"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

domingo, 10 de octubre de 2010

MITOLOGIA NORDICA -PERDIDA IRREPARABLE DE LOS HIJOS-

MITOLOGIA NORDICA
Pérdida Irreparable de los Hijos

poema perteneciente a la
Saga de Egil Skallagrimsson

(Esta traducción corresponde a la edición preparada por Enrique Bernárdez de la Saga de Egil Skallagrimsson.)

1
La lengua se resiste
a alzarse en mi boca,
no puedo levantar
la balanza del verso;
no encuentro placer
en el néctar de Odín
no es fácil que surja
de su hogar en mi pecho.

2
No podré sacar
de la honda morada
de mis pensamientos
-me atormenta el dolor,
me impide moverme el
licor de poesía
que un día trajo Odín
del país de los trols.

3
Vivía sin tacha
en la larga casa
similar a la nave
de guerra de Nókkver;
silbó la sangre,
el mar, en las rocas
donde habita
el pueblo de enanos.

4
Mi linaje ya se hunde
en la decadencia,
es un bosque repleto
de árboles caídos;
hondo dolor sufre
quien saca del lecho
al pariente querido
y lo lleva a su tumba.

5
Mas diré, primero,
la muerte del padre,
cómo murió mi madre,
sacaré de mi boca
torrentes de palabras,
serán hojas del árbol
alto y copudo
de la poesía.

6
Cuánto daño me hace
la brecha que abrieron
las olas del mar
en los muros paternos,
abierta la raja,
vacía está y oscura;
una onda maligna
me arrebató al hijo.

7
Duro golpe me asesta
la diosa del mar,
huérfano estoy
de amigos amados;
rompió el mar los lazos
que mi estirpe unían,
las mismas ligaduras
que a mí mismo me unen.

8
Sabed que si ese agravio
con espada se vengara,
la esposa de Aegir
estaría ya muerta;
si pudiera matar
al señor de los mares,
si atacar pudiera
a la amante de Aegir.

9
Mas la ley no permite
vengarse con muerte
de quien mató a mi hijo,
así yo lo creo;
sabe cualquiera
que Aegir, el anciano,
no posee ni un hijo,
cosa es conocida.

10
La mar me ha causado
pérdida irreparable,
qué triste es contar
la muerte de un hijo;
era escudo de mi estirpe,
echó a andar por la senda
que conduce a la alta
mansión de los muertos.

11
Sé muy bien que mi hijo
grande hubiera sido
si hubiera crecido
y llegado a ser hombre;
si hubiese llegado
a tener el vigor,
la mano fornida,
de un fuerte guerrero.

12
Atendía siempre
las palabras del padre,
aunque los otros
otras cosas dijeran;
él era mi apoyo
en todas las cosas,
en él mi fuerza
podía reposar.

13
Me viene a menudo
al pensamiento
la falta de amigos;
cuando la lucha
aún más se endurece
pienso en esto,
vuelve a mi recuerdo,
mi razón atormenta:

14
¿en quién confiaré,
acaso algún hombre
llegará a ayudarme
en mi amarga cuita?
Me hará tanta falta
cuando el pérfido ataque,
ha de ir con cuidado
quien de amigos carece.

15
Es difícil hallar
en el tronco de Odín
a uno tan sólo
en quien pueda confiar;
sirve a lo oscuro
quien vende por oro
el cuerpo de un hermano,
por compensación.

16
(De este fragmento sólo sobrevivieron los versos:
Finn eg það oft,
er fjár beiðr...
Que en español diría más o menos:
Encuentro esto a menudo,
Una vez que la riqueza es ofrecida...)

17
Compensación, dicen
que nunca se logra
por el hijo muerto;
queda engendrar sólo
otro hijo más
que diga la gente
que era igual de bueno
qué el hermano perdido.

18
No me agrada ya
compañía de gentes,
aunque busquen todos
conservar la paz;
ha llegado mi hijo
de Odín al albergue,
el hijo de mi esposa
fue a ver a los suyos.

19
Pero me es hostil
el dios que destila
dulce licor de malta
agrio su corazón;
ya no puedo erguir
mi cansada cabeza,
no puedo tener firme
el carro de la razón

20
desde que mi hijo
fue arrastrado
por la fiebre ardiente
del mundo de los vivos;
bien sé que él siempre
evitó con orgullo
caer en la vergüenza,
que evitó el vituperio.

21
Recuerdo todavía
que el dios de los gautas
se llevó a mi hijo
al país de los dioses;
rama de mi estirpe
al que yo engendré;
retoño querido
era de mi esposa.

22
Yo fui amigo fiel
del señor de la lanza,
tan crédulo fui
que en él confié;
pero el dios, que es rey
de los dioses todos,
el que el triunfo otorga,
quebrantó la amistad.

23
Por eso, no podré
hacer ya sacrificios
gustoso a Odín,
defensor de los dioses;
pero he de ser sincero,
el dios más sabio
me dio compensación
por todas mis cuitas.

24
Odín, el guerrero
habituado al combate,
me concedió un arte
perfecto y sin tacha,
que obliga al enemigo
a descubrir sus tretas,
tal es la fuerza
de la poesía.

25
Estoy afligido
pues cerca está ya
Hel, la diosa
de los hombres muertos;
mas con alegría,
y aun con deseo,
y ya sin miedo,
aguardaré la muerte.
la lanza: «Odín».

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