"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

viernes, 20 de agosto de 2010

MITOLOGIA -LAS MANZANAS DE ORO DE LAS HESPERIDES-

MITOLOGIA
LOS TRABAJOS DE HERCULES

Las manzanas de oro de las Hespérides

Cuando se unió a Júpiter en memorable himeneo, Juno recibió a Gaia (Tellus), la Madre Tierra. Tres manzanas de oro. Las encontró tan bellas y preciosas que plantó sus semillas en un jardín, cerca del monte Atlas, y confió los árboles frutales que de ellas crecieron a tres ninfas, las Hespérides. Como guardián del huerto colocó a la puerta un dragón de cien cabezas.
Euristeo ordena a Hércules que burle la vigilancia del vergel y le traiga las manzanas de oro. Es el último trabajo.
Sin saber el camino, al azar, el héroe marcha a través de Grecia. En Macedonia encuentra a un bandolero: Cicno, hijo de Ares (Marte), al que mata para librar a los viajeros.
En las orillas del Erídano interpela a Nereo, el viejo del mar, y lo obliga a indicarle la dirección del país de las Hespérides.
En la frontera de Egipto, se duerme. Y despierta entre centenares de pigmeos, minúsculos hombrecitos que inútilmente intentan someterlo. Los recoge a todos con una sola mano y los guarda, para entregarlos a Euristeo al fin de su trabajo.
En Egipto cae prisionero del rey Busiris, que acostumbra sacrificar anualmente un extranjero en honor a Júpiter. Hércules, sin embargo, se libera, mata al rey y sigue viaje.
Al llegar al Cáucaso, se encuentra con Prometeo, encadenado a la montaña. Le arranca los grillos de su castigo, y, en recompensa, recibe del titán un consejo precioso: que no recogiese él mismo las manzanas e hiciese que Atlas las tomara.
A poca distancia de las codiciadas manzanas estaba el gigante Atlas, sosteniendo el cielo sobre los hombros. Hércules se ofrece para aliviarlo en su trabajo y, a cambio del favor, le pide que baya a buscar los frutos.
El gigante acepta; es su oportunidad de librarse del peso del cielo. Recoge los frutos y vuelve a la presencia del héroe. Pero se niega a entregarlo las manzanas, asegurándole que él mismo se las llevará a Euristeo.
Hércules finge aceptar. Pero le pide que sostenga la carga por un momento, mientras él se pone unos almohadones sobre las espaldas. Atlas se echa el cielo sobre los hombros y Hércules sale corriendo con las manzanas de las Hespérides.
Euristeo no sabe que hacer con los frutos de oro. Los entrega al héroe, quien los ofrecer a Minerva. La diosa, sin embargo, decide devolverlos a las Hespérides.
La servidumbre de Hércules ha terminado.

4 comentarios:

  1. mal yo busque a las hesperides no hercules

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  2. estas mal no tiene lo que nececito :c

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  3. pero este mito se trata de las esperides, sus manzanas de oro y que hercules trata de robarselas a ellas

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