"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

viernes, 25 de diciembre de 2009

MITOLOGIA -ALCESTE Y HERCULES-

MITOLOGIA
Alceste retorna del mundo de las sombras


Hércules no oyó los gritos del viejo Caronte que le pedían detenerse. Fue fácil arrancar el remo de las manos del barquero y luego golpearlo en la cabeza. Estaba en juego una vida: el héroe debía atravesar el rio Aqueronte, buscar a la princesa Alceste y traerla de nuevo a la Tierra.
El pasado de la joven estaba signado por un acontecimiento trágico. Actuando con sed de venganza, la hechicera Medea había asegurado a las hermanas de Alceste que, para devolver a su viejo padre el vigor de la juventud, bastaría con despedazarlo y cocinarlo en un enorme caldero. Engañadas, las muchachas siguieron el consejo de Medea, pero el viejo Pelías no se recupero ni de la vejez ni de la muerte.
Alceste no participó del involuntario parricidio. Pero su hermano Acasto no creyó en su inocencia incansablemente proclamada. La persiguió, la amenazó, la maltrató. Finalmente, como no conseguía nada, aprisionó a Admeto, amado esposo de Alceste, para obligarla a confesar la culpa inexistente.
La desgracia de ser tomada por asesina de su propio padre, la incomprensión de su hermano, la ausencia y prisión de su marido, eran grandes dolores que se superponían pesadamente en el corazón de la pobre Alceste.
Y fueron esos dolores los que la llevaron a los pies de Acasto, suplicándole que tuviera confianza y clemencia.
El hermano insistía en el castigo. Llegó incluso a anunciarle que mataría a su cuñado, para vengar en él la muerte de Pelías.
El amor, sin embargo, fue más fuerte que el odio. Alceste ofreció la propia vida para que su marido viviese.
Silenciosamente caminó entre paisajes desconocidos, rumbo a Yolcos, donde fue inmolada. Mientras ella recorría el último camino de su vida. Admeto, liberado, fue a pedir socorro a Hércules. El héroe descendió al fondo de la Tierra para reparar los errores de Acasto, que había desencadenado una muerte en nombre de la justicia.
Atravesó el Aqueronte, después de vencer en breve lucha al andrajoso barquero, arrebató de las sombras a la princesa Alceste, más joven y más bella que antes, y la devolvió a los amorosos brazos de Admeto.

1 comentario:

  1. Hola Sergio, hace tiempo te debía una visita pero sabés que te sigo por el Reader. Muy interesantes los posts sobre mitología, y qué fantástica la imagen del cuadro de Pierre Peyron.
    Aprovecho también para enviarte mis saludos para estas Fiestas y desearte lo mejor junto a tus seres queridos.
    Besos,
    Laura

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