El Diálodo de un Desesperado con su Alma
(Texto poético)
por ÁNGEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
La expresión literaria de los pobladores del Nilo no fue exclusiva del ámbito de la prosa, sino que realizaron incursiones poéticas en todos los campos, desde las canciones de los arpistas del Reino Medio hasta himnos reales pasando por composiciones poéticas en textos prosaicos.
El diálogo de un desesperado con su alma
El texto1 se encuentra en un manuscrito, el papiro de Berlín 3.024, que ha sido fechado en la dinastía XII. La primera parte del documento ha desaparecido y el texto que ha llegado a nosotros está escrito en 155 columnas verticales inscritas de derecha a izquierda.
El diálogo de un desesperado con su alma
(texto)
[1] . . . . . para decir . . . . . [2] sus lenguas no pueden preguntar . .
. . . [3] sus pagos, sus lenguas no pueden preguntar.
Abrí [4] mi boca a mi alma y respondí a lo que dijo:
[5] ‘Esto es demasiado duro para mí hoy.
Mi alma no quiera hablarme.
[6] Es, incluso, mayor que una exageración.
Es como ignorarme.
[7] Que mi alma no se vaya
y me preste atención con respecto a ello.
[8] . . . . . esto . . . . .
[9] . . . . . en mi cuerpo como una red de cuerdas.
No [10] será capaz de huir el día de los problemas.
[11] Mirad, mi alma me extravía , - no la escucho [12] -,
arrastrándome a la muerte antes de que yo vaya a ella
y [13] arrojándome al fuego para consumirme.
[14] . . . . .
[15] debe estar cerca de mí el día de los problemas
y [16] situarse a ese lado como hace alguien que es suplicado.
[17] Quien escapa es ella
después que él la ha atraído.
Oh mi alma [18] ignorante, para aliviar la miseria en la vida
[19] empújame a la muerte antes de que tenga que ir a ella
y [20] hazme agradable el occidente.
¿Es esto es un problema?.
La vida es [21] un estado transitorio; los árboles caen.
Pisotea [22] sobre el mal; sofoca mi miseria.
[23] Que me juzgue Dyehuty [Thot], el pacificador [24] de los dioses.
Que me defienda Jonsu, [25] el escriba de la justicia.
Que escuche mis palabras Ra, [26] el comandante de la barca sagrada.
Que me defienda [27] Isdes en la cámara sagrada,
[28] puesto que el necesitado está cargado de . . . . .
[29] Ella me ha agobiado
y es agradable que [30] los dioses rechacen los secretos de mi cuerpo.
Lo que me respondió [31] mi alma:
‘Que tú no eres un hombre, eres, en verdad, [32] un viviente.
¿Cuál es tu provecho: que estés preocupado por la vida [33]
como un rico?.
Digo que no me voy a marchar [34] mientras ésta permanezca en la tierra. Seguramente si escapas no [35] se temerá por ti.
Cualquier criminal dice: [36] Voy a capturarte, pero tú estás muerto aunque tu nombre [37] está vivo. Ella es un lugar atractivo de reposo [38] del corazón . El occidente es una morada de remar . . . . . [39] . . . . . cara’.
Si mi alma, que no es maliciosa, me escucha [40] y su pensamiento está de acuerdo conmigo, [41] será afortunada. Haré que alcance el occidente como [42] aquel que está en su pirámide y [43] a cuyo entierro atendió un superviviente.
Voy a hacer un cobijo sobre [44] tus restos para que otra alma te envidie [45] el estado inerte. Voy a hacer un cobijo, entonces [46] no tendrás frío y causarás envidia a otra alma [47] lo que está caliente. Beberé agua en los remolinos de la orilla [48] y haré mi sombra, así que [49] hagas
envidiar a cualquier otra alma que esté hambrienta.
Si me empujas [50] a la muerte en esta forma no [51] encontrarás sobre lo que posarte en el occidente. Se paciente [52] alma mía, mi hermano, hasta que exista mi heredero [53] quien hará ofrendas y las colocará en la tumba [54] el día del entierro y él preparará el féretro [55] de la necrópolis.
Me abrió mi alma su boca y [56] respondió a lo que había dicho:
‘Si piensas en el entierro, [57] es una tristeza, es lo que trae el llanto [58] haciendo miserable a un hombre, es lo que aparta a un hombre de su casa siendo arrojado sobre [59] la colina. No ascenderás a las alturas ni podrás ver [60] a Ra. ¡Oh aquellos que edifican en piedra [61] de granito y construyen capillas en las bellas pirámides mediante [62] hermosos trabajos, cuando los
constructores se convierten en [63] dioses, sus piedras de ofrendas son destruidas del mismo modo que los débiles [64] que mueren en la orilla por carecer de sucesor; [65] la inundación capturó sus restos al igual que el sol y sólo [66] los peces de los márgenes del agua les hablan. [67] Escúchame, mira, es bueno escuchar para la gente. [68] Sigue el día felizmente, olvida la preocupación’.
[El alma cuenta una primera historia]
Mira, un ciudadano [69] labra su parcela, carga su recolección [70] hacia el interior del barco y arrastra el remolque; [71] habiéndose aproximado su día de fiesta, ha visto salir la oscuridad [72] del viento del norte despierto en el barco [73] cuando el sol se pone, habiendo escapado con su mujer [74] y sus hijos zozobrando en el lago infestado [75] por la noche con cocodrilos.
Al final terminó sentado [76] e irrumpió en el silencio diciendo:
No he llorado [77] por esta mujer para quien no es más difícil escapar del horizonte [78] que para otra que está sobre la tierra. Es por sus hijos [79] que fueron destrozados de el huevo y quienes vieron la cara del dios cocodrilo [80] antes de que vivieran, que estoy preocupado.
[El alma cuenta una segunda historia]
Un ciudadano pide la comida de la noche temprano [81] y su mujer le dice. ‘Es para la cena’. Sale [82] al exterior [. . . . .] un momento. [83] cuando vuelve a su casa es como otra persona.
Su mujer [84] conversa con él, pero no le escucha [. . . . .] [85] ha descuidado el deseo de los mensajeros.
Abrí [86] mi boca a mi alma y respondí a lo que había dicho:
[Primer poema]
Mira, [87] mi nombre apesta,
mira, más que el olor de los buitres calvos
[88] en los días de la estación de ‘shemu’ cuando el cielo está caliente.
Mira, [89] mi nombre apesta,
mira, [más que el olor] de quien recoge peces
[90] un día de pesca cuando el cielo está caliente.
[91] Mira, mi nombre apesta,
más que el olor [92] de los patos,
más que un refugio de cañas [93] que contiene aves acuáticas.
Mira, mi nombre apesta,
[94] mira, más que el olor de los pescadores,
más que las ensenadas [95] de los pantanos después que han pescado.
Mira, [96] mi nombre apesta,
mira, más que el olor de los cocodrilos,
[97] más que sentarse bajo los márgenes de un cultivo que tiene
cocodrilos.
Mira, [98] mi nombre apesta,
mira, más que el de una mujer esclava
contra quien se dicen mentiras [99] al marido.
Mira, mi nombre apesta,
[100] mira, más que el del niño robusto contra quien se dice
[101] que pertenece al rival.
Mira, mi nombre apesta,
[102] mira, más que una ciudad del soberano
que desencadena una rebelión [103] cuando se ha marchado.
[Segundo poema]
¿A quién hablaré hoy?
Los hermanos se han vuelto malvados
y [104] los amigos de hoy no aman.
¿A quién hablaré [105] hoy?
Los corazones son avaros
y cualquiera toma posesión de [106] los bienes de su prójimo.
¿[A quién hablaré hoy]?
[107] la clemencia desapareció
y la violencia se transmite a todos.
[108] ¿ A quién hablaré hoy?
Se encuentra satisfacción en el mal
y [109] se abandona lo bueno en cualquier lugar.
¿A quién hablaré [110] hoy?
Quien hacía encolerizar a un hombre por sus malas acciones,
ahora [111] hace reír a todos cuando su maldad es perniciosa.
¿A quien hablaré [112] hoy?
Se desvalija
y cualquiera toma posesión de lo de su prójimo.
[113] ¿A quién hablaré hoy?
El malhechor es [114] un íntimo
y el hermano con quien se actuaba se ha convertido [115] en un
enemigo.
¿A quien hablaré hoy?
Nadie quiere recordar el pasado
[116] y nadie quiere ayudar a quien actúa ahora.
¿A quien hablaré hoy?
[117] Los hermanos se han vuelto malvados
y se recurre a los extranjeros [118] para el afecto.
¿A quién hablaré hoy?
Los rostros [119] se ocultaron
y todos están más abatidos que su [120] su prójimo.
¿A quién hablaré hoy?
Los corazones se han vuelto avariciosos
[121] y no existe corazón humano en el se pueda confiar.
¿A quién hablaré [122] hoy?
No hay hombres justos
y la tierra quedó abandonada a [123] los que hicieron el mal.
¿A quién hablaré hoy?
Se carece [124] de amigo íntimo
y se recurre a quien se desconoce [125] para lamentarse.
¿A quién hablaré hoy?
No hay quien [126] esté satisfecho
y ese con quien se iba, no existe.
[127] ¿A quién hablaré hoy?
Estoy agobiado [128] cargando penurias
por carecer de un íntimo amigo.
[129] ¿A quién hablaré hoy?
La maldad vagó por la tierra
[130] y no tiene fin.
[Tercer poema]
La muerte está ante mí hoy
igual que de la curación, [131] un enfermo,
del mismo modo que salir al exterior después de una reclusión.
[132] La muerte está ante mí hoy
como del aroma, la mirra,
[133] del mismo modo que sentarse bajo un toldo [134] un día de
viento.
La muerte está ante mí hoy
[135] como de la fragancia, los lotos,
del mismo modo que sentarse en los bancos de arena [136] de la
tierra de la embriaguez.
La muerte está ante mí hoy
como [137] un camino trillado [?],
del mismo modo que la vuelta de un hombre desde una expedición
[138] a su casa.
La muerte está ante mí hoy
como [139] de la claridad, el cielo,
del mismo modo que un descubridor [140] quien está a la entrada
de lo que había ignorado.
Esta la muerte ante mí hoy
[141] del mismo modo que un hombre desea ver su casa
después que pasó numerosos años capturado [142] en reclusión.
[Cuarto poema]
Será, ciertamente, quien está allí un dios vivo
[143] castigando el crimen del malhechor.
Será, ciertamente, [144] quien está allí colocado en la barca sagrada
permitiendo que se den alimentos escogidos [145] de allí a los templos.
Será, ciertamente, quien esté allí un sabio
[146] y no es rechazado en la apelación [147] a Ra cuando hable.
Lo que me respondió [148] mi alma:
‘Coloca las lamentaciones en un colgador, oh mi camarada,
[149] mi hermano. Debes ofrecer sobre el incensario, [150] así
que rompas con la vida y del mismo modo digas -Deséame
[151] aquí- después de haber rechazado el occidente. Cuando
se desee, en verdad, [152] que alcances el occidente, que tus
miembros alcancen la tierra, [153] me posaré después que te
hayas cansado y [154] entonces haremos una morada juntos.
Esto es que llegó [el final]. [155] Desde su comienzo hasta su final es como fue encontrado en el libro.
un texto para recapacitar sobre los misterios del hombre, el alma y el viviente espiritu. maravilloso escrito.Marcos
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