El Campesino Elocuente
(Texto sapiencial)
Los avatares de un campesino del Uadi Natrum [Campos de la Sal] ha llegado hasta nosotros a través de varios textos: los fragmentos Amherst I y II [A] identificados por Newberry en 1.891, los papiros 3.023 [B1] y 3.025 [B2] del Museo de Berlín adquiridos junto con otros papiros literarios de la colección Anastasi en 1.843, el custodiado en el Museo Británico con el número BM 10.274, también llamado Papiro Butler [Bt], y el papiro del
Ramesseum [R-Berlín 10.499], encontrado en 1.896 en una tumba del Reino Medio situada bajo los almacenes del Ramesseum por Quibell.
El papiro 3.023 [B1] tiene unas dimensiones de 390 x 16 cm. [326 líneas careciendo del principio y del final]; el 3.025 [B2], 295 x 15 cm. [142 líneas]; el pequeño Papiro Butler, 72 x 13,7 cm. [40 líneas]; mientras que la porción más extensa del papiro del Ramesseum alcanza los 240 cm. [138 líneas].
El Campesino Elocuente
(texto)
[R1] Había una vez un hombre, cuyo nombre era Juninpu. Era un campesino del Uadi Natrum [Campos de la Sal]. [2] Por entonces tenía una mujer de nombre Meret.
Entonces dijo este campesino a su mujer:
‘Mira, voy a bajar [3] a Egipto para traer provisiones de allí para mis hijos. Ve, pues, y pésame la cebada [4] que está en el granero como excedente de la cebada del año anterior’.
Así que le pesó 26 heqats de grano. [5] Luego dijo el campesino a su mujer:
‘Mira, deja para ti 20 heqats de grano para tus provisiones y tus hijos. [6] Hazme, pues, los 6 heqats de grano en pan y cerveza para cada día. Así que pueda vivir de ello’.
[7] Tras lo cual descendió este campesino a Egipto después de haber cargado sus asnos [8] con cañas, [9] plantas redemit, [10] natrón, [11] sal, [12] madera de . . . . . , [13] barrotes del oasis de Farâfrah, [14] pieles de leopardo, [15] pellejos de chacal, [16] plantas neshau, [17] caliza, [18] plantas medicinales tenemu, [19] plantas jeperur, [20] sahut, [21] semilla saskut, [22] plantas misut, [23] mineral senet, [24] mineral abau, [25] plantas ibsa, [26] planta inbi, [27] palomas, [28] pájaros naru, [29] ánsares, [30] plantas uben, [31] plantas tebesu, [32] semillas gengenet, [33] fenogreco/alholva, [34] semillas inset, [35] llenos con todos los buenos productos del Uadi Natrum.
[36] Así marchó el campesino viajando al sur [37] hacia Neninesu [Heracleópolis Magna] y arribó al distrito de Perfefi [38] al norte de Medenit en donde encontró un hombre [39] de pie sobre la orilla, cuyo nombre era Nemtynajt. Era hijo de un hombre [40] de nombre Isery; ambos eran siervos del camarero mayor, [41] el hijo de Meru, Renesy.
Entonces dijo el tal Nemtynajt cuando vio que [42] los asnos del campesino eran los deseados en su corazón:
[43] ‘Ojalá tuviera cualquier amuleto benéfico con el que poder robar los enseres a [44] este campesino’.
Por aquella época, la casa del tal Nemtynajt estaba al borde [45] del camino, que era estrecho, que ciertamente, no era ancho, [46] alcanzaba la anchura de un taparrabos; uno de sus lados estaba bajo el agua [47] y el otro bajo la cebada del Alto Egipto.
Así que dijo el tal Nemtynajt a un asistente suyo:
‘Ve [48] y tráeme una estera de mi casa’.
Inmediatamente le fue traída. [49] La extendió a la entrada del camino [Bt34] de tal forma que [Bt35] uno de sus extremos quedó sobre el agua y su dobladillo sobre la cebada del Alto Egipto.
Entonces el campesino fue, pues, por el camino público [B1,1] y le dijo el tal Nemtynajt:
‘Ten cuidado, campesino, [2] no vayas a pisar sobre mis ropas’.
A lo que respondió el campesino:
[3] ‘Voy hacer lo que deseas, aunque mi camino es bueno’.
[4] Tras lo cual salió hacia la parte superior. Entonces le dijo el tal Nemtynajt:
‘[5] ¿Es qué mi cebada del Alto Egipto es para ti el camino, campesino?’.
A lo que contestó este campesino:
‘[6] Mi camino es bueno, la ribera alta [7] del camino está bajo la cebada del Alto Egipto y es con tus ropas que ocupas nuestro camino. [8] ¿No vas a permitir que pasemos [9] por el camino?’.
Después de terminar de decir estas palabras, uno de los asnos llenó [10] su boca con un puñado de cebada del Alto Egipto. Entonces dijo el tal Nemtynajt:
[11] ‘Mira voy a tomar tu asno, campesino, porque [12] se ha comido mi cebada del Alto Egipto. Atiende, trabajará para mí porque ha obrado mal’.
[13] Respondió el campesino:
‘Mi camino es bueno, [14] estando un lado inutilizado. Por su valor podría comprar mi asno si tú lo tomas [15] por haber llenado su boca con un puñado de cebada del Alto Egipto, pero, [16] conozco al señor de este distrito: pertenece al camarero mayor, el hijo de Meru, [17] Renesy. Es él, ahora, quien castiga a todo el que roba en toda esta tierra. [18] ¿Voy a ser robado, pues, en su distrito?’.
Entonces dijo el tal Nemtynajt:
[19] ‘Es esto un proverbio que dice la gente: [20] ‘Se pronuncia el nombre del pobre relacionado con el de su señor’. [21] Resulta que te hablo yo y a quien recuerdas es al camarero mayor’.
[22] Entonces tomó para sí una vara de tamarisco verde [23] contra él y le zurró todo su cuerpo con ella, apropiándose sus asnos [24] que fueron introducidos en su dominio.
El campesino se puso a [25] llorar muy amargamente de pena a causa de lo que se había hecho contra él, pero [26] dijo el tal Nemtynajt:
‘No alces tu voz, campesino. [27] Mira, estás en el domicilio del Señor del silencio’.
A lo que respondió el campesino:
[28] ‘Me golpeas, robas mis bienes y provocas [29] el lamento de mi boca. ¡Oh señor del silencio!, podrías, por favor, devolverme [30] mis cosas y entonces no propagaré tu terror’.
[31] Así pasó el campesino el tiempo durante 10 días, suplicando al [32] tal Nemtynajt, quien no quiso poner atención a ello.
Tras lo cual fue [33] el campesino al sur hacia Neninesu [Heracleópolis Magna] para reclamar al camarero mayor, [34] el hijo de Meru, Renesy, y lo encontró saliendo por la puerta [35] de su casa para descender hacia su barcaza de servicio. [36] Entonces dijo el campesino:
‘Desearía que se me permitiera informarte [37] sobre un asunto.
Es un caso [38] para que hagas que un seguidor tuyo de tu confianza pueda venir conmigo y te lo enviaré de vuelta [39] con ello’.
Así que el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, hizo que [40] fuera un asistente suyo de su confianza delante de él para que el campesino lo enviara de vuelta [41] en relación a todos los detalles de este asunto.
[42] El camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, pidió información sobre [43] el tal Nemtynajt a los magistrados que estaban a su lado y le respondieron:
[44] ‘Mi señor, probablemente era un campesino suyo que se ha ido con algún otro que no es él. [45] Mira, esto es lo que suelen hacer contra los campesinos suyos que se fueron [46] con otros que no son ellos. Mira, esto es lo que suelen hacer. ¿Es un caso para que [47] se castigue al tal Nemtynajt por un poco de natrón [48] y un poco de sal?. Que se le ordene restablecerlo [49] y lo restablecerá’.
Sin embargo, [50] el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, calló y no dio respuesta [51] a los magistrados ni al campesino.
Primera petición
[52] Entonces fue, pues, el campesino a reclamar al camarero mayor, el hijo de Meru, [53] Renesy, la primera vez, y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor, el más grande, [54] el gobernador de lo que no es y de lo que es!.
Si desciendes a la fuente de [55] la Justicia por la que navegas mediante la brisa, [56] no será desguarnecida la hinchazón de tus velas, ni andará a la deriva [57] tu barco; no vendrán contratiempos en tu mástil, ni [58] se romperán tus vergas; no zozobrarás cuando toques tierra, [59] ni te capturarán las aguas; no experimentarás los peligros [60] del río, ni verás la cara del miedo; vendrán a ti [61] los peces precipitados y alcanzarás el bienestar como las aves [62] gordas, ya que eres el padre del huérfano, [63] el esposo de la viuda, el hermano de la repudiada, el delantal [64] del que no tiene madre.
Permite que te afame en [65] esta tierra más que cualquiera de las buenas leyes:
oh gobernador carente [66] de rapacidad, oh grande vacío de ruindad, [67] destructor de las mentiras, creador de la Justicia.
Atiende [68] la voz que da mi boca.
Cuando hablo, debes escuchar.
Haz Justicia, ¡oh favorito [69] a quien alaban los que son favorecidos!.
Elimina la necesidad. [70] Mira, estoy cargado de penalidades.
Mira, estoy debilitado por su causa.
Examíname. [71] Mira, soy un pobre’.
Así fue que [72] el campesino dijo estas palabras en el tiempo de la majestad del rey del Alto y Bajo Egipto [73] Nebkaura, justificado.
Después de esto, el camarero mayor, el hijo de [74] Meru, Renesy, fue ante su majestad y dijo:
‘Mi señor, [75] he encontrado a uno de esos campesinos elocuente [76] en verdad, cuyos bienes han sido robados por un hombre que está en mi jurisdicción y, mira, [77] ha venido a reclamarme por ello’.
[78] Entonces respondió su majestad:
‘Si deseas verme saludable, lo harás permanecer [79] aquí sin responder a nada de lo que dice y en orden a que siga [80] hablando, calla. Luego nos serán traídas sus palabras por escrito y las escucharemos. [81] No obstante, suministra a su mujer y sus hijos. Mira, solamente viene uno de esos [82] campesinos hacia nuestra tierra por la indigencia de su casa. Además, suministra a este campesino [83] según sus necesidades. Para él harás que se le otorguen provisiones sin permitir que conozca [84] que eres tú quien se las da’.
Entonces se procedió a darle 10 panes y dos jarras de cerveza des [85] cada día. ‘El camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy lo donaba; lo entregaba a un amigo suyo y era él [86] quien lo daba’.
Luego, el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, envió mensajeros al gobernador del [87] Uadi Natrum [Campos de la Sal] con el encargo de aprovisionar a la mujer del campesino con 3 heqats cada día.
Segunda petición
[88] Entonces vino, pues, el campesino a reclamarle por segunda vez y lo encontró saliendo . . . . . y dijo:
‘Oh camarero mayor, mi señor, el más grande, [89] el más rico, quien es grande para sus grandes y rico para [90] sus ricos, timón del cielo, [91] viga de la tierra, plomada que soporta el peso, ¡oh timón! no te desvíes, [92] ¡oh viga! no te inclines, ¡oh plomada! no osciles.
¿Un gran señor [93] toma de lo que no tiene dueño y roba a un hombre solo?. En tu casa están tus bienes: [94] un henu de cerveza y tres panes. ¿Qué has gastado satisfaciendo a tus inferiores? [95] Un mortal es aquel que muere y, también, sus subordinados. ¿Serás un hombre eternamente?.
¿No es, ciertamente, un delito, [96] una balanza inclinada, un contrapeso que comete error y un hombre recto [97] de sesera convertido en un cimarrero?.
Mira, la justicia huye por debajo de ti, expulsada de [98] su lugar; los oficiales crean el mal, la norma de las palabras toma partido y [99] los jueces ocultan lo que ha sido robado.
Esto define a un tergiversador del lenguaje en su estricto sentido [100] haciendo para sí una parodia [?] por medio de él.
Quien debe dar el aliento languidece sobre la tierra, quien debe aliviar [101] hace que se jadee, quien debe compartir es un avaro, quien debe eliminar la necesidad [102] es aquel que ordena crearla cuando la ciudad está en su inundación, quien debe oponerse a la injusticia, [103] crea los problemas’.
A continuación dijo el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy:
‘¿Es más importante en tu corazón lo que tienes [104] que un asistente te aprese?’.
A lo que respondió el campesino:
‘El medidor de [105] un montón de grano sisa para sí; quien debe llenar a los demás, oculta sus pertenencias; quien debe conducir de acuerdo a [106] las leyes, ordena robar.
¿Quién, pues, se opondrá al mal?
Quién debe destruir [107] la debilidad, provoca la perversión, quien debe llevar recto a los demás, pervierte, y [108] gana reputación otro que crea problemas.
¿Qué encuentras, pues, para ti?
Es pequeña la oposición y voluminoso [109] el daño.
Una buena acción es recordada.
Es el precepto: ‘Haz al que hace [110] de acuerdo a lo que se le permitió que hiciera’.
Esto significa darle gracias por aquello que hace; es parar una cosa antes de [111] lanzar, es ordenar una cosa a un trabajador.
Ojalá hubiera, ciertamente, un momento que te destruyera: [112] destrozar en tus viñedos, reducir el número de tus aves, asolar [113] entre tus aves salvajes.
¡Aquel que ve sale ciego, el que oye sordo [114] y el gobernador se ha convertido en un conductor descarriado!
[115] . . . . . [116] Mira, eres fuerte y poderoso, tu mano es activa [117] y tu corazón avaro. La piedad pasa sobre ti. ¡Que miserable [118] es el pobre a quien has destruido! A un mensajero de Jenety igualas. [119] Mira sobrepasas a [120] la Señora de la pestilencia. Si no hay para ti, no hay para ella, si no hay nada contra ella, no hay nada contra ti. [121] Si no actúas, ella no actúa.
Quien posee pan es misericordioso mientras la violencia es para [122] el criminal. Los robos son naturales para aquel que no tiene nada suyo. [123] La sustracción de cosas por un criminal es una mala acción de alguien que es indigente. [124] Nadie debe enfadarse con él, es alguien que busca para sí mismo. Sin embargo, tú estás saciado [125] con tu pan, embriagado con tu cerveza y te has enriquecido con toda clase de linos.
[126] Aunque la cara del timonero está al frente, el barco vaga según [127] desea; aunque el rey está en la corte y el timón en tu mano, [128] se generan problemas en tu proximidad. Mi petición es prolongada, pero es duro [129] cortarla. ¿Cuál es la solución? -uno piensa.
Actúa como los refugios, [130] sana tu orilla.
Mira, tu ciudad está infestada de cocodrilos.
[131] Precisa tu lengua, no debes errar, pues la lombriz [132] de un hombre es un miembro de él.
No digas mentiras, cuídate de los oficiales.
[133] Una cesta es lo que engorda a los jueces; el decir mentiras es su hierba y [134] en sus corazones brillan.
¡Oh el más sabio [135] de todos los hombres!
¿Vas a ignorar mis circunstancias?
[136] Elimina la necesidad.
Mira estoy en el camino del que carece de barco; amarra a todo el que se ahoga.
[R185] Estoy cargado de agradecimientos.
Mírame, atiende, hago [R186] recuento y soy un pobre miserable.
[B138] Rescata al náufrago.
Estoy sumido en la completa [?] miseria’.
Tercera petición
[139] Entonces vino, pues, el campesino a reclamarle por tercera vez y dijo:
[140] ‘¡Oh camarero mayor, mi señor!.
Eres Ra, el señor del cielo, junto con tus cortesanos.
[141] El sustento de todos es por ti del mismo modo que por [142] la inundación.
Eres Hapy [el Nilo], que hace reverdecer las tierras, y surte [143] las regiones que han sido devastadas.
Oponte al ladrón, [144] presta atención al pobre, no vayas a llegar a ser como una inundación [145] para el peticionario.
Guárdate de aproximarte la eternidad [146] y desea perdurar de acuerdo al dicho:
‘Practicar la justicia es el viento de las narices’.
[147] Impón un castigo contra aquel a quien debe castigarse y no se manifestará nadie contra tu correcto método.
[148] ¿Es qué la balanza yerra?
¿Es qué [149] el platillo de la balanza se pone en un lado?
¿Es qué Dyehuty [Thot] [150] muestra preferencias?
Actuando mal te colocas de forma semejante a los tres.
[151] Si los tres te son agradables, entonces te mostrarás complaciente.
No [152] respondas al bien con el mal, ni coloques una cosa en el lugar de otra.
[153] Las palabras crecen más que la planta ‘senemyt’ para presionar [154] al que olfatea en su respuesta. El mal riega [155] para hacer que prosperen los ropajes. Con ésta son tres veces [156] para hacer que él actúe.
Por la hinchazón de las velas, actúas con el remo.
[157] Evita la inundación para dar justicia.
Cuídate de [158] embarrancar por la soga del timón.
El equilibrio de la tierra es [159] hacer justicia.
No digas mentiras, siendo grande.
No actúes con ligereza, [160] siendo hombre de peso.
No digas mentiras, eres la balanza.
[161] No te achiques, eres el correcto modelo.
Mira, eres un único cuerpo [162] con la balanza.
Si se inclina, entonces [163] te inclinarás.
No vagues, maneja el remo y tira [164] de la soga del timón.
No tomes, actúa, pues, contra el ladrón.
[165] No es, ciertamente, un grande, el grande que es avaricioso.
Tu lengua es el fiel, [166] tu corazón el contrapeso, y tus labios, sus brazos.
[167] Si te cubres la cara contra el agresor, [168] ¿quién se opondrá al mal?.
Mira, eres [169] uno de los miserables limpiadores, un avaro lastimando [170] a un amigo, que abandona de la mano a su compañero por un cliente.
[171] Es su hermano quien vino y trajo algo para él.
Mira eres [172] un barquero que cruza solamente al señor que puede pagar la tarifa, un hombre recto [173] de rectitud cortada.
Mira, eres como un jefe de granero [174] que no ha permitido que el necesitado pase a por el sobrante.
Mira, eres como [175] un ave de rapiña para los hombres que vive de las más insignificantes [176] aves.
Mira, eres un carnicero cuya alegría es sacrificar [177] y no va su mutilación con él.
Mira, eres un vaquero, aunque no es, ciertamente, malo [178] para mí.
No haces recuento y entonces tendrás pérdidas por medio de un cocodrilo [179] codicioso, habiendo desaparecido los refugios de las ciudades de toda la tierra.
[180] ¡Oh juez!, ciertamente, no escuchas. ¿Por qué no quieres escuchar? Hoy, [181] ciertamente, me he opuesto al agresor y el cocodrilo se retira. ¿Cuál es, pues, [182] el resultado de esto para ti? Cuando se encuentre el secreto de la verdad, se volcará [183] la mentira sobre la tierra. No confíes en el mañana antes de que venga, [184] pues no se conocen los males que hay en él’.
Cuando el campesino dijo estas palabras, [185] el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy estaba a la entrada de la gran sala de audiencias. [186]
Entonces hizo que dos sirvientes se levantaran hacia él llevando látigos y zurraron [187] todo su cuerpo con ellos.
A continuación el campesino dijo:
‘El hijo de Mery [188] se descarriará; su cara está ciega a lo que ve, sorda a lo que escucha, [189] habiendo olvidado aquello que se le recordó.
Mira, eres como una ciudad [190] que no tiene gobernador de distrito, como una compañía que no tiene líder, como un barco [191] en el que no hay capitán, como una banda que no tiene jefe.
[192] Mira, eres un policía que roba, un gobernador de distrito que cobra, [193] un supervisor de distrito que debe castigar el delito convertido en un modelo para quien actúa mal’.
Cuarta petición
[194] Entonces vino, pues, el campesino a reclamarle por cuarta vez; lo encontró [195] saliendo por la puerta del templo de Herishef y [196] dijo:
¡Oh favorito, que te favorezca Herishef desde cuya casa has venido!.
[197] Cuando el bien perece, no existe quien pueda adherirse a él, quien pueda derribar [198] las mentiras a la tierra.
Si el transbordador embarranca, [199] ¿se puede cruzar en él?
Se debe realizar la acción, pero de mala gana. ¿Cruzar [200] el río llevando sandalias es cruzar bien? No. [201] ¿Quién puede dormir al alba? Está prohibido pasear por [202] la noche, viajar durante el día y hacer que un hombre se levante para defender [203] sus derechos. Mira, no existe buen fin para aquel que te lo ha dicho; [204] la misericordia huyó de ti. ¡Que miserable es el infeliz [205] a quien quieres destruir!.
Mira, eres un cazador [206] que calma su ardor; decidido a hacer lo que desea, que atraviesa a los hipopótamos, [207] dispara a los toros salvajes, arponea a los peces y atrapa [208] a las aves.
No debe ser rápido el discurso de un hombre que carece de prisa, [209] ni ligero el corazón un hombre cuyo sentimiento es pesado.
Se paciente [210] y conocerás la verdad.
Controla tu elección para [211] hacer el bien a quien se presentó humildemente.
No existe ningún impetuoso [212] que practique la virtud ni ningún impaciente [213] a quien se eche una mano.
Deja ver a los ojos. Infórmate.
No seas arrogante [214] en proporción a tu poder para que no llegue el mal contra ti.
[215] Pasa del asunto y será doble.
Es quien come el que degusta y [216] quien es preguntado, responde.
Es el durmiente quien ve [217] los sueños.
En cuanto al juez [218] a quien se debe castigar, es un modelo para el que actúa mal.
¡Tonto, [219] mira, has sido atrapado.
Ignorante, has sido [220] cuestionado.
Achicador de agua, has sido pillado!.
[221] ¡Oh timonero, no desvíes tu barco!;
¡oh hacedor de vida, [222] no permitas que alguien muera!;
¡oh destructor, no permitas [223] que nadie destruya!;
¡oh sombra, no actúes en el día!;
¡oh refugio [224] no permitas que el cocodrilo capture!.
Ciertamente, es la cuarta vez que estoy reclamándote. [225]
¿Voy a pasar el tiempo así?
Quinta petición
Entonces vino el campesino a [226] reclamarle la quinta vez y dijo:’
¡Oh camarero mayor, mi señor!, el pescador . . . . . [228] mata al pez ‘iy’, el cazador de peces [229] arponea al pez ‘aubebu’, el pescador ‘dyabehu’ [230] va contra el pez ‘paqeru’ y el pescador de red asola el río. [231] Mira, eres semejante a ellos.
No despojes a un pobre [232] de sus cosas, debilitado después que lo has conocido. El aliento del [233] pobre son sus cosas y quien las quita es el que obstruye su nariz. [234] Para escuchar las palabras tú has sido colocado, para juzgar a las dos partes y [235] castigar al bandido. Mira, lo que quieres hacer es sostener al ladrón. [236] Uno pone confianza en ti y [237] te conviertes en un transgresor. Para dique del depauperado tú has sido colocado. [238] Guárdate de que se ahogue. Mira, eres [239] un lago corriente’.
Sexta petición
Entonces vino, pues, el campesino [240] a reclamarle la sexta vez y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor!:
[241] Un señor [?] disminuye la mentira, cuando crece la verdad, crece [242] la bondad y se destruye el mal, del mismo modo que cuando viene la saciedad, [243] termina con el hambre y las ropas acaban con la desnudez, [244] del mismo modo que el cielo se calma después de una tormenta [245] violenta y calienta todo lo que estaba frío, [246] del mismo modo que el fuego es el que cocina las cosas crudas y del mismo modo [247] que al agua es la que apaga la sed.
Visto con [248] tu forma de ver:
el árbitro es un saqueador, [249] el pacificador es quien provoca pena, quien debe allanar [250] es quien incita al sufrimiento, el mutilador [251] empequeñece la justicia.
Rinde buena cuenta, no se debe sisar ni [252] desbordar la justicia.
Haz lo natural. Si compras, da a tu compañero; [253] quien engulle carece de honestidad. [254] Mi miseria conduce a la separación, [255] mi acusación me trae la partida. [256] Nadie conoce lo que está en el corazón. [257] No seas perezoso, debes actuar contra el cargo. Si divides, ¿quién unirá? [258] En tu
mano está el palo de sondear como una madera libre de movimiento cuando la ocasión de sondear llegó. [259] Si el barco entra, encallará y se perderá su carga por la tierra [260] sobre cualquier banco de arena.
Eres sabio, instruido, listo y [261] justo, pero no por robar.
Debes aplicar la igualdad a todos los hombres y [262] tus asuntos se inclinan.
Quien debe ser honrado para todos es el mutilador [263] de toda la tierra.
El vendimiador del mal [264] riega su jardín con maldades para hacer crecer su jardín [265] en mentiras y así regar las maldades eternamente.
Séptima petición
[266] Entonces fue, pues, este campesino a reclamarle la séptima vez y dijo:
[267] ‘Oh camarero mayor, mi señor!:
Eres el remo de toda la tierra y [268] cuando ordenas, la tierra navega.
Eres la réplica de Dyehuty [Thot] [269] quien juzga sin tomar partido.
¡Oh señor! tú debes ser clemente cuando te requiere un hombre [270] en relación a sus derechos. No seas vengativo, ello no es para ti. [271] Quien ve demasiado lejos se transforma en aprehensivo. No urdas sobre las cosas antes de que vengan [272] ni te regocijes de algo antes de que ocurra. La indulgencia se prolonga en la amistad; [273] quien destruye un asunto se transforma en alguien que no conoce lo que está en el corazón.
[274] Quien transgrede la ley, destruye la norma y no existirá un pobre [275] vivo a quien haya robado. La justicia no se dirigirá a él.
Ahora, [276] mi cuerpo está lleno y mi corazón cargado salió, ciertamente, desde mi cuerpo a causa de su estado. [277] Es una fisura en un dique cuya agua fluyó. Así se ha abierto [278] mi boca para hablar. Entonces, es cierto, yo maniobré mi palo de sondear, achiqué [279] mi agua, descargué lo que estaba en mi cuerpo y lavé los linos sucios. Mi discurso se ha concretado y toda mi miseria está en tu presencia. ¿Qué [281] deseas?.
Tu pereza te descarriará, tu avaricia [282] te enloquecerá y tu codicia te creará enemigos. [283] ¿Encontrarás a otro campesino semejante a mí? [284] ¿Existirá un indolente, a la entrada de cuya casa un peticionario se quiera levantar?.
[285] No hay un hombre callado a quien has hecho que hable; ni un hombre dormido a quien has hecho que despierte; [286] ni un abatido a quien has animado; ni aquel cuya boca cerrada [287] has abierto; ni ignorante a quien has permitido que conozca; ni tonto a quien has enseñado.
[288] Los oficiales son quienes disipan el mal; son los señores del bien; [289] son los artesanos capaces de crear lo que es y los que unen las cabezas cortadas.
Octava petición
Así que fue, pues, [290] el campesino para reclamarle por octava vez y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor!. [291] Los hombres caen bajo por la codicia. Un avaricioso carece de éxito [292] y siempre tiene una ocasión para fracasar. Eres un avaro y no te aprovecha. Robas [293] y no hay beneficio para ti. Permite, ciertamente, que un hombre atienda a sus derechos.
[294] Están las posesiones en tu casa y tu vientre lleno. Los heqats de grano se desbordan, se derraman67 [295] y su exceso se pierde para la tierra. [296] ¡Ratero, ladrón, estafador!.
Es para oponerse a las maldades que fueron nombrados los oficiales y [297] son los refugios del agresor.
Es para oponerse a las mentiras que fueron nombrados los oficiales.
[298] El temor hacia ti no permite que te reclame. No percibes mi sentimiento. Un hombre silencioso [299] que se vuelve una y otra vez para presentarte quejas, no teme a aquel a quien reclama esto [300] y alguien similar a él no puede serte traído desde la calle.
Con seguridad, tus parcelas están en el campo; [301] tu dotación en el dominio y tus provisiones en el almacén, pero los magistrados te dan [302] y tomas. ¿Eres un ladrón? ¿Se trae para ti [303] y para las tropas que están junto a ti para la división de las parcelas?.
Haz justicia al [304] señor de la justicia cuya justicia encierra su justicia.
[305] ¡Oh lápiz rojo, rollo de papiro, paleta de escriba de Dyehuty [Thot],
[306] cuídate de hacer maldades.
Es hermoso lo que está bien, pues, es bueno.
[307] Será, sin embargo, la justicia para siempre, y desciende [308] con el que la practica a la necrópolis cuando es enterrado y [309] le cubre la tierra.
Su nombre no será borrado [310] sobre la tierra y será recordado por su bondad.
[311] Ésta es la norma de la palabra divina.
La balanza [312] no se inclina, el fiel de la balanza [313] no se desplaza hacia un lado. Mira, [314] yo vendré, y atiende, otro vendrá a quien debas responder. [315] No respondas como aquel que se dirige a un silencioso o [316] como quien ataca a aquel que no te ataca. No eres clemente, [317] no sufres, no escapas, no destruyes el mal. [318] Ni siquiera me das una recompensa por estas hermosas palabras [319] que salen de la boca del propio Ra.
[320] Di la verdad, haz justicia, ya que ella es importante, [321] grande y permanente; puede ser encontrada su fiabilidad [?]
[322] y puede conducir al estado de venerable.
¿Oscila [323] la balanza? Lo que da el peso de las cosas es la escala. [324] si no se produce un exceso [325] de la norma, un acto vil no llega [326] a la ciudad y lo útil alcanzará la tierra’.
Novena petición
[B2,91] Entonces vino, pues, el campesino para reclamarle la novena vez [92] y dijo:
‘¡Oh camarero mayor, mi señor!: El fiel de la balanza de [93] los hombres es su lengua. Es la balanza quien investiga [94] las deficiencias. Aplica el castigo a quien se le opone. Será igual la norma contra ti [95] . . . . . cuando la mentira llegó a convertirse en su negocio, [96] retorna lo que pone orden enfrentándosela.
La justicia es la cosa opuesta de [97] la mentira. Esto significa que aquella florece y no puede retroceder. [98] Si las mentiras vienen, él se descarría, no [99] cruza en el transbordador y no se viaja. [100] En cuanto a aquel que se hace rico por ella, no tendrá hijos [101] y no existirán sus herederos en la tierra. En cuanto a quien viaja [102] llevándola, no alcanza la tierra ni amarran [103] sus barcos a su ciudad.
No seas pesado aunque no puedas ser ligero.
[104] No te retardes aunque no puedas ser veloz.
No seas parcial ni escuches al [105] corazón.
No cubras tu cara al que has conocido, ni ciegues tu vista a aquel a [106] quien tú has mirado, ni rechaces a quien te llama.
Debes descender [107] de la pereza.
Se proclama la máxima:
[108] ‘Haz a quien te hace’. No escuches a nadie contra él cuando un hombre reclama [109] por sus derechos.
El perezoso no tiene ayer. [110] No hay amigo para quien está sordo a la verdad. No hay un día [111] bueno para el avaricioso.
Cuando quien acusa se convierte en [112] un miserable, el miserable será un peticionario y [113] el enemigo se transforma en asesino. Mira, te estoy reclamando [114] y no lo escuchas. Iré y reclamaré [115] sobre ti a Inpu [Anubis]’.
Conclusión
Entonces hizo el camarero mayor, [116] el hijo de Meru, Renesy, que fueran dos asistentes para traerlo de vuelta. [117] Así que el campesino tuvo miedo porque imaginó que se hacía [118] para castigarlo por las palabras que había dicho.
En consecuencia dijo el campesino:
‘[119] Como el encuentro para un sediento con el agua o el alcanzar la boca [120] de un niño a la mujer que lo amamanta con leche, [121] así es la muerte la que deseó mostrarse porque viene, [122] pero su muerte le llega tardía’.
Entonces dijo el camarero mayor, [123] el hijo de Meru, Renesy:
‘No temas, campesino. Mira, [124] se ha actuado contra ti para hacer que estuvieras conmigo’.
A lo que respondió el campesino:
‘[125] Por mi vida’ y continuó diciendo: ‘¿Con certeza, voy a comer de tu pan y beber de tu cerveza [126] siempre?’.
[127] Dijo el hijo de Meru, Renesy:
‘Aguarda, ahora, aquí, [128] que puedas escuchar tus peticiones’.
Entonces hizo que se leyeran en [129] un rollo de papiro nuevo todas las peticiones de acuerdo a sus requerimientos. [130] Luego lo hizo enviar el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy, [131] a la majestad del rey del Alto y Bajo Egipto Nebkaura, justificado. Esto fue más agradable en el corazón [132] del soberano que todas las cosas que están en toda la tierra.
Así que dijo su majestad:
‘[133] Juzga tú mismo, hijo de Meru’.
Entonces hizo el camarero mayor [134], el hijo de Meru, Renesy, que fueran dos asistentes para traer al tal Nemtynajt. [135] Así que fue traído, se hizo un inventario de las propiedades. [136] Luego encontró 6 sirvientes además de . . . . . [137] más su cebada del Alto Egipto, más su trigo, más sus asnos, [138] más sus cerdos, más sus cabras, . . . . . Se le dio la casa del [139] tal Nemtynajt al campesino junto con [140] todas sus pertenencias. Entonces dijo el camarero mayor, el hijo de Meru, Renesy [141] al tal Nemtynajt . . . .
[142] Esto significa que acabó. Es desde el comienzo hasta el final como fue encontrado en el libro.
una trancripcion insuperable por su gran contenido espiritual
ResponderEliminarleo una gran armonía de espíritu, debe tener un ser, un buscador de su talento, Señor. Fdo Salomon Deutscher
ResponderEliminarhay que vivir en armonía con todo, porque lo de dentro, es como lo de fuera, y lo
ResponderEliminarde fuera es como lo de dentro, es decir la naturaleza, el cielo, esta en nosotros,
microprosopo = macroprosopo. Salud y gracia para todos.