"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

lunes, 8 de febrero de 2010

MITOLOGIA -MARTE ES JUZGADO POR LOS DIOSES-

MITOLOGIA
Marte es juzgado por los dioses


Cerca de la fuente de Asklepiós (Asclepio o Esculapio, dios de la medicina), en Atenas, el dios de la guerra pasea despreocupado, gozando de la calma belleza del paisaje.
De repente, gritos de pavor hieren sus oídos y detienen su caminata. Sus ojos buscan rápidamente en derrededor y se encuentran con una escena violenta.
Corriendo por la rivera, una joven huye de un mozo que intenta alcanzarla. Tiene las ropas parcialmente desgarradas y el terror estampado en su bello rostro. Las manos se mueven y golpean, trémulas, intentando defender la pureza amenazada. Sus pedidos de socorro silencian el canto de los pájaros.
Ares interviene prontamente. Rápido y preciso, sujeta a la muchacha y la defiende con su cuerpo.
Al verlo, el perseguidor se detiene, perplejo. No sabe que hacer. Todavía está jadeante de deseo, pero ahora también tiene miedo.
Frente a él, crispado de cólera, Ares lanza un grito de guerra y ataca.
La sangre corre como un pequeño rio. Pero el agua de la fuente continua manando suavemente, como si nada ocurriera.
Los ojos de la muchacha lloran horrorizados ante tanta violencia. Ella quiere olvidar la terrible escena. El dios la saca de allí.
“Así sucedió” –relata Ares-. Y los inmortales escuchan atentamente sus palabras. Por primera vez todas las divinidades del Olimpo están juzgando un homicidio.
Poseidón (Neptuno) apenas puede contener su irritación: el joven muerto cerca de la fuente era Halirrotio, su hijo. Si se hubiese vengado personalmente de la afrenta sufrida –piensa el dios de los mares- la cosa estaría resuelta. Pero, por lo contrario, resolvió conducirse de manera racional y convocó a las divinidades para juzgar el crimen cometido por el señor de la guerra.
Ares se defiende con elocuencia. Actuó en legitima defensa, porque, después de todo, la joven que huía asustada de aquel loco enfurecido por el deseo era –Ares se había dado cuenta cuando se acercaba- nada menos que Alcipe, su hija.
Los murmullos se elevan de todos lados. Los dioses intercambian opiniones. Pasan unos instantes angustiosos. Hasta que se anuncia el veredicto final: Ares es inocente.
Poco a poco los inmortales se retiran. En la colina de Atenas donde se desarrolló el juicio solo quedan los ecos de las palabras. Por haber recibido a Ares, en un momento de angustia, como acusado en un juicio criminal, el lugar pasó a llamarse Colina o Distrito de jueces: en griego, Areópago.

2 comentarios:

  1. Que puedo decir solo emncomiar este articulo ! Oh!
    Sergio cuanta labor acumulada en tus escritos.Jajaj

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  2. Bueno, muchas gracias!!!, me alegra porvocar placer al leector en busca de conocimiento, es como decir: labor cumplida!!!

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