pecho”,
Las verdes (?) praderas se secaron,
Y la extensa llanura se cubrió de salitre.
La tierra “dio vuelta” a su seno
Y no salieron de él más verduras,
Ni crecieron los cereales.
60- Así cayó sobre los hombres una maldición,
Las matrices, trabadas, no portaron más niños.
V) 2- ¡Mientras [Ea, con sus monstruos,]
1- Guardaba el cer[rojo que cerraba (?) el mar],
[Adad], arriba, [moderaba sus lluvias],
Aba[jo], bloqueaba los cursos de agua
[Y la crecida no se originaba].
5- Los cam[pos] disminuyeron [su producción]:
Nisaba [había “cerrado su pecho”],
Las verdes (?) praderas se habían secado,
Y la extensa llanura se ha[bía cubierto de sal]itre.
La tierra había “dado la vuelta” a su s[eno,
Y, así, de él no nacían más verduras,
Ni crecían los cereales]!
[Había caído] una maldi[ción] sobre los hombres,
Las matri[ces, trabadas, ya no porta]ban más niños.
10-11: […]


La hambruna empeora


[Cuando] llega [el segundo año
Se vacían] los graneros;
[Cuando] llega [el tercero,
Todos los rasgos] habían cambiado por culpa [de la inanición;
15- Cuando llega el cuarto],
(Las personas) ocupaban [cada vez menos espacio:
(Con) sus anchos hombros] contraídos,
[Ellos deambulaban, agobiados], por las calles;
[Cuando llega el quinto],
Las hijas no dejaban [entrar] a sus madres,
[Y las madres no a]brían ya [la puerta a sus hijas –
20- Las hi]jas controlaban el pedo de sus madres,
Las madres [el de sus hi]jas;
[Cuando llega el sexto año,
Se sirvió] a las hijas como comida
Y a los [hijos como pitanza]!
Los […] estaban llenos de […]:
[Una casa] devoraba a la otra.
25- Era (como) si [los rostros] estuviesen cubiertos [de malta (!?)
A las personas sólo les quedaba] un hi[lo] de vida.


Nueva intervención de Ea a petición del Muy Sabio


[Pero el desti]no del hombre llamado el Muy Sabio,
Era vigilado por [E]a, s[u dios]:
¡Pues si él no […] con él,
30- [Su dios], Ea, lo tomaba (gustosamente) por interlocutor!
Ahora bien, el Muy Sabio [deja de frecue]ntar a su dios
E instala su lecho a orillas del río,
Mientras todos los cursos de agua estaban secos.
VI) 1- [Cuando llega] el [segundo] año
[Se vacían los graneros];
Cuando lle[ga el tercero],
Todos los rasgos habían cambiado por culpa [de la inanición];
Cuando lle[ga] el cuarto,
(Las personas) ocupaban [cada vez me]nos espacio:
5- (Con) sus anchos [hombr]os contraídos,
Ellos deambulaban, agobiados, por las calles;
Cuando llega el quinto,
Las hijas no dejaban entrar a sus madres,
Y las madres no abrían, ya, la puerta a sus hijas –
Las hijas contr[olaban] el peso de sus madres,
[Las madres] el de las hi[jas];
10- Cuando llega el sexto año,
Se sirvió [a las hijas] como co[mida]
Y a los hijos como pitanza!
Los […] estaban llenos de […]:
Una casa d[evoraba] a la otra.
Era (como) si los rostros estuviesen [cubiertos] de malta (!?)
15- ¡A las personas sólo [les quedaba] un hilo [de vida]!
La misión que […] habían recibido […],
Entraron […],
[…] las instrucciones del Muy Sabio:
“Señor, el país […],
20- Que sólo se le […] un signo…


21-25: perdidos, antes del final del fragmento de tablilla.
El relato quizá continuaba en un pequeño trozo, separado de esta última, en el que solo se lee el principio de cinco líneas:


24s: ininteligibles.


26- Después de que […]
¡Yo descenderé al Apsu para permanecer cerca de ti!
El primer año […]


(h)- otro fragmento, más reciente (posterior al 500), procedente del mismo museo (BM 39099).


Enlil molesto por el alboroto


Rev.) 1- [Enlil abrió la boca, tomó la palabra]
Y se diri[ge a los dioses, sus hijos:
“¡El rumor de los hombres] se [ha vuelto a hacer demasiado fuerte,]
Con (todo) [su] alb[oroto] no p[uedo conciliar el sueño]!
Ordenad, por tanto, que [Anu y Adad]
Vigilen [las regiones celestes];
5- (Que) Sin y Nergal [, entre los dos, (vigilen) la tierra],
Y el cerrojo que cier[ra (?) el mar],
Que lo guarde Ea co[n sus monstruos (?),]
Y ordenad que Anu y [Adad]
Vigilen las regiones [celestes];
(Que) Sin y Nergal, en[tre los dos,] (vigilen) la tierra;
10- Y que el cerrojo que cierra (?) el mar,
Lo guarde Ea con [sus] monstruos (?).”


Nueva petición del Muy Sabio


Entretanto el Muy Sabio, él, […]
Siempre llorando […]
Presentaba las ofrendas […]
15- Mientras los canales […]
Y la noche estaba en calma (?) […]


17-44: (fin de la columna) perdidos, con excepción de algunas palabras sueltas o del inicio de otras al principio de cada verso; resulta imposible restaurar el contexto. Se diría que, en un principio, el Muy Sabio, de noche, en la orilla del río, bajo la supervisión de Ea y siguiendo sus consejos, lleva a cabo un ceremonial, posiblemente un exorcismo. Después, Ea parece satisfacerlo y manda a uno de sus “monstruos” (¿quizás un lab[mu]?), no sabemos en concreto con que finalidad, si bien parece, con toda verosimilitud, que para socorrer a los hombres.


II) 1- […]


Reproches de Enlil a Ea


“¡[Yo ordené] que Anu y Adad
Vigilasen las regiones ce[lestes];
(Que) Sin y Nergal (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cierr]a (?) el mar;
5- [Lo guardases t]ú, con tus monstruos (?)!
¡[Sin embargo, tú has ayu]dado a los hombres a prosperar todavía más!”
[…] el vasto mar
Repitieron a Ea el mensaje de [En]lil:
“¡[Yo orden]é que Anu y Adad
Vigilasen las regiones celestes;
10- (Que) [Sin y Nergal] (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cie]rra (?) el mar
[Lo gua]rdases [tú] con tus monstruos (?)!
¡[Sin embargo], tú has ayu]dado a los hombres a prosperar todavía más!”


Ea se disculpa


[Ea] abrió la [boca], tomó la palabra
15- [Y se dirige] a los mensajeros de Enlil:
“[En verdad] tú habías ordenado
Que -Anu y-(el copista olvidó el nombre de Anu) Adad vigilasen las regiones celestes;
(Que) [Sin y Ne]rgal (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cie]rra (?) el mar
[Lo guar]dase [yo] con mis monstruos (?).
20- [Pero cuando…] se me escaparon […],
3600 (medidas) de peces [-…],
[Otros tantos peces normales…]
[Y…] peces [-…], que yo había separado:
¡Todo esto desapareció
A consecuencia de una rotura [del cer]rojo del mar!
[Después de haber re]ñido (?) a los Guardianes del mar,
25- Les impuse […] como castigo.
[Y] (tras) haber[los] castigado una primera vez,
Les impuse, [de nuevo], otra pena!”
[…] recibi(ero)n este mensaje,
[Y, tras haber cruzado (?)] el vasto mar,
30s- [Fu(er]o)n a repetirse[lo] a Enlil el valiente:
“¡[En verdad] tú habías ordenado
Que Anu y Adad vigilasen las regiones celestes;
(Que) [Sin y Ne]rgal (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cie]rra (?) el mar
35- Lo guardase [y]o con mis monstruos (?)!
Pero cuando […] se me escaparon,
3600 (medidas) de peces [-…],
Otros tantos peces normales […]
[Y…] peces [-…], que yo había separado:
¡Todo esto desapareció
A consecuencia de una rotura [del cer]rojo (del mar)!
40- Después de haber reñido (?) a los Guardianes del mar,
Les impuse […] como castigo.
Y (tras) haberlos castigado una primera vez,
Les impuse, de nuevo, otra pena!”


Enlil decide entonces hacer prestar juramento a todos los dioses a propósito del Diluvio


[En]lil abrió entonces la boca, toma la palabra
45- Y se dirige a la asamblea de los dioses al completo:
“¡Venid todos a prestar juramento con respecto al Diluvio!”
En primer lugar se hizo jurar a Anu;
Después juró Enlil y, con él, sus hijos


La continuación se ha perdido.


(i)- Un tercer fragmento de tablilla, procedente también del mismo museo (BM 98977 + 99331) y de la misma época que el anterior, nos permite conocer uno o dos episodios más del relato, pero de acuerdo con una presentación diferente.


El Muy Sabio pregunta a Ea por el amenazante Diluvio


Anv) 1)- “¡Señor Ea, te he oído entrar:
[He e]scuchar unos pasos parecidos a los tuyos!”
[Y el Muy Sabio] se inclina, se postra,
Después se vuelve a poner de pie (ante Ea),
Y volviendo a abrir [la boca], (le) dice:
5- “[Señor], te he oído entrar:
[He escucha]do unos pasos parecidos a los tuyos; -
[Señ]or [Ea], te he oído entrar:
[He escucha]do unos pasos parecidos a los tuyos!
[…] siete años
10- ¡Tu […] ha hecho morir de sed (?) a los desgraci[ados]!
[…] –fractura reciente-: ¡yo he visto tu cara!
¡Enséñame, por tanto, cuál es tu [plan (?)]!”
[Ea] abrió la [bo]ca, tomó la palabra
[Y se diri]ge a la pared de cañas:
15- “[¡Empalizada, oh empalizada!] ¡Pared, pared!
Escucha, [empalizada…]


17s: Se desconoce la cantidad de versos que figuraban en la parte inferior del anverso de la tablilla.


Se inicia y se desencadena el Diluvio


Rev) 1- […]
[El s]itúa […]
[Y, una vez de]ntro, obtura [la escotilla].
Entonces, el huracán –fractura reciente- (el copista señala la existencia, en este punto, de una laguna ocurrida a consecuencia de una fractura reciente del manuscrito que reproduce). Provoca la temp[estad].
5- Adad cabalgaba a los cuatro vientos sus mulos:
¡Viento del Norte, viento del Sur, viento del Este, viento del Oeste!
Soplaban borrascas, aquilones y ráfagas.
Se precipitaba el viento malo… y los demás
-fractura reciente- tras él se abalanzaba el viento del Sur
10- Y silba el viento del Oeste.
[…] iba […]
El carro de los dioses […]
[Aso]la, flagela, levanta [la tierra (?)].
Ninurta [avan]zaba,
[Dejando desbordar] los embalses celestes.
15- Nergal arrancaba los pun[tales de las compuertas del cielo].
Con sus garras, [An]zu ara[ñaba] el cielo.
[…] el país: ¡él rom[pía] el ánimo (?) como si fuese un cachorro!
Y el Diluvio apareció […]
¡La maldición pasa sobre los hombres [como una garra]!
20- Anu […] el estrépito del Diluvio
[…] hacía temblar, incluso, a los dioses.
A una orden suya, le trajeron a sus hijos
[…] todo lo necesario.


La continuación ha desaparecido.


(j)- Un pequeño fragmento, más antiguo (sin duda de la segunda mitad del II milenio), depositado con la signatura CBS 13532 en el Museo de Filadelfia, añade a lo que ya sabemos algunos aspectos de interés. Sólo se puede descifrar su reverso, a pesar de estar bastante estropeado:


Instrucciones de Ea con relación al barco salvador


Rev) 2- “Explicaré […]
[…] se apoderará, de un golpe, de todos los hombres.
[…] antes de que aparezca el Diluvio,
5- Todos los […] serán reunidos […]
Construye un gran barco […]
Su estructura deberá ser de excelentes cañas:
¡Será un navío llamado “Salva vidas”!
Téchalo sólidamente.
[Dentro de ese barco], una vez que lo hayas construido,
10- ¡[Embarca…] animales salvajes, pájaros del cielo!
Amontónalos […] …”


(k)- Fragmento todavía más reciente (primera mitad del I milenio), perteneciente al Museo Británico, signatura DT 42. Se trata de un fragmento de tablilla del que sólo es legible su anverso.


Instrucciones de construcción y carga del barco


2- “[…] como circulo.
De arriba abajo. [el calafateado] debe de ser espeso.
[…] llena de estopa, herméticamente, [la carena (?),
5- Después espera] el momento en que yo [te] indicaré.
Entonces, entra [en el barco] y tira de la esco[tilla],
Después de haber [cargado] en él tu trigo, tus bienes, [tus] riquezas,
A t[u mujer], a tu familia, a tu parentela, a tus artesa[nos],
[A animales] salvajes, grandes y pequeños:
¡A todo aquello que se alimente de hierba,
10- [Y que yo te en]viaré: ellos te esperarán ante tu casa!”
[El Muy] Sabio, habiendo, entonces, abierto la boca, toma la palabra
[Y se dir]ige a Ea, su señor:
“¡Pero yo [nunc]a he construido un barco [… (?)]!
Dibújame el plano en el [sue]lo,
15- Y, cuando lo haya visto, sabré [construirlo]!”
[E]a dibuja, entonces, [el plano] en la tierra:
“[Haré] todo lo que me has ordenado, mi Señor!”


Todos estos fragmentos nos ponen de manifiesto, implícitamente, la existencia de diferentes reediciones sucesivas del Poema del Muy Sabio. Existen, sin embargo, tres o cuatro piezas más cuyo vínculo con dicha obra es mucho más laxo, más indirecto. Es preciso que demos cuenta de ellas (de pronta publicación en este Blog), pues, en cierto modo, no son más que una simple repetición, ya de toda su extensión o sólo del episodio final del Diluvio.




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